mayo 30, 2022

Una vez más, campeón europeo

En París, Real Madrid hizo suya la copa Champions que lo consagra como el mejor equipo europeo de futbol. Lo logró en un partido contra Liverpool que fungía como favorito aunque no tanto como para darlo por ganador. Imposible cantar victoria cuando al frente estaba Real Madrid, equipo copero que ya tenía a sus espaldas haber ganado 13 veces la misma copa. No es un equipo como para mirar en menos, aún cuando no esté en sus mejores tiempos.  

Pero Real Madrid no llegó como favorito porque no lucía mayormente, su experiencia en estas lides lo hacían de temer. Y así fue. No fue un gran partido en términos de calidad futbolística, pero sí lo fue en términos de tensión, de incertidumbre, de equilibrio, de intensidad. Quizás Liverpool parecía lucir más, pero no lo suficiente para llevarse la victoria. Liverpool partió atacando, Real Madrid conteniendo, pero cualquiera de los dos podía llevarse el trofeo porque los ataques del Real eran mortíferos. Incluso se le anuló un gol, dudoso a mi juicio. Pero nadie reclamó, se esperó el veredicto del árbitro a partir de lo que los veedores del VAR le informaban. No se validó. Y el juego continuó. Hasta ahora no sé porqué no se validó. ¿Offside? ¿de quién? ¿de Benzema? No lo vi adelantado. Bueno, pero el Real no se amilanó.

Se fueron al descanso con un empate en blanco. ¿Dónde estuvo la diferencia? Estuvo en el arquero del Real, que lo atajó todo, que transmitió seguridad, confianza, la que transmitió a sus compañeros. La diferencia también estuvo en el desplante del Madrid que nunca perdió la compostura y cuyos contraataques eran de miedo. Modric, Benzema y Valverde, aparte del arquero belga, fueron los grandes protagonistas en el Madrid. Modrid, croata; Benzema, francés; Valverde, uruguayo. Uruguayo tenía que ser! Fue el del pase gol, el que a lo largo del partido trabajó como obrero, sin lucirse mayormente, humilde y discreto como pocos. Todo un orgullo para quienes nacimos en nuestro paisito.

Valverde me hizo recordar a otro uruguayo de mediados del siglo pasado en el Real de los tiempos de Di Stefano, Puskas y Gento. Su back central, José Santamaría, la muralla defensiva del Real de entonces. También me hizo rememorar al Peñarol que años después, en 1966, cuando en pleno estado Bernabeu, allá en Madrid, se coronó campeón mundial con el capitán de capitanes a la cabeza, Néstor “Tito” Goncalvez, al ganar por dos a cero luego de haber triunfado en el estadio Centenario con igual marcador. Eran los tiempos gloriosos de Peñarol y que tuve el privilegio de saborear. Tiempos que difícilmente volverán.

El ejemplo de la Unión Europea


Hace ya más de 70 años, un 9 de mayo, en 1950 nace lo que fue el germen de lo que hoy es la Unión Europea (UE). De las ruinas de la segunda guerra mundial nace esta estructura caracterizada por su carácter plurilingüista y multicultural. Su existencia  ha estado jalonada por un desarrollo sin precedentes. Para cotejar sus beneficios habría que hacerlo con la alternativa de no haber tenido una UE. Hoy cuesta imaginar que ella no existiese. Comparten una moneda, el euro, las fronteras entre los países son cruzadas sin mayores dificultades tanto por personas como por bienes y servicios.

Unos se han beneficiado más que otros, pero sumando y restando, todos han ganado, lo que se expresa en los niveles de desarrollo económico, político y social alcanzados por los países fundantes de la UE y aquellos que se han ido incorporando. Basta recordar el retraso en que se encontraban España y Portugal antes de su incorporación. Lo mismo podemos decir de los países europeos que estaban tras la cortina de hierro que se fueron incorporando voluntariamente una vez que cayó el muro de Berlin y que se desintegró la Unión Soviética que Putín pareciera añorar. Pero por sobre todo, los países de la UE han ganado en paz: han sido siete décadas de paz.

Todo partió cuando el ministro francés Robert Schuman planteó a Alemania poner la producción franco-alemana de carbón y de acero bajo una alta autoridad común.  Desde entonces se inicia un proceso de expansión que se inicia con 6 países (Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo) y se prolonga hasta el día de hoy en que la UE está constituida por 27 países.

