diciembre 28, 2017

Por un mundo mejor

Estando ad portas de un nuevo año es momento propicio para reflexionar en torno a nuestras vidas, al mundo que nos rodea. En esta ocasión lo haré en torno a la paz y la no violencia activa, tanto a nivel personal, nacional e internacional. Reflexiones que nacen como consecuencia de una realidad que nos lacera y escandaliza. Teniéndolo todo para estar y vivir en paz, no obstante los esfuerzos de muchos, persiste una suerte de estado de guerra permanente, de baja o alta intensidad, en distintos confines del mundo.

El nivel de gasto militar en vez de decrecer, aumenta. Los más poderosos gobiernos no trepidan en imponer sus condiciones. En el año que se va hemos visto escaramuzas, amenazas de un lado y otro, entre USA y Corea del Norte, ambos comandados por líderes de conductas impredecibles, cuyas decisiones pueden afectar las vidas de toda la humanidad. Los tiempos de guerra fría parecen querer volver, ya no en un contexto bipolar –USA y Unión Soviética-, sino que multipolar. Las guerras civiles, declaradas o larvadas, se multiplican.

Cabe preguntarse, todo esto ¿para qué? ¿para asegurar el dominio de unos sobre otros? Cuesta entender tal grado de conflictividad cuando lo tenemos todo para vivir en paz en un mundo con capacidad para satisfacer las necesidades de todos. Una capacidad dada por un desarrollo científico-tecnológico sin precedentes que podría asegurarnos una vida buena y digna no solo para algunos, sino que para toda la humanidad.

De nosotros, de cada uno de nosotros, de nuestros comportamientos, depende el futuro de quienes nos rodean, de nuestro país, de toda la humanidad. Los esfuerzos que hagamos en favor de la paz, de la no violencia activa, de la no discriminación no pueden ser en vano, sino que por el contrario, más temprano que tarde, deben dar frutos. Quienes tenemos el privilegio de escribir no podemos dejarnos abatir por la imposición de la violencia. Debemos desterrar la lógica de que el hombre sea el lobo del hombre. Nuestras actuaciones deben basarse en la política de ponerse en los zapatos del otro

Por ello mi particular saludo de ánimo a quienes pregonan y practican la paz, la solidaridad entre todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Que en el año que viene, sean más y más.

diciembre 19, 2017

Razones de una derrota

Los resultados de la segunda vuelta electoral presidencial chilena sorprendieron a moros y cristianos. La sorpresa corrió por el lado de que nadie se esperaba una diferencia del orden de los 10 puntos entre ambos contendores. Se afirmaba que el ganador lo sería por poco y que dependería de la convocatoria, que mientras más gente concurriera a votar, más probable era el triunfo del candidato de la Nueva Mayoría (NM); por el contrario mientras menos gente votara, las posibilidades de triunfo opositor se incrementaban. Nada de eso ocurrió. Votó más gente que en la primera vuelta y Piñera, el candidato de la oposición derechista, ganó por paliza. Mucho más rotundo que cuando el mismo candidato en el año 2009 ganó la contienda presidencial de ese entonces.

Por estos días unos y otros se cabecean en torno a las causas de la aplastante derrota experimentada por las fuerzas gubernamentales. No resulta fácil aventurar respecto de las razones. Unos ponen el énfasis en los déficits del gobierno, por más que en el último tramo pareciera haberse puesto las pilas; otros ponen el acento en la incapacidad de la coalición gubernamental, la NM, para dirimir su candidato en primarias, concurriendo a la primera vuelta con dos candidatos; otros aducen como motivo la implementación de reformas estructurales, ya sea por su contenido o su desprolijidad; así como otros critican no abordar a fondo estas mismas reformas.

También están quienes imputan la derrota a la aparición del Frente Amplio (FA), a los temores que despierta el partido comunista (PC), cuya incorporación, quiérase a no, siempre ha generado resistencias entre las fuerzas políticas de centro, particularmente la democracia cristiana (DC). Por último, están quienes también reprochan la derrota a un candidato “ciudadano” aupado por los partidos políticos, pero como el mismo Guillier afirmó, no parece haber estado a la altura de lo que se esperaba de él.

A lo señalado se agrega una oposición que sorteó dificultades y que se manejó con eficacia, con banderas que calaron hondo, así como por una no comprensión de las fuerzas gubernamentales de una nueva realidad. Esta última parece estar determinada por una sociedad integrada por quienes parecen ser cada vez menos ciudadanos y más consumidores, más preocupados de sus propios metros cuadrados antes que del bienestar colectivo. El pensamiento mayoritario parece centrarse en una filosofía donde “lo que es bueno para mí, es bueno para el país”, y que lo demás fuera música. Son quienes sostienen que la derecha ganó la batalla cultural, que luego de décadas de un modelo político, económico y social que no ha sufrido modificaciones sustanciales, el país se habría derechizado.

Pero también hay, particularmente los neoliberales a ultranza, quienes sostienen lo contrario, que el cerco se ha ido corriendo hacia la izquierda, y que se reflejaría en que para ganar, el candidato de la derecha tuviera que asumir banderas propias de la izquierda, como es el caso de la gratuidad en el ámbito educacional.

En fin, las eventuales razones de la derrota de la NM no se agotan en las enumeradas. Estoy cierto que hay muchas más. La última palabra no está escrita puesto que la vida tiene sus vaivenes. Hoy la derecha vive días de gloria y la izquierda días tristes. Las derrotas son oportunidades de aprendizaje; Los triunfos son oportunidades para asumir responsabilidades. Honor y gloria para unos y otros.

diciembre 16, 2017

La responsabilidad de votar

Adportas de una segunda vuelta electoral, donde ambos candidatos, uno más que otro, han caído en una suerte de disputa de ofertones para conquistar la voluntad popular, estamos convocados a votar, ejercicio democrático que nos hemos ganado no sin dificultades.

Con todas sus limitaciones, votar es un acto inherente a la democracia. En el pasado, votar era una obligación limitada a quienes se encontraban inscritos en los registros electorales. Hoy, automáticamente estamos inscritos desde que cumplimos nuestra mayoría de edad, y votar se ha convertido en una acción voluntaria.

Algunos responsabilizan los altos niveles de abstención que se han registrado en las últimas elecciones a la voluntariedad del voto, postulando que debe ser obligatorio en razón de nuestra condición de ciudadanos, y que como tales es nuestro derecho y nuestro deber votar. Tengo mis dudas porque no le encuentro mayor sentido forzarnos a votar. Más sentido encuentro que el sistema político sea capaz de bajar los niveles de abstención por su capacidad para atraer a los votantes con propuestas creíbles y responsables.

Por parte nuestra, no es admisible no votar por flojera, indiferencia o porque “da lo mismo”, o porque “todos son iguales”, o porque “mi vida no va a cambiar”, mal que mal deberemos seguir trabajando. La validez de estos argumentos es relativa. No da lo mismo el curso de acción que tome el país. Las políticas que se apliquen benefician más a uno que a otros, y por tanto no nos puede ser indiferente. Una sociedad que se guía por una competencia extrema, en contextos oligopólicos, no es la misma que aquella en el que las actividades se desenvuelven en mercados con muchos productores de bienes y servicios sin capacidad para impedir el ingreso de otros.

No todos son iguales. Debemos ser capaces de distinguir a unos de otros. No podemos meter a todos en el mismo saco. Esto vale no solo para los políticos, sino que también para los empresarios, los trabajadores, o los miembros de las FFAA y carabineros.

No podemos pretender que nuestro voto apunte tan solo a nuestro propio beneficio. Sí debemos pretender a que con nuestro voto y el de todos nuestros conciudadanos contribuyamos a elegir a quienes conducen nuestro país para hacer de él un mejor espacio para una sana convivencia donde nuestra calidad de vida nos haga sentirnos bien. De eso se trata. Donde podamos mirarnos a los ojos de igual a igual, conversar y discutir civilizadamente., confiarnos mutuamente.

Votando, el día después volveremos a trabajar como siempre, pero con la cabeza en alto, confiando en que el destino del país en que vivimos sea un mejor país.

diciembre 14, 2017

Pidiéndole peras al olmo

Estas líneas salen cuando estamos adportas de una segunda vuelta electoral, donde ambos candidatos, uno más que otro, han caído en una suerte de disputa de ofertones para conquistar la voluntad popular. No nos engañemos. No son los gobiernos los que nos darán de comer, ni los que nos darán trabajo, ni trabajarán por nosotros, ni nos darán salud. Lo que los candidatos pueden ofrecernos son cursos de acción, modelos de sociedad, de ver el mundo para que los acompañemos a concretarlos. En eso se deben diferenciar y nosotros votar por quien creemos que mejor encarna nuestras ideas en dicho plano. Pero el esfuerzo que debemos desplegar por nosotros mismos, es indelegable.

Lo que se logra sin esfuerzo, por lo general no tiene valor; por el contrario, lo que se logra con esfuerzo, sí lo tiene. No pocos aspiran a logros sin mayor esfuerzo, por la vía del atajo, sin pensar en sus consecuencias. Esto vale en el mundo de la educación, de la salud, de las pensiones, del trabajo. Quien cree que hay atajos, se equivoca.

Quienes creen que en educación podemos aspirar a tener las capacidades y competencias que la realidad laboral y la sociedad demandan, sin mayor esfuerzo, sin estudio, sin desvelarnos, se equivocan. No pocos, a estas alturas del año, se vienen a percatar que su rendimiento deja mucho que desear, y “calientan” materia intentando recuperar el tiempo perdido. Se tuvo todo un año para estudiar, y a fin de año se dan cuenta que están en la quemada, que están por perder el año o la carrera. Sabían que tenían que ponerse las pilas desde comienzos de año, pero no, se las ponen a fin de año, a destiempo. En este minuto, apremiados, pensamos en cómo salir del paso, como llegar a casa con la noticia de la pérdida del año o de la carrera.

