agosto 30, 2021

El respeto y cuidado no se piden, se ganan

Photo by Michal Matlon on Unsplash

Recientemente el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, declaró que “una institución tan relevante para nuestra sociedad merece ser respetada y cuidada”. Esta expresión surge como consecuencia de una propuesta elevada por la Convención Constitucional en orden a sustituir carabineros como institución policial por alguna otra que cumpla similar función.

Esta afirmación complementa una realizada hace algunos días atrás, de similar tenor, por parte del fiscal nacional, Jorge Abbott, al subrayar que sus actividades se enmarcan en la necesidad de cuidar las instituciones, no a las personas, sean estas los carabineros, la policía de investigaciones (PDI) o el Congreso Nacional.

Sin duda que todas las instituciones deben ser respetadas y cuidadas, pero este respeto y cuidado deben ganarse, y la primera responsabilidad de que así sea descansa en sus propios protagonistas, tanto los de la primera como los de la última línea.  Pero por sobre todo, deben ganarse en base al comportamiento de quienes ostentan las más altas responsabilidades institucionales. Son sus más altas autoridades quienes deben dar el ejemplo.

En consecuencia, los primeros destinatarios de lo expresado por el director general de carabineros deben ser los propios carabineros, partiendo por su director y su alto mando. No se cuida para nada a la institución cuando se tienen a altos oficiales como sujetos de investigación por un fraude que supera los 25 mil millones de pesos en que habrían incurrido, en lo que se ha llamado el caso “pacogate”.

Del mismo modo es difícil que el Ejército se gane el respeto y cuidado de la ciudadanía cuando vemos a quien fuera su comandante en jefe, Juan Miguel Fuente-Alba, es actualmente procesado por diversos delitos durante su carrera militar, sobre todo en su generalato, en una de las aristas del llamado caso “milicogate”. Y más recientemente tenemos el caso “PDIgate” cuyo último director general, Héctor Espinosa, está siendo investigado, junto con su cónyuge, por cuantiosos depósitos en efectivo efectuados en su cuenta corriente bancaria sin justificación.

Lo mismo vale respecto del mundo político. No se puede esperar respeto ni cuidado alguno por las instituciones que conforman el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial cuando quienes los integran incurren en “malas prácticas” defraudando la fe pública por las más diversas vías. El fiscal Abbott se equivoca cuando cree que con “sus conversaciones” con diputados, senadores o ministros busca cuidar al Congreso Nacional. Lo cuidaría mucho mejor si por el contrario, se abstuviera de sostener tales conversaciones, o de “acotar las investigaciones”, y se dejara caer con todo el peso que la institucionalidad vigente le franquea para que los debidos procesos tengan lugar.

Lo mismo vale respecto del mundo religioso, deportivo o cualquier otro. Si una autoridad religiosa incurre en un acto impropio a su cargo, inevitablemente salpica a la institución religiosa, más aún si la propia institución lo protege. No es llegar y afirmar que las responsabilidades son personales, no institucionales, cuando de autoridades se trata. Sin duda que hay fallos institucionales desde el momento que fue posible que sus autoridades violaran procedimientos, protocolos o normas escritas o no escritas.

Es imposible que una institución pueda ganarse el respeto y el cuidado ciudadano cuando quienes tienen las más altas responsabilidades son tentados por el enriquecimiento ilícito, la corrupción, la malversación de caudales públicos, las influencias indebidas y/o el lavado de activos. Esto vale para toda institución de cualquier ámbito, tanto pública como privada, pero muy especialmente cuando de instituciones públicas se trata.

No está de más recordar que las instituciones se ganan el respeto y el cuidado ciudadano cuando las actuaciones y comportamientos de sus más altas autoridades cumplen con los más elevados estándares de probidad.


agosto 26, 2021

Con los candidatos en la cancha

Photo by Colin Lloyd on Unsplash

Desde esta semana ya están todos los candidatos presidenciales en la cancha y en carrera. Se inscribieron 9, pero finalmente están quedando 7 al momento de escribir estas líneas, una cifra nada despreciable. Para quienes tenemos varias décadas de vida en el cuerpo siempre visualizamos la carrera presidencial como una suerte de culminación de una vida política, de décadas de trayectoria. En tal sentido, en la actualidad la carrera presidencial más parece una suerte de juego donde cualquiera puede presentarse. Total, en el pedir no hay engaño.

