julio 27, 2022

El país en que queremos vivir

Foto de Trevor Vannoy en Unsplash

El próximo 4 de septiembre estaremos ante una elección trascendental: definiremos la constitución que nos regirá. Quizás lo más apropiado sea afirmar que definiremos las bases de la nueva carta constitucional porque a pocos les deben caber dudas que la mayoría se inclinará por introducir reformas a la opción triunfante. La madre del cordero será sobre qué base: la vieja constitución del 80, parchada y remendada una y otra vez en la medida que las élites y “expertos” del país se allanaran a hacerlo, o la nueva constitución propuesta por una convención bien poco convencional, conformada en gran parte por “los que sobran”, y cuya andadura ha estado llena de anécdotas, tropiezos, desmesuras, de inicio a fin. 

Quizás, como ya se ha advertido, las opciones en carrera no debieron haber sido dos (apruebo o rechazo), sino cuatro (apruebo totalmente, apruebo con reformas, rechazo con reformas, o rechazo totalmente). Sin embargo las cosas son como son y no era fácil anticipar el escenario que tenemos ante nosotros. Por tanto, la pregunta clave es ¿cuál de las opciones en carrera nos conviene más: apruebo o rechazo?

Quienes ya han tomado una decisión tienen sus razones basadas en su capacidad de discernimiento, en sus intereses, en sus experiencias de vida. Quienes no la han tomado aún están en su pleno derecho y muy probablemente sean el “segmento de mercado” al cual apunte la publicidad, al igual que los resultados de encuestas de dudoso origen y las noticias falsas que tienden a multiplicarse a través de las redes sociales.

La capacidad para resistir estas presiones pondrá a prueba nuestra resistencia para inclinar nuestra preferencia en favor de una opción u otra, presiones que irán in crescendo a medida que nos acerquemos al 4 de septiembre. No pocos están perdiendo la cabeza en este escenario avizorando el peor de los escenarios en caso de triunfar la opción contraria a la de uno. Mi invitación es a no perder la cabeza, a poner paños fríos. En democracia es indispensable no cortar los vasos comunicantes entre nosotros, entre quienes vivimos en un mismo país. No podemos darnos la espalda, tenemos que ser capaces de contenernos, de aceptarnos.

La Constitución Política del Estado define las líneas gruesas, el marco o la forma en que nos organizamos para convivir armónicamente. En tal sentido define una dirección respecto de lo que queremos, del país en que queremos vivir. Como dijera Alvin Toffler, sociólogo estadounidense, “Hay que pensar en grandes cosas mientras se hacen pequeñas cosas, para que todas las pequeñas cosas vayan en la dirección correcta”. En tal sentido creo que la constitución propuesta expresa la dirección, el norte al cual debiésemos aspirar. En efecto, enfatiza aspectos largamente acariciados por mucho tiempo y que tienen relación, entre otros, con la regionalización, una economía solidaria y circular en armonía con la naturaleza, los derechos económico-sociales, con la aspiración de vivir en un país menos desigual.

Que estos aspectos estén en la constitución si bien no aseguran su vigencia, su inclusión nos define el futuro que queremos, la dirección o el objetivo que perseguimos. Otra cosa es cómo removemos los obstáculos que se interponen para alcanzar ese futuro,  que es la tarea que tendremos por delante el día después y a la cual deberá abocarse el mundo político y la institucionalidad vigente. Ese será el gran desafío en el que deberemos concentrarnos, el de la implementación de los temas más arriba mencionados.

Por eso, más allá de los agoreros del desastre o del caos, como expresara la expresidenta Bachelet, emulando a Pablo Milanés, si bien la constitución propuesta “no es perfecta, más se acerca a lo que siempre soñé". Su legitimidad democrática, le provee de una sólida base para subsanar sobre la marcha los ripios que su implementación sugiera.

julio 26, 2022

¿Qué entendemos por neoliberalismo?

El neoliberalismo es una expresión que surge y/o adquiere difusión en la década de los 70 queriendo expresar un nuevo (de neo) liberalismo, pero circunscrito al ámbito económico, aislándolo o separándolo del ámbito político, el cual es reducido a la más mínima expresión. Se suele asociar su origen a la sociedad de Mont Pélerin, a la Escuela austríaca de Economía, a la Escuela de Chicago en los Estados Unidos de Norteamérica y a los economistas Friedrich von Hayek y Milton Friedmann, este último como su promotor y difusor a través del libro “La libertad de elegir” de su autoría.

