febrero 26, 2008

Desde Bremen

Escribo estas líneas encontrándome ahora en Bremen, ciudad localizada al norte de Alemania y que tiene alrededor de medio millón de habitantes. En pleno invierno habitualmente llueve, pero he tenido la suerte de que los cielos despejados y el sol me acompañen en este periplo. El frío reinante –con temperaturas bajo cero- domina la escena, pero el sol invita a salir. Da gusto ver cómo todos suelen salir a caminar y pasear por calles, plazas y parques. En el caso de las familias salen con sus bebés rosados y regordetes como chanchitos. Todo transcurre como si no existieran problemas, como si todo estuviese resuelto.

Si bien la inmigración por estos lares no alcanza los niveles de otras ciudades donde he estado, ella existe y es particularmente llamativa por el contraste y por tratarse de Alemania, país que históricamente se ha vanagloriado de su homogeneidad racial. En efecto, para alguien que proviene de Chile no deja de llamar la atención ver a un negrito color azabache emparejado con una alemana blanca y rubia, o a una pareja alemana con un par de hijos vietnamitas. Este proceso se está dando lugar no sin dificultades porque el tema de la segregación está presente, cambiando el rostro de Alemania sin desfigurarlo. Por el contrario, está enriqueciéndolo con el aporte proveniente de otras culturas.

Quizá más que en otras ciudades europeas, en Bremen, en el sistema de transporte público, la bicicleta es un protagonista de primera línea junto con el tranvía. Mientras en nuestra América Latina hemos cubierto de alquitrán los restos de vías existentes y relegado al olvido a los tranvías, aquí ella reina en gloria y majestad, distinguiéndose por su suavidad, no contaminación, no congestión y seguridad. Lo mismo ocurre con el sistema ferroviario como vía de comunicación y transporte con las cercanías.

Viniendo de Chile, es inevitable que mis ojos se centren en el tema del transporte público tan mal resuelto y que acá se resuelve tan bien. Por momentos pienso que en todas las ciudades debieran renacer los tranvías. En Santiago podría haber al menos una del poniente al oriente y de norte a sur y con buses alimentadores, al igual que en el resto de las ciudades en base a su distribución poblacional.

También me llamó poderosamente la atención el respeto por el descanso de los trabajadores. En fines de semana los locales comerciales se encuentran cerrados, incluyendo los de los grandes centros o casas comerciales, forzando a los consumidores efectuar las compras en los horarios habituales. Ello explica que en esos días las familias se vuelquen a los numerosos y amplios espacios públicos, llenándolos de vida.
Desde Paris

Paris me recibió con un cielo gris, pero sin el frío polar de Bremen. La escena está dominada por su vida cultural, la que se respira por todas partes, en los amplios y numerosos espacios públicos inviolables y no privatizables compartidas por franceses nativos e inmigrantes y los turistas, que hasta en invierno los repletan.

Museos, centros culturales, parques, jardines de los tiempos de gloria, bibliotecas públicas a las que acceden moros y cristianos, dan cuenta de todo un mundo que a quienes vivimos en los países subdesarrollados no deja de invitarnos a pensar y repensar. Cada rey ha dejado su huella impresa a sangre y fuego a prueba del paso del tiempo, al igual que los presidentes de la quinta república. Mitterrand dejó su pirámide en medio del Louvre, así como Pompidou su centro cultural.

Hoy los franceses se agarran la cabeza con Sarkozi puesto que nunca asumieron que al mes de ser elegido presidente se separaría y que a poco andar, en pleno ejercicio de la presidencia, se casaría con una modelo. No solo eso, más encima, italiana, y para rematarla, de izquierda. Algunos intentan matizarlo con humor señalando que fue un flechazo, otros que le hará bien al presidente.

Al igual que en los otros países visitados, la inmigración es tema de debate. Uno de los afiches públicos afirmaba taxativamente que Francia no es un país racista, pero el solo hecho que surja un afiche de este tenor constituye una señal. Algunos franceses se sienten amenazados por el volumen de la inmigración, fenómeno que en este país no es reciente, sino que se remonta a varias décadas atrás. Hoy existen muchos nietos e hijos de inmigrantes, nacidos en Francia, que se consideran franceses como el que más, pero que se sienten y son discriminados por su aspecto físico.

Otro de los aspectos más llamativos tiene que ver con la educación. En materia pedagógica se mantienen a la vanguardia, ya sea en materia de material didáctico y bibliográfico, como en su profesorado. Éstos desarrollan su profesión con pasión por enseñar buscando motivar el aprendizaje de sus alumnos. Les importa que aprendan y buscan los más diversos métodos para lograrlo.