Lo concreto es que hoy tenemos 7 candidatos, 5 de ellos tienen claro domicilio político reconocible, y por lo mismo, susceptibles de ordenarse de en un eje de derecha a izquierda –Kast, Sichel, Provoste, Boric y Artes-. No es el caso de los otros dos, MEO y Parisi. De todos estos candidatos, parten con ventaja, Boric y Sichel por emerger con un buen piso gracias a su participación en unas primarias que convocaron a más de 3 millones de votantes. Les sigue Provoste por ser escogida a partir de una consulta ciudadana en la que participaron del orden de 150 mil votantes. Los demás se inscribieron a partir de nominaciones de partidos sin mayor peso electoral, que no quisieron concurrir a primarias ni consultas.

Dado que estamos ante un escenario extremadamente líquido, expresado en la pérdida de la adhesión continuada a un mismo ideario político que era común en el pasado, nadie puede cantar victoria.  No obstante ello podemos aventurar que, al minuto actual, las mayores posibilidades de pasar a la segunda vuelta se centran en Sichel, Provoste y Boric.

Si bien es poco probable, Kast podría entrar por los palos si logra horadar la candidatura de Sichel con su discurso de la derecha dura y atraer a quienes se sienten traicionados por el gobierno actual. De hecho no pocos parlamentarios oficialistas han resuelto respaldarlo. Son quienes no están dispuestos a votar una vez más por un exDC.

Sichel tiene la fuerza de haber surgido de unas primarias donde la derecha temía una baja convocatoria, e imponerse con holgura  a los restantes candidatos (Lavín, Briones y Desbordes) desde fuera del marco de los partidos oficialistas (UDI, RN y Evópoli). La mochila que carga es la de representar a las élites empresariales, a un gobierno con baja adhesión popular y tener una trayectoria política que poco tiene de independiente.

Provoste, es la candidata sorpresa del Nuevo Pacto Social, heredero de la Nueva Mayoría y de la Concertación. Digo candidata sorpresa porque su nombre como presidenciable solo emerge después de su actuación como presidenta del Senado. Su triunfo en la consulta ciudadana se explica en gran parte por la crisis que atraviesa el partido socialista (PS), cuya candidata Narváez, a pesar del esfuerzo desplegado en la campaña, no alcanzó siquiera a tener los votos de sus propios correligionarios. Su fortaleza se centra en haber sido capaz de superar el ostracismo político por 5 años al que fue condenada por la derecha al destituirla como ministra mediante una acusación constitucional. Se trata de una peculiar resurrección política por parte de la única mujer que está postulando a la presidencia, con el agregado de provenir de regiones y de uno de los pueblos originarios.

Boric, al igual que Sichel, tiene la fuerza que otorga haber sido validado en una elección primaria con una votación contundente, derrotando a quien tenía todas las de ganar. Es el único de todos los candidatos que parte con un piso de al menos un millón de votos. No obstante su juventud ha sabido posicionarse, con madurez y realismo político, en representación de las fuerzas que quieren dejar atrás el actual modelo económico y social imperante.

Artes, el candidato de la izquierda tradicional, histórica, quien ya estuvo en la elección presidencial pasada al igual que Kast, tiene un discurso clásico de denuncia sin capacidad propositiva con algún grado de viabilidad. Representa a quienes están atrapados por su pasado y no se le ve posibilidad alguna de pasar a la segunda vuelta.