El neoliberalismo adquiere su máxima expresión con Chile en tiempos del innombrable, siendo nosotros un verdadero laboratorio experimental a nivel mundial que mereció la visita de uno de sus máximos impulsores, Milton Friedman. Experimento impuesto a rajatabla en Chile sin participación ciudadana alguna. Sus impulsores en Chile fueron un conjunto de economistas formados en la Universidad de Chicago que aprovechando la existencia de una dictadura y la crisis económica en que se encontraba el país en 1973 ofrecieron sus “desinteresados” servicios a un gobierno militar que carecía de una política económica.

El neoliberalismo lo podemos caracterizar por impulsar, promover o apoyar a ultranza la libre competencia, el libre mercado, la iniciativa privada, la organización empresarial en desmedro de la de los trabajadores, el derecho de propiedad, y la existencia de un Estado mínimo. No le importan los costos sociales ni políticos que esto genere.

En Chile se vio favorecido por implementarse en dictadura y su mantenimiento desde 1990 en plena transición democrática se vio facilitado por la vigencia de una constitución que resguarda estas características y que no ha podido ser modificada hasta ahora. Lo más que se ha podido hacer es limar sus aristas más ásperas, introduciendo mínimas regulaciones, siempre y cuando sean respaldadas por quienes impulsaron el neoliberalismo en Chile.

Bajo este modelo el derecho de propiedad adquiere el rango de sagrado, no así el de la vida humana. Carabineros y las FFAA son fortalecidos no para proteger los DDHH, sino que para proteger la propiedad privada, y en no pocos casos para violar impunemente los DDHH.  Propugna un Estado reducido a la más mínima expresión que no interfiera en el quehacer privado y cuya razón de ser se centra en el mantenimiento de poderosas FFAA y Carabineros destinadas a resguardar el orden interno. Un particular orden, el de las élites en desmedro de  “los que sobran”.

El neoliberalismo promueve una economía de mercado en nombre de la libertad individual, dejando que el mercado se desarrolle sin la intervención del estado, razón por la cual apoya, en este ámbito, la desaparición progresiva del sector  público en favor del sector privado. Por el contrario, procura fortalecer el Estado en los ámbitos policial y militar, con miras a proteger los intereses de las élites o castas económicas.

El neoliberalismo alcanzó su máximo  esplendor en tiempos de Reagan y Tatcher, la década de los 80, con apoyo del laboratorio experimental que supuso el gobierno del innombrable. La consecuencia del neoliberalismo ha sido un incremento de las desigualdades sociales y la desprotección de los trabajadores al limitar sus derechos más elementales por la vía de facilitar el despido libre, disminuir las prestaciones sociales con el propósito de abaratar los costos laborales.

Entre las bondades que se le achacan, se incluye la reducción de la pobreza, lo que no ha sido sino un volador de luz porque se trata de una reducción ficticia, falsa, inestable, frágil, precaria, temporal, sin solidez alguna. Todo ello dado que no se basó en un aumento en los ingresos, sino que en una liberalización de la capacidad de endeudamiento a tasas de interés usureros. Es así como los de arriba se pueden dar el lujo de comprar un bien a menor precio que los de abajo. ¿Por qué? Porque mientras los de abajo compran al crédito, los de arriba lo hacen al contado. Basta una pandemia o una crisis económica para que el pobre vuelva a su pobreza de siempre, para que todo vuelva a fojas cero, testimoniando con ello que el desarrollo que pregona el neoliberalismo tiene pies de barro. Es lo que estamos viendo por estos días, donde quienes a lo largo de las últimas décadas salieron de la pobreza, están volviendo a caer en ella.

Superar el neoliberalismo que nos corroe, con toda la carga de individualismo que trae consigo, es el gran desafío que tenemos por delante: la construcción de un modelo económico capaz de conciliar el individualismo con la solidaridad, la cooperación, capaz de armonizar el desarrollo humano con el respeto a las limitaciones de la naturaleza. Es un imperativo la construcción de una economía circular y solidaria. 

julio 23, 2022

Desde Alemania en tiempos bravos

A continuación haré mención a algunos detalles que me están llamando la atención durante mi estadía en Alemania. En general, el comportamiento ordenado  de su población. Tienden a cruzar solo en las esquinas especialmente remarcadas para estos efectos. Solo cruzan cuando el semáforo les habilita para hacerlo. Aunque no pase vehículo alguno, prefieren esperar. Si alguien osa cruzar cuando no corresponde, es mal visto. La desaprobación social implícita y explícita de otros peatones es manifiesta. Los semáforos y la señalética no son meros adornos, ni están localizados al azar.