En salud lo mismo. No pocas veces llegamos a la consulta médica, a la posta o al hospital, por conductas, comportamientos o hábitos alimenticios que no ayudan para nada a tener una buena salud. Mientras nos distingamos por no realizar actividad física regular y nuestro plato nacional sea un completo que chorree mayonesa por los cuatro costados, estamos fritos. Sin querer queriendo, muchas de las enfermedades de la vida moderna son consecuencias de ello. No podemos pedirles milagros a nuestros médicos. Imposible pedirle peras al olmo.

Lo mismo vale en el campo laboral. Pretender ganarse la vida con malas artes, robando o traficando droga y que ello no tenga consecuencias, es una quimera. Si resulta a la primera, imposible resistir la tentación de cebarse y ganarse la plata fácil. Más temprano que tarde nos pillarán, y en ese minuto nos agarraremos la cabeza.

Tener una buena formación no depende tan solo de los profesores, sino de nuestro esfuerzo como alumnos; tener buena salud no depende tan solo de los médicos y nutricionistas, sino de lo que hagamos y comamos.

En la vida no hay atajos. El esfuerzo, la laboriosidad, la responsabilidad, el trabajo bien hecho, la puntualidad, más tarde o más temprano, se recompensan de alguna manera. Ya sea por la vía de la satisfacción personal o interna, como porque la sociedad sabe distinguirlos, diferenciarlos. De lo contrario, nada ni nadie nos liberarán de las consecuencias, las que podremos posponer, evadir temporalmente, pero más temprano que tarde aparecerán.

diciembre 08, 2017

Entrampados

Con la segunda vuelta ad portas, a diferencia de la primera vuelta, cuando se pensaba que era carrera corrida, ahora se prevé un resultado incierto. Quien tenía la condición de favorito, ya no lo es.

Haciendo un símil futbolístico, estaríamos en pleno alargue con escaramuzas en ambos lados, jugadores agotados, donde cualquier gol será más consecuencia de un error que de una genialidad. Uno de los candidatos llega con más figuras en la cancha, pero sin chispa, con el ánimo a la baja por el simple hecho de no haber sido capaz de ganar en los 90 minutos de juego; su contendor, en cambio, llega con ánimo en alza por haber podido forzar el alargue. A lo largo de los primeros 90 minutos las jugadas se dieron esencialmente en el medio campo, sin llegar mayormente a los arcos y ambos sin mayor capacidad para definir. Sus propuestas eran ambiguas, el juego fue eminentemente defensivo.

En el alargue se están viendo forzados a mostrar, a arriesgar más, puesto que de lo contrario se definiría a penales, o sea, revisando las actas electorales, peleando los votos objetados. Pocos quieren llegar a eso, la mayoría prefiere que uno de los dos gane contundentemente. Sin embargo, por lo mostrado en la cancha hasta este minuto, para no pisar callos, persisten en no arriesgar. Más bien parecen esperar el error del contrincante para contraatacar con fuerza por el lado más débil del adversario. Ninguno quiere dar puntada sin hilo.

El público que llegó al estadio completó tan solo menos de la mitad de su capacidad total no obstante que el partido se había promocionado como una gran final. Para el alargue aún se desconoce si habrán más o menos espectadores.

En términos boxeriles, se han ido de finta en finta, sin golpes capaces de resolver el combate por knock out. Uno de los gladiadores, de brazos más cortos busca el cuerpo a cuerpo para poder golpear con fuerza, en tanto que el otro busca mantener la distancia y definir en base a la persistencia de golpes que llegan con facilidad al cuerpo del rival pero sin mellarlo seriamente. Todo indica que el combate se definirá por puntos y que ambos llegarán exhaustos, sin que se visualice un ganador nato.

En concreto, los próximos 4 años de reinado, no serán fáciles, gane quien gane. Con uno se procurará consolidar un modelo político, económico y social que según sus adherentes es el que posibilita que Chile alcance a ser próximamente un país desarrollado, pero que concita un profundo rechazo en no pocos. El otro candidato, por el contrario, aspira modificar sustantivamente dicho modelo. Quien gane, aunque sea por poco, estimará que cuenta con el aval para llevar a cabo su propuesta.

Lo que hace difícil los próximos años es justamente que ninguno de los dos ganará por paliza, y por tanto no se le estará dando el respaldo que se requiere para cumplir sus propósitos. Esta suerte de empate es lo que nos tiene entrampados, de alargue en alargue, avanzando y retrocediendo.

diciembre 01, 2017

El desafío de no perder la brújula

Desde que se conocieron los resultados de la elección presidencial, de cara a la segunda vuelta, dado que ningún candidato obtuvo mayoría absoluta, se han desencadenado una serie de movimientos, declaraciones y hechos que dejan mucho que desear y que ilustran el nivel de nerviosismo e incertidumbre existente.

Los resultados de la primera vuelta ayudan a explicarlo. Piñera obtuvo una votación muy por debajo de lo vaticinado por todas las encuestas y lo esperado por sus propios adherentes; Kast, por el contrario, se proyectó más allá de lo esperado. Goic, por el contrario, tuvo una votación que no se condice con la obtenida por su propio partido, la DC, tanto en la elección de diputados como la de senadores, ilustrando con ello la crisis que vive. Guillier, estuvo dentro de lo esperable, alcanzando a duras penas a aventajar a Sanchez, la candidata del Frente Amplio (FA) que casi lo desbanca. Sanchez, con su 20% le pisó los talones y pocas dudas caben que su coalición tiene la llave para definir la segunda vuelta.

Esta realidad es la que explica el nerviosismo y la incertidumbre imperante. Grosso modo, Piñera tiene un piso del 44% dado por su 36% mas el 8% de Kast. Guillier, parte de un piso mucho más bajo, su 22%, al que podrían agregarse casi íntegramente los porcentajes obtenidos por Meo, Goic y Navarro, con lo que alcanzaría a asegurarse tan solo un 33% del total de votos.

En este contexto, lo que decidan el FA y sus adherentes es crucial pues inclinan la balanza a un lado u otro. Considerando que en la base del cuerpo de ideas que sustenta el FA está su posición frontal al modelo neoliberal es razonable presumir que no votarán por Piñera. Cuáles son las alternativas que tienen ante sí? No votar, votar nulo o votar por Guillier. Para Guillier es crucial que quien votó por el FA vote por él; para Piñera es vital que no vote o vote nulo. De allí que, asumiendo que el universo de quienes vayan a votar en esta segunda vuelta no se modifique mayormente, quiéralo o no, el FA define el resultado final.

De las opciones que estaban en carrera, sobrevive la que busca consolidar el modelo neoliberal imperante, encarnada en Piñera, y la que se opone a dicho modelo desde los años 90, pero que no ha tenido la fuerza y/o voluntad suficiente para reemplazarlo por un modelo más solidario, cooperativo, menos competitivo. Quienes quedaron fuera de carrera, los votantes del FA, representan la oposición frontal al modelo imperante, y un reflejo del desgajamiento de quienes en su momento fueron parte de la Concertación y/o la Nueva Mayoría, así como de las nuevas generaciones descontentas con el país que están heredando.

A lo largo de esta semana el FA ha estado intentando abordar el tema en forma participativa y pública, proceso que por lo mismo, no ha estado exento de dificultades. Lo que haya resuelto tendrá consecuencias no menores tanto respecto de quien conducirá los destinos de la nación en los próximos años, como en su propio futuro.

Dado que se trata de una fuerza con poco tiempo de vida y conformado por 12 partidos y movimientos, no le será fácil estar a la altura de las circunstancias. Como están las cosas, estas circunstancias y si efectivamente no da lo mismo quien gobierno, obligarían a sus adherentes, y muy especialmentw a sus dirigentes, a optar por quien visualizan como el mal menor: Guillier. No es hora de lavarse las manos.

Con todo, los próximos 4 años serán años complejos, cualquiera que sea el presidente que tengamos. Tanto Guillier como Piñera la tendrán difícil. El primero para encauzar los movimientos sociales en curso, y el segundo, para oponerse a ellos. 

noviembre 24, 2017

Despacito

Los resultados de las recientes elecciones presidencial y parlamentaria revelan un país, Chile, que políticamente se encuentra dividido en dos mitades, una levemente superior a la otra. Se afirma que Chile cambió, pero también se podría afirmar que nada ha cambiado, que no hay nada nuevo bajo el sol.

Las invocaciones a la unidad nacional, las campañas publicitarias, las redes sociales si bien inciden en la composición de las dos grandes tendencias –izquierda y derecha-, no parecen incidir mayormente en sus respectivos tamaños o fuerzas electorales.

Esta realidad es de larga data y ni siquiera la dictadura que duró más de 3 lustros, y que persiguió ferozmente a sus opositores, fue capaz de modificar mayormente. Del tradicional tercio de la población que solía representar la derecha, logró convertirla en una fuerte minoría que asciende a poco menos del 45% del electorado que vota. Este último porcentaje incluye lo que Mario Vargas Llosa, muy acertadamente, denominó como la derecha cavernaria.

A lo largo de estas décadas, desde el inicio de la transición democrática, esta potente minoría, desde la oposición ha logrado imponer sus condiciones, gracias al mantenimiento del innombrable como comandante en jefe del ejército para luego engrosar las filas de sus senadores designados, complementado por un sistema electoral binominal que recién ahora se ha reemplazar por uno proporcional. A ello se agregan la exigencia de altos quórums para poder hacer modificaciones sustantivas.

