junio 27, 2019

Educación: un diálogo difícil, pero imprescindible

Los profesores se encuentran prácticamente un mes en huelga sin que se vislumbre solución alguna. Recién en la última semana la ministra del Ministerio de Educación (MINEDUC), Marcela Cubillos, se ha dignado reunirse a conversar con el presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar. De mala manera Cubillos lo citó imprevistamente y todo indica que seguirán conversando, pero el paro no se baja hasta que los profesores no visualicen un camino de solución a sus demandas, una y otra vez pospuestas hasta el cansancio.

La ministra se ha resistido a conversar por considerar que se trata de un paro con un claro tinte político e ideológico. Cuesta entender este argumento difícil de recoger sin definir estos conceptos. Cualquiera sea la acepción que demos a lo que entendamos por un paro político e ideológico, sin duda alguna la postura ministerial también es política e ideológica.

En democracia las distintas posturas no se imponen, se conversan, y lo que hemos podido observar en estas semanas es una suerte de ninguneo al profesorado, por parte del gobierno y de sus medios de comunicación, un propósito de desperfilar un movimiento cuya convocatoria y prolongación ha superado todas las expectativas. Ello explicaría el giro copernicano en la postura gubernamental de abrirse a sentarse a conversar.

Las razones del movimiento descansan esencialmente en la persistente postergación de demandas que se arrastran desde tiempos del innombrable y de promesas que no se cumplen. Se busca el reconocimiento de una deuda histórica que se remonta al año 1974, cuando las remuneraciones de los profesores comienzan a disminuir significativamente, eliminándose su asignación profesional y rebajando el reajuste trianual que recibían. En 1981 se intenta compensar este deterioro por la vía de una asignación no imponible, y que por lo mismo afectaría sus futuras pensiones. Se asumía que cuando se municipalizó la educación pública los profesores traspasados este deterioro se iba a reparar. Nada de eso ocurrió ni ha ocurrido hasta la fecha.

Desde entonces son muchos que están esperando esta reparación, y no pocos han muerto en espera de ella. Afortunadamente las nuevas generaciones de profesores no bajan los brazos en defensa de quienes solo piden lo que se les quitó en tiempos de dictadura y que a la fecha la democracia ha sido incapaz de responder positivamente. Mientras se afirma que no hay recursos, el país observa estupefacto, entre ellos los profesores, cómo desde las más distintas esferas y al más alto nivel se defrauda al fisco en miles de millones de pesos.

Sobre la mesa, a lo anterior se agrega la necesidad de reconocer las horas fuera de aula que demanda el trabajo en aula, esto es la planificación y preparación de las clases, la confección de las pruebas, sus evaluaciones. La falta de recursos para el mantenimiento de los establecimientos educacionales, los atrasos en los pagos de los sueldos, las permanentes evaluaciones a las cuales son sometidos, los cambios curriculares sin la apropiada participación de la comunidad educacional. En síntesis, hay cansancio, agobio, el que se ve agudizado por estar frente a un gobierno que mira al techo, que pareciera buscar el deterioro de la educación pública creyendo que este deterioro será compensado con creces por la educación privada.

Frente a frente se encuentran dos personajes cuyas posturas los retratan de cuerpo entero. Por un lado, en representación del gobierno, se tiene a una ministra cuya ideología, historia, personalidad y postura tiene un fuerte sesgo autoritario, que pone todas sus fichas en la educación privada. Eso de abrir espacios de conversación sobre temas que supone zanjados, no le acomoda. Mal que mal, en sus tiempos mozos, para el plebiscito del 88 estuvo por el Sí, por la prolongación del régimen que encabezar el innombrable.

Al otro lado, luego de décadas de un Colegio de Profesores encabezado por dirigentes comunistas, por primera vez su dirigente máximo es un humanista, de tomo y lomo. En tal sentido, resulta lamentable que el gobierno y su ministra hayan estirado tanto la cuerda para sentarse a conversar con quien profesa un ideario humanista, cuya ideología pregona la paz, la no violencia activa, el entendimiento, el respeto por el otro, y que ha logrado concitar la adhesión de muchos gracias a su talante conciliador, no agresivo.

El gobierno debiera aprovechar la oportunidad de tener al frente a una figura respetada por sus bases y a quien solo le anima justicia, reconocimiento, valorización de la función docente, punto de partida indispensable para reconstruir la educación en Chile, no solo la pública.

junio 23, 2019

La educación superior ¿debe ser gratuita?