En general, sus pueblos y ciudades destacan por la limpieza de sus espacios públicos. No tanto porque los servicios de limpieza sean eficientes y recorran periódicamente los diferentes espacios existentes, sino porque la población se resiste a tirar papeles o cualquier tipo de basura a la calle. Medio mundo hace uso de la infinidad de espacios públicos existentes –calles, plazas, parques, playas- para desarrollar actividades recreativas, de descanso, donde cada familia suele llevar su propia bolsa para volcar allí los restos de comida en los picnics que realizan. Es común ver la celebración de cumpleaños, bodas, fines de años escolares y laborales en estos espacios. Se valoran y cuidan los espacios públicos.

En general el transporte público funciona. Estamos hablando del metro bajo superficie (U-Bahn), del metro sobre superficie (S-Bahn), de los buses, de los tranvías (Tram). Una de las consecuencias de la guerra en Ucrania es la aceleración del uso de la electricidad en el transporte público dada la disminución del abastecimiento de gas y petróleo por parte de Rusia. Letreros luminosos en las paradas informan las horas de cuando llega la locomoción que se está esperando. Los horarios son respetados y guían el comportamiento y los cálculos de tiempo de transporte por parte de los pasajeros. Todo esto complementado por un sistema en internet que permite a toda persona que porte un celular seleccionar la ruta a seguir para llegar a destino.

Casualmente, durante los meses de mi permanencia acá, puedo hacer uso de todo transporte público  con un ticket cuyo valor es poco menos de 10 mil pesos chilenos mensuales, política adoptada por el gobierno alemán para desincentivar el uso del automóvil por parte de los privados para reducir el consumo de gasolina. Esto se complementa con la introducción de los automóviles eléctricos cuya producción se está alentando con fuerza. A ello se agrega que se permite portar las bicicletas en el transporte público sin mayor costo. En Luxemburgo se ha ido más allá: el transporte público es gratuito! En otros países europeos se está abriendo paso esta alternativa que a ojos de “los expertos chilenos”, en sus análisis de beneficio/costo aderezados del más puro neoliberalismo, todo esto sería escandaloso: populismo puro y duro.

Los edificios están reforzando sus paredes exteriores para incrementar su aislación térmica junto con incrementar la instalación de paneles solares para enfrentar la próxima temporada invernal y disminuir la dependencia de Rusia. La solidaridad con Ucrania se manifiesta ondeando la bandera ucraniana, tanto en espacios públicos como privados.

En general, un signo dominante en la sociedad alemana viene dado por la informalidad y la sobriedad, lo que se observa en el vestir, en la gastronomía, en los modelos de vehículos, en las viviendas y el comportamiento en general. Pocos aspiran a quererlo todo, la sencillez domina la escena.

En general los edificios no cuentan con conserjes ni estacionamientos para vehículos, los cuales se estacionan en las calles sin que se les cobre. Esto da cuenta del nivel de seguridad y confianza imperante, dado que a nadie se le pasa por la cabeza que le roben el vehículo ni que algún extraño ingrese a un edificio de departamentos para robar.

El reciclaje anda a lo orden del día llamando la atención que quienes no necesitan lo que tienen, en vez de tirarlo a la basura o acumularlo en alguna pieza o bodega, lo dejan en las puertas de sus viviendas para ser recogidos por quienes pudiesen necesitarlos.

Por último debo destacar la coexistencia pacífica entre distintas razas, culturas y religiones, porque en este sentido las grandes ciudades alemanas se caracterizan por ser verdaderos modelos de diversidad.