Las candidaturas de MEO y Parisi son las más difíciles de explicarse en términos políticos. Son como dos tiros al aire. Ya han sido candidatos en elecciones pasadas y todo indica que sus presencias obedecen más a intereses narcisistas y/o confiando en obtener una votación que les permita negociar sus votos ante una eventual segunda vuelta. El caso de MEO es patético por cuanto ya ha sido candidato presidencial en tres oportunidades, obteniendo un 20% en la primera ocasión, un 10% en la segunda, y un escaso 5% en la última. No obstante ello persiste, aún en desmedro de su propio partido, el PRO, que con su postulación ve desmejoradas sus posibilidades en las elecciones parlamentarias. A estas alturas del partido todo indica que su candidatura es funcional a los intereses de la derecha.

agosto 24, 2021

José Gervasio Artigas, prócer latinoamericano

Uruguay, es un país con poco menos de 200,000 km2 de superficie, cuya superficie, a diferencia de Chile, es relativamente plana, con sierras de escasa altura, clima templado, copiosas lluvias y suelos aptos para el pastoreo y la explotación agrícola.

A la llegada de españoles y portugueses, Uruguay, cuyo territorio era conocido como la Banda Oriental, se encontraba habitada por indios cuya estructura social era la tribal,  predominando los charrúas. Éstos poblaban la orilla del Río de la Plata y poseían una cultura tosca cuyos medios de supervivencia eran la caza y la pesca. Guerreros indomables, al no poder ser sometidos, fueron exterminados sin piedad.

El gaucho surge de una mezcla racial de indígenas, esclavos huidos, españoles y portugueses desertores. Vive de faenar ganado y venderlo a Portugal como reacción ante la opresión española. Es su modo de sobrevivir. Se caracteriza por su analfabetismo, su vida bárbara, su aislamiento, y su explotación por parte del terrateniente, quien lo contrataba para robar el ganado de haciendas más pequeñas. Es el desocupado del campo, donde el ganado “crece solo” en haciendas de cientos de hectáreas.

El 19 de junio de 1764 nace en Montevideo, José Gervasio Artigas, descendiente de nobles españoles venidos a menos. Poseía ojos claros, pelo castaño y una complexión débil. Callado, se compenetra de las costumbres y el pensamiento de peones y esclavos del campo, prefiriendo su compañía que las tertulias montevideanas.

Desde los albores del siglo XIX Artigas se afianza como General en jefe de los orientales, enfrentando al Ejército español e iniciando un largo proceso independentista. Por esa fecha, Uruguay era habitado por unas 30,000 personas, de las cuales poco más de 10,000 residía en Montevideo, su capital. En aquellos años la agricultura tenía un escaso desarrollo y la ganadería ofrecía muchas posibilidades, pero era administrada colonialmente y al mismo tiempo, era saqueada por faeneros portugueses y contrabandistas de cuero.

En 1810, la oleada independentista se apodera de todo el continente, y en el interior de la Banda Oriental se generan los primeros focos conspirativos. Las tropas de Artigas estaban conformadas por gauchos, peones, estancieros, indios y negros.

En 1811, mediante un “tratado de paz”, el Virreinato de la Plata con asiento en Buenos Aires asume el control del territorio oriental derrotando a las tropas de Artigas. Éste, derrotado, parte al exilio junto a los suyos, iniciando en “éxodo del pueblo oriental”. 14,000 persones le siguen y reconocen como el Caudillo. Diría entonces “No quiero que persona alguna venga forzada, todas voluntariamente deben empeñarse en su libertad: quien no lo quiera, deberá permanecer esclavo”.

A pie, en carretas, y a caballo, abandonan su tierra en un episodio de contornos épicos. El pueblo, los desheredados, acompañaban a Artigas, su conductor en su lucha por la autonomía provincial y un federalismo que liberara a la Banda oriental del absorbente centralismo de Buenos Aires.

Habiendo regresado en 1812, Artigas y su pueblo recuperan Montevideo en 1815, instalándose el primer gobierno patriota con el apoyo de las provincias rebeldes del Virreinato de la Plata: Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y la Banda Oriental.

La ruina, el robo y la ocupación del campo constituían la realidad diaria. Era preciso levantar la economía ganadera, por lo que Artigas exige a los terratenientes la reorganización de sus propiedades, su poblamiento y la incorporación de trabajo en ellas. La concepción de la reforma agraria ya estaba en la mente de Artigas.

