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Foto de Arnaud Jaegers en Unsplash |
La derecha, al paso
que van, se está dando un lujo con no tener primarias que solo a fin de año se
sabrá si no le costará caro. La renuncia de Kast y Kaiser para definir con
Matthei quien pasaría a la primera vuelta no parece tener ninguna lógica si se
considera que las primarias son una suerte de precalentamiento que permiten
calentar motores, de vitrina para mantener visibilidad pública estando
presentes en los medios de comunicación, junto con aleonar a las huestes y dar
a conocer lo que se está proponiendo.
Más incomprensible es
que no haya una primaria entre Kast y Kaiser que se disputan un mismo espacio
ideológico, el de la derecha dura, extrema. La única lógica que se me ocurre
que pueda estar tras la no existencia de primarias en este sector es la
creencia de que ganarán por paliza tal, que dos de los suyos llegarán a la
segunda vuelta. De ocurrir esto sería un verdadero golpe a la cátedra. Convencimiento
que considero rayano en la soberbia. En estas circunstancias estarían jugando
con fuego.
En la izquierda
estaría dándose lo contrario, dado que todo apunta a que tendrían una primaria
con al menos seis candidatos. Esta primaria conlleva el riesgo de una lucha
fratricida entre los precandidatos, lo que explicaría la invitación hecha por Bachelet
para que sea un espacio de debate de ideas, programas y proyectos tras un mismo
objetivo con sellos diferentes.
El gran desafío será
el de convertir este debate en un modelo ejemplar de discusión, que atraiga y
convoque en vez de espantar; en el que cada uno sea capaz de dar cuenta de su
sello, de su marca, de su postura respecto de los temas de interés nacional, sin
desacreditar a los demás. No será fácil, porque la realidad política está
marcada por la tentación de que los precandidatos se den patadas en las
canillas bajo la mesa para sacar ventajas que terminen costándoles caro. Sería
lo que se está ahorrando la derecha al no hacer primarias.
Si estas primarias
presidenciales, la izquierda las lleva a cabo en forma ejemplar, por la altura
con que fueran capaces de debatir sus precandidatos y seguidores, es altamente probable que despierte
el interés ciudadano. Interés no solo de quienes militen en los partidos
participantes en la primaria, sino de los independientes habilitados para votar.
Si consiguen que voten más de 2 millones de electores estarían dando un batacazo. Este, creo yo, es el gran desafío que
tiene la izquierda.
Con todo, aún no está
dicha la última palabra. De acá al 27 de abril, fecha tope para inscribir
primarias, puede pasar cualquier cosa: que en la izquierda finalmente hayan dos
primarias -una en la centroizquierda que incluya a los partidos vinculados a la
socialdemocracia y a la democracia cristiana, y otra en la izquierda dura que
incluya a los frenteamplistas y a los comunistas-; al igual que en la derecha,
donde una primaria pudiese incluir a Matthei y Carter, en tanto otra incluya a
Kast y Kaiser. Escenarios poco probables, pero no descartables, lo que
dependerá de cuán limpio o sucio se esté jugando.
En todo caso, de momento
todo esto no es más que ciencia ficción, lo que se irá despejando con el correr
de los días. Mal que mal, cada día tiene su afán.
Estimado Rodolfo gracias por tus comentarios ilustrativos de la política nacional. La política nunca ha sido un tema de mi predilección, nunca he participado de un partido político, pero eso no significa q no tenga mi ideas al respecto. Esperemos como se darán las cosas pero llama la atención la cantidad de cuerdas que hay para un mismo trompo, como diría un huaso del campo andino. Saludos
ResponderBorrarComentario de Héctor Cáceres
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