A lo largo de todos estos años la izquierda ha querido, sin mayor éxito, efectuar los cambios constitucionales que posibiliten un rol más activo y solidario del Estado en la promoción de una educación y una salud de calidad para todos, así como un sistema previsional que asegure pensiones dignas. Sin embargo no se puede desconocer que la foto del país de hoy no es la misma que la de hace más de dos décadas. Por donde se le mire, el Chile de hoy es mejor, más abierto, más inclusivo, más justo, menos pobre que el de ayer. Hoy los chilenos que viven en el exterior pueden votar con todo lo que ello significa; hoy los chilenos podemos divorciarnos cuando una relación matrimonial ha llegado a su ocaso.

Importa consignar que durante todo este período, la derecha solo ha logrado ser mayoría una vez, del 2010-14, gracias a la división de la izquierda. Hoy, por el mismo motivo, la derecha tiene ante sí la posibilidad de acceder nuevamente a encabezar el próximo gobierno. Posibilidad que está en manos de la capacidad de la izquierda para actuar unida, dado que lo más probable es que el resultado de la segunda vuelta se definirá milimétricamente.

Nos guste o no, tener un país partido políticamente en dos mitades con mínimas diferencias electorales, fuerzan la necesidad de acuerdos y andar despacito, como se ha estado haciendo hasta ahora. Como dice el dicho: no por mucho madrugar se amanece más temprano.

noviembre 20, 2017

Lo que quedó de la elección

Los resultados de las elecciones presidencial y parlamentaria sorprenden en circunstancias que no debieran sorprender. De partida, las encuestas hace rato que dejaron de ser instrumentos de medición confiables, ya sea por la creciente abstención, o el alto número de indecisos en la medida que se acerca la elección, como por su manipulación por parte de los poderes fácticos.

La abstención e indecisión se explican esencialmente por la despolitización que se está viviendo, donde pareciera que la vida ciudadana corriera por un carril distinto a la política. Como que la política no afectara nuestras vidas, el rumbo de la nación, como que da lo mismo quienes sean nuestras autoridades. Cada vez más la elección se basa no en un ideario o un futuro, sino que en base a cuán conocida sea la persona. En este plano se explica la explosión de candidaturas de la farándula, muchos de los cuales fueron elegidos.

Es la banalización de la política. Así como se tiene comida chatarra, películas basura, ahora también se tiene política chatarra con una gran cantidad de políticos indiferenciables.

El riesgo que corremos, tal como lo dijera en su tiempo Platón es que al desentendernos de la política seamos gobernados por los peores hombres.
Por otro lado, las encuestas fallaron. Daban ganador por paliza a Piñera, muy por sobre el 40% y a la candidata del Frente Amplio, Beatriz, le asignaban una tendencia a la baja con porcentaje que superaba levemente el 10%. A partir de las encuestas, y en colusión con los medios de comunicación masivos, se fabricó un escenario de segunda vuelta a la pinta: Piñera versus Guillier, pensando en una distancia entre ambos por sobre 20 puntos. Todo ello hizo presumir que la segunda vuelta sería carrera corrida.

Pero la ciudadanía, o al menos muchos de quienes votaron no parecen haberse dejado llevar por las encuestas y patearon el tablero. En términos de expectativas, Piñera fue derrotado porque no alcanzó lo que esperaba y tendrá que hacer malabares para alcanzar el 50% y ganar en la segunda vuelta. No le bastarán los votos de Kast. Se tendrá que mover hacia la derecha dura y hacia el centro, una suerte de misión imposible.

Por el otro lado, Guillier no se puede dar por triunfador porque salió segundo, pero los resultado sí le permiten ver luz al final del túnel, esencialmente porque la distancia que lo separa de Piñera no es tan grande como se pensaba y porque tiene todo un mundo del Frente Amplio a conquistar que no quiere que Piñera sea presidente. Tampoco la tiene fácil, no podrá dar puntada sin hilo.

El 20% del Frente Amplio habilita a sus dirigentes a sentarse de igual a igual ante Guillier y su comando. Esas conversaciones tendrán que ser de cara al país en torno a pocos temas específicos en los que puedan darse acuerdos claros y contundentes.

En todo caso nuestro drama es que tenemos un país políticamente partido en dos mitades casi iguales, donde unos quieren perseverar en el modelo neoliberal individualista y competitivo en todas sus expresiones, y otros que quieren reemplazarlo drásticamente por un modelo solidario. Una mitad levemente superior, del orden del 55% aspira este último modelo.

Se ha intentado romper esta suerte de cuasiempate sin éxito a la fecha. Para ello sería necesario un gran acuerdo nacional centrado en la educación, la salud y la previsión, las cuales sean vistas como bienes públicos antes que privados, lo que implicaría un gran esfuerzo nacional para asegurar gratuidad con calidad en educación y salud, y no más AFP tal como se entiende actualmente.

noviembre 19, 2017

La noche que nos espera

Escribo estas líneas luego de haber votado. Ya están saliendo los primeros cómputos de las mesas en el exterior. Intentaré bosquejar los escenarios que visualizo y las esperanzas que abrigo.

Todo indica que habrá segunda vuelta y que habrá una alta abstención. Espero que haya segunda vuelta y que la abstención no sea tan alta como se espera. Sería ideal que fuese baja porque indicaría que los jóvenes y los pobres salieron a votar, rompiendo la tendencia.

Según las encuestas previas y la prensa “seria”, habría segunda vuelta y que ésta sería entre Piñera y Guillier. Los demás candidatos no entrarían en la recta final. Esto ha sido tan notorio, que se ha llegado a ningunear a los restantes candidatos.

A mi modesto entender creo que a Guillier se le infló vía encuestas para que emergiera como el rival de Piñera. Una vez inflado, el partido socialista pisó el palito y desahució a sus propios candidatos presidenciales (Inzulza, Atria, Lagos y Allende) por un candidato independiente, y gracias a esa decisión no hubo primaria en la coalición gubernamental. Se llega a la paradoja que las primarias se establecieron gracias a la voluntad de la Nueva Mayoría, pero finalmente estas no las implementan y sí lo hacen las otras fuerzas políticas opositoras.

Gracias a la decisión del PS, las fuerzas de gobierno se dividen en dos candidatos a la presidencia: Guillier y Goic. A ellas cabe agregar la de las fuerzas de izquierda disidentes del Frente Amplio, con Beatriz a la cabeza, y el Meo, quien concurre por tercera vez para aguar una vez más la fiesta. La única diferencia reside en que esta vez la fiesta la están aguando entre los cuatro.

Desde el momento que parte la carrera, la candidatura de Guillier se empieza a desinflar. Según las encuestas se está llegando a la primera vuelta con Piñera empinándose por sobre el 40%. Si la diferencia con quien llegue segundo supera el 20%, la segunda vuelta sería carrera corrida, particularmente si el segundo es Guillier o Goic. Distinto podría ser el caso si Beatriz entrara en segundo lugar.

¿Por qué? simplemente porque creo que se desataría una dinámica nueva, una recomposición de fuerzas. Significaría que decidieron votar quienes habitualmente no lo hacen. Haciendo un símil futbolístico, tendríamos un partido con un segundo tiempo totalmente distinto al primero, con otros jugadores, con otro ánimo, el de dar vuelta el partido. Es como si el primer tiempo terminara 2-0 a favor de un equipo, y en el segundo tiempo el equipo rival se sobrepone, empata y en los minutos finales convierte el gol que le dará el triunfo.

Este cambio de ánimo no veo que sea capaz de producirlo Guillier ni Goic si alguno de los dos llegara a la segunda vuelta. Sí lo veo posible en el caso de Beatriz o del mismo Meo, pero sobretodo en Beatriz. La veo con más capacidad para sumar. A quienes integran los partidos de gobierno actual no les será fácil asumir que deberán ceder el protagonismo a una nueva generación, pero si la mezquindad no se apodera de ellos, la segunda vuelta puede y debe ganarse. Unos pondrán la fuerza y la voluntad para avanzar, los otros la consistencia, la experiencia y el respaldo.

Cualquiera sea el resultado que se tenga al filo de la noche, la derecha asomará con aires de triunfalismo. No sin razón, pero los partidos duran 90 minutos y este partido no habría terminado si no gana con más del 50% de los votos.

Confieso que me sorprende que las encuestas asignen tan bajo respaldo a Goic, del orden del 5 a 6%. Me sorprende a punto tal que por momentos estimo que hay un sesgo, una suerte de bluffeo por parte de la derecha y de los más poderosos medios de comunicación. Me cuesta creer que tenga tan baja puntuación en circunstancias que creo que ha tocado la tecla apropiada para el momento que vivimos: recuperar la decencia. Es el mayor desafío que tenemos. También ha tocado la tecla del trabajo en equipo en oposición al individualismo reinante y que ha simbolizado mediante la abeja.

Si bien la nueva dinámica a la que hago alusión, y que se podría desencadenar a partir de esta noche, se puede dar con cualquiera que sea el eventual contendor de Piñera en la segunda vuelta, creo que es más factible con Beatriz por su eventual capacidad para reencantar a los jóvenes de que se puede.

No quiero pensar en una noche de cuchillos largos, muy por el contrario, quisiera ver resurgir una esperanza que nos catapulte hacia nuevos horizontes.

noviembre 16, 2017

No da lo mismo

Una de las mayores incertidumbres instaladas en Chile con motivo de la contienda electoral que se dirimirá este domingo, es el de la participación. No sin motivos, se teme una alta abstención. Una mayor o menor abstención afectará más a unos que a otros. Ello se debe a que tiende a ser mayor entre los jóvenes y entre los más pobres.


