agosto 25, 2020

Oportunismo político

Pocas veces en la vida política hemos tenido la oportunidad de ver trasvasijes políticos de la magnitud que está protagonizando Joaquín Lavín. El mismo que en El Mercurio escribiera por los años 80 una columna titulada Adiós Latinoamérica en homenaje a un modelo económico chileno marcado por el neoliberalismo que parecía vivir momentos de éxtasis. El mismo que en el 2000 estuvo adportas de lograr la presidencia del país frente a Ricardo Lagos. El mismo que en sus tiempos mozos, los tiempos en los que no se movía una hoja sin que el innombrable se enterara, tras las bambalinas fue moldeando el país a sus anchas junto a sus correligionarios de la UDI -Guzmán, Longueira, Chadwick, Bombal, Novoa, entre otros-. 

Hoy, actual alcalde de Las Condes, plantea la necesidad de un gobierno de convivencia nacional, busca salir de la trinchera, aspira recoger elementos propios de la socialdemocracia, y asume la necesidad de una nueva constitución, de un nuevo pacto social apostando por el apruebo en el próximo plebiscito. Las críticas no se hicieron esperar, tanto desde su propio sector y de su propio partido, como de la oposición.

No se trata de cualquier personaje. Es un candidato de fuste en cualquier elección, y está posicionado desde hace tiempo en la pole position para la próxima elección presidencial, y gracias a una alta y persistente exposición pública su nivel de conocimiento en la población es alto.

La pregunta es ¿estamos en presencia de un caso de extremo oportunismo político para moverse al compás del viento? ¿O de un sano reconocimiento de una realidad que evoluciona o de que se estaba equivocado?  No lo sé. 

Quisiera creer que su postura es sincera, que se trata de un reconocimiento de que los ideales que abraza la socialdemocracia no eran tan abyectos como pensaba. Desafortunadamente me resulta en extremo difícil creerle, esencialmente por dos motivos. Uno, por tratarse de un candidato a la presidencia bajo un escenario en el que el centro político está huérfano, al menos hasta la fecha de escribir estas líneas. Presumo que está en busca de dicho nicho. Dos, por militar en un partido, la UDI, que ha sido y es el sostén de un modelo político, económico y social que promueve el individualismo y la competencia exacerbada, atributos que se oponen a los que postula la socialdemocracia, basados en la solidaridad y la justicia entre otros valores. Me resulta incompatible su postura actual manteniendo la militancia en la UDI.

En síntesis, creería en sus palabras si no fuese candidato a la presidencia y si no fuese militante de la UDI. Pero manteniendo en alto su candidatura presidencial y su militancia en la UDI me resulta imposible creer en que su posición frente al plebiscito sea sincera. Más parece una estrategia política inconducente, salvo que la estupidez humana diga otra cosa.


Los argumentos del apruebo

Tal como la semana pasada analicé los argumentos de la opción rechazo en el plebiscito que se aspira celebrar en octubre próximo, en esta ocasión haré similar análisis respecto de la opción apruebo.

Un primer argumento se basa en la necesidad de contar con una constitución que sea legitimada por el país en contraposición a la actual. Transcurridos 40 años, la constitución que nos rige no ha sido un factor de unidad. Por el contrario, ha sido más un factor de división y confrontación por haber sido impuesta en elecciones sin registros electorales y sin que se dieran las condiciones mínima para que la oposición pudiese expresarse libremente. No obstante las múltiples reformas que ha experimentado la Carta Magna de 1980, mantiene su carácter ilegítimo en virtud de su pecado de origen. Quizás esta sea la razón esencial por la que se hace necesario el plebiscito: legitimar la constitución que nos ha de regir.

Un segundo argumento, vinculado al anterior, se relaciona con la necesidad de disponer de una constitución que incluya lo que seamos capaces de concordar al menos dos tercios de la sociedad. Se trata de configurar un pacto político-social, un marco de referencia que perdure en el tiempo, que no esté sujeto a discusión en base a simples mayorías.  Su estabilidad vendría dada por la inclusión de todo aquello en lo que se hayan alcanzado consensos alcanzados. Mientras más consensos se alcancen, más extenso será el texto constitucional, y más breve si son pocos los consensos logrados. El riesgo que existe es que no se logre consenso alguno, lo que implicaría que del proceso emerja una constitución vacía. Esto ocurriría si a lo largo del proceso predominara un clima con predominio de visiones maximalistas en desmedro de miradas con el foco puesto en la búsqueda de puntos de encuentro. Pero ello ya no sería de responsabilidad de la constitución, sino que de nosotros mismos.

