diciembre 25, 2022

2022: El año de la farra constitucional

Foto de Kelly Sikkema en Unsplash

Las principales noticias políticas del año fueron dos. Uno, el contundente rechazo a la propuesta constitucional elevada por la convención el pasado 4 de septiembre; y dos, el acuerdo recientemente alcanzado para iniciar un nuevo proceso conducente a obtener una nueva constitución.

Las razones del rechazo son múltiples, se entrelazan entre sí y dependen del cristal con que se analiza. Para unos el resultado es imputable a las noticias falsas que se esparcieron al por mayor, y al millonario financiamiento con que contaron los vencedores que se jugaron el todo por el todo para echar abajo el andamiaje constitucional que salió de la convención. Para otros la responsabilidad del rechazo se debería al maximalismo en que habría caído la convención, a la reprochable conducta de algunos convencionales durante el desarrollo de la convención, al uso y abuso de la mayoría de dos tercios con que se contaba, a una suerte de actitud revanchista, utópica. Algo así como “ahora me toca a mi”: así como ustedes la hicieron bajo la dictadura, ahora nos toca a nosotros.

La consecuencia no pudo ser más lapidaria: lo que fue una contundente mayoría en el plebiscito de entrada se transformó en una aplastante minoría en el plebiscito de salida. El resultado del plebiscito de entrada indujo a pensar que todo sería pan comido. Haciendo una analogía futbolística, es como aquel equipo que llega al término del primer tiempo ganando por goleada, y que por lo mismo se descuida, y entra al segundo tiempo, el de la convención propiamente tal, donde cada uno empieza a jugar para su lado, posibilitando la levantada del adversario y terminándose  por perder por paliza. Toda una farra! Los jugadores salen de la cancha abucheados.

Hay que sacar las lecciones del caso. Asumir la derrota, reconocer errores. Menos soberbia, más humildad, más modestia, andar con los pies en la tierra. Es así como la mayoría de las fuerzas políticas con representación parlamentaria, cumplidos casi los 100 días del plebiscito de salida, en una suerte de regalo de fin de año, alcanzaron un acuerdo político luego de arduas negociaciones que parecían empantanadas. Y una vez alcanzado no faltaron las críticas. Unos lo califican como un gran acuerdo, otros han llegado a sostener que se trata de un acuerdo infame.

Se me ha preguntado: ¿es un buen, o un mal acuerdo? Quiero creer, en base a mis creencias, visiones y anteaojeras, que es un buen acuerdo que recoge la experiencia vivida en el proceso anterior.  Siguiendo el símil futbolístico, estaríamos ante una suerte de tiempo complementario, con recambio total de jugadores, ahora postulados por los partidos legalmente constituidos, elegidos por la población y bajo otras reglas de juego. No más independientes corriendo por la libre. Antes el campo de juego no tenía bordes: ahora los tiene y son las bases constitucionales concordadas. Al segundo tiempo cada jugador entró a la cancha con su propio anteproyecto: ahora para el tiempo complementario  todos los jugadores entran con un único anteproyecto elaborado por “expertos” escogidos con pinzas por senadores y diputados. Se entra al campo de juego con un único anteproyecto y se sale con un proyecto constitucional que puede ser el anteproyecto propiamente tal, con modificaciones menores o mayores según convengan los jugadores electos.

Las negociaciones para este acuerdo fueron duras, durísimas, tan duras que parecían no llegar a puerto alguno. Sin embargo, terminó por primar la sensatez, lo que la mayoría del país pareciera esperar. Un acuerdo de carácter democrático. No es un acuerdo infame como proclaman algunos por el rol que tendrán los 24 “expertos” que designará el congreso nacional. Tales “expertos” se limitarán a elaborar el anteproyecto que se elevará al consejo constitucional donde todos sus integrantes serán electos, quienes tendrán total libertad para ver qué hacen con él.  Y el proyecto constitucional que surja será sometido al pebiscito de salida para que nos pronunciemos.