Lo anterior implicaba desconocer la propiedad privada. Surgen los movimientos para rescatar los campos quitados a “los notables”, desarrollándose una sangrienta lucha entre quienes seguían a Artigas, y quienes procuraban “restaurar” el orden. La política agraria artiguista basada en la confiscación y el reparto de las grandes haciendas trajo como consecuencia que los latifundistas sacrificaran todo el ganado posible.

En 1816 se inicia la invasión portuguesa bajo el argumento de que la Banda Oriental estaba sumida en la anarquía. No obstante la dura resistencia de los orientales, en 1817 el ejército portugués ingresa a Montevideo con la complicidad de Buenos Aires. El heroísmo desplegado no logró superar las deficiencias organizativas, la escasez de armas y recursos, ni las traiciones de los más inmediatos colaboradores de Artigas.

Luego de 4 años de luchas, Artigas obtiene importantes victorias que las traiciones se encargan de convertir en derrotas. Debilitado, en 1820 se interna en Paraguay seguido de sus más fieles amigos, los indios.

Cinco años después, desde Argentina, Juan Antonio Lavalleja, al frente de 33 orientales, cruza el río Uruguay, derrotando y expulsando definitivamente a los portugueses para declarar, en un día como hoy, 25 de agosto de 1825, la independencia de la República Oriental del Uruguay.

agosto 19, 2021

Sabino: A medio año de su partida

2012 Santiago, Chile

Hace ya seis meses que Sabino se nos fue sorpresivamente víctima de covid19. A pesar de que había tomado todas las precauciones, habidas y por haber.

La foto que encabeza esta columna le muestra en todo tu esplendor, a poco de haber asumido la dirección de la carrera de Ingeniería en Informática Empresarial (IIE) y con la alta responsabilidad de encabezar el primer proceso de acreditación. En ese contexto tuve el gusto de acompañarlo a la capital del reino donde se encontraban los primeros egresados de la carrera, ocupando puestos de trabajo para los cuales fueron formados. Ahí están en la foto, si mi memoria no me falla, Yanin Muñoz, Luis Ramirez, René Beroíza, Solange Palma, Diego Acuña y Juan Eduardo Vázquez. Con ellos nos reunimos en un café, Juan Valdés, en Providencia al llegar a Pedro de Valdivia, para conversar en torno a la experiencia que estaban teniendo en la jungla capitalina. Sabino escuchaba y tomaba nota para identificar fortalezas y debilidades del proceso de formación que estábamos dando, recibiendo con sumo interés las críticas, observaciones y sugerencias que nos daban.

El resultado de este proceso en el que se enmarcó esta reunión y tantas otras que tuvimos con distintos actores –estudiantes de la carrera, profesores, empleadores, administrativos, ejecutivos- fue una acreditación por 5 años. Todo un logro considerando que era una carrera nueva, creada tan solo en el 2005 y cuyo título era, sigue siendo, único en todo el país. 5 años después, a Sabino nuevamente le corresponde encabezar el siguiente proceso de reacreditación. Lo hizo con entusiasmo sin igual y con singular éxito: obtuvo una reacreditación por 6 años, confirmando con ello la consolidación de una carrera que puso todas sus fichas en la necesidad de amalgamar la gestión con la tecnología, dos áreas que tradicionalmente se encontraban compartimentadas.

La evolución empresarial y el acelerado proceso de digitalización que estamos viviendo estimulado por la pandemia, dan cuenta del acierto en la decisión de crear una carrera con las características de IIE. Al primer director, Andrés Ruiz-Tagle, le correspondió estar a cargo de la fase de creación de la carrera, dándole su sello, su impronta. A Sabino, intempestivamente, le correspondió asumir la fase de consolidación de la carrera, lo que está plenamente logrado considerando como referencia la reacreditación alcanzada.