Un tercer argumento está asociado a la aspiración de una sociedad menos desprotegida frente a los abusos, ante la vejez, las enfermedades, las discapacidades, las discriminaciones, y por lo mismo, que promueva la solidaridad, la vida en armonía con el medio ambiente, la construcción de una red de protección social que asegure derechos básicos. En tal sentido este argumento apunta a una constitución que en vez de alentar el egoísmo, la codicia, el individualismo, procure atenuarlos por la vía de estimular lo mejor del ser humano, y no lo peor. 

No será fácil, pero no hay peor intento que el que no se hace. Todo se facilita si hay buena voluntad y disposición para aspirar a tener un mejor país. 

agosto 21, 2020

Los argumentos del rechazo

<span>Photo by <a href="https://unsplash.com/@element5digital?utm_source=unsplash&amp;utm_medium=referral&amp;utm_content=creditCopyText">Element5 Digital</a> on <a href="https://unsplash.com/s/photos/election?utm_source=unsplash&amp;utm_medium=referral&amp;utm_content=creditCopyText">Unsplash</a></span>
Photo by Element5 Digital on Unsplash

Un grupo de diputados han resuelto iniciar una gira por el sur del país para promover la opción del rechazo en el plebiscito que ya se nos viene encima. En esta columna me abocaré a analizar los argumentos que han dado a conocer a través de uno de los diputados de la UDI para respaldar su decisión.

Un primer argumento está dado por el absurdo que encerraría elegir un segundo congreso mientras se aprueba reducir el número de diputados y senadores. Parece ser un argumento razonable, sobre todo en las circunstancias actuales, sin embargo no hay que olvidar que al menos hasta la fecha, ninguno de los distintos congresos nacionales elegidos se han abocado al estudio de una nueva constitución, sino que tan solo se han allanado a reformas parciales que no la han alterado en lo sustantivo.

Un segundo argumento viene dado por la pretensión de partir con una hoja en blanco en circunstancias que los países mantienen lo bueno y no parten de cero. También parece un argumento razonable, pero encierra una trampa. Quienes respaldan la actual constitución partieron con una hoja en blanco y no se arrugaron siquiera. La hicieron de espaldas al país aprovechándose de un contexto dictatorial para imponer una constitución a su pinta, la que tan solo ha podido ser remendada hasta ahora. Creo que al país le asiste el pleno derecho a que todos partamos en igualdad de condiciones, y esto necesariamente implica al día de hoy partir con una hoja en blanco. Esto no impide que en la medida que nos pongamos de acuerdo, incluyamos lo bueno que pudiera tener la constitución actual.

Un tercer argumento postula que no parece sensato agregar más incertidumbre al actual contexto de crisis económica en que se encuentra el país. Se trata de un argumento muy discutible porque la pregunta que habría que hacerse es: ¿qué genera más incertidumbre: votar por apruebo o por rechazo? Para no pocos puede generarse más incertidumbre si ganara el rechazo porque implica perpetuar una constitución que carece de legitimidad de origen. Justamente lo que buscan los adherentes del apruebo es contar con una constitución que no tenga un origen tan espurio como el que tenemos.

Un último argumento se basa en apelar al sentido común enfatizando que las promesas del apruebo son mentiras y que se trata de un salto al vacío en un momento complejo. No me referiré a las promesas del apruebo porque no sé a cuáles se refiere y de hecho la única expectativa que me hago es tener una constitución que no emerja de una camarilla de políticos encabezados por Jaime Guzman, líder fundador de la UDI, que estaban tras las bambalinas de una junta de gobierno constituida por los comandantes en jefe de las distintas ramas de las FFAA y Carabineros.

Respecto al salto al vacío en un momento complejo, tan solo me permito recordar la campaña del terror con ocasión del plebiscito del 88 cuando también se vaticinó el caos de triunfar la opción del No.