El proceso en sí es valioso porque se ha logrado mantener, a instancias de ellos, la independencia de la soberanía de los Estados miembro. Ellos sólo han cedido competencias que se consideraban beneficiosas por las ventajas que recibían a cambio. Las instituciones comunitarias son muy sui géneris (principalmente la comisión, el consejo, el parlamento, el tribunal de justicia y el tribunal de cuentas) y con competencias específicas sin imagen en ningún país del mundo.

Un interesante sistema de mayoría cualificada hace que, en las decisiones comunitarias, un pequeño grupo de países grandes no pueda imponerse, ni tampoco lo pueda hacer un grupo de países pequeños. A este sistema se ha ido llegando con las modificaciones de los tratados. El sistema actual evita así el problema existente en la ONU donde los países pequeños pueden terminar imponiendo puntos de vista a los más grandes, lo que ha llevado a la suspensión del pago de sus cuotas a países como EEUU.

La reconstrucción europea luego de dos guerras de alcance mundial deben invitarnos a la reflexión, particularmente a quienes habitamos en una América Latina que hasta ahora continúa desmembrada sin capacidad de aunar criterios que faciliten la integración y que de tiempo en tiempo sigue enfrascada en disputas fronterizas no obstante que tenemos tanto en común. Al menos hasta ahora todas las iniciativas orientadas a integrarnos han sido un soberano fracaso que nos debiera avergonzar. Pretender alcanzar el desarrollo sin integrarnos seguirá siendo una quimera.

 

mayo 28, 2022

Enardeciendo el ambiente

El reciente asesinato de un trabajador mapuche de 66 años ilustra el drama que se está viviendo en la macrozona sur donde bandas criminales organizadas están operando desde hace su buen tiempo. Los sucesivos gobiernos han sido incapaces de imponer la paz, ni el orden ni la seguridad que toda comunidad requiere para vivir y trabajar con tranquilidad.

Cuando pregunto quiénes son, unos acusan a comandos terroristas, otros a grupos  mapuches radicalizados, o a bandas de narcotraficantes y delincuentes. Lo más probable que todo termine siendo un cocktail que combine todos estos ingredientes sin descartar la existencia de bandas rivales buscando clavar estacas en la disputa de territorios. Todos debidamente financiados y dotados de armamento de grueso calibre. ¿Quién los financia? ¿Quién les provee de armas? Sepa Moya!

Esto ocurre a poco de conocerse expresiones de personeros de ámbitos opuestos que han conducido a las más diversas reacciones. En un extremo están las declaraciones de Héctor Llaitul, y en el otro, está el discurso pronunciado por el almirante en retiro Miguel Ángel Vergara.

Con motivo de la intención del gobierno de crear un estado de excepción intermedio destinado a permitir que las FFAA controlen las rutas en la macrozona sur para resguardar el normal flujo vehicular, Llaitul, fundador de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), llamó “a preparar las fuerzas, a organizar la resistencia armada por la autonomía del territorio y autonomía para la nación mapuche”.

De esta forma, rechazó de plano la iniciativa tal como anteriormente había dado la espalda a la voluntad de diálogo del nuevo gobierno al asumir sus funciones. Mano tendida con el propósito de detener la violencia reinante y abordar la problemática mapuche en todas sus dimensiones. Llaitul complementó lo anterior afirmando que el nuevo gobierno “es la expresión en pleno de la dictadura militar que los mapuche hemos sufrido, dictadura que ahora asume el gobierno lacayo de Boric”.

A raíz de lo declarado por Llaitul, el presidente Boric expresó que “nuestro gobierno persigue delitos y los va a perseguir con todo el peso de la ley, nuestro gobierno no persigue ideas ni declaraciones”.

Pocos días después, con motivo de la conmemoración de las glorias navales, quien fuera comandante en jefe de la Armada en tiempos del presidente Lagos, Miguel Ángel Vergara, se dio el lujo de pronunciar un discurso en el que hizo referencia a una “amenaza interna”. Y en base a esta amenaza hace un llamado a ¨los marinos de corazón bien puesto” para "estar preparados para saltar al abordaje, dejando atrás nuestro espacio de confort, al igual como lo hicieron otros que nos precedieron".  Este discurso fue pronunciado en una comida organizada por la Liga Marítima, donde se encontraba el Alto Mando de la Marina, al igual que conspicuos empresarios ligados al quehacer marítimo.