Mientras tanto, en Chile el tema parece centrarse en el desvío de los subsidios educacionales y un asesinato que habría sido motivado por los celos del fundador de una de las universidades privadas más grandes del país.

febrero 18, 2008

Desde Cadaqués

Cadaqués surgió como pueblo de pescadores en la costa brava catalana que ha atraido a artistas de renombre, pero quien dejó su marca fue Salvador dalí, a punto tal que se le llama el pueblo de Dalí.

Es una bahía tranquila que está a poco menos de 3 horas de Barcelona. En su casco viejo se encuentran callejuelas estrechas y pedregosas que albergan talleres artesanales. He llegado acá en pleno invierno en un día bajo un sol esplendoroso, en el que el blanco de la cal reluce junte al fuerte azul de sus postigos. Luego de subir y bajar por sus senderos llegué a la casa-museo de Dalí, la que se encontraba cerrada, en reparaciones, pero así y todo valió la pena, porque lo más rescatable es el ambiente que se respira y su localización que invita la meditación.

Durante el trayecto a Cadaqués se puede observar la aridez de la zona, la que se ve agravada por la sequía que se vive y que tiene a los embalses en niveles críticos. En pleno invierno prácticamente no ha llovido. El cambio climático se está haciendo sentir en el mundo entero. De hecho las preocupaciones y temas que se abordan aquí y en Chile no difieren mucho.

Estando en Barcelona tuve ocasión de presenciar una masiva protesta por la vía Layetana contra la nueva ley de educación, a la que se acusa de promover la privatización de la educación pública, tema que en Chile pasó colado en tiempos de Pinochet sin mayor ni menor discusión pública.

En España se avecinan las elecciones generales, donde el partido gobernante socialista, PSOE, mide sus fuerzas con la oposición, el PP, de derechas y cuyo discurso se centra en la inmigración. Se palpa la fuerza de la inmigración desde los más diversos confines, ya sea desde nuestra América Latina, como de Africa y Asia, la que está incidiendo en el ámbito cultural, comercial y poblacional. Hoy estamos ante una Europa multiracial, diversa, heterogénea que alarma a las fuerzas más nacionalistas. Se ha intentado acotar, limitar, controlar o empadronar la inmigración, pero sin mayor éxito porque ella tiene su origen en las aberrantes diferencias de ingreso existentes entre los países de donde provienen los inmigrantes y los países a los cuales emigran. Mientras subsistan estas diferencias, la inmigración continuará su curso inexorable.

En Chile algo de eso tenemos, claro que confinado a nuestro “barrio”, donde la realidad económica de países vecinos invita a emigrar hacia nuestro país que es visto como “modelico”.

Todo esto mientras en las primarias de los demócratas en USA, Obama crece como la espuma con su mensaje “Yes, we can” ; en Chile el almanaque veraniego está siendo entretenido por los generales en retiro Santelices y Cheire. Pero esto ya es tema para otra columna.

febrero 10, 2008

Desde Barcelona

El primer aniversario del Transantiago me encuentra en Barcelona, España; el año pasado, dos días antes de su inicio partía a Montevideo, Uruguay, agarrándome la cabeza a dos manos, y mirando de reojo las noticias que llegaban desde Chile. Imaginaba que este nuevo sistema de transporte público partiría con muchas dificultades, tanto por la envergadura del cambio, como por su implementación de un viaje para toda la ciudad de Santiago, como porque visualizaba que nada estaba terminado. El impacto no se vio por unas pocas semanas, dado que se lanzó en pleno período vacacional; pero al volver todos de sus vacaciones e iniciarse el año escolar, todas las deficiencias salieron a flote. En la decision de seguir adelante a como diera lugar debe haber incidido ese axioma tan nuestro, de que “en el camino se arregla la carga”. Desgraciadamente esta lógica nos está costando muy caro. Recuerdo esto porque en Barcelona da gusto ver cómo funciona el transporte público. No solo está conformado por el metro y los buses, sino que últimamente también se ha incorporado la bicicleta, la que está siendo masivamente utilizada tanto por jóvenes como adultos para desplazarse en distancias cortas. En otra ocasion me referiré en detalle a esta alternativa. Si puedo adelantar que en Barcelona tanto el metro, como los buses y las bicicletas están en manos del municipio (ayuntamiento), que existen vías exclusivas para unos y otros, y una red de información. Además, importa señalar que el transporte público no se autofinancia, se subsidia. Es increible el flujo turístico que se vive en esta ciudad cuyas principales actividades giran en torno al turismo y el comercio. Para lo primero cuenta con un patrimonio artístico espectacular marcado por Antoni Gaudí, un arquitecto genial que marcó un estilo y cuya presencia se respira por doquier, partiendo por la Iglesia de la Sagrada Familia y el parque Guell, además de un conjunto de edificaciones que si bien se concentran en Barcelona, se extienden por varias ciudades de España. En términos culturales las actividades se suceden sin cesar. Por estos días, entre otras, se presenta una exposición titulada “En Transición” que tiene lugar en el Centro de la Cultura Contemporánea. En ella se aborda el período que va desde los últimos años de la dictadura de Franco y los inicios de la democracia, en un recorrido que muestra el cambio progresivo, así como las ataduras que intentaron imponer los hombres de Franco destinadas a restringir el devenir democrático. Al recorrer dicha exposición no pude sustraerme a las similitudes, semejanzas y diferencias existentes entre lo vivido por España y lo que vive Chile.