No faltan quienes quieran echar abajo el acuerdo alcanzado. O echarle pelos a la sopa. Sería el colmo de los colmos. Mi tesis, centrándome en lo sustantivo, es que alcanzar el acuerdo fue un proceso complejo que recoge la experiencia de un proceso fallido sin perder su talante democrático que nos permite salir pacífica e institucionalmente del tutelaje de la constitución del 80. En tal sentido estimo que tenemos un buen fin de año que ojalá sea seguido por un mejor 2023.

diciembre 18, 2022

Qatar: Argentina, un gran campeón

Foto de Angelica Reyes en Unsplash

Argentina campeón del mundo. No sé si es la primera vez que el título máximo se dirime por la vía de los penales. Al final todo parece una lotería. Cualquiera pudo haber levantado la copa. Si me preguntaran quién la merecía más, diría que Argentina.

A pesar de las múltiples sorpresas que nos regaló este mundial en Qatar, al final del día en la final se encontraron dos favoritos. Uno en representación de América Latina y el otro de Europa. Paradójicamente quien representó a América Latina es uno de los más europeos del continente, en tanto que el que representó a Europa parecía un equipo más africano que europeo, no solo por el color de sus jugadores, sino por el juego desplegado. Otros favoritos quedaron en el camino, entre ellos Brasil, país que regresó tempranamente a casa dejando a su hinchada con los crespos hechos.

Argentina ganó sobreponiéndose a una sorpresiva derrota ante Arabia Saudita en su primer partido de la primera ronda eliminatoria. Parece haberle hecho bien morder el polvo de la derrota. Venía con un largo invicto. No hay mal que por bien no venga. De allí para delante la escuadra albiceleste se compuso de la mano de Messi.

Francia llegó a la final con el cartel de campeón del mundo, cartel ganado en el último mundial del 2018 en Rusia. Alemania no pasó la primera ronda, Normalmente tiende a ser un primer actor, pero esta vez pasó sin pena ni gloria. Francia en cambio llegó con su buen juego y su estrella Mbappé. En la final se encontró con Messi, su compañero de equipo  en el PSG. La partida la ganó Messi. En la final, Mbappé solo se vio a partir del minuto 80. Francia despertó tardíamente cuando ya todo parecía perdido.

Argentina fue superior, dominó claramente lo que se expresó en el marcador. No se veía por dónde Francia podía revertir el marcador. La marcación de Argentina, intensa, permanente, melló, anuló las posibilidades de Francia. Pocas ocasiones de gol tuvo. Argentina en cambio era puro peligro. Cada ataque argentino incluía una dosis de zozobra. Pero en menos de dos minutos el 2 a 0 a favor de Argentina se transformó en un 2 a 2 con goles de Mbappé.

El título se le estaba yendo entre los dedos a Argentina. Viene el alargue, un gol por lado. Van 3 a 3. Termina el partido. El campeón del mundo se decide por penales. Quizás lo más justo era que los dos se consagraran campeones al no ser capaces de imponerse ninguno de los dos. Pero las reglas son otras. Solo uno de ellos puede ser el rey. Se resuelve por la vía de los penales. Es como dirimirlo tirando una moneda al aire. Como para agarrarse la cabeza. Una vez más podemos encontrarnos ante el caso que quien juegue mejor no sea quien gane. Nada nuevo bajo el sol. Viene la tanda de los penales. Dos jugadores franceses fallan. Los argentinos no fallaron.

Triunfa Argentina, triunfa el país que más lo mereció. Justicia divina. Por Messi, gran jugador. Merecido premio de un botija que a temprana edad lo descubrieron para llevárselo a Barcelona, con toda su familia, y donde hizo toda su carrera hasta recalar en el PSG. Messi está viviendo su minuto de gloria porque ganó, porque guió a Argentina, porque se le quiere más allá de Argentina. Se le quiere tal cual es, sencillo, de pocas palabras, porque sigue siendo argentino hasta la médula a pesar de haber vivido más afuera que en su propia tierra.

Por mis amigos argentinos, por Argentina, por Messi, por el fenomenal trabajo en equipo desplegado, me alegra que hayan ganado. Me alegra ver la alegría de los argentinos arremolinándose en torno a su obelisco sin que destruyan nada. Hoy todos los latinoamericanos somos argentinos.

diciembre 14, 2022

La final en Qatar: Argentina vs Francia

Foto de Nick Fewings en Unsplash

No obstante todas las sorpresas que han tenido lugar en el transcurso del mundial, en la final se enfrentarán dos países que ya han sido campeones mundiales, Argentina y Francia. Este último defenderá la corona que ostenta. En el camino han quedado varios favoritos, entre los que destaca Brasil por su lindo y vistoso juego, pero a mi juicio, mezquino. Pareciera jugar la mayoría del tiempo a media máquina, especulando con mucho pase lateral y hacia atrás. Un juego especulativo con ráfagas de lo que es capaz de deleitar. También Alemania quedó fuera en las primeras instancias.

