abril 21, 2024

Ceguera política

Foto de Raghuvansh Luthra en Unsplash

Los casos de cegueras políticas son innumerables, no solo en Chile, sino que en todo el mundo. En general, lo más fácil es esconder los problemas bajo la alfombra. Desgraciadamente en el ámbito político están primando las visiones cortoplacistas. Pan para hoy, hambre para mañana. Cuesta levantar la mirada y nos enredamos en el área chica.

En Chile hubo una explosión social en el 2019 que se sorteó por la vía de un acuerdo para una nueva constitución. Después de 4 años seguimos parados donde mismo luego de dos intentos fallidos de tener una nueva constitución. Ya no hay ánimo para otro intento. ¿qué motivó la explosión social? ¿la existencia de un conjunto de pájaros locos que arrastró a toda la población a mirar impávidos como estos pájaros incendiaban el país? o ¿la expresión de un malestar social por estar insertos en una sociedad donde la justicia brilla por su ausencia? Mientras unos ponen el acento en la necesidad de mayor represión para que estos pájaros locos no crean que las tienen todas consigo, otros ponen el acento en la necesidad de repensar la sociedad en que estamos viviendo para tener más educación, más salud, mejores pensiones, etc.

Al final creímos que la solución era cambiar la constitución. Pero a la hora de los quiu, cada uno quiso llevarse la constitución para su casa, y acá estamos, con la misma constitución de siempre y los mismos problemas de siempre.

Todo apuntaría entonces a que nuestros problemas no tienen su origen en la constitución, a que no hemos ido a la raíz de los acuciantes problemas que nos aquejan. Perdonen toda esta perorata, pero es lo que se me ha venido a la mente cuando veo cómo en el parlamento se enfrascan en discusiones bizantinas en torno a la conformación de las mesas de la cámara de diputados y del senado. Las fuerzas en pugna pareciera que vivieran en el limbo, en un país del nunca jamás donde los acuerdos se pisotean sin asco a vista y paciencia de todo el mundo. En el senado la oposición le dobló la mano al oficialismo, y en la cámara ocurrió lo contrario.

En este último caso todo el drama fue porque postulaba una diputada comunista. Ya se había frustrado su arribo en años anteriores. Ahora no alcanzó a frustrarse, pero la llegada fue al costo de meter en la mesa a un diputado, Gaspar Rivas, el sheriff, que nadie sabe para quien trabaja. Como fue quien posibilitó la configuración de la actual mesa, ahora los dardos se dirigen a él. No es para menos, puesto que la oposición quedó con los crespos hechos. Y como si los diputados no tuvieran que hacer, no encuentran nada mejor que censurar la nueva mesa recién constituida.

Todo no es mas que resultado del mundo en que estamos viviendo, la de la política de pasando y pasando, regla de oro de un neoliberalismo que tiene tanto a la derecha, como a la izquierda, bailando a su ritmo. Un neoliberalismo, cuyo dios es el dinero, que tiene a los políticos enceguecidos y a la democracia viviendo sus peores horas.

abril 17, 2024

Mirándose el ombligo

A comienzos de esta semana se renovó la presidencia de la cámara de diputadas y diputados, que finalmente recayó en una representante del partido comunista (PC), Carol Cariola.

Su elección tiene como origen un acuerdo entre las fuerzas oficialistas donde la renovación se produciría cada cierto período de tiempo. Este acuerdo se produjo al tomar posesión el nuevo parlamento hace ya poco más de dos años, cuando la mayoría de diputadas y diputados tendían a ser afines al oficialismo.

Cuando al PC le correspondía encabezar la cámara, el acuerdo fue tirado por la borda porque la mayoría de entonces dejó de serlo en virtud de un drenaje desde el partido demócrata cristiano (DC) hacia dos nuevos partidos, Amarillos y Demócratas. Partidos surgidos al calor de la última elección presidencial y que fueron protagonistas del debate generado por los fallidos procesos constitucionales en que estuvimos embarcados, particularmente en el primer proceso.

Tal como las fuerzas de gobierno tuvieron que lamer sus heridas por haber perdido recientemente la presidencia del Senado, ahora es la oposición la que tendrá que lamer las suyas al ver escapar de entre los dedos una presidencia de la Cámara que daba por sentada por tener la mayoría.

De hecho, la oposición levantó como candidata a Joanna Pérez, exDC, para tentar al centro político y así frustrar el arribo a la testera de la Cámara a una diputada comunista. Que la oposición alcanzara la presidencia del Senado hizo pensar que similar éxito tendría en esta ocasión. Estuvo a punto de lograrlo. El veto anticomunista que en su momento se impuso a Carol Cariola, supuso el incumplimiento de un acuerdo que ahora se restableció a punta de negociaciones de último minuto.

