enero 26, 2023

Entrevista sin pelos en la lengua

Foto de Michal Czyz en Unsplash

A continuación reproduzco mis respuestas a preguntas que me hicieron en torno a temas de actualidad:

Qué le parecieron los indultos concedidos por el gobierno de Boric?

Desconozco los detalles, la chimuchina, solo sé que salió una lista de indultados, luego salió otra porque parece que faltaba al menos uno, que el grueso de los indultados fueron próceres de la revuelta. Todo esto en medio de conversaciones en torno a dar señales por proveer más seguridad en un contexto de creciente inseguridad. No me calza. Tampoco me calza que la oposición ponga el grito en el cielo cuando en sus tiempos indultaban al por mayor a delincuentes de cuello y corbata. Hacemos la vista gorda para un lado y ponemos el grito en el cielo para el otro lado. Así estamos fritos, no llegaremos a ninguna parte.

Lo ocurrido le vino anillo al dedo a la oposición para tapar lo ocurrido en el municipio de Vitacura donde un alcalde, Torrealba, se echaba al bolsillo millonadas como nada, al igual que quien fuera alcalde de Lo Barrenechea, Guevara, quien después fue nombrado intendente de Santiago en tiempos de Piñera. Ese sí que es un asalto de marca mayor.

Es o no es una vergüenza la filtración de una conversación de un audio de la cancillería?

Totalmente! Si a mí me pillan en una circunstancia semejante no dudaría ni un segundo en asumir la responsabilidad que me cabe renunciando de inmediato, antes que me la pida el presidente. Son varias las chambonadas implicadas. De partida, por más privada que sea la conversación, una canciller, ministra de RREE no puede expresarse en esos términos, con esa vulgaridad. Por lo demás la conversación tampoco fue en su casa ni en familia, fue en una reunión de trabajo. ¿Cuántos de nosotros nos expresamos en esos términos en nuestros ambientes laborales?  Es una chapucería de marca mayor que no le hace bien a nadie. Claro que existen chapucerías de mayor calibre, siempre existirán, pero eso no sirve para reducir el bochorno que produce delatar una cancillería de tan baja estofa. Internacionalmente nos deja como chaleco de mono.

En todo caso, sin ánimo alguno de empatar ni restarle un ápice de gravedad al asunto, que la oposición haga gárgaras con esto creo que es como mucho, es tener tejado de vidrio. Ojalá se hubiese escandalizado tanto con el asalto a mano armada en tiempos del innombrable, alias Ramón López.

Y qué me dice de lo que está ocurriendo en Perú?

Bueno, todo lo que ocurre allí es una suerte de crónica de una muerte anunciada. La institucionalidad política está destruida, todos los presidentes desde hace décadas terminan mal sus mandatos. La caída de Pedro Castillo se veía venir, y si alguien pensó que Castillo no representaba a nadie y que con eso sin más se daba vuelta la hoja, se equivocó medio a medio. Ahora es Dina Boluarte la que tiene sus días contados. Para sostenerse tiene que recurrir a una represión mayúscula que no sé si el Ejército está dispuesto a implementar al pie de la letra. Castillo cavó su tumba desde el minuto que fue elegido a duras penas con un discurso centrado en “nunca más un pobre en un país rico”. La oligarquía peruana, particularmente la limeña, y los intereses internacionales, no podían tolerar tamaña osadía. Y creyeron que derrocándolo y colocando a Boluarte era llegar y llevar. No es tan simple el tema.

En la reunión de presidentes que se desarrolló en Argentina, los presidentes de Brasil y Argentina proponen establecer una moneda única para el continente ¿será posible?

A esta altura de mi vida ya no comulgo con ruedas de carreta, al menos eso creo. Sería ideal, pero no lo veo viable en el corto plazo puesto que para ello deben cumplirse algunas condiciones mínimas que no veo que se cumplan. Me refiero a la existencia de una institucionalidad y estabilidad política y económica que en nuestro continente brilla por su ausencia. Intentar una experiencia de integración monetaria habiendo sido incapaces de hacerlo en otras esferas, no me parece en modo alguno. Allí están las fallidas experiencias de la ALALC, el Pacto Andino, por no mencionar otras más recientes. El Mercosur está a medio morir saltando.