febrero 02, 2008

La gran diferencia

Patricia Troncoso, alias Chepa, decidió poner término a su huelga de hambre que se prolongó por más de 100 días. El desafío. No era primera vez que acudía a la huelga de hambre como expresión de rechazo a las acusaciones en su contra, pero por sobretodo, a la realidad indígena.

Su caso recorrió el mundo enteró y concitó el interés desde los más diversos rincones. Se trata de una aguerrida mujer siempre ha sido cercana a la iglesia católica, fue catequista y permanente defensora de los derechos humanos desde los tiempos de la dictadura militar. Estudió ciencias religiosas y teología en la Universidad Católica de Valparaíso. Incluso tuvo la intención de ser monja. A propósito de la construcción de la central hidroeléctrica de Ralco se involucró en la defensa del medio ambiente y en la comuna de Alto Biobío se interiorizó de la realidad indígena. Hizo suya esta realidad yéndose a vivir a una de sus comunidades, en la localidad de Ercilla, en la región de la araucanía.

Se involucró en diversos actos de protesta en defensa de los mapuches que culminaban en desórdenes públicos; en el año 2002 fue acusada de participar en un atentado contra un fundo sureño; fue acusada de amenaza terrorista, cargo del que fue liberada en el 2003. Posteriormente, el año 2004, se le aplicó la ley antiterrorista y fue condenada a 10 años de cárcel por incendio terrorista. Por su pertenencia a la Coordinadora Arauco-Malleco, se la acusa de asociación ilícita terrorista, cargo del que es absuelta. En 2006 protagoniza su primera huelga de hambre exigiendo su libertad, la que se prolonga por más de 2 meses.

En síntesis, estamos ante una mujer del mundo no indígena dispuesta a dar la vida por la causa mapuche; una mujer cuya exquisita sensibilidad y deseo de justicia no podemos ni debemos ignorar, y que nos deben llevar a reflexionar. Ella ha puesto sobre la mesa, en la agenda pública una problemática que históricamente se ha escondido y que el Estado no ha sabido encarar.

Ante el caso, las dispares reacciones del gobierno de la Concertación y de la oposición revelan mucho. Por un lado, un gobierno que monitorea de cerca la situación y que conciente de la férrea disposición de “la Chepa” por llegar hasta las últimas consecuencias, decide ponerse en acción con miras a evitar la pérdida de una vida humana y su conversión en leyenda, amén del alto costo político que tal desenlace encerraría. Por otro lado, una oposición que monitorea el comportamiento gubernamental, a fin de que no se saliera del libreto del estado de derecho. Mientras para el gobierno y la Concertación lo primero era salvaguardar la vida de una persona que la estaba poniendo en jaque, para la oposición lo primero era el imperio del derecho.

Desde palacio se afirmaba que “primero que nada privilegiamos la vida humana” y de la necesidad de actuar con flexibilidad, enfocando el tema como una oportunidad para entablar un diálogo efectivo, a fondo, con las comunidades indígenas para abordar problemas centenarios. A como diera lugar, había que evitar la muerta de Patricia.

Desde la oposición, la mirada era diametralmente distinta. El foco fue puesto en el precedente que se estaba generando para otros casos, en la debilidad gubernamental de ceder a una presión desde una huelga de hambre. Para ella, lo importante es aplicar a rajatabla el imperio de la ley, sin matices. Para la Alianza había que dejarla morir. Esta mirada opositora fue fiel a su origen y afinidad con la dictadura y gobiernos autoritarios. El ministro del Interior, Pérez Yoma, fue muy expresivo al afirmar que "este Gobierno no es el gobierno de la señora Margaret Thatcher, que el que estaba como huelguista de hambre podía morir". De esta forma hizo alusión a Bobby Sands, miembro del IRA que murió tras una huelga de hambre de más de dos meses.

El caso retrata la gran diferencia que subsiste entre quienes nos gobiernan hoy y quienes nos gobernaron en tiempos de Pinochet. Es una diferencia clave que de alguna manera explica la continuidad de los gobiernos de la Concertación.