El tema no es nuevo y se arrastra desde hace tiempo, pero en Chile no lo veíamos dado que la inscripción era voluntaria y el voto obligatorio. En efecto, la abstención se calculaba en base al total de inscritos, pero se expresaba tácitamente por la vía de no inscribirse por parte de los más jóvenes. Con el tiempo, el padrón electoral fue envejeciendo. Votaban los mismos de siempre. Ahora con la voluntariedad del voto y la inscripción automática, se ha producido una suerte de sinceramiento de la abstención. Lo bueno es que invita a una reflexión que no se estaba haciendo.

Cabe agregar que estamos ante un fenómeno mundial que viene de la mano de la exacerbación del individualismo y de una pérdida de interés por lo colectivo, por el bien común. Bajo esta lógica se ha instalado una suerte de política del “agarra aguirre” que se expresa en conductas corruptas, colusiones, fraudes, acosos y privilegios indebidos. Cuesta encontrar algún sector que haya escapado a esta lógica. Empresarios, políticos, carabineros y miembros de las fuerzas armadas, así como pastores y curas, han estado involucrados. No todos, ni siquiera la mayoría, pero esos pocos manchan a todos.

Ante este escenario, uno se pregunta ¿para qué votar? ¿para qué participar? ¿en qué me beneficiará? Se suele afirmar que nada va cambiar, que estarán los mismos de siempre, que debemos seguir trabajando.

En lo inmediato no deben esperarse beneficios tangibles, puesto que no es ese el objetivo que se persigue. Lo que sí debe esperarse son beneficios esencialmente intangibles, un mejor ambiente, un espíritu de concordia, una satisfacción de ser partícipes de un proceso que con todas sus imperfecciones y limitaciones, es infinitamente superior a aquél en el que se da cuando a un iluminado se le ocurre dar un golpe de Estado. Al participar nos da derecho a reclamar, a exigir, a patalear, a fiscalizar.

Nuestra participación y la de muchos otros es la que hace posible orientar la dirección de un país en un sentido u otro. Un grano de arena no hace una montaña, sin embargo un gran número de granos, sí hacen la montaña.

Es de la esencia de la democracia votar, participar, integrarse, organizarse. Somos individuos sociales que nos debemos a nosotros mismos y a los demás. Somos lo que somos por nuestras raíces y por nuestras relaciones con los demás. De lo contrario quedamos cojos. Participar es un imperativo que hace la diferencia. No da lo mismo votar o no votar, así como no da lo mismo mirar de frente que de espaldas.

No está de más afirmar que mientras más alta sea la votación que registren los comicios, más representativas serán las autoridades que emerjan, y por tanto, mayor será la responsabilidad que cae sobre sus hombros, así como mayor el control que tendremos derecho a ejercer sobre sus actuaciones.

Un bajo nivel de participación electoral no solo deslegitima a las nuevas autoridades, sino que a nosotros mismos. Participar activamente, no solo mediante el voto, fortalece la democracia y nos da la autoridad moral para exigir y no andar llorando sobre la leche derramada.

Por ello, mi invitación es a votar libremente, reflexivamente, pensando en un país de y para nosotros y las futuras generaciones, esto es, por un país más solidario, más amable, más integrado.

noviembre 09, 2017

Modelos de sociedad en juego

En las próximas elecciones se definirá quienes nos representarán en la presidencia, en el parlamento y en los consejos regionales. Más allá de la chimuchina, parece relevante levantar la mirada hacia el horizonte.

En términos de capacidades, cada uno de los candidatos tiene sus fortalezas y debilidades, intentando cada uno subrayar las primeras, y omitir las segundas. Es así como, procurando llevar agua a sus respectivos molinos, unos ponen el acento en sus capacidades de gestión, otros en su consecuencia, en su trayectoria, en sus equipos de trabajo, en su decencia y/o en su moderación. Sopesar, colocar en una balanza cada uno de estos componentes, no es una tarea baladí. Por el contrario, es una tarea compleja cuando se trata de decidir en base a atributos personales.

La decisión se ve facilitada si más allá de las características de cada candidato hacemos el ejercicio de discernir respecto del futuro que se nos propone, hacia qué modelo de sociedad se nos quiere llevar.

A grosso modo podríamos visualizar tres modelos de sociedad. Uno de ellos es el modelo neoliberal caracterizado por ser altamente competitivo, individualista, que reduce al Estado a una función de defensa del derecho de propiedad y del orden público. Bajo este modelo la desigualdad, la ostentación, el consumismo, no es tema. En la actualidad, el mejor ejemplo es Estados Unidos encabezado por Trump.

Un segundo modelo es el de bienestar, que busca combinar el individualismo con la solidaridad, donde tiene cabida la competencia y la cooperación, con amplio espacio para las organizaciones sociales, las empresas y el Estado. Este modelo impera fundamentalmente en los países europeos, donde la desigualdad sí importa, al igual que la austeridad. En estas décadas, quien mejor representa este modelo en Alemania es su canciller, Merkel.

El tercer modelo es el que privilegia la igualdad por sobre todo, para lo cual asigna un rol preponderante al Estado como regulador y ejecutor, asumiendo que el espíritu solidario y cooperativo de las personas nos guiará hacia una sociedad de iguales. Este modelo ha intentado ser puesto en práctica en los países comunistas fracasando estrepitosamente, como lo ha demostrado el derrumbe el imperio soviético.

En Chile, la dictadura nos impuso a sangre y fuego el primero de estos modelos, el neoliberal. Desde 1990, con la llegada de los gobiernos democráticos se ha procurado virar hacia el segundo modelo, con mayor o menor éxito, dependiendo del cristal con que se mire.

Los otros cuatro candidatos –Goic, Guillier, Enriquez-Ominami y Sanchez- procuran representar a quienes aspiran una sociedad donde la libertad y la igualdad sean capaces de conjugarse armoniosamente, sin violencia, sin odio. Eso es lo que creo y/o quiero creer.

Lo más probable que en la elección presidencial nadie obtenga la mayoría absoluta, por lo que habría una segunda vuelta. A ella concurrirían un candidato de la derecha, representando la consolidación del modelo neoliberal, y un candidato representativo de quienes aspiran a un modelo de bienestar. Ganará quien sea capaz de sumar tras sí a quienes hayan quedado fuera de carrera.

noviembre 03, 2017

Por convicción o por conveniencia

En un contexto en el que la economía ha capturado la política y la democracia, las convicciones estarían cediendo a las conveniencias. Esto es lo que parece observarse en la actual campaña presidencial y parlamentaria con miras a las elecciones del próximo 19 de noviembre y que ya se encuentran en su tramo final.

Pondré sobre la mesa un par de ejemplos muy ilustrativos de lo señalado. Por la derecha, no se entiende que un candidato como José Antonio Kast, esté corriendo sin el respaldo explícito del que por su naturaleza es su partido, la UDI. Por convicción y doctrina, Kast representa mucho más cabalmente a la UDI que Piñera. La única razón que explicaría el apoyo de la UDI a Piñera es la percepción de que el horno aún no está para bollos, esto es, para poner a uno de los suyos a la cabeza de la presidencia de la nación. Lo que ha llevado a José Antonio Kast a no participar en las primarias e ir hasta el final es su convencimiento de que su propio partido había resuelto dejar a un lado sus convicciones para dejarse llevar por las conveniencias subiéndose a quien visualiza como ganador. Prueba lo anterior que la UDI ni siquiera llevara un precandidato a las primarias organizada por la derecha.

Por la izquierda, o centroizquierda, se tiene el caso de la candidatura de Guillier. No se entiende que el partido socialista (PS), teniendo tres precandidatos de fuste en sus filas –Insulza, Atria y Lagos- se haya inclinado por un independiente. En la historia política chilena ha sido habitual que la derecha tienda a respaldar candidaturas independientes –por una suerte de aversión a la “política”-, no así en el mundo de la izquierda. La única explicación plausible de una decisión con consecuencias que no son difíciles de prever, es que sus máximos dirigentes se hayan dejado llevar por la conveniencia, dejando aparcadas las convicciones.

El efecto dominó de la decisión del PS fue inmediato: se bajó Lagos, quien había sido proclamado por el PPD y el PC también se suma a lo decidido por el PS. En estas condiciones la democracia cristiana (DC) no estuvo disponible para unas primarias competiendo sola contra Guillier. Con ello, las fuerzas que respaldan al gobierno se quedan sin primarias, mirando las primarias de la derecha y del Frente Amplio.

Para la galería, las razones dadas por el PS para bajar a sus precandidatos presidenciales e inclinarse a Guillier se centran en que es una candidatura que emergió de la ciudadanía, que no surge de los partidos políticos, hoy por hoy desacreditados al por mayor.

Las razones de fondo sin embargo serían más pedestres: ninguno de sus precandidatos punteaba en las encuestas, las que favorecían a Guillier. En concreto, el mejor árbol al cual arrimarse era Guillier, así como por la derecha el mejor arbolito era y sigue siendo Piñera. Los datos disponibles, a semanas de las elecciones, indica que al PS le habría salido el tiro por la culata.

La única fuerza política que parece estar moviéndose por convicciones pareciera que fuese el Frente Amplio (FA), quizá porque no tenga nada que perder por la etapa en que se encuentra, la de la travesía por el desierto, conquistar corazones, invitar a soñar, a pensar que otro Chile es posible.

La DC ha tenido un comportamiento de difícil comprensión. Por un lado levanta una potente candidatura presidencial, Goic, en señal de su incomodidad en la actual coalición gobernante y con miras a marcar presencia en base a su identidad, pero por otro lado no se ve a su partido, la DC, especialmente sus candidatos al parlamento, alineado a fondo tras ella lo que inevitablemente la afecta. Por convicción pone a su mejor carta sobre la mesa, pero por conveniencia no pone las manos al fuego.