La exitosa experiencia europea con el euro no fue de la noche a la mañana. Ella fue precedida de una integración política y económica que emergió de las cenizas de una guerra mundial, de fuertes vivencias que marcaron a sangre y fuego al continente europeo.

enero 23, 2023

¿Una o dos listas?

Foto de Joanna Kosinska en Unsplash

En el marco del nuevo proceso constituyente que se ha abierto, por estos días se ha abierto el debate en torno al número de listas a llevar, tanto desde la acera oficialista como la opositora. Distintas personalidades ya han fijado sus respectivas posiciones.

Existen poderosas razones en una u otra dirección. Lo ideal pareciera ser llevar tan solo una lista, tanto a un lado como en el otro para maximizar el número de candidatos electos con la votación que se obtenga. Pero eso no es tan simple ni tan cierto porque la suma que eventualmente se logre llevando  dos listas, lo más probable es que sea mayor que si se lleva tan solo una lista. Esto creo que vale tanto para la oposición como para el oficialismo.

El cuadro político actual es tal que en la derecha está el partido republicano, que representa a quienes no quieren cambio constitucional alguno, quienes sostienen que los problemas de Chile son otros que nada tendrían que ver con la constitución. Y están los partidos que conforman ChileVamos –UDI, RN y Evópoli- que en virtud del compromiso asumido en el plebiscito de salida de “rechazar para reformar”, que están disponibles para efectuar los cambios constitucionales que sean necesarios para inhibir una explosión popular como la registrada en el año 2019 y que hagan frente a una realidad política, social, económica y cultural muy distinta a la de hace ya más de 40 años.

ChileVamos teme que yendo con los republicanos ahuyente al centro político expresado por los partidos en formación (Amarillos y Demócratas) que fueron quienes encabezaron la campaña del rechazo. Por otra parte están quienes enfatizan la necesidad de ir juntos en base a las afinidades existentes entre ellos. Mal que mal, la mayoría de los republicanos provienen de los principales partidos de ChileVamos (UDI y RN).

En el gobierno, que es sustentado por dos coaliciones, el del Frente Amplio (FA) con el PC, y la Socialdemocracia representada por el PS, PPD y PR, la discusión en torno a las listas también está en el candelero. Están quienes insisten en la necesidad de que todas las fuerzas de gobierno se concentren en una única lista como una forma de expresar su respaldo inequívoco al actuar gubernamental en complejos tiempos de crisis. Y están quienes estiman que es imperativo llevar dos listas para maximizar la cantidad de votos a obtener por la vía de diferenciarse unos de otros.

El dilema no es menor, dada la incidencia que puede tener en la cantidad de votos que se obtengan de lado y lado, y por tanto, en el número de candidatos electos que se alcancen. Están en juego la diferenciación en cada bloque, y la eficiencia electoral.

Por mi parte, creo que por el lado del gobierno, lo más sano es que se levanten dos listas, una en representación del FA y el PC, y otra en representación del PS, PPD, DC y PR. Ir en una única lista conlleva un alto riesgo de repetir el resultado del plebiscito de salida si la oposición llevara una única lista (38% versus 62%).   

Por parte de la oposición, no tengo claro que es lo que más les conviene. Para el país, creo que lo mejor es que también lleve dos listas dado que permitiría separar la paja del trigo. 

enero 17, 2023

¿Falta de fiscalización?

Foto de ev en Unsplash

No sin sorpresa me percato que gran parte de los problemas que plantean las personas comunes y corrientes, en su vida diaria es la falta de fiscalización, de control para todo orden de cosas. Faltarían carabineros, inspectores, fiscalizadores, guardias.

Creo que el problema está mal definido, mal identificado. La carencia de lo que se expresa no es el problema. Si así fuera, bastaría con tener más carabineros, más fiscalizadores, más guardias, más inspectores. No va por ahí la solución. Podemos llenarnos de carabineros, fiscalizadores, etc. y el problema real que se aspira resolver seguirá presente. El problema es otro.

Todo esto lo planteo porque a raíz del incremento de los accidentes e infracciones de tránsito, de la delincuencia, de los delitos, del mal estado de las calles, de las licencias médicas, de las evasiones tributarias, lo primero que pareciera venírsenos a la cabeza, es que falta fiscalización. Como si llenándonos de controladores los delitos, los accidentes e infracciones de todo orden, disminuirían sustantivamente.