Ahora la carrera se encuentra en una tercera fase, que no sé cómo identificar, bajo la conducción de nuevos líderes acompañados de un cuerpo de profesores que confiamos sabrán estar a la altura de los tiempos que vivimos.  A quienes están tomando la posta, desde las alturas, Sabino seguirá acompañándolos y acicateándolos para que la gran familia IIE siga como tal y de cuando en cuando, nos estará invitando a disfrutar de convivencias acompañadas de sus buenas parrilladas que tanto apreciaba.

agosto 18, 2021

El rompecabezas afgano

Photo by Sohaib Ghyasi on Unsplash

Las estremecedoras escenas que hemos observado en el aeropuerto de Kabul, la capital de Afganistán, no pueden dejarnos indiferentes. Cientos de afganos intentando hacerse un espacio en los aviones que despegan, llegando a colgarse de ellos aun estando en marcha, ilustran el drama que se vive.

Estamos haciendo referencia a una zona con características tribales y donde conviven distintas etnias, donde el único factor que los une es el islam. El interés que despierta todo lo que allí ocurre se explica por tratarse de una zona rica en minerales y su posición geográfica, codiciada por los distintos imperios a lo largo de los siglos. La extinta URSS también estuvo allí en la década de los 80 temiendo la expansión del islamismo en su territorio, viéndose también forzados a retirarse con la cola entre las piernas.

Sorpresivamente los talibanes se han apoderado del país sin encontrar mayor resistencia luego del retiro de las fuerzas estadounidenses estacionadas allí por cerca de 20 años. Dos décadas de presencia, desde el derrumbe de las torres gemelas, en el marco de la operación inicialmente llamada “justicia infinita” destinada a conjurar el terrorismo islámico. Operación dispuesta bajo la presidencia de George Bush Jr.  y que posteriormente pasó a llamarse “libertad duradera”.

Las escenas que llegan diariamente desde la zona nos dicen, trágicamente, que nada tienen los afganos de libertad duradera. Dos décadas en las que se procuró generar y equipar un gobierno y unas fuerzas armadas capaces de sostenerse por sí mismos de modo que los estadounidenses pudiesen retirarse. Todo ha sido en vano, repitiéndose lo ocurrido en Vietnam en la segunda mitad del siglo pasado, donde las fuerzas armadas más poderosas del orbe fueron derrotadas por fuerzas vietnamitas irregulares. Esta vez, en Afganistán bastó que los EEUU se retiraran para que los talibanes volvieran por sus fueros a una velocidad que nadie fue capaz de prever.

Hace tiempo que EEUU quería retirarse por la gangrena financiera y el desprestigio político asociado a su presencia por esos lares. Sucesivos gobiernos lo intentaron, con Obama y Trump mediante retiradas graduales, hasta que Biden cortó por lo sano con las consecuencias que estamos viendo. La prueba más rotunda del fracaso está dada por la nula resistencia, la huida del presidente afgano, y el retorno en gloria y majestad de los talibanes.

Lo expuesto delata que  no es llegar e imponer un gobierno, una cultura en confines remotos. Lo demuestra el hecho que tras 20 años todo haya vuelto a fojas cero. Pero al mismo tiempo, tampoco es llegar y desentenderse de lo que está ocurriendo. Colisionan dos principios, el de no intervención y autodeterminación de los pueblos, con el de respeto irrestricto de los DDHH.

No es aceptable, menos en los tiempos actuales, la imposición de la visión talibán que limita severamente los derechos de las mujeres en relación a los de los varones. Limitaciones para estudiar y trabajar, así como en materia de vestuario, las que en caso de ser desobedecidas son castigadas con brutal severidad.

No están los tiempos para la indiferencia y las fronteras políticas no pueden ser excusa para no involucrarse cuando los DDHH están siendo avasallados.

agosto 16, 2021

La consulta ciudadana de la Unidad Constituyente

Este sábado tendrá lugar la consulta ciudadana que hará la Unidad Constituyente (UC) para definir quién será su abanderado presidencial para las próximas elecciones que tendrán lugar en noviembre de este año.