Lo expuesto no es uniforme, se da en mayor o menor medida en unos lugares, barrios, sectores que en otros, pero es la tónica dominante. ¿De qué depende? No lo sé, pero sospecho que depende del nivel educacional, cultural. 

julio 17, 2022

La política descolocada

Foto de Daniel M. en Unsplash
En Chile, Boric parece haber dado un golpe a la cátedra remeciendo el tablero político casero. Consultado respecto de qué sobrevendría en caso de un triunfo de rechazo, muy suelto de cuerpo, sin arrugarse siquiera, sostuvo que debiera iniciarse un nuevo proceso constituyente. Se asumía que si ganaba la opción del rechazo mantendría su vigencia la constitución del 80. Negó esa posibilidad basado en que el resultado del plebiscito de entrada fue categórico: no a la constitución del 80, sí a una nueva constitución. Por tanto, afirma Boric, si la gente rechaza la propuesta de nueva constitución elaborada por la convención, entonces solo cabría volver a elegir convencionales para que elaboren una nueva constitución que también debería someterse a  plebiscito de salida. Y así sucesivamente, hasta que la propuesta constitucional sea aprobada.

Esta interpretación descolocó al mercado político que no se esperaba esta interpretación. Las críticas no se hicieron esperar. Ellas llegaron desde el minuto cero, en especial desde las trincheras, quienes están con el apruebo y el rechazo sin matices, antes siquiera de haberse iniciado la convención y sin interés siquiera en leerla propuesta constitucional. Desde los fanáticos del apruebo a secas, sin medias tintas, las críticas apuntan a que sin querer queriendo le da alas al rechazo, al abrirse a la posibilidad de que gane el rechazo. Como quien dice, no importa si gana el rechazo porque entonces lo único que cabe es volver a empezar otro proceso constituyente. Desde la barra brava del rechazo porque presumían que continuaríamos con la constitución del 80, que la pelota estaría en sus manos para determinar si se abrirían a algunos cambios, cuáles cambios y con qué profundidad.

A los amarillos del rechazo, así como a los partidarios del apruebo para mejorar, también los descoloca porque ni en sus mejores o peores sueños imaginaron siquiera la apertura de otro proceso constituyente. No se lo pensaron tanto por falta de imaginación como por el desgaste de tiempo y recursos que implicaría. No sé si el país resistiría otro par de años dándole vueltas al mismo asunto sin que el país sufra las consecuencias por la prolongación indefinida de la incertidumbre.

Desconozco, por no pertenecer al círculo íntimo del presidente, si él previó el remezón político que generaría sus declaraciones. No sé si ellas despejan el panorama, o lo nebulizan.

2448. Afirmas estar totalmente de acuerdo con mi descripción sobre el nuevo gobierno de Chile, que deberá demostrar su valía pese a su juventud e inexperiencia, la vieja generación que agotó su ciclo pero sin abrir espacio alguno, como el niño que se encapricha con un juguete y no lo suelta, pero viene otro niño y se lo saca. Y me preguntas ¿qué pasará? No lo sé. Sí creo que Boric está aprendiendo sobre la marcha a pasos agigantados, que parece tener un olfato político que nos supera. A su lado nosotros seríamos unos imberbes. Está aprendiendo a navegar en aguas tempestuosas, con un equipo de gobierno que muestra flancos débiles, pero no los suficientes como para hacer zozobrar la embarcación. Lo que tiene en manos no es broma. Asumió con problemas gordos que tenía que resolver, que no ha resuelto y que no creo que resuelva –relación chilena-mapuche, fenómeno inmigratorio, inflación-. A lo más, cual malabarista, los dejará como testamento a un futuro gobierno como problemas agudizados o morigerados.

Boric se da cuenta que solo con su coalición (FA y PC) no puede gobernar, que necesita ampliar sus fronteras, por lo que se ha acercado a los partidos que conformaron la Concertación en el pasado. Es así como hoy lo respaldan el PS y el PPD de la exConcertación, a disgusto de no pocos en el FA y el PC, pero observo que están resignados. Poco a poco deben entender que no se gobierna haciendo lo que se quiere, o siguiendo un programa de gobierno al pie de la letra, sino que gobernando como se puede. El único límite, a mi modesto entender, es no darse vuelta de carnero, esto es gobernar al revés como lo hizo en su tiempo Gabriel Gonzalez Videla (GGV), alias Gabito, un presidente radical que salió elegido con el apoyo del PC, pero que a poco de iniciar su gobierno proscribió al PC e hizo perseguir encarnizadamente a sus militantes relegándolos a Pisagua. 

julio 13, 2022

Las dos opciones en juego en el plebiscito de salida

Dentro de menos de dos meses seremos convocados para pronunciarnos sobre la propuesta constitucional que salió de una convención integrada paritariamente por 77 mujeres y 77 hombres elegidos democráticamente.