En las instancias finales cayeron Croacia y Marruecos con dos poderosos cuadros, pero que terminaron sucumbiendo ante rivales de mayor alcurnia. Todo lo bueno que mostrado Croacia en el transcurso del campeonato, no se vio en el encuentro ante Argentina, país que supo imponerse sin atenuantes, anulando toda posibilidad de que Croacia saliera con la suya. Y Marruecos acaba de caer ante Francia que también se impuso sin atenuantes. Marruecos mostró sus credenciales con un juego lúcido, pero Francia fue superior en todo momento. Marruecos tiene todo un futuro por delante.

Este campeonato demostró, una vez más, que importan tanto el trabajo colectivo, como las individualidades capaces de desequilibrar un partido en cualquier momento con sus genialidades. Algunos goles de pizarra también demostraron el poder de las jugadas prefabricadas.

En este mundial se está verificando el alza futbolístico de los países africanos y su influencia en los países europeos. Por su parte, Latinoamérica se está quedando atrás, con la excepción de Argentina que está salvando al continente de la mano de Messi. Neymar no fue suficiente para rescatar a Brasil de su naufragio. Uruguay quedó en el camino sin pena ni gloria, en tanto que Ecuador y México que prometían, terminaron defraudando.

Mientras Argentina y Francia se disputarán el cetro para los próximos cuatro años, el premio de consuelo del tercer lugar será para Croacia o Marruecos.

No soy capaz de predecir quien ganará, solo puedo decir que quiero que gane Argentina.

diciembre 08, 2022

Un mundial a todo pasto

Foto de Rhett Lewis en Unsplash

Estas líneas están escritas a pedido de algunos de mis lectores. Para estos efectos partiré con una tabla que confeccioné a partir de lo que pronosticó un amigo luxemburgués, nacido en España, a quien conocí en Chile, en mis tiempos de boyscout, que no es ningún experto en materia futbolística, pero que como buen ciudadano del mundo, no está al margen de lo que ocurre.

En esta tabla da a conocer quienes eran los que se veían como posibles países clasificados en cada grupo en base a los antecedentes con que llegaban al mundial. Antecedentes relativos al cuerpo técnico y plantel de jugadores, a los resultados de sus últimos partidos, al historial copero y la tradición futbolística con que vienen precedidos.

Por cada grupo también señalaba lo que visualizaba como eventual sorpresa, sin atreverse a afirmar quien sería el país damnificado. Y en una última columna va los países que se clasificaron una vez terminada la primera ronda.

Grupo

Posibles clasificados

Sorpresa

Clasificados

A

Ecuador y Países Bajos

Senegal

Países Bajos y Senegal

B

Inglaterra y Gales

EEUU

Inglaterra y EEUU

C

Argentina y México

Polonia

Argentina y Polonia

D

Francia y Dinamarca

Australia

Francia y Australia

E

Alemania y España

Japón

España y Japón

F

Croacia y Bélgica

Marruecos

Croacia y Marruecos

G

Brasil y Camerún

Serbia

Brasil y Suiza

H

Uruguay y Portugal

Corea del Sur

Portugal y Corea del Sur

No deja de sorprender como en todos los grupos uno de los posibles clasificados no clasificó y que en casi todos, lo que se calificaba como sorpresa, sí clasificó. Excepto en un grupo, el G, donde paso a la ronda siguiente Suiza, mas sorpresa aún, dado que la sorpresa que se había previsto era Serbia.

En la tabla que sigue correspondiente a los octavos de final, los resultados nos dicen que todos los países que llamábamos países sorpresa, quedaron en el camino, con excepción de Marruecos.

Octavos de final

Ganador

Francia y Polonia

Francia

Inglaterra y Senegal

Inglaterra

España y Marruecos

Marruecos

Portugal y Suiza

Portugal

Brasil y Corea del Sur

Brasil

Argentina y Australia

Argentina

Japón y Croacia

Croacia

Países Bajos y EEUU

Países Bajos

Los resultados de los octavos de final nos dicen que a la larga se termina imponiendo el peso de la historia, de la tradición, y que las sorpresas tienden a disminuir, aunque no a desaparecer. Ahí está el caso de Marruecos, único sobreviviente de los países sorpresas.