Si bien posteriormente el Alto Mando sostuvo que “no comparte los dichos de la existencia de un enemigo interno”, pocos lo creen dado que en su momento no hubo reacción alguna, la que vino tan solo para bajar los decibeles por el revuelo que se montó.

Tanto las expresiones de Llaitul como las del almirante en retiro Vergara me recuerdan los tiempos que precedieron al golpe del 73 inundados de pronunciamientos de esta naturaleza. Tanto entonces como ahora no pocos dicen que no hay agua en la piscina para guerrillas ni golpes.

Es importante consignar que las ideas que apuntan a instigar y/o promover la violencia y la resistencia armada son constitutivas de delito. Tanto las declaraciones de Llaitul como de Vergara le hacen un flaco favor a sus propias organizaciones así como a las causas que promueven.

Es imperativo bajar la tensión, ponerle coto a la escalada de declaraciones altisonantes que buscan aleonar y enardecer el ambiente. De allí la necesidad de  perseguir y rechazar explícitamente toda incitación a la violencia venga de donde venga.

mayo 24, 2022

Presos políticos

Foto de Diego Marín en Unsplash

En un programa de televisión la Ministra de Desarrollo Social, Jeannette Vega, afirmó que “existen los presos políticos, sin duda. Puedo poner ejemplos. Los chicos que están presos en prisión preventiva desde el estallido, que llevan incluso algunos dos años. Si no son presos políticos, ¿entonces qué son?”.

En apoyo a esta declaración, Guillermo Teillier, como secretario general del partido comunista (PC), sostiene que ”hay presos políticos, porque lo que motiva a muchas de las personas que están presas son motivaciones políticas, otra cosa es que en ese accionar haya cometido algo que pase por encima de la ley, eso es distinto. Pero hay presos políticos". Sinceramente no logro entender lo que quiere decir.

Sería bueno precisar qué entendemos por un preso político. Si robo, destruyo bienes públicos o privados, o mato a alguien, estoy cometiendo un delito. No me puedo amparar en las motivaciones ideológicas o de cualquier otro orden que pueda haber tenido para eludir el castigo que me corresponde. Asaltar un local comercial es un delito independientemente de mi motivación, que puede ser el hambre, la rabia contra el sistema o una alteración psicológica. Eso podrá incidir en la cuantía de la pena que se aplique luego del proceso judicial correspondiente.

Entiendo que quienes son detenidos en un contexto de conflicto social y político, como lo fue el del estallido de octubre del 2019, lo fueron por delitos cometidos –quemas, robos, agresiones físicas, destrucción de señaléticas, de paraderos de buses, de propiedades privadas y públicas-. En este plano no son presos políticos, dado que éstos lo son cuando son detenidos en razón de  sus ideas, por expresar un pensamiento distinto al del poder constituido, un pensamiento que no estimula la violencia, lo que en democracia no es delito ni mucho menos.

Asumiendo que impera el estado de derecho en nuestro país debemos afirmar que no hay presos políticos. Sin embargo, hay margen para la duda cuando se observa que muchos de los detenidos por el estallido social aún permanecen detenidos, habiendo transcurrido más de dos años sin que a la fecha hayan sido condenados por falta de pruebas. De otro modo ya habrían sido condenados. Y cuando un proceso se extiende en el tiempo, deja de haber justicia y se abre cancha a la existencia de persecución política, que fueron detenidos sin encontrarse pruebas de que hayan cometido delitos. Me pregunto ¿qué se está esperando para declararlos culpables o inocentes? Si los detenidos hubiesen sido hijos de lustrosos apellidos no creo que los procesos fuesen de larga duración como los que estamos observando.

Declaraciones del almirante Vergara

Fuente: https://media.elmostrador.cl/2022/05/Miguel-Angel-Vergara-700x299.png

Pocos días después, con motivo de la conmemoración de las glorias navales, quien fuera comandante en jefe de la Armada en tiempos del presidente Lagos, actualmente almirante en retiro, Miguel Ángel Vergara, se dio el lujo de pronunciar un discurso en el que hizo referencia a una “amenaza interna”. Y en base a esta amenaza hace un llamado a  ¨los marinos de corazón bien puesto” para "estar preparados para saltar al abordaje, dejando atrás nuestro espacio de confort, al igual como lo hicieron otros que nos precedieron".  