Esta consulta tiene lugar luego que los partidos de la UC vieron fracasadas sus gestiones para ir a las primarias legales que ya tuvieron lugar y de las que emergieron las candidaturas de la derecha, representada por ChileVamos y su candidato triunfador, Sichel, y de la izquierda, representada por ChileDignidad, donde triunfó Boric del frente Amplio.

El éxito de las primarias, reflejado en su capacidad de convocatoria a más de 3 millones de votantes, mostró que los tiempos no están para acuerdos cupulares entre cuatro paredes, y que si se aspira a alguna posibilidad de triunfo, es imprescindible una consulta ciudadana contra viento y marea.

De allí la consulta que tendrá lugar este sábado, sin mayor respaldo legal, sujeto a la voluntad y capacidad organizativa de los partidos participantes -Partido Socialista (PS), Partido Demócrata Cristiano (PDC), Partido por la Democracia (PPD), Partido Radical (PR), Partido Liberal (PL) y Nuevo Trato (NT)-.

Se trata de una consulta en la que podrán participar los militantes de los partidos que conforman la coalición y todos los independientes interesados en adherir a uno de los candidatos en carrera. Se asume que en cada ciudad habrá algún local adonde se pueda concurrir a votar. Si bien no se espera una alta concurrencia al proceso de consulta, dadas las circunstancias bajo las cuales se lleva a cabo, se admite que no había otra alternativa porque no se vio viable una nominación a dedo.

Las tres precandidaturas presidenciales –Maldonado, Narváez y Provoste- sin bien tienen matices que los diferencian, representan muy clara y nítidamente el espíritu originario de lo que fue la Concertación y la Nueva Mayoría, buscando superar sus debilidades, heredar lo mejor de ellas, adaptándose a una  nueva realidad que exige cambios de envergadura.

En relación a los candidatos que ya están en carrera, cualquiera que gane en esta consulta, en un eje de derecha a izquierda, se situará dentro de lo que podríamos llamar una centroizquierda.  En términos futbolísticos, tendríamos una delantera donde por la extrema derecha iría Kast; por la derecha, Sichel; por el centro, un tanto inclinado hacia la izquierda, quien emerja de la consulta ciudadana de este sábado; por la izquierda, Boric, y por la extrema izquierda, habrá que ver, pero al paso que van todo indica que irá más de uno. Esto último sería una prueba indesmentible del espíritu de pulverización que suele animar al izquierdismo extremo.

El candidato que surja este sábado tendrá la responsabilidad de encabezar una coalición que no podrá eludir ni posponer las transformaciones que se demandan en múltiples planos –educacional, salud, medio ambiente y pensiones- sin grave detrimento de la convivencia nacional.

Quienes adhieren al ideario de alguno de los partidos de la Unidad Constituyente, militantes o simpatizantes, deben sentirse llamados a participar en esta consulta. 

agosto 13, 2021

De nosotros depende

Photo by Matt Palmer on Unsplash

Me resulta chocante observar lo que estamos viviendo. Por un lado una generación viviendo un portentoso desarrollo científico-tecnológico, y por otro lado, ese mismo mundo viviendo al borde de la cornisa como consecuencia de lo que se ha denominado el cambio climático.

Me resulta chocante porque como nunca antes el ser humano ha podido desarrollarse como persona, satisfacer sus necesidades básicas. Hemos sido capaces de aumentar la productividad de la tierra, producir más por hectárea, en menos tiempo y ajustando el uso del agua a los requerimientos de las plantas. Hemos sido capaces de construir viviendas más confortables, con materiales de mayor calidad y duración. Hemos logrado extender los servicios básicos tradicionales –agua y energía eléctrica- a prácticamente todos los sectores de la sociedad.

Hemos logrado comunicarnos vía celulares donde quiera que estemos. Hemos logrado incrementar sustancialmente la cantidad de años de vida de las personas. En fin, para qué seguir.

