abril 30, 2025

La caída de Paulina

La caída de la precandidata del PS era inevitable desde el mismo momento en que se levantó. Acá no se trata de hacer leña del árbol caído, sino de reflexionar en torno a algo cuya lógica nunca pude entender bajo ningún punto de vista, ni siquiera el político.

Cuando en algún momento sostuve que Paulina Vodanovic debía bajarse, se me increpó con la expresión de que todo partido político tiene el derecho a presentar candidato(a). Eso nunca lo he objetado. Este derecho lo tienen todos los partidos, pero muy distinto es el caso de la pertinencia desde el punto de vista político. Pertinencia que podemos discutir. A continuación, paso a exponer los antecedentes que me llevaban a pensar que se trataba de una candidatura sin destino, un suicidio político con consecuencias.

No obstante que todo partido político tiene el derecho de presentar candidatos, también tiene el derecho de no presentarlos, tal como de hecho lo hizo el propio PS en las elecciones presidenciales del 2018 en el que resolvió apoyar la candidatura de Alejandro Guillier a pesar de que en su seno se habían levantado las candidaturas de Jaime Atria, José Miguel Inzulza y del expresidente Ricardo Lagos.

En la actualidad, el PS es uno de los partidos que con mayor fuerza que sustenta al gobierno de Boric. Es un partido que junto al PPD y al PR concurrieron a respaldarlo cuando a pocos meses de instalado sufrió su primera crisis. Respaldo que se expresó en incorporar a sus mejores hombres y mujeres en tareas de primera línea para incorporar experiencia y visión política en las más altas esferas y en los niveles intermedios de gobierno. Todo esto estabilizó un gobierno que estaba siendo zarandeado desde la oposición y por errores propios no forzados.

A pesar de lo expuesto, que fortalecieron al PS por el nivel de responsabilidad con que actuó, actualmente ha visto mermada sus posibilidades por dos hechos objetivos. Uno, la caída de quien fuera subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, quien tenía tras sí una trayectoria política con proyección de futuro, que de la noche a la mañana se desplomó por hechos que aún se investigan; y dos, la frustrada venta de la casa de Allende que forzó la renuncia de Maya Fernández, nieta de Salvador Allende, y la destitución de la senadora Isabel Allende, hija de Salvador Allende. Es impresentable que ambas no supieran que esa operación de venta al Estado no podían realizarla, una por su condición de ministra, y la otra por su condición de senadora. Y el PS no puede desentenderse de ello.

Al PS le cuesta reconocer que no tenía candidatos a la vista. Su única carta era Michelle, y Michelle había dicho una y otra vez que no iba. Así y todo, el PS se aferró a la posibilidad que fuera la candidata, porque no tenía otra a la vista. Cuando esa posibilidad se esfumó, la interna socialista recién vino a descubrir que no tenía cartas.

En el PPD tenían a Carolina, quien estaba al aguaite, a la espera que Michelle confirmara lo que ya se sabía, que no estaba disponible. Apenas se entera, Carolina renuncia como Ministra del Interior, y levanta su candidatura confiando en el respaldo de todas las fuerzas del socialismo democrático.

Así ocurre con excepción del PS que se resiste a respaldar a Carolina por los más diversos motivos, unos plausibles, otros no tanto, y levanta a Paulina en una decisión que sacó ronchas dentro del PS donde las aguas ya estaban inquietas. De hecho, no todo el PS se cuadrará tras Carolina. Unos irán tras Jara, otros tras Winter, aunque se espera que la mayoría se incorpore a la campaña de Carolina. Esta dispersión es propia, no solo del momento que vive el PS, sino de su propia historia, no exenta de complejidades.

No hay duda que tras Paulina hay un partido, el PS, que cuantitativa y cualitativamente es más sólido que el PPD, partido que sustenta a Carolina. Pero en esta pasada, Carolina tuvo la capacidad de anticiparse en su decisión de postularse avalada por encuestas que la invitaban a lanzarse a la piscina. Es así como ya ha logrado el respaldo del PL y del PR. A la corta, o a la larga, es muy posible que también obtenga el respaldo de la DC.

El PS puede tener la tranquilidad de que estará respaldando a una candidata que si bien no está inscrita en sus filas, su formación y cultura política provienen del PS. Así como el apellido Allende encierra un simbolismo especial, el apellido Tohá también encierra el suyo, y que no es ajeno al del PS.

Por último, cualquier análisis político objetivo, realista, indicaba que si lo que se ha dado en llamar socialismo democrático (PS-PPD-PR) llevaba dos candidatos a las primarias, lo más probable es que el ganador de ellas saldría entre Jara y Winter. Y con cualquiera de ellos como candidatos de la izquierda y la centroizquierda, la posibilidad de alcanzar la presidencia en las próximas elecciones, se reducían sustancialmente. Como siempre, no hay espacio para darse gustos personales que no hacen sino favorecer a la derecha.

Lo expuesto es lo que explica mi postura en orden a que la candidatura de Paulina no tenía destino, que estaba condenada desde su partida.

Con Carolina como única candidata en representación del socialismo democrático es altamente probable que ganemos las primarias, superemos el escollo de la primera vuelta, y ganemos en la segunda vuelta. Esto último, siempre que hagamos las cosas bien, no hagamos chambonadas, no perdamos la brújula, y tenemos siempre presente que el adversario no está al lado, sino que al frente. Si somos capaces de tener unas primarias ejemplares, masivas, que convoquen e inviten en vez de espantar. Difícil tarea.

 

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