En concreto, todo está dado para que gane la derecha, más que por sus propios méritos o fallas en la andadura presidencial, sino por la catarata de desaguisados desatada desde hace un bien tiempo en las fuerzas de la centroizquierda y que se expresa en que de las ocho candidaturas, dos representan a la derecha y seis a la centroizquierda. De haber una segunda vuelta no cuesta mucho imaginar que para la derecha será mucho más fácil sumar los votos de sus candidatos que a la centroizquierda. Quien llegue a la segunda vuelta tendría la difícil misión, no solo de sumar los votos de seis candidatos, sino que la de restañar heridas y amalgamar lo que actualmente parece imposible.

Sin embargo, la historia también nos dice que en política todo es posible, particularmente en tiempos de cólera.

octubre 19, 2017

Hacia la empresa inteligente

Las nuevas tecnologías de información y comunicación (TICs) están produciendo una revolución a gran escala cuyo impacto en todos los planos no resulta fácil predecir. Los cambios que se están produciendo en el mundo que nos toca vivir está afectando tanto la forma en que se organizan las empresas, como su producción y la interacción con los clientes.

El impacto de los cambios se expresa en el incremento de las ventas en línea vía internet, en la intensa interacción humana a través de las redes sociales, en el aumento de aplicaciones para los celulares que han pasado a ser dispositivos imprescindibles para quienes no quieran quedar “fuera de sistema”, en la masividad del marketing digital. Todo ello de la mano de pequeñas empresas que en la actualidad son grandes empresas globales, que no conocen fronteras, como es el caso de Google, Facebook, Apple, Amazon, entre otras.

La industria 4.0, también llamada industria inteligente o conectada es aquella que digitaliza sus procesos productivos mediante la introducción y aplicación intensiva en las fábricas de las nuevas tecnologías digitales, esto es, sensores, comunicación entre máquinas en tiempo real y sistemas de información. Todo ello con miras a hacer más eficientes los procesos productivos, en términos de tiempos de producción, de calidad de los productos, y de menores costos. Todo ello con miras a una mayor productividad, a la satisfacción de los clientes, a añadir servicios a los productos físicos, a proveer servicios de postventa, disponer de información respecto de los intereses y demandas de los clientes que facilite el mercadeo digital.

La industria 4.0 se apoya esencialmente en el análisis de grandes volúmenes de datos, la computación en la nube, la ciberseguridad, la robótica y la integración de los procesos. Se aspira es que toda empresa funcione como un reloj suizo, esto es, tiquitaca.

No se trata de empresas autodirigidas y gestionadas por robots, aun cuando existan actividades y procesos robotizados, sino que de un profundo cambio en los ambientes laborales como consecuencia del desarrollo de sistemas de software y de análisis de datos capaces de transformar grandes volúmenes de datos (big data) en información útil y valiosa para la producción de bienes/servicios que se ajusten a las necesidades de clientes específicos.

Mientras la primera revolución industrial tuvo que ver con la mecanización del trabajo, la segunda se relaciona con el ensamblaje en la producción en serie. Y así como la tercera revolución se asocia a la computación y la automatización, en esta cuarta revolución cobra relevancia la convergencia entre la automatización de los procesos industriales y las TICs, las que permiten optimizar las operaciones, reducir costos y mejorar la calidad de los productos y/o servicios finales.

El desafío de quienes lideran las empresas es iniciar y gestionar este proceso de transformación digital. De lo contrario se corre el riesgo de quedar a la vera del camino.

octubre 13, 2017

El maridaje entre la política y el futbol

La historia nos muestra que la relación del fútbol con la política es fuerte, tan fuerte que muchos inician su vida política a través del futbol. Así como en el pasado existía el refrán “a falta de pan bueno es el circo”, hoy podríamos sustituirlo por “a falta de política bueno es el futbol”. Ejemplos tenemos por doquier.

En Italia, antes de iniciar su vida política, Berlusconi optó por tener medios de comunicación y ser presidente del equipo de fútbol de Milán. Con tales antecedentes, y una fortuna en su bolsillo, se lanzó a la política. Los electores votaron por él confiados en que como tenía tanta fortuna, no necesitaría robar. Terminó su carrera política involucrado en escándalos faranduleros y financieros. Por estos días parece querer resucitar.

En Argentina, Macri, antes de ser alcalde de Buenos Aires y presidente de la república fue presidente de Boca Juniors. La tribuna, la cobertura que provee el futbol es inmejorable. Si a eso le agregas tener la propiedad de un medio de comunicación masivo, miel sobre hojuela.

En Chile, luego de perder la elección presidencial del 2005 ante Michelle, Piñera, que no da puntada sin hilo, decidió comprar Colo Colo y el canal de televisión ChileVisión. Se le conocía como hincha de la Católica, pero “business is business”, y sacando cuentas, con Colo Colo en la mano, el triunfo en las elecciones presidenciales sería pan comido. Y así fue, facilitado por la primera incursión presidencial de Marco Enriquez-Ominami, desertor del partido socialista. Conquistada la presidencia de la república el año 2009, vende Colo Colo. Ya había logrado su propósito. Y como ministro del deporte no encontró nada mejor que designar a su amigo Gabriel Ruiz-Tagle, a quien había colocado en la testera de Colo Colo.

También lo hemos observado en las elecciones municipales, y ahora en las parlamentarias. La lógica de este sendero para conquistar a los electores es impecable. Con futbol en mano todo se ve facilitado. Accedes a los potenciales electores por una vía no política, yendo a los clubes deportivos, participando en bingos, donando camisetas, banderas o llaveros, compartiendo asados, sonriendo y abrazando a la gente, conversando sobre lo divino y lo humano, de los “problemas” de la gente, no de política. La idea es pasarla bien. Pura buena onda. Pareciera que su filosofía fuera no calentarse la cabeza, que la vida es más simple de lo que parece. Unos golpecitos de espalda y listo, no nos enfrasquemos en el tema de las AFP, las Isapres, la mala educación o el modelo económico, o el cambio de la constitución. ¿Para qué? No nos compliquemos la existencia, mejor veamos el tema de la pelota y que sea redonda.

Reflexiones al alero de la eliminación de Chile del mundial de Rusia 2018. Estábamos con una política banalizada, pero que pasaba desapercibida gracias a una generación futbolística dorada. Ahora, al quedar eliminados, cuando la soberbia nos hizo creer dioses, nos quedamos sin futbol y sin política. No nos dejemos emborrachar por el futbol al precio de vaciar la política.

Es imperativo revalorizar, reivindicar la política, la verdadera política, no la política vacía, sin contenido, que no es otra cosa que la politiquería, particularmente por parte de los jóvenes, lo que no votan. Deben dejar de mirar la política desde afuera e involucrarse fuertemente. De lo contrario corremos alto riesgo de no ser partícipes de nuestro destino.

octubre 09, 2017

Las cartas están echadas

Foto de Romina BM en Unsplash
Chile enfrenta a Brasil en la última fecha por las eliminatorias al campeonato mundial de fútbol a realizarse en Rusia. Una análisis desapasionado de las posibilidades arroja un panorama sombrío. No todo está perdido, pero haber llegado a esta instancia sin asegurar la clasificación nos puede costar caro.

Chile de visita en Brasil las tiene negras. Las estadísticas son lapidarias. Solo favorece que Brasil ya está clasificado y no pierde nada si gana Chile. Con todo, Chile puede ganar, pero es difícil, muy difícil. Lo más probable que Chile se quede con los 26 puntos que tiene.

Uruguay recibe a Bolivia como local. Bolivia está fuera de carrera y solo se juega el honor, pero sus posibilidades son prácticamente nulas de llevarse algún punto. Lo más probable que Uruguay gané y sume 31 puntos.

Argentina va a Ecuador que está eliminada. Argentina se juega el todo por el todo. Sampaoli está en las cuerdas, clasifique o no Argentina. Por plantel e historia, Argentina debe ganar, pero no es seguro porque el estado anímico no parece ser de los mejores. Con todo, lo más probable que Argentina gane, en cuyo caso sumaría  28 puntos.

Paraguay de local recibe la visita de Venezuela que está fuera del mundial. No hay por dónde perderse, Paraguay debe ganar con lo que sumaría 27 puntos.

En Lima, Perú enfrenta a Colombia, un partido a muerte, donde Perú llega con el ánimo en alto y Colombia decaído por farrearse la clasificación. Perú debiera ganar, por lo que terminaría la clasificatoria con 28 puntos.

Esto implicaría que al término de estas eliminatorias tendríamos la siguiente tabla de posiciones:

1. Brasil        41 puntos
2. Uruguay    31 puntos
3. Argentina  28 puntos
4. Perú           28 puntos
5. Paraguay   27 puntos
6. Chile         26 puntos

Son 4 los cupos directos al mundial y un quinto indirecto vía repechaje. Esto significa que lo más probable es que estemos fuera del mundial. En este plano me llama la atención las espectativas que se han generado sin un mínimo de realismo que limite frustraciones.

Para clasificar directamente basta con que ganemos, lo que es altamente improbable. De empatar estaríamos peleando el repechaje.

En síntesis, prefiero abstenerme de pasarme películas respecto de la posibilidad que Chile esté en el mundial. Sería una lástima, pero es lo que visualizo como lo más probable. Afortunadamente, en futbol no hay nada escrito de antemano, por lo que la esperanza está. Mal que mal, los partidos hay que jugarlos y de cuando en cuando no se da la lógica. Y el análisis que he hecho está asentado en la lógica. Solo nos queda confiar que esta vez, como en tantas otras veces, la lógica no se de. Oremos!

octubre 06, 2017

Cataluña en el ojo del huracán

El domingo pasado tuvo lugar en Cataluña un referéndum organizado por el gobierno catalán declarado como ilegal por el gobierno español. Referéndum destinado a consultar al pueblo catalán si quiere independizarse de España. El gobierno español había advertido la ilegalidad del referéndum y que no permitiría su realización; el gobierno catalán se empecinó en realizarlo contra viento y marea.