En esto no hay nada nuevo bajo el sol, donde lo que buscan de lado y lado es capturar el centro político, esto es, a quienes no se identifican ni con la izquierda ni la derecha.  La tónica ha sido, desde que tengo uso de razón, al menos en Chile, que quien conquista el centro, gana las elecciones. El centro político es la vedette a quien cortejar, querer, mimar. Y no pocas veces es el caballo de Troya de quienes se cobijan tras él.

Esto parece un juego de máscaras porque se trata de una disputa política, de un protagonismo político que está muy lejos de las preocupaciones ciudadanas. Una disputa ilustrativa de una política narcisista, que se mira el ombligo, y que por lo mismo está con su prestigio por los suelos. Mientras tanto, la ciudadanía sufre los avatares del devenir diario, y la corrupción que empapa a las élites empresariales, profesionales, militares, mientras los ciudadanos de a pie observan impávidos desfiles de dineros mal habidos.

En este contexto, los políticos nacionales en vez de abordar y resolver los acuciantes problemas que nos aquejan parecen enfrascarse diariamente en discusiones estériles que degradan la democracia, poniéndola en entredicho. Pocos escapan a este sino, tanto en medios opositores, como de gobierno. Los partidos políticos que deben ser modelos de comportamiento y propuestas, por el contrario, dejan mucho que desear.

Desgraciadamente este escenario va más allá de los partidos, trasciende a la política, empapando a las más diversas instituciones de todo orden -militares, religiosas, financieras, empresariales, profesionales, educacionales-. Todo un símbolo de los tiempos que vivimos, tiempos en los que todo se vuelve líquido, pasajero, precario, incierto, acá y en la quebrada del ají. Solo nos queda el consuelo que en otras partes se está peor, que estamos lejos de las guerras que tienen al mundo en ascuas.

abril 02, 2024

Recordando lo escrito la noche del día del último plebiscito

Foto de Jon Tyson en Unsplash

Hoy fue el plebiscito. Ganó la opción En Contra con un 55%, esto es, se rechazó la propuesta constitucional y seguimos entonces con la constitución de los 4 generales más las modificaciones de Lagos. Con este resultado se evitó una constitución que profundizaba el modelo de sociedad en que estamos sumidos.

Han pasado 4 años y estamos parados donde mismo luego de dos vueltas de carnero. Primero se rechazó una propuesta dominada por la ultraizquierda que dominó la escena vía una lista del pueblo conformada por movimientos sociales dirigidos por pájaros locos, y ahora se rechazó una propuesta marcada por la ultraderecha que dominó la escena con apoyo de la derecha.

Quienes hoy votamos por la opción En Contra no podemos decir que ganamos, porque seguimos donde mismo, pero sí podemos decir que evitamos algo peor. Todo se inició para terminar con una constitución, la de los 4 generales, y al final seguimos con la misma.

Los resultados me confirman el drama que nos aqueja, no solo a los chilenos, sino que se extiende a muchos otros países: la división entre quienes aspiran a modelos de sociedad contrapuestos y las dificultades para alcanzar acuerdos. La votación de la derecha (A Favor) perdió con holgura en todo el país, excepto en las comunas de Vitacura, Las Condes y Lo Barrenechea, donde la derecha ganó con votaciones que sobrepasan el 80%. Estamos frente a verdaderos ghettos.

Esto es cualquier cosa menos un país, es la expresión de la grieta, de la desigualdad imperante, que se expresa de múltiples formas, en el plano cultural, educacional, sanitario, etc. ahora todos dicen que hay que dar vuelta la página, que se cierra el proceso constituyente, para concentrarnos en los problemas que aquejan a la gente, resolver los problemas de las bajas pensiones, del acceso a la salud, a una educación de calidad, de la seguridad, del narcotráfico, de la corrupción, etc.

Mis temores de que ganara la opción A Favor no se confirmaron. Temores basados en una campaña publicitaria llena de falsedades y la intención de convertir el plebiscito en una evaluación del gobierno de Boric antes que en una evaluación de la propuesta constituyente. Entre los spots publicitarios destacaba uno que se expandió como reguero de pólvora aprovechando la baja popularidad de Boric: “Boric vota en contra, Chile vota a favor”. A esto habría que agregar que los medios de comunicación, con The Mercury Times y La Tercera a la cabeza, le daban como bombo a la corrupción de fundaciones dirigidas por personeros militantes de partidos de gobierno y a la detención de un indultado por Boric por el delito de secuestro.