Este discurso fue pronunciado en una comida organizada por la Liga Marítima, donde se encontraba todo el Alto Mando de la Marina, al igual que conspicuos empresarios ligados al quehacer marítimo. Si este no es un discurso sedicioso, que invita a dar un golpe de Estado, no sé cuándo lo sería.

Si bien posteriormente se sostuvo que el Alto Mando “no comparte los dichos de la existencia de un enemigo interno”, pocos lo creen dado que en su momento no hubo reacción alguna, la que vino tan solo para bajar los decibeles por el revuelo que se montó. Imposible no recordar los tiempos que precedieron al golpe del 73 inundados de pronunciamientos de esta naturaleza.


Declaraciones de Llaitul

Fuente: https://media.biobiochile.cl/wp-content/uploads/2022/05/social-querella-hector-llaitul-rn-1200x633.jpg

Con motivo de la intención del gobierno de crear un estado de excepción intermedio destinado a permitir que las FFAA controlen las rutas en la macrozona sur para resguardar el normal flujo vehicular, el fundador de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul, llamó “a preparar las fuerzas, a organizar la resistencia armada por la autonomía del territorio y autonomía para la nación mapuche”. De esta forma, rechazó de plano la iniciativa tal como anteriormente había rechazado la mano tendida por el nuevo gobierno al asumir sus funciones, orientada a entablar un diálogo para detener la violencia reinante y abordar la problemática mapuche en todas sus dimensiones. Llaitul complementó lo anterior afirmando que el nuevo gobierno “es la expresión en pleno de la dictadura militar que los mapuche hemos sufrido, dictadura que ahora asume el gobierno lacayo de Boric”.

A raíz de lo declarado por Llaitul, el presidente Boric expresó que “nuestro gobierno persigue delitos y los va a perseguir con todo el peso de la ley, nuestro gobierno no persigue ideas ni declaraciones y ahí puede que tengamos diferencias, esas diferencias se pueden debatir, pero que sepan que quiénes cometen delitos van a ser perseguidos con todo el peso de la ley, pero nosotros no vamos a perseguir ideas”.

Las ideas que apuntan a instigar, promover, la violencia, la resistencia armada ¿no son constitutivas de delito? Las declaraciones de Llaitul le hacen un flaco favor a su propia causa y como tales deben ser perseguidas.  

mayo 18, 2022

Los clivajes que nos rodean

Foto de Allec Gomes en Unsplash

A propósito de los clivajes dominantes desde mediados del siglo pasado, derecha versus izquierda se ha llegado a sostener que la derecha está conformada por quienes “defenderán con tesón y denuedo la libertad, la propiedad y el emprendimiento” (https://diariotalca.cl/el-plebiscito-y-los-clivajes-por-juan-carlos-perez-de-la-maza/).  

Afirmar que la derecha ha sido defensora de la libertad está desmentido por los hechos. Cuando éstos lo ameritan, según su soberano juicio, no trepidan en sacrificarla por un presunto bien mayor. Basta recordar lo ocurrido en Chile, donde no dudó en conculcarla al ver amagados sus intereses. La derecha política chilena fue el soporte civil de la dictadura militar y la que hizo la vista gorda a una política sistemática de exterminio opositor con el propósito de “extirpar el cáncer marxista” para convertir a Chile en “una gran nación”.

La derecha que pretende asociarse a la defensa de las libertades, en los hechos ha demostrado todo lo contrario. Y curiosamente la columna en comento no dice nada de la defensa que la derecha suele hacer del orden establecido, de “su” orden, como tampoco hace referencia al llamado que la derecha tiende a hacer a las FFAA para que repongan “su” orden cuando siente que sus intereses están siendo afectados.

Se llega a afirmar que desde fines de la década de los 80 este clivaje derecha-izquierda, estaría siendo sustituido por “quienes preferían el orden autoritario y aquellos que buscaban la libertad democrática”. Esta vez la expresión me hace recordar los tiempos de los eufemismos, cuando en vez de golpe, se hablaba de pronunciamiento, y en vez de dictadura, se hacía mención al gobierno autoritario. El clivaje de entonces, digámoslo con todas sus letras, fue dictadura o democracia, pero para los partidarios de la continuidad del innombrable el clivaje era otro: orden o caos, donde la derecha representaría el orden y la izquierda el caos. Así se planteó el plebiscito de entonces.