En las instancias previas, todo diálogo había sido inconducente, no mostrando ninguna de las partes voluntad de acuerdo alguno. Uno, el gobierno español, imponía la condición de la necesidad de enmarcarse en la legalidad provista por la constitución, legalidad que no contempla referéndum alguno; el otro, el gobierno catalán, imponía la necesidad de consultar la opinión de los catalanes respecto del deseo de independizarse de España.

Lo que ha hecho saltar los tapones del tablero ha sido la violencia de la policía nacional frente a la no violencia activa que representa el intento por expresarse mediante un referendum calificado como ilegal. No deja de ser digno de Ripley que la violencia policial sea legal, y un referéndum, expresión de no violencia activa, sea ilegal. Esto es lo que está en juego, revelador de las concepciones reinantes por parte de quienes se declaran a favor de una u otra opción.

Cabe destacar que ambos gobiernos, el nacional encabezado por Rajoy, y el autonómico dirigido por Puigdemont son de claro corte derechista, y que no se hayan podido poner de acuerdo es señal de algo más profundo. Si bien el espíritu independientista catalán ha estado siempre presente, el concepto de autonomía vigente en España, al menos hasta la crisis actual, había permitido procesar las diferencias y alcanzar un modus vivendis razonable entre españoles y catalanes.

De hecho, hasta hace unos cuantos años atrás el deseo de independizarse de los catalanes se había mantenido a raya, no superando al 20% de la población, el que se ha catapultado gracias a este “juego” entre Rajoy y Puigdemont. En el contexto de la realidad mundial actual, dudo que la mayoría de los catalanes aspiren a la independencia. más bien creo que este juego está ocultando la corrupción que aqueja tanto al gobierno nacional español como al autonómico catalán, corrupción que viene de la mano de la crisis económica que ha afectado a España y a Cataluña. Españoles y catalanes debieran abstenerse de caer en este juego y unirse en el combate a los verdaderos males que afectan a unos y otros: la corrupción que afecta a las más altas esferas de ambos gobiernos.

Rajoy y Puigdemont han fracasado en lo que es la esencia de la política: llegar a acuerdos, negociar, entenderse sin pasar por encima del otro. Frente a esta incapacidad, la obligación de ambos es renunciar y dejar de jugar y engañar.

octubre 01, 2017

Jugando con fuego

La humanidad parece estar afectada por el virus de la violencia, no solo la física sino que también, la psicológica, soterrada, observable en comportamientos, conductas, actitudes, tanto en forma individual como colectiva a nivel nacional e internacional. Si bien la violencia ha estado presente a lo largo de toda la historia, su actual capacidad de destrucción, indica que su virulencia está llegando a extremos que imposibilitarán toda forma de vida, al menos tal como la conocemos.

Una violencia física que se expresa en la forma de guerras, de agresiones físicas para imponer voluntades y cuyas consecuencias no prevenimos oportunamente en términos de destrucción ambiental, vidas truncadas, esperanzas desechas. Guerras interminables que prolongan agonías, y que por lo mismo, no resuelven absolutamente nada, a lo más posponen soluciones.

Una violencia psicológica que se expresa verbalmente, en discriminaciones que rebajan la calidad de vida a la que todo ser humano tiene derecho. Somos criaturas distintas, merecedoras de todo respeto con independencia de nuestro origen, raza, credo religioso, sexo o limitaciones físicas de cualquier índole.

Una y otra vez se juega con fuego. Ahí están Trump y Kim Jung Un enfrascados en bravatas que nadie sabe en qué terminarán, pero que son expresión de una manera de ver el mundo que es necesario erradicar. En Cataluña, ahí están Rajoy y Puigmont por el mismo camino, guardando las proporciones, a raíz del referéndum. Ahí está el conflicto mapuche en el sur de Chile.

Los retos que se tienen por delante, que involucran más a unos u otros, son múltiples. No obstante el progreso científico-tecnológico sin precedentes en que estamos insertos, persiste una pobreza que afecta a millones de personas. A pesar de que habitamos un planeta con recursos suficientes para alimentar a toda la humanidad, millones de seres humanos sufren privaciones y viven en condiciones que nos interpelan, mientras lanzamos a miles de nuestros jóvenes a guerras insensatas.

Como consecuencia de un modo de producción contaminante por parte de los países más poderosos del planeta estamos viviendo un período de calentamiento global sin precedentes, que está alterando nuestro habitat. La paulatina destrucción del medio ambiente, como asimismo la lucha por el control y la distribución del agua, condimentado por una creciente corrupción, son algunos de las consecuencias que se derivan de una violencia que se ejerce directa o indirectamente, implícita o explícitamente.

Hace falta abrir nuestros corazones, abandonar el camino de la violencia y sustituirlo por el de la no violencia activa, el único conducente al desarme, al de la verdadera paz.

septiembre 20, 2017

Choque de trenes

Estupefactos observamos la beligerancia, de momento en el lenguaje, entre quienes tienen en sus manos los destinos de USA y Corea del Norte, Trump y Kim Jong-Un. No solo de ambos países, sino que de todo el mundo gracias a la posesión de armas nucleares.

No es primera vez que el mundo se encuentra en este trance. En tiempos de guerra fría, particularmente quienes vivimos en la década de los 60, conocimos la amenaza de la destrucción nuclear. El frágil equilibrio entonces existente entre la Unión Soviética y USA fue puesto a prueba con ocasión de la crisis de los misiles en Cuba. Tiempos de Kennedy y Krushov que ambos fueron capaces de sortear sin desencadenar una tercera guerra mundial.

En la actualidad, desafortunadamente, tanto USA como Corea del Norte, están en manos de líderes incapaces de asumir la responsabilidad que tienen en sus manos. Parecen dos niños jugando a los bandidos, pero niños que no andan con pistolas de juguete, sino que con una capacidad de destrucción inimaginable.

En referencia a Corea del Norte, en la reciente Asamblea General de las Naciones Unidas, Trump afirmó que “nadie quiere ver a estos criminales con misiles y armas nucleares”, señalando que Corea del Norte debe abandonar su programa orientado a la producción de bombas nucleares. De otro modo, a USA no le quedaría más remedio que “destruir totalmente a Corea del Norte”.

Esta es una política improcedente, al igual que la adoptada por Corea del Norte, propia de quien tiene la manija y se cree dueño del mundo (USA) y de quien se resiste a ser manejado. Lo que Kim Jong-Un le está diciendo a Trump es ¿por qué tú puedes tener armas nucleares y yo no? Si tú tienes, yo también tengo derecho a tener.

La solución la conocemos todos. No es necesario ser muy astuto para darse cuenta que ella pasa por la desnuclearización total, por el desarme total, por abandonar la violencia de cualquier tipo. Esto es, la solución pasa por sentarse a conversar donde cada una de las partes ponga todas sus cartas sobre la mesa, sin pistolas, metralletas o bombas nucleares arriba o debajo de la mesa. Sin chantajes inadmisibles.

Por último, ¿alguien cree realmente que destruir a Corea del Norte es una solución? Después de Corea del Norte ¿quién vendría? Por sí y ante sí USA define quienes son los buenos y los malos, autodefiniéndose ellos siempre como los buenos. Como en las películas.

En concreto estamos adportas de un choque de trenes de consecuencias imprevisibles. Tal como lo ha planteado Trump, como fruto del choque tendremos a Corea del Norte desaparecida y al resto del mundo en manos del gendarme mundial. O bien desaparecemos del mapa, al menos tal como lo conocemos.

septiembre 14, 2017

Fundamentalismos religiosos

Lo ocurrido el domingo último en el templo evangélico para participar en el Te Deum al cual fue invitada la presidenta para atacar su política de gobierno, es resultado de un fundamentalismo que creíamos olvidado en nuestro país.

Hoy por hoy, en Chile y el mundo asocian la expresión al fundamentalismo islámico, olvidando que puede hacerse extensiva a otros entornos. En el ámbito católico el fundamentalismo se expresa en el integrismo católico que tuvo como su máximo exponente al obispo Lefebre en la segunda mitad del siglo pasado; en el ámbito judío, se asocia al sionismo.

La expresión propiamente tal nace en un entorno religioso, el protestantismo evangélico, conservador, de derechas, en Estados Unidos de América, que aspira restaurar la pureza allí donde se ha perdido. Restauración que se preconiza mediante la exigencia intransigente de la aplicación de las Tablas del Corán, de las Sagradas Escrituras o de cualquier documento cuyos seguidores estimen de origen divino.

El fundamentalismo no admite matices. Se da no solo en el ámbito religioso, sino que también en otras esferas, entre ellas la económica. La santificación del mercado por parte del neoliberalismo es una expresión de fundamentalismo económico, así como también lo es la idolatría del Estado. El fundamentalismo no admite medias tintas ni negociaciones.

Las inquisiciones, las guerras santas, las guerras civiles, las imposiciones a sangre y fuego, las dictaduras, suelen ser consecuencia de mentalidades fundamentalistas, donde la moderación, el diálogo ha sido excluido, donde quienes se sienten llamados a tener la verdad no están disponibles para escuchar al otro, ni para debatir o poner en duda su propia opinión, la que presumen que emana de un ser superior.

En esta ocasión se invitó a la presidenta Michelle para abusar de su talante democrático. En vez de ser un espacio de reflexión y unidad, el templo fue aprovechado para dividir, expresar diferencias conocidas, olvidando que Michelle es la presidenta de todos los chilenos, de todos los mundos, no solo del mundo evangélico.