Ahora entramos a cuartos de final, donde los partidos a jugarse serán los siguientes. En la tabla incluyo los nombres de los países que se perfilan como favoritos.

Cuartos de final

Favorito

Francia e Inglaterra

Francia

Brasil y Croacia

Brasil

Países Bajos y Argentina

Argentina

Portugal y Marruecos

Portugal

De darse esto, las semifinales serían entre Brasil y Argentina, y entre Portugal y Francia. Esto implicaría que en la final tendríamos frente a frente a un equipo sudamericano y un equipo europeo. De entre los cuatro, tres ya han sido campeones mundiales y Brasil es el país que hasta ahora se ha visto mejor en la cancha y que ha obtenido los mejores resultados. En consecuencia, sería el país favorito para llevarse la copa en Qatar. Por mi parte, me gustaría que la copa la ganara Argentina.

Sin embargo, en futbol nada está escrito en piedra hasta el pitazo final.

diciembre 01, 2022

Con la ética por los suelos

Foto de Cytonn Photography en Unsplash

Nos hemos ido enterando que familiares de parlamentarios cargan bencina de sus vehículos con tarjetas que son pagadas con fondos públicos. Tarjetas que el congreso entrega a los parlamentarios para el ejercicio de sus funciones. Para un país que anda al tres y al cuatro, es un insulto de marca mayor que merecería la máxima de las penas. Sin embargo, lo más probable es que al final del día no pase nada, o que a lo más termine con clases de ética.

Para rematarla, los parlamentarios implicados no hallan nada mejor que intentar dar burdas explicaciones para lo inexplicable. Que fue una sola vez, que andaba sin chofer, que andaba hablando por celular, etc. Todas excusas inverosímiles. O flagrantes mentiras porque hay cargas que se hicieron cuando los parlamentarios estaban en pleno ejercicio de sus funciones en el parlamento. Y hasta este minuto se sabe que alguien no puede estar en dos o más lugares al mismo tiempo. O se está acá o en la quebrada del ají, pero no en ambas partes. Aquí están involucrados parlamentarios de diversos colores políticos.

La tentación está a la orden del día. Ojalá todos los chilenos tuviésemos esta suerte de gift card de la que solo gozarían los familiares de los susodichos. Algo huele mal, no en Dinamarca, sino que en Chilito.

Por otro lado, a partir de reclamos de clientes adictos a ropa de marca, hemos tomado conocimiento de la venta de ropa de marca falsificada en una conocida empresa, que años atrás ya dio que hablar por otro escándalo. El clásico caso de pasar gatos por liebres.

Y cuando se demuestra que la venta es de productos que no son de marca, sino falsificada, entonces la respuesta es: no sabíamos, hemos sido engañados. Hoy sabemos que las marcas afectadas están denunciando a La Polar por la venta de ropa falsificada. En este caso hay una defraudación pública por parte de una empresa privada que dice vender algo que no es. Hay engaño. Hay utilidades mal habidas.

Para variar, la empresa reaccionó como el marido o la esposa engañada: no puede ser. Solo venden ropa de marca. La empresa no engaña.

En ambos casos el rol de los medios de comunicación ha sido clave. En el primero, el del uso fraudulento de tarjetas para cargar bencina, el descubrimiento tuvo lugar gracias a un medio de comunicación centrado en un periodismo investigativo, esencial en los tiempos actuales. En el segundo caso, el de la venta de ropa de marca falsificada, se detectó gracias a las denuncias en las redes sociales de personas que se sintieron estafadas al comprar prendas que no eran lo que decían que eran. Estas denuncias terminaron por llegar a los medios de comunicación tradicionales una vez confirmada su veracidad. En los casos señalados el descontrol es demostrativo de que la autorregulación no funciona.

Desde hace su buen tiempo que la ética brilla por su ausencia a nivel dirigencial, la que no se limita a la política y la empresarial. Se trata de un fenómeno que se extiende también al ámbito militar, donde todos sus excomandantes en jefe desde 1990 han sido y/o están siendo procesados por los más diversos delitos. En el ámbito deportivo uno de los presidentes del futbol profesional tuvo que fugarse a Miami para eludir la justicia. Y all´está rodeado de lujos esperando que con el paso del tiempo prescriban sus delitos.