De ser así, esto delataría una mentalidad autoritaria, represiva, que actuamos como se debe en la medida que tengamos encima a policías, inspectores y guardianes de todo orden. Bastaría que un carabinero se de vuelta,o no esté presente, para que la tentación de cometer alguna infracción esté a la orden del día. Actuaríamos como corresponde no por cultura, porque así debiera ser, sino porque tenemos encima un control sobre nuestras actuaciones, un control externo a nosotros mismos que nos fuerza a reprimir nuestros comportamientos, nuestras decisiones.

El tema es más profundo y tiene que ver con aspectos culturales. La respuesta más simple, más rudimentaria, más primitiva para explicar la delincuencia o cualquier otro mal que nos aflija, será la de aumentar la fiscalización, aumentar las penas. Lo que se logre limitándonos a tales medidas, a lo más es a reducir temporalmente el mal. Lo reduciremos, si es que lo logramos, por el tiempo que dure la fiscalización. Pero basta que se deje de fiscalizar y el mal resurge con fuerza.

Por ahí, en una conversación, alguien planteó ¿será la raza? Le respondí: nada que ver. Acá no hay razas, tan solo humanos. Nadie está condenado per se, sí hay distintas culturas, distintos cuerpos de ideas, de valores, los que no dependen del color de la piel.

Es imperativa una cultura, una educación que nos invite a hacer bien las cosas por la mera satisfacción, el gusto de hacerlas bien, no porque tengamos encima a un inspector o un carabinero o alguien que nos esté vigilando.

Es necesario identificar las causas de fondo de los males que nos afligen en vez de engañarnos creyendo que los resolveremos a punta de llenarnos con policías e inspectores.

enero 09, 2023

¿Qué nos dicen los resultados de la PAES?

Foto de Green Chameleon en Unsplash

Recientemente han aparecido los resultados de la prueba de acceso a la educación superior (PAES). No pocos ponen el grito en el cielo para denostar, como todos los años, y una vez más, a la educación pública. No faltan motivos para ello, pero veamos la película completa.

Los resultados de la PAES no hacen otra cosa que retratar la segregación socioeconómica imperante. Basta ver cuáles son los establecimientos educacionales que aparecieron con los primeros cinco más altos puntajes: son todos colegios particulares pagados localizados en Vitacura (Colegio Los Andes), Las Condes (Colegio Villa María Academy y Colegio Cordillera), Lo Barrenechea (Colegio Los Alerces) y La Reina (The Grange School). Casualmente son las comunas de más altos ingresos del país.

Veamos ahora cuánto cuestan estos colegios. Para pertenecer, o entrar a estos colegios tienes que ponerte con lo que llaman cuota de incorporación, la que, para estos 5 colegios, varía entre los 30 y 200 UF, o sea, entre un millón y siete millones de pesos. Este es tan solo el primer paso. Luego viene la matrícula, a pagarse una vez al año, que varía entre los 13 y 16 UF, esto es, de 450 a 500 mil pesos. Y finalmente tenemos la colegiatura anual, que hay que pagar mensualmente. El monto de la colegiatura anual para estos 5 colegios top va desde las 180 hasta 250 UF. Estamos hablando de entre los 6 y 9 millones anuales, equivalentes a 500 mil hasta los 750 mil pesos mensuales. Una ganga.

Si seguimos hacia los colegios siguientes, el panorama no cambia mayormente. La excepción la constituyen 4 establecimientos educacionales: tres municipales y uno subvencionado (Liceo Augusto D´Halmar, Bicentenario de Temuco, Maipo y San Pedro Bóveda).

A quienes tanto les gusta hablar de eficiencia les invito a realizar el siguiente ejercicio: calcular cuánto cuesta cada punto de la PAES obtenido por los establecimientos. Lo haremos partiendo de la base que sus puntajes mínimo y máximo son 100 y 1000 puntos respectivamente. A modo de ejemplo, el puntaje alcanzado por el Grange School fue de 861,4 en tanto que su precio anual fue del orden de los 9 millones doscientos mil pesos, lo que da un costo de cada punto alcanzado en la PAES de poco más de 12 mil pesos.