El mismo sentido común al que apelan quienes pregonan el rechazo, es el que invita a abrirse al apruebo como camino en busca de la concordia y del encuentro bajo un marco constitucional que recoja las distintas visiones de país que legítimamente todos tenemos. No es tarea fácil, pero no podemos ni debemos eludirla: enfrentarla es el desafío.

agosto 18, 2020

La estupidez humana

Imagen de Nemo Jo en Pixabay

Con motivo de la reapertura de un centro comercial – el mall chino- en la capital del reino, luego de un largo período de confinamiento, tuvo que volver a ser clausurado a las pocas horas por las aglomeraciones producidas.

Frente al hecho, el alcalde de la comuna de Santiago, Felipe Alessandri, solo atinó a afirmar “aquí claramente la estupidez humana ha sido superior”. Lo que complementó expresando que la aglomeración de personas no era predecible y que no podía preverlo al sostener que las personas no tenían por qué venir el primer día de reapertura.

El raciocinio del alcalde parece impecable, pero parte de la premisa de un desconocimiento de algo que debiera haber previsto. Lo mismo le ocurrió al exministro de salud, Jaime Mañalich, cuando descubrió un nivel de hacinamiento que no conocía. Autoridades de un país donde vive gente cuyas necesidades y comportamientos desconocen y que se hacen aconsejar por expertos que simulan conocer, pero que tampoco conocen.

Esto ocurre aún en tiempos neoliberales. Cuyos promotores proclaman a los cuatro vientos el imperio de la racionalidad de cada uno de los individuos en nuestras decisiones económicas y de todo orden. La lógica de cómo voy en la parada bajo el cálculo económico, de los beneficios que me reporta y de sus costos. Así de simple.

Lo ocurrido me recuerda innumerables ejemplos que dan cuenta de comportamientos que no siguen la lógica que sentencian los expertos. No parece lógico que dejemos para los últimos días las declaraciones de nuestras rentas, la renovación de los permisos de circulación, las declaraciones de IVA. Sin embargo no pocos lo hacen. No parece lógico que consumamos comida chatarra, pero es la que más se demanda.

El alcalde se pisa la cola al sostener que la estupidez humana ha sido superior. Se la pisa porque esa misma estupidez humana es la que lo eligió alcalde. Es la misma estupidez que despotrica contra alcaldes, diputados, senadores y las más diversas autoridades electas, para después reelegirlos una y otra vez. Es la misma estupidez humana que lleva a muchos a preferir ir a Disneylandia antes que recorrer el país.

La estupidez humana no llega por azar, es consecuencia de una política, de un sistema, de una educación para consumir, para tener la mente en blanco, para no pensar.

agosto 13, 2020

Todo legal .....

Photo by Matt Lamers on Unsplash

En estos tiempos de pandemia, hemos estado viendo una altísima proporción de la población girando de sus cuentas previsionales individuales el 10% de sus fondos. Digo 10% porque es la cifra mágica, pero quienes tienen pocos fondos pueden llegar a sacar el 100% de lo que disponen, así como quienes tienen acumulados sobre cierta cantidad podrán sacar mucho menos del 10%. Al respecto me han llamado poderosamente la atención hechos que me parecen contradictorios. Haré referencia tan solo a dos de ellos. 

Uno, que la atención mediática se haya concentrado en la compra de televisores plasma o automóviles. No es para menos. Mal que mal la ley que autorizó disponer de los fondos previsionales fue hecha bajo el supuesto que la gente estaba perdiendo sus trabajos, viendo disminuidos sus ingresos, y que por lo mismo necesita recursos frescos para cubrir sus gastos esenciales. Las imágenes y videos que se han visto en los medios de comunicación así como en las redes sociales, dejan la impresión de que la mayoría se habría lanzado a las grandes tiendas para arrasar con productos que difícilmente se podrían calificar de primera necesidad. Sería interesante conocer algún estudio o encuesta confiable que permita identificar el destino que han dado o están dando los afiliados que han hecho uso de la opción de sacar parte importante de sus fondos previsionales. Espero, que la gran mayoría haya recurrido a tales fondos para sortear una emergencia que no encontraba otra salida. La reflexión que me hago apunta en dos direcciones. Por un lado, curiosamente, quienes más objetan este comportamiento son aquellos cuya ideología es más afín al neoliberalismo que supuestamente promueve las libertades individuales, y por otro lado, la ausencia de una educación y cultura previsora por parte de algunos que hacen uso de sus fondos previsionales destinados a la futura vejez para satisfacer necesidades que no son apremiantes. 