Bajo este contexto, si los de arriba recurren a martingalas de baja estofa para hacer de las suyas, con qué ropa pueden pedirnos a los simples mortales de a pie que nos comportemos debidamente.

Mientras tanto, el mundial de futbol en Qatar sigue su curso, con sorpresas mayúsculas, como la eliminación de Alemania que nadie se esperaba, el paso a la ronda siguiente de países sin mayor historial futbolístico, y el protagonismo del VAR. Un campeonato mundial en medio de una guerra en Ucrania que no muestra viso alguno de amainar, sino que todo lo contrario, con tendencia a prolongarse a vista y paciencia de todo el mundo.

(*) Ing. Civil Industrial, U. de Chile y Magister en Informática, U. Politécnica de Madrid, España

noviembre 29, 2022

El miedo paraliza


Uruguay jugó con miedo, y el miedo paraliza. Sirve para no perder por goleada, y rara vez sirve para ganar. Las veces que Uruguay ha logrado campeonar ha sido sin miedo, saliendo con todo hasta en las situaciones más adversas.

Es cierto que el futbol de hoy no es el de antes, el de las pelotas de trapo, de las canchas de tierra, o de las calles, con arcos marcados a punta de piedras; calles por donde solo de cuando en cuando pasaban los coches con desgano, lentamente, como pidiendo permiso.

Cierto que están lejos los días en que los punteros corrían por las bandas, por las rayas; cierto también que jugábamos con la cabeza arriba, mirando la posición de los compañeros y con la pelota abajo; que dribleábamos en menos de un metro cuadrado; que la velocidad de juego no le llegaba ni a los talones en relación a la velocidad actual. Entonces no había VAR, lo que nos permitía darnos las licencias que la viveza criolla nos enseñó. Lejos están los tiempos en que ante un corner un escupitajo al arquero lo neutralizaba sin que el árbitro se percatara de nada. El VAR lo ve todo. ahora todo parece estar automatizado.

El VAR ha adquirido un protagonismo que nadie imaginó. Ahora hay equipos de árbitros, los menos en la cancha, los más en las gradas de los estadios y en los espacios habilitados para que las cámaras y los drones registren todo detalle. Se han anulado goles cantados, se han verificado fouls descalificadores. El gol de Maradona con la mano de Dios que condujo al título mundial a Argentina en México en 1986 no habría sido posible con VAR y el curso de la historia habría sido otro. El VAR está despojando al futbol de lo que sería la sal y pimienta que lo caracterizaban en tiempos que están yéndose sin mayor remedio.

Así y todo, el futbol sigue siendo clamor de multitudes, porque a pesar de lo descrito, sigue estando condimentado de especies que la dan sabor y gracia, suficiente para distraer a la gente de sus diarios sinsabores, de su realidad cotidiana, de lo que ocurre en el mundo. Tener un mundial como el de Qatar, a todo pasto, en medio de una guerra en Ucrania que no está tan lejos, ejemplifica las contradicciones que nos acosan.

Pero no nos vayamos por las ramas. Con miedo no llegamos a ninguna parte. Lo demostró Obdulio en 1950, en el Maracaná. Ni en futbol ni en la vida. 

noviembre 24, 2022

Un mundial a todo dar

Foto de Flavius Torcea en Unsplash

En Qatar ya tuvo lugar el partido entre Uruguay y Corea. Se dio lo que se temía. Un partido apretado que da cuenta de muchos cambios. Cada vez es más difícil encontrar partidos fáciles. Al menos a nivel del campeonato mundial. La desigualdad futbolística entre países se está viendo reducida. La multiracialidad, o interraacialidad está en pleno apogeo, lo que da cuenta del intenso flujo migratorio imperante. Cuando imaginamos que veríamos a jugadores “de color” jugando con los colores de Alemania. Que países sin historia futbolera jugaran de igual a igual a países con historia, y no solo eso, que les ganaran!

Uruguay entró a la cancha premunido del conocimiento de las derrotas infligidas por países sin mayor historia a dos potencias en el ámbito futbolístico, que han sido campeones mundiales: Argentina y Alemania. Este conocimiento por parte de Uruguay debe haber pesado en su planteo, en su entrada a la cancha procurando adoptar todos los resguardos para evitar ser sorprendido. Respetó al rival, como corresponde. Se plantó bien, con solvencia. Vi bien parado al equipo. La velocidad y los cambios de juego de los coreanos no eran broma. Ambos equipos crearojn situaciones de riesgo y tuvieron sus oportunidades de gol.