Hagamos similar cálculo para el liceo Augusto D´Halmar que obtuvo 833 puntos en la PAES. Su costo anual está dado por la subvención anual que recibe del estado, del orden de los $ 200,000. Dupliquemos este valor por eventuales ingresos que reciba, ya sea de terceros como del propio Estado. El precio anual de cada punto que obtienen sus alumnos sería del orden de los $ 500! Esto es, un 5% del precio del punto de quien se matricula en el Grange School.

¿Cuáles establecimientos fueron más eficientes? Los 4 establecimientos públicos que lograron entrar en el ranking de los 100 establecimientos con más altos puntajes. Por lo mismo son dignos de ser aplaudidos y reconocidos. Han sido capaces de hacer rendir los recursos públicos mucho mejor que lo que pudieron hacer los establecimientos particular pagados con recursos privados. Podríamos llegar a afirmar que los apoderados de los alumnos de estos últimos establecimientos están tirando la plata por la ventana, porque si los matricularan en establecimientos públicos, seguro que obtendrían mayores puntajes. Sus pupilos conocerían el Chile real, no solo el de su entorno inmediato, y por lo mismo aprenderían a vivir con “los distintos”.

Pero no, prefieren hacerlo en establecimientos de nombres ingleses o pomposos pagando las ganas, porque lo que importa es segregar, no mezclarse con la chusma. Rodearse con sus iguales, comulgar en la misma parroquia, tejer redes entre los suyos.

Por lo demás, todos sabemos que la escuela no es sino una de las fuentes de formación de las personas. También lo son las familias y el entorno en que nos desenvolvemos. Es lo que algunos llaman el capital sociocultural que nos acompaña. Como dijera el fundador de Educación 2020, Mario Waissbluth, “el origen social es prácticamente el único determinante de los resultados, y no el tipo de administración de las escuelas”.

Es una quimera pretender abordar el tema de la calidad de la ecuación sin considerar que ella está afectada por la disponibilidad de recursos financieros. Si se aspira cotejar la educación pública en educación básica y media con la privada no es posible omitir la cruda realidad actual donde el gasto público por alumno está muy por debajo de lo que en promedio perciben mensualmente los colegios privados por cada alumno matriculado.

La pirámide está invertida: se gasta mucho más por alumno proveniente de familias de altos ingresos que lo que lo que se gasta por alumno perteneciente a familias de bajos ingresos. Mientras no se corrija esta distorsión, agravada por el déficit en el capital social-cultural que arrastran quienes se matriculan en establecimientos educacionales con financiamiento público, las comparaciones y rankings que se elaboren carecen de validez alguna. Estas odiosas comparaciones, amplificadas por los medios de comunicación convencionales, no hacen sino entregar un subliminal mensaje de que la educación privada sería de mayor calidad que la pública, menaje abiertamente falso si se considera la dotación de recursos con que se trabaja en cada uno de estos ámbitos.

Insisto, mientras como país no estemos disponibles para el tremendo esfuerzo que demanda un modelo educativo que integre en vez de segregar, las medidas que se adopten a nivel metodológico, en los estilos de dirección en los establecimientos educacionales, o en la formación del profesorado tendrán efectos puntuales, marginales, no sustantivos. A partir de ahí podemos exigir calidad en educación y pensar en exigencias de desempeño y resultados. De lo contrario seguiremos comulgando con ruedas de carreta.

enero 06, 2023

La ultraderecha ha perdido la vergüenza

Las distintas redes sociales están siendo inundadas sin vergüenza alguna por furiosos antiglobalistas y anticomunistas, muchos de los cuales se autodenominan libertarios. Han resuelto dejar a un lado su timidez en materia política para pasar a la ofensiva sin filtro alguno.

Sus fuentes de información provienen de fundaciones financiadas por peces gordos que se ocultan tras las bambalinas, y dan origen a verdaderas bombas de racimo de noticias falsas que multiplican sin asco por los más diversos medios, como quien produce y distribuye salchichas al por mayor. Han descubierto como nadie la mina de oro que representa el poder de las redes sociales y de la falta de educación, o mala educación, de gran parte de la población.

Estos grupos, que paradojalmente se están globalizando, no obstante sus posturas antiglobalización, están poniendo en jaque a la democracia a vista y paciencia de todo el mundo. Nos bombardean diariamente con las noticias más inverosímiles, poniendo en jaque nuestra capacidad de discernimiento y de análisis crítico.