Las alternativas en juego son tan solo dos: o se mantiene la constitución vigente de 1980 de triunfar la opción rechazo, o se instaura la nueva constitución que se está dando a conocer, se triunfa la opción apruebo.

En teoría debiera ganar la opción apruebo si nos remontamos al plebiscito de entrada, donde casi el 80% de los votantes se pronunció por una nueva constitución en reemplazo de la del 80. Luego de este plebiscito de entrada se procedió a elegir a los convencionales, donde la derecha quedó reducida a la más mínima expresión, sin capacidad de veto alguno. No alcanzó siquiera a reunir el tercio de los convencionales. Sin embargo, esa misma derecha se recuperó en la última elección parlamentaria, donde se ha atrincherado con una representación que va mucho más allá del tercio.

La opción del rechazo en el plebiscito de salida tiene un piso mínimo dado por el porcentaje alcanzado por el rechazo en el plebiscito de entrada, poco más del 20%, más el de quienes desde la derecha se abrieron a un cambio constitucional conscientes que la cuerda no podía seguir estirándose más y más. Dentro del casi 80% que apostó por una nueva constitución podemos asumir que un cuarto de ellos, esto es, un 20% está desconforme con la propuesta constitucional que salió de la convención, que no es la que esperaba. Llegamos así a un piso del 40% para el rechazo en el plebiscito de septiembre. A este porcentaje habría que agregar a los desencantados de la ex Concertación y particularmente dentro de la democracia cristiana (DC). La reciente Junta Nacional de la DC vino a confirmar la existencia de las dos almas que han atravesado a la DC desde los tiempos de Frei Montalva.

En consecuencia a la justa electoral de septiembre llegan las opciones apruebo y rechazo sin que ninguna de ellas pueda cantar victoria de antemano. Se presume que la llegada será estrecha. Este solo hecho es revelador de las sustanciales diferencias que nos atraviesan, agravadas por una beligerancia que es acicateada gratuitamente por las redes sociales por la vía de la propagación al por mayor de falsedades manifiestas. Esta realidad es de por sí negativo, debido a que anticipa una perpetuación del clima imperante que en nada favorece la concordia y la paz social tan necesarias para un desarrollo en plenitud.

Si bien han aparecido voces destinadas a morigerar ambas opciones (rechazo para reformar y apruebo para mejorar), la verdad que las opciones en lisa son tan solo las que estarán en la papeleta: apruebo o rechazo. Lo que ocurra el día después dependerá de la magnitud o estrechez de la diferencia y de la fuerza interpretativa que se le dé al interior de la opción triunfadora.

julio 07, 2022

Desde Tres Cantos

Escribo estas líneas estando en Tres Cantos, a unos 20 kilómetros al norte de Madrid, un municipio creado en 1991 como ciudad dormitorio de la capital y donde se han asentado no pocas empresas industriales. Las buenas y malas lenguas dicen que fue planificada en tiempos de Franco. Desde su creación ha estado creciendo sin parar. Ahora ya tiene alrededor de 50 mil habitantes y viendo los terrenos sobre los cuales se están construyendo casas y edificios, todo indica que su crecimiento sigue su curso.

Caminar por la sombra de las calles de Tres Cantos es un deleite. La gente se saluda, unos con niños, otros acompañados de perros domésticos de todos los pelajes. Me ha tocado ver tantos perros domésticos como callejeros hay en Chile. Los perros domésticos están asegurados, esto es, sus dueños les contratan seguros por los más diversos conceptos. Sus excrementos son recogidos religiosamente por los dueños de los perroa cuando los sacan a pasear. Así como existen parques infantiles, también los hay para perros. Me tocó ir a uno de estos parques. Allí los perros platican, se huelen, coquetean, se muestran los dientes y también se pelean. Cosas de perros.  

Escucho hablar de la España vacía, o vaciada, en referencia a los múltiples pueblos que se están despoblando y cuyas gentes buscan un mejor destino. Ni el corona virus, ni el desarrollo tecnológico digital, han logrado alterar, al menos hasta este momento, esta tendencia. Pero es claro que en algún minuto, más temprano, o más tarde, esta tendencia deberá revertirse de la mano del “trabajo en casa”, de la vida simple, del retorno a la madre tierra.