Por su trayectoria de vida, Michelle no merecía esto. Ojalá que el derecho por la vida que hoy pregonan lo hubiesen expresado con la misma fuerza en tiempos del innombrable cuando éste era invitado al mismo templo. No recuerdo que lo hayan hecho en su momento cuando bajo su gobierno muchos de nuestros compatriotas fueron asesinados, torturados, desaparecidos y/o exiliados. Ser pastor entraña una responsabilidad y hoy, algunos de ellos no han estado a la altura de dicha responsabilidad.

septiembre 07, 2017

Rehuyendo el debate

La próxima semana tendrá lugar un primer debate en torno al futuro entre los distintos candidatos a la presidencia que ha sido organizado por dos medios de comunicación. Los temas en debate se centrarán en el desarrollo científico-tecnológico y la innovación.

Han confirmado su participación todos los candidatos con excepción de Piñera, quien adujo problemas de agenda no obstante que invitado con suficiente antelación, al mismo tiempo que a los demás. Llama poderosamente la atención su renuncia a participar en un espacio de reflexión sobre el futuro en circunstancias que en su discurso insiste permanentemente en mirar hacia el futuro y en que necesitamos dar un impulso a la innovación, la creatividad y el emprendimiento.

Si bien no se han dado a conocer las razones de fondo que impulsaron a su comando y al propio Piñera a rehuir el debate, todo indica que hay dos razones claves. Una de ellas, el sabor amargo que les dejó el debate entre los precandidatos de ChileVamos –Kast, Ossandón y Piñera-, donde este último se vio incomodado por los otros precandidatos, pero muy especialmente por Ossandón, quien lo encaró en varias oportunidades, particularmente cuando se abordaron la relación entre los negocios personales y familiares, así como los de sus colaboradores más inmediatos, y la legislación patrocinada por el gobierno que encabezó en las más diversas materias, como es el caso de la pesca y la minería.

La otra razón, y que estimo como la más relevante, tiene que ver con su posicionamento de cara a las elecciones de noviembre. De acuerdo a las distintas encuestas que se manejan, Piñera estaría aventajando a los restantes candidatos por un margen relativamente cómodo, lo suficiente como para que no sea necesario concurrir a debate alguno. De hecho, si de él y su comando dependiera, lo ideal es que no haya debate, dejar pasar el tiempo manteniendo el statu quo. Y si se ve obligado a debatir, habría solicitado hacerlo tan solo con Guillier y Sánchez, menospreciando a los restantes candidatos. Como que sería perder el tiempo debatir con ellos.

No es primera vez que quien se encuentra en una posición expectante, intenta no debatir. Craso error, dado que el debate es de la esencia de la democracia. Para que la ciudadanía vote en conocimiento de lo que está en juego, de las distintas propuestas, nada mejor que informarse de primera mano, sin intermediarios. Sin debate la ciudadanía queda presa de la publicidad, de lo que cada comando desea comunicar sin que los mensajes, sus contenidos puedan ser replicados en vivo y en directo por sus oponentes.

Su lógica se basa en que “como voy ganando, no tengo necesidad de debate alguno, no quiero correr riesgos innecesarios”. Esta lógica resulta contradictoria en un personaje que en materia de negocios proyecta una imagen de emprendedor, de asumir riesgos, salvo que en los negocios opere con las cartas marcadas, sin arriesgar nada.

No le hace bien a la democracia que los candidatos rehuyan el debate. Al rechazar su concurrencia a un debate con los restantes candidatos presidenciales, Piñera está despreciando el profundo significado democrático que posee todo debate más allá de las conveniencias o inconveniencias que reporte.

septiembre 05, 2017

De meta y ponga

En un partido de meta y ponga, Uruguay se impuso a Paraguay a punta de garra charrúa. Tenía ante sí a un rival crecido por su triunfo ante Chile de visita. Pero Uruguay no se amilanó. En el mítico Estado de los Defensores del Chaco, Uruguay se plantó de igual a igual jugándosela, sin arrinconarse mientras Paraguay apelaba al pelotazo a la olla y a la destreza y velocidad de sus punteros Romero.

Con este triunfo Uruguay queda adportas del mundial de Rusia, mientras que Chile deberá esperar un milagro.

Con la pólvora mojada

La derrota con Bolivia nos sumerge en las tinieblas. Una derrota inapelable, con todas nuestras figuras en la cancha. debimos haber ganado como locales ante Paraguay, pero perdimos, sin hacer un gol. Ahora con Bolivia teníamos la obligación de ganar. También perdimos sin poder hacer ni un gol. Estamos con la pólvora mojada.

Ahora nos toca con Ecuador y Brasil. No es imposible clasificar, pero ya no es pan comido. Para esos partidos tendremos un plantel diezmado. Las tarjetas amarillas nos pasarán la cuenta. Pero no solo eso. Hemos perdido chispa, sorpresa. Como que nos han calado. Ya no sorprendemos. Todo lo que hacemos es predecible. A eso agreguemos que nuestras figuras están dejando de serlo y el relevo no raya a la misma altura.

Hay mucho paño que cortar. Como sea debemos recuperar terreno. No será fácil. De partida tenemos que regresar a la humildad, a no creernos el cuento, a trabajar duro, a no creer que en los tiempos libres podemos hacer lo que queremos. Hay una responsabilidad, la de representar a un país.

Hoy hicimos agua, tal como en el partido anterior. En adelante ya no podremos seguir haciendo agua si queremos ser protagonistas. Tenemos que recuperar el profesionalismo, la seriedad, el trabajo bien hecho.

septiembre 01, 2017

Un monumental desastre

Sin pena ni gloria cayó Chile ante Paraguay en estas eliminatorias de cara al mundial de Moscú. Cayó sin apelaciones, sin atenuantes ante un equipo paraguayo que mostró lo suyo; cayó como local perdiendo puntos que asumía en el bolsillo. El camino a Moscú, una vez más, se pone cuesta arriba.

Chile perdió jugando mal, peor imposible, no obstante contar con su plantel estelar, rubricando una semana de miedo. Hizo agua por todos lados. Un partido para el olvido que nos hizo recordar tiempos no muy remotos.

A los paraguayos no se les puede jugar con centros a la olla esperando el cabezazo providencial; ellos son mucho más altos que nosotros. El único cabezazo que acertamos fue el de nuestro rey Arturo. De antología, desgraciadamente contra nuestro propio arco. A ellos debimos jugar con la pelota a ras de piso, en base a velocidad. Pero nosotros parece que estábamos en otra.

Al final, producto de la frustración, la bronca se fue transformando en una sucesión de tarjetas amarillas que nos costarán caro: no podremos contar con ellos para el próximo partido.

Sin luces este equipo no fue ni la sombra de lo que este mismo grupo de jugadores ha sido capaz en ocasiones anteriores. Con esta actuación, nos deja sumidos en la inseguridad, la desconfianza en nuestras capacidades, en el temor al regreso a ser lo que quizá hemos sido siempre.

Con este monumental desastre los triunfos alcanzados en la última década quizá no sean sino un veranito de san juan de la mano de una generación dorada que estaría viviendo su ocaso sin relevo alguno.

agosto 31, 2017

La caída de una mirada

El rechazo del proyecto minero Dominga por parte del Consejo de Ministros gatilló la renuncia de dos ministros, el de Economía y Hacienda, junto al secretario de esta última cartera. El impacto está dado esencialmente por la caída del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, el verdadero poder factótum de todos los gobiernos de la transición de acuerdo a los cerrojos heredados de la dictadura. Como él mismo lo señala, habría perdido el gallito sostenido entre dos fuerzas, la de quienes privilegian el crecimiento a toda costa y la de quienes postulan un crecimiento sustentable.

Como era de suponer, el mundo empresarial, las élites, los expertos, los economistas ortodoxos, el “mercado”, lamentan la caída de Valdés, Céspedes y Micco. Lo ocurrido debe constituir un hito, un punto de inflexión respecto del modo de desarrollo que hemos tenido a la fecha. Por ello lo visualizo como una oportunidad para pasar, como país, de la adolescencia a la adultez. Una oportunidad para cambiar nuestra matriz productiva, para visualizar el desarrollo como un proceso que no se reduce al mero crecimiento, para abandonar un modelo extractivista, basado en exportaciones de recursos naturales sin mayor valor agregado.

A pesar de que después de medio siglo nuestra cobertura de educación superior se ha más que duplicado, nuestra canasta exportadora conserva una estructura que no ha variado mayormente. Casi medio siglo en que nuestras empresas han hecho lo que han querido con trabajadores sin capacidad de negociación, con la política subordinada a la economía. Resultado: seguimos comulgando con ruedas de carreta.

Por ello, estimo que Michelle, la presidenta, al respaldar lo obrado por el Comité de Ministros, ha dado un paso muy significativo difícil de aquilatar. Nos dice que llegó la hora de levantar la mirada pensando no solo en las actuales, sino que también en las futuras generaciones. Está invitándonos a respetar nuestro medio ambiente y a nuestros trabajadores con empleos que no los enfermen ni condenen a una vejez prematura.

El gran debate para las próximas elecciones tiene que ver justamente con esto: consolidar un modelo que no da para más, o pasar a otro modelo de desarrollo que nos respete a todos.

agosto 24, 2017

La política despolitizada

Uno de los candidatos presidenciales, José Antonio Kast, sostuvo que había que despolitizar la política, expresión que no dejó de llamar la atención respecto de su significado. Si nos atenemos a lo que ocurre no solo a nivel nacional, sino que internacional, en un escenario donde lo económico parece dominarlo todo, no cabe duda que en la actualidad a la política se le ha despojado de todo su significado. En este plano, ya no habría nada que despolitizar, dado que se encuentra completamente despolitizada.