Los clivajes no son puros, son simplificaciones que no pocas veces apuntan a emborrachar la perdiz, a no pensar mayormente. En la realidad hay algo más que derecha e izquierda, hay algo más que orden y desorden. No todo es blanco o negro, hay grises de todas las tonalidades y en política esto se expresa en que hay derechas e izquierdas, unos más de centro otros más extremos. Y al interior de ellos nada de raro que nos encontremos con más de un alma.

A esto sumemos que los clivajes se han ido tornando volátiles ya que no se dan las fidelidades partidarias de antaño. Lo demuestran las fluctuaciones en las votaciones.  Además están apareciendo nuevos clivajes, como el de nacionalismo (o localismo) versus internacionalismo (o globalismo), o el de individualismo versus comunitarismo (o colectivismo). Y estos se entremezclan entre sí. Por ejemplo tanto en la derecha como en la izquierda podremos encontrar nacionalistas e internacionalistas.

La prueba de que hay más de una derecha, al igual que más de una izquierda, se dio en el propio plebiscito de octubre del 88, donde hubo derechistas que adhirieron a la opción del No, puesto que se percataron que la continuidad del innombrable era inviable, y que en vez de representar el orden que pregonaba, traería consigo el caos. Y por la izquierda no faltaron quienes no se sumaron al No marginándose de la contienda.

A propósito de la propuesta constitucional, cuyo borrador acaba de ver la luz, ahora se habla de nuevos clivajes, muchos de ellos engañosos como aquel que supone un único país versus un país fraccionado, un Estado todopoderoso versus un Mercado libre. Es harto más complejo que eso. La gran tarea, el gran desafío que tenemos es resistir y sustraernos a los clichés, a las caricaturas, a las campañas terroríficas, a los fake news que por estos días corren como regueros de pólvora. Deberemos darnos el tiempo de comparar las principales diferencias entre la constitución del 80 y la que se nos está ofreciendo.

Inevitablemente tendremos que darnos el trabajo de cotejar el país que queremos con el que tenemos y con el que nos propondrá la nueva constitución. Y de saber a quienes creer.

mayo 12, 2022

Filipinas: El retorno de una dinastía

Foto de Michael Rivera en Unsplash

En Filipinas la familia de Ferdinand Marcos retorna al poder de la mano de uno de sus hijos, Bongbong Marcos. Es el retorno, la resurrección de la dictadura que entre 1965 y 1986 marcó a fuego al país por esquilmar el erario público, por su despotismo, por sus elevados niveles de corrupción y por la violación a los DDHH que la caracterizó. Esto fue posible porque Ferdinand, junto con su esposa Imelda, monopolizaron a sus anchas todo el poder político y militar durante 21 años. El paralelismo de Ferdinand e Imelda con el innombrable y su esposa Lucía es inevitable dada la influencia que ambas tenían en sus respectivos consortes. Por lo mismo, este hecho no debe sernos ajeno y debe llevarnos a preguntarnos ¿qué ha llevado a los filipinos al retorno de tiempos idos?

El acceso a la presidencia de un hijo de Marcos, sin mediar golpe alguno, sino por la vía electoral, es todo un signo de los tiempos que corren. Símbolo de la defraudación, de la decepción producida por una clase política que no ha sido capaz de estar a la altura de las circunstancias. Esto último acompañado de la manipulación de todo un pueblo cuyo bajo nivel educacional, está haciendo posible esta resurrección desde las cenizas de una familia que en su momento tuvo que arrancar. Es el hijo del mismísimo dictador Marcos que en su minuto había invitado al innombrable cuando nadie lo invitaba. Eran los tiempos en que el canciller Hernán Cubillos, padre de la constituyente Marcela, procuraba dulcificar al régimen. El innombrable aceptó gustoso la invitación, pero a poco de despegar el avión, en medio del vuelo, el dictador Marcos resuelve anular la invitación. No le quedó más remedio que ordenar al piloto el regreso a casa. El bochorno vivido lo pagó el canciller con su renuncia y un persistente deterioro en la imagen internacional de un régimen que culminaría con la derrota en el plebiscito del 88.