Creo que el resultado final refleja el equilibrio que existió en el campo de juego. Un cero a cero que no favorece a ninguno de los dos, quizás menos a Uruguay que aspira a pasar a la ronda siguiente. Lo ideal habría sido llegar al segundo partido con una victoria en el bolsillo. No se pudo, pero al menos no se fue con una derrota. De ahora en adelante todo se pone cuesta arriba. Habrá que ganar a Ghana, a Portugal. Uruguay tiene equipo para ganar a cualquiera. Y también para perder. Pero si se planta bien, con los dientes apretados, aperrando, mojando la camiseta, todo puede ser, no hay nada imposible.

No llores por mi!

Foto de Fauzan Saari en Unsplash

En un rato más juega Uruguay con Corea. En el papel Uruguay debe ganar, pero como están las cosas no se puede cantar victoria. Ya ha habido dos batacazos imprevistos, las derrotas de Alemania y Argentina que nadie, ni en sus peores sueños alcanzó a vislumbrar. España ha sorprendido gratamente con una apuesta arriegada del entrenador al dar espacio a un plantel renovado. Bélgica, no obstante su buen plantel y buen juego se ha visto amagado por un país como Canadá sin mayior tradición futbolística. Las sorpresas están a la orden del día. Espero que Uruguay sea capaz de sortearlas.

Las caídas de Argentina y Alemania no las veo como el fin del mundo. Son varios los países que han terminado campeones a pesar de haber perdido su primer partido. Asi que no es para morirse. De las derrotas se sacan mejores y mayores lecciones que de los triunfos. Las derrotas aterrizan, obligan a repensar, a filosofar, a revisar. Los triunfos, por el contrario, tienden a pasar por alto los errores y andar por el mundo como sin pisar tierra.

Argentina se estaba dando un paseo en el primer tiempo. ganaba por uno a cero pero podía haber sido por más. los anularon 3 goles por offside, más de alguno dudoso. Se fueron tranquilos al descanso. El entrenador seguro que no consideró necesario hacer observación alguna. debe haberles dicho, tranquilos, vamos bien, no hay de qué preocuparse, esto es pan comido. Por el contrario, en el camarín adversario, de Arabia Saudita, el clima debe haber sido otro. El entrenador debe haber subido y bajado a los jugadores, los debe haber aleonado, les debe haber recordado los millones de dólares con que se les paga, y que si pierden se quedarán sin nada. Salieron a la cancha como tromba. En tan solo 5 minutos hicieron dos goles. Tiraron la casa por la ventana mientras los argentinos andaban como zombies. No atinaban a nada. Arabia Saudita se refugió en su cancha defendiéndose con uñas y dientes. Argentina perdió toda compostura, perdió la cabeza, no sabía cómo salir del embrollo. Se tiró con todo, a ciegas, sin claridad. Todos sus pergaminos se vinieron al suelo. El tiempo transcurría inexorablemente y el partido se les fue entre los dedos.

Pero como hace miles de años, una voz de ultratumba le está diciendo a Argentina, no llores por mí, levántate y andá.

noviembre 23, 2022

A propósito del día de la filosofía (parte 2)

 

Foto de Dan Cristian Pădureț en Unsplash

En mi última columna dejé pendiente la relación existente entre la filosofía y las matemáticas. Como para no creerlo, porque en la actualidad parecieran estar en las antípodas. Sin embargo, en el pasado, entre los filósofos podemos encontrar no pocos insignes matemáticos. Filósofos matemáticos o matemáticos filósofos.

Uno de ellos es Tales de Mileto, a quien identifico no como filósofo, sino como matemático, por el teorema que lleva su nombre y que se relaciona con la proporcionalidad de los segmentos cortados por rectas paralelas. Lo interesante es que nos dejó enseñanzas que van más allá de las matemáticas. Una de ellas, que lo primero que debemos aprender es a conocernos a nosotros mismos. Saber quiénes somos. Ni más ni menos que conocernos. También nos recuerda que si queremos vivir bien, no debemos hacer a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros. Pura filosofía, la que como podemos observar está fuertemente enlazada con la ética.