Sin embargo, al mismo tiempo, las catástrofes naturales están dando cuenta de que estamos viviendo al límite. Los incendios se multiplican al igual que las inundaciones, los aluviones, las erupciones, las sequías. El cambio climático está entre nosotros, haciéndose ya imposible sustraerse a una nueva realidad marcada por temperaturas extremas que están alterándolo todo.

El planeta tierra está en jaque, unos más, otros menos. No hay escape posible, salvo pasar a otro planeta, a marte o venus como algunos multimillonarios ya están pensándosela. La humanidad entera está siendo afectada. Inicialmente los más pobres, pero de esta no se librará nadie: acá estamos todos juntos en un mismo barco -la pachamama, la madre tierra- en distintos camarotes, de primera, segunda, tercera o cuarta. Camarotes que se distinguen unos de otros por sus comodidades, por disponer de más o menos tecnología. Pero para el caso, da lo mismo, puesto que todos los indicios apuntan que al paso que vamos el barco se hundiría sin remedio.

¿Qué está ocurriendo? Para unos se trataría de un proceso cíclico, que no sería la primera en la historia de un cambio planetario, y por tanto, no habría nada que hacer, que solo cabe esperar el curso de los acontecimientos. Hasta aquí habríamos llegado, y donde el aquí puede ser en los próximos 10, 20, 50 o 100 años. Da igual, este sino estaría fuera del control del ser humano.

Para otros, el destino no está escrito y puede ser modificado por nosotros. No estamos condenados ni mucho menos. La duda reside en si estamos a tiempo, o no, para frenar el colapso. Hoy, con los recursos tecnológicos disponibles podemos revertir lo que se viene, siempre y cuando el ser humano sea capaz de modificar su conducta en relación a los demás y con la naturaleza. Son quienes creen que, al fin y al cabo, aún es tiempo para enmendar la forma en que nos relacionamos entre nosotros y con la madre tierra. Me inscribo dentro de estos últimos.

agosto 12, 2021

La famosa Lista del Pueblo

Photo by Tito Texidor III on Unsplash

La famosa Lista del Pueblo (LDP) está dando que hablar. Digo famosa por haber sido la lista revelación al obtener un significativo número de candidatos electos para la convención constituyente. De la nada, se aparecieron de improviso sorprendiendo a moros y cristianos. En cierto modo se sienten los padres de la explosión social y han marcado distancia de los partidos políticos, resistiéndose a ser uno más de ellos. Digo que está dando que hablar, por dos motivos: la nominación presidencial y los gastos presentados por sus candidatos  a la convención.

Un día afirman que llevarán candidato presidencial, sí o sí, e incluso enumeran las características que debe tener, entre ellas, ser mujer y de pueblos originarios. A los pocos días, entre gallos y medianoche, luego de una votación entre menos de 80 personas, se levanta la candidatura de Cristian Cuevas, con un pasado como dirigente sindical, militante de 3 partidos políticos, y candidato a sendas elecciones sin ser electo en ninguna de ellas. A poco andar, desde las alturas de la LDP y a la hora de escribir estas líneas se da cuenta que se abre la carrera para que compitan por patrocinios 3 precandidatos presidenciales, entre los cuales no está Cuevas.  

El otro motivo por el cual la LDP ha estado en el tapete noticioso ha sido por problemas relacionados con la rendición de boletas al Servicio Electoral (SERVEL). Boletas emitidas por familiares (hijos, hermanos, cónyuges, tías, cuñados, sobrinos, nueras) de candidatos de la LDP y que han sido cuestionadas por la propia comisión de ética de la LDP. Cabe recordar que SERVEL pagó una cifra del orden de poco más de mil pesos por cada voto obtenido por los candidatos. Para obtener este financiamiento los candidatos debían respaldar sus gastos de campaña con boletas. Dado que esta información debe ser pública, se tuvo conocimiento que no pocas boletas fueron emitidas por familiares de los candidatos.