Dos, así como no pocos han visto mermados sustantivamente sus ingresos, otros los están viendo aumentados fuertemente a punta de horas extraordinarias, del aprovechamiento de la oportunidad caída del cielo. Me refiero a los pagos por horas extras por parte de jueces de policía local amparados en normas legales. El municipio de Las Condes, en lo que va del año ha destinado más de $ 3 mil millones de pesos al pago de horas extras, en tanto que el municipio de Santiago ha destinado más de $ 2 mil millones por el mismo concepto. Los beneficiarios no son personas necesitadas con bajos ingresos ni mucho menos, son profesionales con ingresos de varios millones de pesos mensuales que, gracias a la pandemia, los ven incrementados en otros millones más. Como puede verse, el sacrificio por el teletrabajo, fuera de jornada laboral, tiene jugosas compensaciones que cualquier mortal se quisiera. Todo legalmente, amparado por la ley. La reflexión que me hago es será legal, pero es una vergüenza reveladora del individualismo reinante, de la ausencia de solidaridad, de los privilegios de unos sobre otros que se ha impuesto en el país y que la pandemia delata y pone sobre la mesa. En estos tiempos, no pocos profesionales y trabajadores, particularmente en el sector salud y educación han tenido que deslomarse, trabajar horas extraordinarias sin que ellas se vean reflejadas en sus ingresos porque legalmente no están contempladas. 

Es el colmo que mientras el país está en ascuas, en emergencia sanitaria, económica y social, conductas que no obstante ser legales, rayan en la inmoralidad. Conductas reveladoras de que algo anda mal a pesar de ser todo legal.

agosto 04, 2020

No es lo mío


El nuevo gobierno uruguayo encabezado por Luis Lacalle Pou, que asumió el 1 de marzo de este año, puso término a 15 años de gobiernos frentaamplistas. Lacalle ganó al mando de una coalición multipartidista, donde destacan los partidos tradicionales –blancos y colorados- y Cabildo Abierto, partido de extrema derecha liderado por quien fuera jefe del Ejército uruguayo. Lacalle, en su elenco ministerial incluyó a Ernesto Talvi, economista y líder político de una de las corrientes del partido colorado, Ciudadanos. Alcanzó a durar tan solo 4 meses como ministro de relaciones exteriores. Renunció con una frase para el bronce: No es lo mío.

Las especulaciones no se hicieron esperar, y si escribo esta columna es para reflexionar sobre su significado que va más allá del caso puntual.

Las razones dadas por él dan cuenta de que otra cosa es con guitarra, de la diferencia entre la teoría y la práctica. No solo renunció a la cancillería, sino que al primer plano político para retornar al mundo de donde viene, el académico. Al renunciar afirmó que la política es una actividad noble y necesaria, pero que no es el lugar en el que se siente más cómodo, y que prefiere hacerlo desde el liderazgo intelectual, técnico y formando jóvenes con vocación de servicio público.

Las malas lenguas sostienen que la renuncia obedeció a su incapacidad para ser parte de un equipo ministerial sin ser el número uno, y por lo mismo, tener que subordinarse al presidente de la república. Con su decisión dejó en la estocada a sus seguidores, a quienes representaba. Mal que mal al interior de su partido, el colorado, en las elecciones primarias había logrado aventajar, no sin sorpresa, al experimentado y octogenario político y expresidente de la república, Julio María Sanguinetti. No solo renunció como ministro, sino como senador al abandonar la banca para la cual había sido elegido.

Desconozco si las razones reales son las que Talvi ha dado o las que pregonan las malas lenguas. De ser las que dio él son de una franqueza demoledora pocas veces vista y muy poco habitual en el mundo político donde por lo general se esquivan los motivos de fondo. La política real, en vivo y en directo, en su praxis, no tiene nada que ver con la teoría, con la academia. Trata del poder duro y seco, que requiere cintura política, capacidad de adaptación, de transacciones, que no pocas veces exigen renunciar a convicciones.