Desde Tres Cantos, bien acompañado por mi primo menor, Carlos, con su señora Conny, y la mía, nos fuimos a pasar unos días a una urbanización, La Fontanilla, que está camino a Ávila, y que destaca por su vegetación en medio de campos que por esta época toma tintes amarillentos, secos. Sus embalses, que acá llaman pantanos, asombran por su extensión y bajo nivel de sus aguas. Estando en La Fontanilla, para hacer unas compras pasamos a Puenteviejo, donde aprovechamos de tomarnos un exquisito tinto de verano que nos recomendaron con entusiasmo. Allí, sentados en la terraza de un bar conversamos de lo divino y lo humano. A Conny le faltan un par de años para jubilar. Tanto en Tres Cantos como en Fontanilla, en horas de trabajo, escrupulosamente, se instala en su PC para trabajar sin pérdida de tiempo. mientras tanto, mi primo Carlos aprovecha de reparar lo que haga falta, o de cocinar o de conversar. Para la cocina, un as. Estudió y trabajó en eso, sabe de qué se trata. Verlo cocinando es todo un espectáculo. Su hijo sigue sus pasos en un hotel de Mallorca. Imposible olvidar sus omelletes de champiñones y gambas, así como sus ensaladas bien aderezadas y una parrillada de entrañas con su hija Cristina, su pareja y sus adorables hijas.

Estando en Tres Cantos alcanzamos a ver a grandes amigos. A Pedro y Cristina, un matrimonio argentino, de San Juan, a quienes conocemos desde hace ya casi 40 años cuando me tocó vivir en Madrid a mediados de la década de los 80. Hicimos gratos recuerdos, fuimos compañeros en la Facultad de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid, hacíamos paseos/viajes juntos a Sigüenza, Pedraza, Peñíscola y estuvimos en las fallas de Valencia. Mucha agua ha pasado bajo el puente del tiempo. Ya no somos los mismos, pero al mismo tiempo seguimos siendo los mismos de siempre. Ahora los dos estamos jubilados, bien jubilados. Nos reconocemos. 

También alcanzamos a ver a Susan Fenollera y su familia, a quien no veía desde que era una lola veintiañera. Íbamos a casa de sus padres, Jose e Isabel, en Navalperal de Pinares, donde siempre me recibían con los brazos abiertos. Ambos españoles, ambos con cigarro en mano, ella con su sonrisa contagiosa y él con ceño adusto a medio sonreir. Ambos fallecidos hace poco. Susan nos alegró el almanaque con su alegría desbordante y una familia sin igual. Motera (motoquera), ha recorrido con su marido, Europa entera. Para ella, andar en moto, sentir el viento, la brisa, la velocidad,  y pasar de pueblo en pueblo en caravana de motos, no tiene precio. Tanto Pedro y Cristina, como Susan y su familia nos recibieron con sendas mesas bien servidas de tortillas de patatas y entremeses varios. Hospitalidad desbordante.

Los ecos de la cumbre de la OTAN en Madrid aún no se apagan. Si bien se llegó al acuerdo de apoyar sin atenuantes a Ucrania en su defensa ante la invasión rusa, dentro de España elevó la temperatura entre los socios de la coalición gubernamental. Se nota que la coalición entre PSOE (Partido Socialista Obrero Español) y la UP (Unidas Podemos) no cuaja, al menos hasta ahora, y todo indica que difícilmente cuajará.  En esta ocasión el cortocircuito se explica por el rechazo de UP a la ampliación del presupuesto militar y al aumento del número de destructores norteamericanos en la base naval de Rota, en la provincia de Cádiz. El rechazo de UP ha sido explícito y ha puesto en escena las dificultades que encierran los gobiernos de coalición cuando los partidos que la constituyen son incapaces de ponerse de acuerdo. Sin embargo el golpe de la semana está dado por la caída del primer ministro británico. Boris Johnson, cuyo liderazgo se vino al suelo a punta de chapuzas al por mayor a solicitud de su propio partido, el conservador. 

Cuando me preguntaron por cómo están las cosas en Chile, dije que no tan distintas a acá. Hay inquietudes similares: una coalición en dificultades, el preocupante brote inflacionario y un covid-19 que se resiste a salir de escena. La diferencia quizás resida en que en Europa se están preparando para la escalada de la guerra en Ucrania y en el desafío de un invierno sin provisión de gas ruso, o con menos gas ruso en el mejor de los casos. En cambio, en Chile la atención está centrada en la entrega al país de un documento conteniendo una propuesta constitucional que será plebiscitada el próximo 4 de septiembre en medio de una compleja andadura gubernamental.