Acá les presento un video grabado en la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Talca donde me tocó participar como panelista junto con un colega, en torno a la gratuidad en la educación superior. Se trata de un video de hace 3 años atrás, pero creo que mantiene su vigencia.


junio 20, 2019

De tiempos mejores a tiempos difíciles

A poco más de un año del segundo gobierno encabezado por Piñera, los tiempos mejores parecen estar viviendo sus peores momentos. Durante la campaña electoral se puso énfasis en la necesidad de retomar la senda del crecimiento, de recuperar la inversión, la confianza empresarial, de reducir los altos niveles de inseguridad imperantes. La derecha ponía el acento en que ellos sabían cómo hacerlo, que en sus manos estaba la capacidad para hacer las cosas bien.

Ahora que tienen la oportunidad de hacerlo, observan que otra cosa es con guitarra, que la realidad es más fuerte, que los fracasos se suceden semana a semana en los más diversos ámbitos. No obstante que muchos de estos fracasos no son imputables directamente al accionar gubernamental, el tema es que la coalición de ChileVamos generó expectativas más allá, mucho más allá de las razonables.

El discurso gubernamental actual se centra en que está navegando en tiempos difíciles basados en tres factores: un contexto internacional más complejo en medio de una guerra comercial desatada o por desatarse; una mayoría opositora en el parlamento con un talante destructivo; heredar un gobierno que lo habría hecho todo mal.

Cualquiera con dos dedos de frente, sabía que era imposible que viniesen los famosos tiempos mejores por la simple razón de que el devenir del país está más sujeto a los vaivenes del mundo que nos rodea que al del país en que vivimos. El crecimiento del país depende más de lo que ocurre fuera de nuestras fronteras que de lo que acá se decida. Y esto es así porque estamos bajo un modelo económico abierto de par en par en el que hemos perdido toda autonomía. Cuando el mundo se resfría, a nosotros nos da pulmonía. El abandono de las políticas de sustitución de importaciones y de desarrollo de una base productiva industrial por las políticas de promoción de exportaciones nos está pasando la cuenta.

La excusa de la existencia de una mayoría opositora destructiva no tiene asidero alguno. No existe tal mayoría opositora, tanto porque se encuentra en los suelos, facturada. En ese contexto al gobierno le ha sido fácil negociar con parte de la oposición, lo que le ha generado críticas en su propio sector, en especial de quienes aspiran poner en marcha sus propias convicciones contra viento y marea.

Por último, la crítica al gobierno de Bachelet carece de todo asidero a la luz de lo que estamos observando. El nivel de violencia en las escuelas que tienen los jóvenes hoy es mayor que ayer, y lo mismo se puede afirmar respecto de la inseguridad laboral de parte de los trabajadores, y de precariedad en los adultos mayores. Importa destacar que ya entonces la realidad externa estaba llena de nubarrones, y no obstante ello, el gobierno apechugaba sin andar echándole la culpa al gobierno anterior.

Es hora que el gobierno aprenda a asumir su propia responsabilidad y dejar de inculpar a las piedras que encuentra en el camino. La consecuencia de lo señalado no es otra que una decepción generalizada, expresada en una significativa baja en la popularidad del gobierno. En poco menos de 2 años el apoyo obtenido a través de las urnas, se les escapa entre los dedos. Baja que se hace extensiva a la oposición, por lo que sería bueno que ésta no saque cuentas alegres sin hacerse un examen introspectivo de cierta profundidad. Examen que a la fecha no parece tener la voluntad de realizar y que le haría muy bien tanto a ella misma, como al país y al propio gobierno. Parte del problema del gobierno pareciera que reside en que está corriendo solo sin rival a la vista.

Lo mismo que le ocurrió al innombrable hace poco más de 30 años cuando corrió solo y salió segundo.

junio 13, 2019

El modelo de negocio automotriz chileno

En el ámbito automotriz, al menos en Chile, se ha institucionalizado un modelo de negocio que resulta imposible soslayar para quienes crecimos y creemos que cualquiera sea el bien/servicio, su precio contado siempre debe ser más bajo que el precio crédito. Hoy aparenta ser al revés.

El modelo de negocio imperante, para la venta de vehículos nuevos, se basa en un precio contado al que se rebaja lo que se denomina un bono de financiamiento para el caso que se quiera comprar al crédito. Por ejemplo, si un automóvil tiene un precio contado de 8 millones y un bono de financiamiento de un millón y medio, entonces su precio crédito sería de 6,5 millones con la posibilidad de comprarlo con un modesto pie de $500,000 y el saldo en cómodas 12, 24 o 36 cuotas mensuales. La trampa está en las tasas de interés que se aplican, cuyos valores son tales que se termina pagando dos a tres veces el precio del vehículo. Todo esto, libre y voluntariamente.