Quienes votaron A Favor perdieron estrepitosamente en su afán de profundizar la constitución que tenemos; y quienes votamos En Contra no hemos ganado nada, excepto evitar una constitución peor de la que tenemos. Rescato de positivo que ahora toda la clase política parece concordar en que deben concentrarse en resolver los problemas que más afectan a la gente si no quiere que en las próximas contiendas electorales la ciudadanía le dé la espalda.

 

marzo 25, 2024

Misión cumplida

El día del golpe, luego del bombardeo del palacio presidencial y del ingreso de una tropa militar al mando del General Palacios, se constata la muerte del presidente Allende. A las 14 horas del 11 de septiembre de 1973, el General Palacios emite un escueto mensaje cuyo destinatario era el alto mando golpista: “Misión cumplida. Moneda tomada. Presidente muerto”.

25 años después, el mismísimo comandante en jefe del Ejército que había resuelto derrocar al presidente Allende, abandona la jefatura del Ejército exclamando a viva voz ¡Misión Cumplida! Con esta expresión hacía referencia a las tareas gubernativas cumplidas por las FFAA y Carabineros a lo largo de los 17 años. Tareas que incluyeron la persecución, el exilio, la tortura y la desaparición de opositores con apoyo de sectores civiles. Sectores a los cuales, el presidente Piñera, recientemente fallecido, al cumplirse los 40 años del golpe calificó como cómplices pasivos.

En 1998, el innombrable no abandona la jefatura del Ejército para irse para la casa. Lo hace para asumir un escaño en el Senado en carácter vitalicio, disposición fraguada por su corte de abogados para resguardarlo por la vía de la inmunidad parlamentaria frente a cualquier acusación que le pudiese formular el reguero de víctimas que dejó a su paso.

Misión cumplida es una expresión que ha vuelto a la actualidad de la mano del prestigioso abogado Luis Hermosilla. En uno de sus whatsapp a Sergio Muñoz, cuando fuera nominado como nuevo director general de la PDI, hace casi 3 años, el 10 de junio del 2021, le escribió: “Un abrazo de felicitaciones!! Me alegro mucho. ¡Misión cumplida!”. Hermosilla no es un abogado cualquiera. Su poder e influencia alcanzaba alturas hasta ahora insospechadas, pero que ahora ya se sospechan. Su pasado le permitía tener clientes a diestra y siniestra. Era el poder detrás del trono.

Hermosilla hizo su trabajo a conciencia cuando afirma “Misión cumplida”. Se movió en la cancha donde mejor se maneja para realizar la misión solicitada por Muñoz: que el gobierno lo escogiera para comandar la PDI por tratarse de un hombre “mesurado, muy prudente y medido”. Hermosilla no pidió nada a cambio. La petición de Muñoz tenía base: Hermosilla era yunta de quien por esos días era el ministro del interior, Andrés Chadwick, primo del presidente de entonces. Puro pituteo, como dirían los snobs, pura meritocracia. La corrupción, el tráfico de influencias a la orden del día.

Una vez designado, como era de esperarse, Muñoz le devolvió la mano a Hermosilla. ¿Cómo? pasándole datos confidenciales de distintos procesos en que estaban implicados clientes peso pesados de Hermosilla. Lo que se llama violación de secreto, que es de lo que se le acusa.

El otro día, conversando con un amigo sobre el tema, en el marco de una tertulia, me decía que la corrupción tenía antecedentes bíblicos, que no es algo nuevo, que ha existido desde siempre, que es consustancial al ser humano. Con ello, implícitamente le estaba bajando el perfil a los hechos o para ponerlo en su “justa dimensión”. Por favor!

Estamos en presencia de una mafia, de un tráfico de influencias, que no es nuevo, que en este caso empapa al poder judicial. Todos sabemos que para ascender en el escalafón judicial necesitas apoyos porque de otro modo no pasa nada. Lo mismo vale en otro orden de actividades. Más en los tiempos actuales de neoliberalismo, donde tanto tienes, tanto vales, y donde se impone la lógica del pasando, pasando. No necesariamente tiene que ser dinero, el vil billete, el que se transa, sino que pueden ser favores, cargos, viajes, premios, votos. Para eso, se afilian a organizaciones de todo tipo -deportivas, bomberiles, militares, políticas, religiosas, civiles, sociales- donde puedan codearse con quienes tengan, o eventualmente puedan tener poder, moverse como pez en el agua. 

Son quienes quieren estar en todas, quienes no dan puntada sin hilo. La ambición los supera. Nada los detiene, salvo cuando dan un paso en falso, como en este caso, y que es el que está permitiendo que se abra una caja de Pandora. En buena hora. De todo esto algo bueno debe salir. No hay mal que por bien no venga.