Respecto de esto último, la campaña está desatada. Si bien los extremos ya han clavado sus estacas desde el minuto cero fijando sus posiciones, como siempre, poco a poco están sacando la palabra los sectores más moderados de uno u otro lado en medio de visiones apocalípticas, fake news y medias verdades que están intentando emborracharnos la perdiz.

julio 01, 2022

Desde Madrid: en medio de una cumbre

Foto de Vitaliy Zamedyanskiy en Unsplash
Me ha tocado estar en Madrid justo cuando se desarrolla la cumbre de la OTAN, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, instancia en la que se han reunido los mandamases de los 30 países que la integran actualmente. Se trata de una organización que emergió después de la segunda guerra mundial, en 1949, cuando 12 países signatarios del Tratado de Washington (Estados Unidos, Canadá, Bélgica, Dinamarca, Francia, Holanda, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Reino Unido y Portugal) acordaron crear una alianza con el propósito de defenderse mutuamente en caso de una agresión armada contra cualquiera de ellos.

Se trata de una alianza que nace en tiempos de lo que se llamó la guerra fría entre quienes conformaban la órbita capitalista y la comunista. Para contrarrestar a la OTAN, en los países que conformaban el mundo comunista se firmó el Pacto de Varsovia, pacto que desaparece cuando se desintegra la URSS (Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas) y se desploman los gobiernos comunistas de los países que estaban bajo el influjo de la URSS. Gran parte de estos países ya se han incorporado a la Unión Europea y otros están solicitando su incorporación, como es el caso de Ucrania.

Comento todo esto tan solo porque es lo que está tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia y el apoyo financiero y militar brindado a Ucrania por parte de los países que conforman la OTAN. El propósito de esta cumbre no ha sido otro que reforzar este apoyo a Ucrania como señal a Rusia de que su invasión no será gratis. Rusia apostó, fallidamente, a una guerra relámpago y que la Unión Europea no sería capaz de reaccionar unitariamente. Es así como se está temiendo una guerra de desgaste, de larga duración, para regocijo de la industria de armamentos y desgracia de la población mundial, partiendo por los ucranianos, quienes están en la primera línea de fuego, y que están pagando las consecuencias.

En esta cumbre que ha tenido a Madrid patas arriba en términos de congestión y actividad económica, particularmente la asociada al mundo hotelero, gastronómico y comercial. Si bien le está reportando a España un costo del orden de 50 millones de euros, los ingresos que le está generando triplican dicho costo. Biden llegó con su vehículo apodado La Bestia, totalmente blindado, a prueba de bombas y ataques químicos. Su peso es tal que su consumo de gasolina es 10 veces superior al de un vehículo normal. Biden y su séquito han copado 3 grandes hoteles completos; la delegación de Turquía, medio hotel, y con Erdogan, su líder, ocupando una suite a un costo de 25 mil euros la noche. Son increíbles las estratosféricas cifras que se manejan dados los personajes que se mueven.

Todo esto está sirviendo para darle un respiro al presidente español, Pedro Sánchez, frente al complejo escenario político que vive luego del revés experimentado en Andalucía. Allí, la derecha encabezada por el PP (Partido Popular) logró una contundente victoria que le permitirá gobernar la comunidad andaluza en solitario, sin la compañía de la ultraderecha representada por VOX.

Estando en Madrid me entero que en Chile, Marcela Cubillos ha anunciado que se reunirá acá con su marido, Andrés Allamand, para residir por algún tiempo en España. Curiosamente, la constitución de España reconoce la existencia de distintas nacionalidades, que está organizado mediante comunidades autónomas, que tiene distintas banderas, que cuenta con un potente sistema público en el campo de la educación, de la salud y de la previsión social; cuyo poder legislativo es bicameral asimétrico; donde el aborto es legal sin exigencia de causales. No deja de sorprenderme que luego de jugársela en la Convención Constitucional por todo lo contrario de la Constitución que rige en España desde el término del franquismo venga a recuperar energías para volver, quien sabe cuándo, a seguir revolviendo el gallinero.

A pesar de estar en pleno verano, las temperaturas que me han tocado en Madrid son, al menos hasta ahora, totalmente soportables, aunque se avizoran temibles olas de calor, mientras Chile es afectado por los fríos.