La expresión “no es lo mío” es muy decidora. Es lo que ocurre cuando uno se siente como pollo en corral ajeno. Da cuenta de las dubitaciones, debilidades del hombre real que nos acosan día tras día. Cuantas veces no nos hemos embarcado en aventuras que no se avienen con uno mismo. Cuantas veces queremos recorrer una senda, creyendo que la conocemos o que simplemente queremos recorrer, pero a poco andar nos percatamos que no era lo que creíamos? O bien nos damos cuenta que no tenemos dedos para el piano. Una cosa es lo que se quiere y otra lo que se puede. Congeniar ambas no es broma. 

A mi manera, como diría Frank Sinatra, Talvi reconoció que una cosa es jugar el partido embarrándose en la cancha, y otra verlo y analizarlo desde las graderías. Guardando las proporciones, a mi me pasó algo similar. Creo en la política, pero no me acomoda su práctica.


agosto 03, 2020

Millonarios por la humanidad: “Cobradnos impuestos. La humanidad es más importante que nuestro dinero”


20.07.2020

El 20 julio de este año casi un centenar de multimillonarios piden a los gobiernos que aumenten la imposición fiscal sobre sus fortunas.


Imagen tomada en San Francisco (EE.UU).TORBAKHOPPER

 A nuestros conciudadanos del mundo:

Mientras la covid-19 está sacudiendo todo el planeta, los millonarios como nosotros podemos desempeñar un papel fundamental para curar nuestro mundo. Nosotros no somos los que están cuidando a los enfermos en las unidades de cuidados intensivos; no estamos conduciendo las ambulancias que llevan a los enfermos a los hospitales; no estamos reponiendo los estantes de las tiendas, ni repartiendo comida puerta a puerta; pero tenemos dinero, mucho dinero. Un dinero que se necesita ahora desesperadamente y que seguirá siendo necesario en los próximos años, cuando nuestro mundo se recupere de esta crisis.

Hoy, nosotros, los millonarios abajo firmantes, les pedimos a nuestros gobiernos que suban los impuestos a gente como nosotros. Inmediatamente. Significativamente. Permanentemente.

El impacto que provocará esta crisis se extenderá durante décadas. Podría abocar a 500 millones de personas más a la pobreza. Cientos de millones de personas perderán sus trabajos a medida que se cierren negocios, algunos de forma permanente. En la actualidad, hay casi 1.000 millones de niños que no pueden acudir al colegio, y muchos ni siquiera tienen acceso a los recursos que necesitan para continuar su aprendizaje. Además, la falta de camas de hospital, de mascarillas protectoras y de respiradores es un recordatorio doloroso y diario de la inadecuada inversión que se ha realizado en los sistemas públicos de salud de todo el mundo.

Los problemas que ha causado, y puesto en evidencia, la covid-19 no se pueden solucionar con caridad, por muy generosa que sea. Los líderes de los gobiernos tienen que responsabilizarse de obtener los fondos que se necesitan y de gastarlos de manera justa. Se puede garantizar una financiación apropiada de nuestros sistemas de salud, escuelas y seguridad mediante un aumento impositivo a las personas más ricas del planeta, personas como nosotros.

Nosotros tenemos una gran deuda con la gente que trabaja en primera línea de esta batalla mundial. Los trabajadores más esenciales están escandalosamente mal pagados para la carga que tienen que soportar. A la vanguardia de esta lucha están nuestros trabajadores sanitarios, el 70% de los cuales son mujeres. Ellas se enfrentan al virus mortal cada día en el trabajo, mientras siguen cargando con la mayor parte de la responsabilidad del trabajo no remunerado en el hogar. Los riesgos que estas valientes personas asumen cada día para poder cuidar al resto de nosotros nos obligan a demostrar un compromiso nuevo y real con los demás y con lo que de verdad importa.

La interconexión que existe entre nosotros nunca ha sido más evidente. Tenemos que reequilibrar nuestro mundo antes de que sea demasiado tarde. No tendremos ninguna otra oportunidad para hacerlo bien.

Al contrario que decenas de millones de personas de todo el mundo, nosotros no tenemos que preocuparnos por perder nuestros trabajos, nuestros hogares, nuestra capacidad para mantener a nuestras familias. No estamos luchando en primera línea de esta emergencia y tenemos muchas menos posibilidades de ser sus víctimas.

Así que, por favor: cobradnos impuestos, cobradnos impuestos, cobradnos impuestos. Es la opción correcta. Es la única opción.