Sumergidos en un individualismo extremo, donde cada uno debe arreglárselas con sus propias uñas, la política parece haber perdido todo su sentido, toda su razón de ser. Con organizaciones sociales empresariales empoderadas y organizaciones sociales laborales, léanse sindicatos, sin poder de negociación alguna, y actores políticos temerosos de generar reformas laborales, dan cuenta de una realidad donde el factor trabajo se encuentra subordinado al factor capital, desequilibrio que la política ha sido incapaz de corregir.

Esta incapacidad se explica porque el poder de la política se ha reducido la mínima expresión, subordinada al poder económico de los grandes intereses financieros que se reservan para sí las grandes decisiones que involucran los destinos de cada uno de nosotros. Es así como la política parece haber sido transformada en una suerte de instrumento para que juguemos a la democracia, con actores capturados por los grandes poderes económico-financieros. Instrumento orientado a hacernos creer el cuento de que en cada contienda electoral nos jugamos el destino de nuestro futuro.

De aquellos tiempos en los que creíamos que la política era la instancia para soñar en torno a un mundo mejor, pareciera que estamos pasando hacia tiempos en los que la política es la instancia para subir/bajar candidatos o cambiarlos de una región a otra sin escrúpulo alguno.

La política no requiere ser despolitizada porque ya lo está; lo que se requiere ahora es todo lo contrario, politizarla, dotarla de significado, recuperar su esencia, su razón de ser, para que nos devuelva la capacidad para soñar y concretar un mundo mejor mediante el sutil arte de negociar, de conversar, de ponernos de acuerdo sin tener que poner sobre la mesa pistolas, ni metralletas, ni billetes. Esto es, sin la imposición de poder militar o económico alguno.

En un contexto donde cada uno está preocupado de su metro cuadrado, se ve como una tarea difícil, aunque no imposible si levantamos la mirada más allá de dicho metro cuadrado.

agosto 17, 2017

Atentado en Barcelona

Una vez más el terrorismo, sin compasión alguna, deja su huella, esta vez en Barcelona, en pleno período estival. Lo que identifica al terrorismo es amedrentar y sembrar el miedo poniendo el foco en seres indefensos y víctimas inocentes. Nadie está libre de ser víctima, porque no discrimina. Su objetivo es doblegar psicológicamente.

La condena debe ser sin dobleces, sin atenuantes, creíble, sin cálculo de por medio. Afortunadamente, la condena y la solidaridad se han dado a todo nivel.

En este contexto Trump invita a los españoles ser duros y fuertes, y expresando sus condolencias por las pérdidas de vidas y heridos, resulta chocante. Esta invitación ha sido complementada por su Secretario de Estado, Tillerson, al afirmar su disponibilidad a ayudar en la aplicación de la ley y la seguridad nacional en España.

Las declaraciones de Trump resultan particularmente chocantes porque recientemente, no reaccionó de similar manera cuando en Chalottesville, Virginia (USA), un automóvil arremetió contra un grupo de manifestantes que se oponían a grupos racistas que proclaman la supremacía racial blanca, resucitando los tiempos del Ku Klux Kan que sembraban el terror entre los negros. En efecto, sostuvo que ambos grupos eran responsables de la violencia. Con esta lógica “equipara” ambos grupos, los hace empatar, y a ser todos responsables de la violencia, finalmente nadie lo es. En su momento Trump afirmó que la violencia provenía de “muchos lados” sin condenar a la extrema derecha responsable de la tragedia.

Con este raciocinio, el atropello en Barcelona sería no solo responsabilidad del grupo terrorista islámico que se lo adjudicó, sino que también de “muchos lados”. Entre esos muchos lados podríamos señalar aquel en el que está Trump.

Frente a coyunturas de esta naturaleza la condena debe ser explícita, tajante, sin miramientos, sin atenuantes, sin excusas. Todo atentado contra un ser humano, o grupos humanos, cualquiera sea su condición, pensamiento, su raza, su religión, su color, es un atentado contra la humanidad entera. Cuando estos atentados son cometidos por personas o grupos, hablamos de terrorismo; cuando estos atentados son cometidos al amparo del aparato del Estado, hablamos de terrorismo de Estado, lo que vivió Chile en tiempos del innombrable.

En esto, como en tantas otras cosas, para ser creíbles, no podemos tener doble estándar, a uno u otro lado. Todo terrorismo debe ser condenado, venga de donde venga. Justificarlo es una forma de validarlo.

agosto 11, 2017

Eduardo Frei Montalva: la verdad tiene su hora

Luego de 15 años de investigación, se ha dictado el procesamiento de tres personas acusadas del asesinato del expresidente Eduardo Frei Montalva en el año 1982, otra persona en calidad de cómplice, y de otros dos como encubridores. Para estos efectos no se contó con colaboración alguna, por el contrario, se debieron superar obstáculos interpuestos por quienes se han esmerado en ocultar los antecedentes que han llevado a este procesamiento.

Los antecedentes recopilados señalan que fue asesinado mediante dosis de talio y gas mostaza, sustancias tóxicas conducentes a envenenar a un expresidente de la República. No cabe duda que los ejecutores de la macabra acción lo hicieron a instancias del Estado, por órdenes superiores, lo que no les exime de responsabilidad, pero revela un delito de marca mayor por partes de agentes de Estado, los mismos que se supone están para protegernos, no para matarnos. En tiempos donde no se movía una hoja sin que se enterara el dictador Pinochet. Todo un signo de descomposición moral.

Fue con saña, para debilitarlo, bajando sus defensas, con el fin de neutralizar cualquier posibilidad de recuperación frente a cualquier operación a la que se le sometiera o infección que lo afectara.

La derecha, impertérrita, la misma que ocultó por décadas su complicidad, como siempre, llega tarde y ahora critica la resolución de un juez debido a la cercanía de las elecciones. Es la misma derecha que permanentemente boicoteó todo avance en la materia, interponiendo obstáculos. Se trata de un crimen de Estado que debió haberse dilucidado hace mucho tiempo atrás: estamos hablando de un asesinato de hace ya 35 años, de un asesinato cuyo móvil fue político, para sacar del camino a una personalidad de fuste que se estaba erigiendo en el líder de la oposición. Del mismo que Eduardo Frei Montalva a quien invocaban para justificar el golpe de Estado del 73 blandiendo su famosa carta a Mariano Rumor, escrita cuando nunca se imaginaba que la dictadura podía llegar a los extremos que llegó.

Que recién ahora se esclarezca, se haga luz allí donde la derecha quiso imponer la oscuridad, no es responsabilidad del juez ni nuestra, sino que de quienes detentaron el poder en aquellos años y que durante todo este tiempo han estado haciendo lo imposible para dejarnos en penumbras.
Pero como dijera el propio Eduardo Frei Montalva, la verdad tiene su hora.

agosto 10, 2017

Liderazgos presidenciales

Estando próxima la contienda presidencial que tendrá lugar en noviembre he querido indagar en torno a las características esperadas en un presidente, en alguien que tiene la responsabilidad de conducir los destinos de la nación. ¿Cuáles serían estas características? En general, más allá de su ideología, de un presidente, así como de toda autoridad o dirigente que debe conducir una organización o un proyecto, se esperan capacidades organizativas, políticas y comunicacionales.

Las capacidades organizativas le permitirán seleccionar apropiadamente a sus colaboradores inmediatos, trabajar con ellos y dirigirlos, conducirlos. Las capacidades organizativas se expresan al “interior” del gobierno, con quienes lo conforman, esto es, ministros, subsecretarios, jefes de servicio y otros.

Las capacidades políticas son las que le conferirán un conocimiento del terreno que pisa, del ámbito en que se moviliza, de tomar decisiones, particularmente en situaciones críticas que inevitablemente deberá sortear, así como para relacionarse con los distintos actores políticos, que la función presidencial conlleva. Esta capacidad es la que pondrá a prueba su autoridad y el poder que ostenta, y se expresa al “exterior” del gobierno, en la forma de sortear eventuales conflictos con la oposición, o con su propia coalición política, con el parlamento, con los otros poderes del Estado.

Las capacidades comunicacionales son las destinadas a da a conocer las decisiones adoptadas, las acciones emprendidas y obtener el respaldo de la ciudadanía. Estas capacidades se expresan en la empatía que logra establecer con la comunidad y los medios de comunicación. Estos últimos son especialmente importantes por su capacidad para poner sobre la mesa temas de interés para opinión pública.

Estas capacidades se ven potenciadas si están acompañadas de una visión, de una mirada de largo aliento, de un sueño a alcanzar.
Por otro lado, importa consignar que cada una estas capacidades las podemos ejercer de distintas maneras, en forma democrática o consultiva (blanda), o bien, en forma autoritaria o impositiva (dura).

Desde que tengo uso de razón, esto es, desde los tiempos de Jorge Alessandri, hemos podido observar distintos tipos de presidentes, o liderazgos presidenciales, para todos los gustos. Sería interesante hacer el ejercicio de identificar lo que creemos son las capacidades dominantes, junto con la manera con que han sido puestas en juego, en cada uno de los presidentes que hemos tenido (tabla 1), así como de los candidatos presidenciales que están en carrera (tabla 2).

Tabla 1: Capacidades de los presidentes en los últimos 60 años

Para ello invito a completar las tablas asumiendo la escala de Lickert: 1(baja); 2(media baja); 3(media); 4(alta); 5 (muy alta) en una de las dos columnas abiertas para cada capacidad. Para la última columna debe sumarse el puntaje de cada fila, en tanto que para la última columna debe sumarse el puntaje de cada columna.

Tabla 2: Capacidades de los candidatos a presidente en 2017

A partir de los resultados obtenidos saquemos nuestras propias conclusiones.

Para saber más: La democracia semisoberana. Chile después de Pinochet de Carlos Huneeus, Editorial Taurus. 2014