Estos dos hechos, las martingalas para nominar a los precandidatos presidenciales y las boletas de los familiares de los candidatos a constituyentes, demuestran que la LDP no ha podido sustraerse a los males que aquejan a los partidos políticos que tanto denostan. Rasgan vestiduras, queriendo estar por encima de los partidos políticos, y no quieren ser como ellos, pero a la hora de la verdad su comportamiento deja mucho que desear.

No es llegar e involucrarse en política sin constituirse formalmente en un partido político con todos los deberes y derechos asociados. No existe una democracia sin partidos políticos, y para tener una democracia en forma, robusta, es imprescindible contar con partidos políticos sólidos. Sin ellos la democracia se debilita.

agosto 09, 2021

Olimpíadas: no todo lo que brilla es oro

Photo by Kyle Dias on Unsplash

En las Olimpíadas de este año se han estado destapando problemas que se arrastran desde hace tiempo y que se relacionan con la salud mental.

La gimnasta estrella de EEUU en las olimpíadas anteriores, la pequeña Simone Biles decidió liberarse de presiones de toda índole retirándose de la competencia en equipo. Fue capaz de tomar aire, respirar profundo y adoptar la decisión de no proseguir por salud mental. Tuvo el coraje de sustraerse a lo que se le estaba imponiendo para resolver no aguantar más, no seguir porque le hacía mal. Al hacerlo nos recuerda su vulnerabilidad, al igual que la de todos nosotros, y con ello se hace un gran favor a sí misma, al igual que a todos nosotros. Su retiro nos muestra la fragilidad humana, que no somos máquinas, que somos de carne y hueso, que tenemos sentimientos, emociones, que no se nos puede exigir más y más sin parar hasta el infinito, sin respeto por nosotros mismos. En cierto modo Biles nos dijo ¡basta, soy humana, soy vulnerable, y por salud mental me retiro! No hay derecho a exigencias sobrehumanas, ni de las familias, ni de los cuerpos técnicos, ni de los países que representan.

No debe haber sido fácil para Simone Biles abrirse para tomar la decisión gatillada por la presión que los deportistas de primera línea deben soportar, ni el estrés que deben vivir y el agotamiento que involucra un entrenamiento de una intensidad difícil de calibrar. Esa no es vida. Nadie tiene derecho a aguantar lo que ha aguantado Simone y tantos otros deportistas de excepción que viven y sufren en silencio para no defraudar expectativas. Expectativas que no pocas veces, para no ser defraudadas, son satisfechas por la vía de las drogas.

Simone Biles destapó una olla que hace mucho tiempo está hirviendo. Ya había antecedentes de que no todo era tan hermoso como lo pintan. En las olimpíadas de 2016, quien en natación había batido records tras records, Michael Phelps, dio cuenta de la lucha que ha debido enfrentar contra la depresión y el suicidio. Basquetbolistas de excepción también han dado cuenta de problemas emocionales. Y la tenista japonesa Naomi Osaka, quien llevó la antorcha al inaugurarse los juegos olímpicos ha sacado a luz su batalla contra la ansiedad. Deportistas chilenos también se han visto afectados. No hay derecho

Hace tiempo que las Olimpíadas dejaron de llamarme la atención y la razón está dada por lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo con no pocos de los atletas participantes. Desde hace ya un buen tiempo venimos observando que las olimpíadas han dejado de ser una competencia amateur dentro de límites humanos. Hace rato que dejó de ser amateur por su extremo nivel de exigencia para aspirar a obtener alguna presea, y en el que no pocos países aspiran obtener réditos políticos.

Confieso que ya no disfruto viendo cómo los atletas de élites se desfiguran por levantar más y más pesos; ya no disfruto con los clavados, los saltos mortales, ni los records que se baten. No los disfruto porque tras cada triunfo o record hay algo más que esfuerzo, perseverancia, voluntad, disciplina. Hay millones de dólares, hay negocios, hay drogas, hay exigencias que están destruyendo, distorsionando vidas, mientras millones de televidentes a lo largo del mundo observan en pantalla el espectáculo de los milagros deportivos que nada tienen de milagros. Ya no es deporte. Es masoquismo.

En síntesis, no todo lo que brilla es oro.