Son grupos que siguen la máxima göbeliana de miente, miente que algo queda, la que pusieron en práctica sin pudor alguno en Chile con ocasión del proceso constituyente para el plebiscito de salida. Su resultado no pudo ser más exitoso: revirtieron el resultado del plebiscito de entrada donde obtuvieron una derrota aplastante, para transformarlo en un contundente triunfo.

Hoy se encuentran envalentonados, empoderados a punto tal que tienen a la izquierda y al gobierno arrinconados, medios caramboleados, a medio morir saltando. Es primera vez en mi existencia que veo a una ultraderecha al ataque, que ha salido de sus escondrijos con toda su artillería, y a la izquierda a la defensiva, caramboleada, sin atinar a reaccionar.

Es un fenómeno nuevo que no se limita a Chile, que visualizo en varios países. Resulta paradojal ver este movimiento antiglobalización y anticomunista, que ataca a las organizaciones internacionales que se han estado construyendo para promover la paz en el mundo, pero que a la hora de la verdad se coordinan y enlazan entre sí en los distintos países al amparo de movimientos globales. Un comité central mundial pareciera estar tras ellos al más puro estilo comunista. ¡Quién lo creería!

Así como hemos vivido la ola revolucionaria, seguida de la ola de las dictaduras, luego la de las transiciones, ahora estaríamos adportas de una nueva ola. ¿será la hora de una nueva ola? La pregunta que debiéramos hacernos es ¿qué habremos hecho para llegar a esto?


enero 02, 2023

Los jóvenes deciden su futuro

Foto de Naassom Azevedo en Unsplash

Estas líneas van dirigidas principalmente a los jóvenes que hacen su ingreso a la educación superior. Es el momento en que deben tomar decisiones relevantes que incidirán en su futuro. Son dos las decisiones claves: qué carrera estudiar y dónde. A continuación intentaré esbozar las variables que estimo indispensables que deben evaluarse a la hora de adoptar una decisión. Veamos primero qué estudiar. Las variables a ponderarse son tres: 

1) mi voluntad, qué es lo que más me gusta, cuál siento que es mi vocación, lo que me gustaría ser; 

2) mis capacidades, qué me es más fácil, qué me sale naturalmente, o dicho coloquialmente “si tengo dedos para el piano”. Algo puede gustarme mucho, pero si mis capacidades no van en esa dirección, tendremos un choque de trenes. Esto no implica que no se estudie lo que más se quiere, pero si no calza con las capacidades que se tienen, debe tenerse claro que el trayecto será un tanto pedregoso, nos planteará exigencias que quizás no seamos capaces de sortear; y 

3) mi futuro laboral, si lo que he decidido estudiar existen suficientes puestos de trabajo atractivos en términos de ambiente laboral y de remuneraciones.

El escenario ideal es que las dos primeras variables calcen, esto es, que mis capacidades están en línea con mi voluntad, con lo que quiero estudiar, y que el campo laboral que se abre es promisorio. Desgraciadamente, en la mayoría de los casos no se da esta suerte de constelación. 

Soslayar la tercera variable, esto es, el mercado, la realidad labora que se abre una vez terminados los estudios, encierra un riesgo.  Terminar los estudios y percatarse que  hay pocos puestos de trabajo para muchos postulantes, y/o que los ingresos monetarios a percibir dejan mucho que desear. El riesgo es que al final se termine amargado, frustrado. De allí la importancia de analizar, sopesar bien lo que se habrá de estudiar.

Después viene la decisión de dónde estudiar. Lo peor es dejarse llevar por la publicidad con que en esta época suele bombardeársenos desde las distintas instituciones de educación superior. Mi sugerencia es que una vez que sepa qué estudiar, lo primero que debemos hacer es un catastro de las instituciones que ofrecen lo que queremos estudiar y conocer sus características esenciales. Idealmente visitarlas físicamente, conversar con sus estudiantes para recabar información respecto del profesorado, de la infraestructura física, tecnológica y deportiva, así como captar el alma mater, el espíritu de la que está impregnada cada institución. 

Por último, conocer a quienes ya han cursado la carrera para saber dónde están trabajando, cómo les va, qué recuerdos tienen de sus respectivas casas de estudio.

En síntesis, me atrevería a afirmar que si se tienen en consideración los factores señalados, la mesa estaría servida. Que les vaya bien!