La humanidad es más importante que nuestro dinero.

Firmas:



Frank Arthur (Estados Unidos)
Richard Boberg (Estados Unidos)
Dr. Mariana Bozesan (Alemania)
Bob Burnett (Estados Unidos)
Ronald Carter (Estados Unidos)
Barbara Clayton (Canadá)
Xandra Coe (Estados Unidos)
James Colen (Estados Unidos)
Cynda Collins (Estados Unidos)
Richard Curtis (Reino Unido)
Barb Dank (Estados Unidos)
Alan S. Davis (Estados Unidos)
Pierce Delahunt (Estados Unidos)
Abigail Disney (Estados Unidos)
Tim Disney (Estados Unidos)
John Driscoll (Estados Unidos)
Karen Edwards (Estados Unidos)
Stephen R. English (Estados Unidos)
Andrew. Faulk, M.D. (Estados Unidos)
Rick Feldman (Estados Unidos)
Thomas Ferguson (Reino Unido)
Mary Ford (Estados Unidos)
Patricia G. Foschi (Estados Unidos)
Blaine Garst (Estados Unidos)
Molly Gochman (Estados Unidos)
Jerry Greenfield (Estados Unidos)
Karen Grove (Estados Unidos)
Ron Guillot (Estados Unidos)
Catherine Gund (Estados Unidos)
Christina Hansen (Alemania)
James Harford (Estados Unidos)
John Michael Hemmer (Estados Unidos)
Graham Hobson (Reino Unido)
Wei-Hwa Huang (Estados Unidos)
Diane Isenberg (Estados Unidos)
Ross Jackson (Dinamarca)
William H. Janeway (Estados Unidos)
Frank H. Jernigan (Estados Unidos)
Kristina Johansson (Reino Unido)
Richard LaRoche (Estados Unidos)
David Lee (Estados Unidos)
Babs Lima II (Estados Unidos)
Kristin Luck (Estados Unidos)
Amy Mandel (Estados Unidos)
Ané Maro (Dinamarca)
Patricia Martone (Estados Unidos)
Thomas McDougal (Estados Unidos)
Gemma McGough (Reino Unido)
Marie T. McKellar (Estados Unidos)
Judy L. Meath (Estados Unidos)
Terence Meehan (Estados Unidos)
Frans Meijer (Países Bajos)
Barbara Simons (Estados Unidos)
Diane Meyer Simon (Estados Unidos)
Peter Torr Smith (Nueva Zelanda)
John O'Farrell (Estados Unidos)
Gary Passon (Estados Unidos)
Morris Pearl (Estados Unidos)
Geoff Phillips (Reino Unido)
Judy Pigott (Estados Unidos)
Stephen Prince (Estados Unidos)
Liesel Pritzker (Estados Unidos)
Sophie Robinson (Estados Unidos)
Michael Rothman (Estados Unidos)
Bonnie Rothman (Estados Unidos)
Guy Saperstein (Estados Unidos)
Cédric Schmidtke (Alemania)
Eric Schoenberg (Estados Unidos)
Robert Schram (Países Bajos)
Antonis Schwarz (Alemania)
Stephen Segal (Estados Unidos)
Djaffar Shalchi (Dinamarca)
Charlie Simmons (Estados Unidos)
Ian Simmons (Estados Unidos)
Gary Stevenson (Reino Unido)
Karen Stewart, PhD (Estados Unidos)
Julia Stone (Estados Unidos)
Sandor Straus (Estados Unidos)
Arthur Strauss, MD (Estados Unidos)
Ralph Suikat (Alemania)
Alexdra Theriault, MD (Estados Unidos)
Sir. Stephen Tindall (Nueva Zelanda)
Sidney Topol (Estados Unidos)
Claire Trottier (Canadá)
Sylvie Trottier (Canadá)
Dale Walker (Estados Unidos)
Scott Wallace (Estados Unidos)
Diana Wege (Estados Unidos)
Terry Winograd (Estados Unidos)
Carol Winograd (Estados Unidos)
Bennet Yee (Estados Unidos)
Amy Ziering (Estados Unidos)

-----

Este manifiesto fue publicado originalmente en la web 'Millonaires for Humanity'

Fuente: https://www.uypress.net/auc.aspx?106282