Este modelo de negocio es tal que la empresa comercializadora de automóviles no actúa sola, sino que en alianza con una empresa financiera, fundiéndose ambas en una sola. Sumando y restando, el verdadero negocio está en vender automóviles al crédito antes que al contado.

Para remate, cuando han pasado un par de años pagando cuotas, desde la empresa que nos vendió el vehículo te invitan a renovarlo, recibiéndolo en parte de pago por otro nuevo, pagando un valor contado que puede llegar a ser cero, y que tan solo implica un aumento en el valor de la cuota que se está pagando y/o extender el pago de la cuota por no pocos meses más. Así volvemos a creer que tenemos un nuevo vehículo. De hecho no somos dueños de nada hasta que no paguemos la última cuota, por lo que se trataría de un leasing como se denomina a este mecanismo de venta.

De esta forma el consumismo nos consume y explica gran parte de los problemas que nos afligen, del malestar que está ahí, en el ambiente, en el aire y que se expresa en los altos niveles de endeudamiento y depresión existentes.

Haríamos bien en hacer un alto en el camino para no dejarnos seducir por cantos de sirena. Es difícil e insoslayable, pero no imposible.

junio 06, 2019

La crisis que nos corroe

En estas últimas semanas hemos tomado conocimiento de hechos impensables en un pasado tanto reciente como lejano. No solo en Chile, sino que en cualquier país del mundo. Impensable porque dice relación con la más alta autoridad del país, de quien se espera una conducta pública irreprochable, al igual que de su entorno inmediato, tanto familiar como político.

Un hecho está asociado al viaje a China con su familia, y en el que dos de los hijos del presidente participaron en rondas de negocios. Más allá de lo legal o ilegal está lo que el sentido común dice a cualquier hijo de vecino, y por lo mismo, con mayor razón cuando de un presidente de un país se trate. Y ese sentido común nos dice que eso es un aprovechamiento, que es nepotismo ramplón, y que por lo mismo, no se hace, por decencia. Menos todavía se hace cuando se representa a una coalición que entre sus banderas esgrime el discurso de la igualdad de oportunidades, del mérito. Estamos en presencia de una flagrante violación a este discurso con el que tanto se atacó al gobierno anterior.

Inevitablemente este hecho le está pasando la cuenta. A propósito de ello, Piñera recientemente confesó que “si pudiera volver el tiempo atrás haría las cosas distintas”. Ojalá esta expresión sea fruto de una convicción ético-moral, y no por sus consecuencias en las encuestas.

El otro hecho está referido a la propiedad que tiene el mismo presidente de la república a orillas del lago Caburgua, en el municipio de Pucón, desde hace ya varias décadas, y por el cual hasta la fecha no habría pagado las contribuciones de bienes raíces. Por decir lo menos, resulta insólito que la máxima autoridad del país aparezca incumpliendo lo que es una obligación de todo propietario. Cabe destacar que el incumplimiento en el pago de este impuesto da origen a severas multas y/o remates, penas de las que se supone nadie queda eximido. Por este hecho, el mismísimo presidente de la república ha sido citado a declarar ante el Juzgado de Policía Local de Pucón. La infracción es por habitar un inmueble que no ha sido recepcionado en forma definitiva por el municipio correspondiente. Se trata de una argucia que no pocos realizan y que consiste en construir un inmueble y habitarlo sin efectuar la recepción municipal para evitar que se enrole la propiedad y que el Servicio de Impuestos Internos se deje caer para tasarla y definir el monto a pagar como impuesto.

Que el mismísimo presidente de la república, uno de los personajes más adinerados del país, haya incurrido en esta argucia revela la crisis que nos embarga. Si en las alturas observamos esto, qué queda para el resto del país.

Como botones de muestra, estamos haciendo referencia a dos hechos que revelan la crisis ético-moral que nos embarga, que por lo mismo, debiéramos ver como una oportunidad para zafarnos de ella por la única vía posible: hacer las cosas bien, como corresponde. No se necesita tener más de dos dedos de frente para saber que las conductas a las que nos estamos refiriendo son altamente reprobables. Sobre todo cuando en ellas incurren personajes sometidos a un escrutinio público permanente.

Ojalá estos dos botones de muestra sean visualizados como una oportunidad para que los de arriba empiecen de una vez por todas a hacer bien las cosas. No se puede andar pidiendo que los de abajo hagamos bien las cosas mientras quienes nos gobiernan actúan como gatos de campo.

La presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, afirmó que "se está haciendo una crisis en un tema que no es real" aludiendo a que Piñera habría pedido la regularización para pagar las contribuciones y responsabilizando al municipio de Pucón por la demora. Argumento impresentable cuando se trata de la máxima autoridad del país, de quien se espera sea un modelo de conducta.