Para quienes no creen en la resurrección, en la vuelta atrás, el ascenso de Bongbong es una señal que no debe ser despreciada.

mayo 04, 2022

Los desafíos del mundo laboral

Foto de Austrian National Library en Unsplash

Más allá de los graves incidentes que empañaron la reciente conmemoración del día del trabajo, es momento propicio para volver a poner sobre la mesa un tema crucial, no resuelto en el país: el deterioro del factor trabajo en relación al factor capital. Luego de un período de creciente participación del factor trabajo en el quehacer nacional, desde las primeras décadas del siglo pasado, a partir del golpe del 73, este proceso es revertido violentamente. De la mano de las FFAA, de los Chicago Boys que trajeron el neoliberalismo, y de los fuertes avances científico-tecnológicos, se inicia una fase en la que los trabajadores van perdiendo bruscamente terreno en beneficio del empresariado, los dueños del capital. Esta fase, a pesar de los esfuerzos desplegados desde el término de la dictadura, no ha logrado ser revertida. A lo más se ha detenido la pérdida de peso del mundo laboral sin que a la fecha logre recuperar el sitial que su propia dignidad exige. No se trata de un fenómeno meramente local. Basta mirar más allá para darnos cuenta que se trata de algo que afecta a no pocos países.

Creo que aquí está la esencia del malestar que recorre al país y si observamos con atención lo que ocurre en el mundo, se extiende a muchos otros países. La efervescencia y descontento se están apreciando tanto en países desarrollados como subdesarrollados, signo de que se trata de un fenómeno que trasciende nuestras fronteras.

El desafío es mayúsculo. ¿cómo compatibilizar los intereses empresariales con los de las trabajadores? ¿cómo lograr que lo que ganen unos no sea a costa de los otros? ¿cómo dejar que capital y trabajo dejen de darse la espalda?

Es imperativo concebir toda empresa como un espacio de producción cooperativo en el que todos sus actores –empresarios y trabajadores- la sientan suya y actúen colaborativamente.  Históricamente, las decisiones más relevantes son adoptadas por los dueños del capital y existe la percepción de que cuando las cosas van bien, las utilidades tienden a beneficiar al empresariado, en tanto que si las cosas van mal, gran parte de las pérdidas las sufren los trabajadores. Esto tiene consecuencias en el clima laboral. Las relaciones se verticalizan. Unos mandan otros obedecen.

El mundo de hoy abre espacio a otra visión. Las organizaciones tienden a ser más planas, sin tantos niveles, sin tanto verticalismo. Por otra parte los trabajadores de hoy tienen mayor nivel educacional. La tasa de profesionales al interior de las empresas está aumentando con fuerza. El grueso de los trabajadores de las empresas son personas pensantes, no son autómatas dispuestos a recibir órdenes. Exigen explicaciones, razones, participación, fundamentos de lo que se decide y ordena.

De allí que hoy, con mayor razón que nunca, es posible aspirar a que los trabajadores participen en la propiedad y en las decisiones de las empresas.  Incluso es necesario abrirse a una eventual participación de la comunidad en que se localiza una empresa. Es necesario vincular las remuneraciones mínimas y máximas al interior de ellas de modo que se establezca un rango de ingresos en el que nadie pueda ganar más de 10, 15 o 20 veces que el que gana menos. Es necesario que tanto las utilidades como las pérdidas sean compartidas por empresarios y trabajadores.

En materia de participación, recientemente se ha dado un gran paso en esta dirección con la nominación del periodista y dirigente sindical Rodrigo Cid al directorio de Televisión Nacional (TVN). Es primera vez que un trabajador del canal tendrá derecho a voz y voto en el directorio. Todo un signo de los tiempos que corren.

Toda empresa es un barco que navega en aguas no siempre calmas, pues surcará mares tempestuosos. Pasará momentos difíciles y toda su tripulación –los trabajadores- deben sentirse responsables, cada uno en su rol, de salir airoso. Nadie debe tener derecho a lanzar a alguien al mar en medio de una tempestad.

Es imperativo abrirse a nuevas formas de propiedad y participación que nos permitan salir del juego de suma cero en el que estamos entrampados, y donde lo que gana una de las partes es lo que pierde la otra. Tenemos que apuntar a un mundo de suma positiva, donde todos ganemos. ¿Es mucho pedir?