También tenemos a Pitágoras, conocido en el mundo de las matemáticas por su famoso teorema que nos dice que en todo triángulo con un ángulo recto, la suma de los cuadrados de sus catetos es igual al cuadrado de su hipotenusa. Pitágoras, que fue bastante posterior a Tales de Mileto, fue quien descubrió los números irracionales y temiendo haber descubierto algo que no debía, prohibió su divulgación a los miembros de su academia. Uno de ellos lo habría divulgado pagando con su vida tal osadía.

Pero Pitágoras, a quien se conoce como el primer matemático puro, fue antes que nada un filósofo que influyó fuertemente en quienes llevan la batuta en materia filosófica: Platón y Aristóteles. Fundó la Escuela Pitagórica, donde se abordaban toda clase de temas, entre los cuales destacan los religiosos, medicinales y políticos. En las discusiones que tenían lugar en su seno,  no se esquivaba nada.

En concreto, la geometría y las matemáticas en general le deben mucho a la filosofía, entendida como el arte de pensar. De hecho, en la puerta de entrada de la academia que fundó Platón había un letrero que decía “Aquí no entra nadie que no sepa geometría".

Por todo lo señalado, y lo que me falta por señalar, no puedo sino agarrarme la cabeza que existan quienes piensen que hay que reducir las horas de clase de filosofía en el sistema educativo. No pocos creen que los cursos u horas destinadas a la filosofía estarían destinados a adoctrinar en una línea de pensamiento. Todo lo contrario, deben ser cursos que permitan abrirnos a todas las corrientes del pensamiento, a revisarlas por arriba y por abajo, al revés y al derecho. Para tener lo que los gringos llaman un open mind.

noviembre 19, 2022

A propósito del día de la filosofía (parte 1)

Foto de Tingey Injury Law Firm en Unsplash

Aprovechando que por estos días se ha celebrado el día de la filosofía –el 17 de noviembre-, plenamente consciente de mi condición de neófito en la materia, en estas líneas intentaré especular en torno a ella.

La primera pregunta que se me ocurre y cuya respuesta debiera indagar sería ¿Qué es la filosofía?  A esta altura del partido, esto es, de mi existencia, no tengo mayor interés en buscar una definición en diccionario alguno o en google, la que prefiero buscar en mí mismo. Diría que filosofía es la búsqueda de la razón de ser en nuestra vida, de dotarla de un sentido. En consecuencia, la filosofía es una invitación a pensar, especular, reflexionar, analizar, escudriñar respecto del origen y destino del ser humano.

Vista así, solo parece tener sentido filosofar una vez que hayamos  satisfecho nuestras necesidades físicas básicas. Resueltas estas podemos darnos el lujo de filosofar para saber quiénes somos y para dónde vamos. En mis tiempos laborales en el campo del modelamiento de datos afirmaba que tenemos dos mundos: el real y el de las ideas. Para resolver los problemas del mundo real, solemos incurrir en un proceso de abstracción por el cual llevamos los problemas al mundo de las ideas para allí, en base a los conocimientos disponibles –teorías, ecuaciones, leyes, etc.- buscar y encontrar soluciones a los problemas del mundo real. Encontradas las soluciones iniciábamos un proceso de concreción destinado a implementarlas en el mundo real.

El pensar tiene lugar en el mundo de las ideas, invitándonos a abstraernos. Y claro, el resultado de pensar difícilmente nos conduzca a una única solución, a una única respuesta, y si ella existiera, habría que dudar de ella, habría que pensar que acá hay gato encerrado. En el mundo que estamos viviendo pareciera que no se nos invita a pensar, sino que a repetir como loros y a memorizar, lo que otros nos dicen, lo que no necesariamente excluye que pensemos por nuestra cuenta.

Debemos tener la capacidad de preguntarnos por qué las cosas son como son y no de otra forma. Creo que todo esto podemos hacerlo amenamente, sin ponernos graves, donde nos preguntemos qué queremos saber, qué nos inquieta, cuáles son los misterios de la vida que nos abruman o no nos dejan dormir. E invitarnos a investigar sugiriéndonos lecturas específicas.

De todos los filósofos que estudié en mis tiempos mozos, el que más recuerdo, es a Heráclito, el del perpetuo movimiento, cambio, que todo es como el agua que se escurre y que nada vuelve a ser igual, que todo evoluciona por más que lo veamos igual, que creamos que lo que ocurre hoy es lo mismo que mañana. Hasta la rutina tiene su cambio, su gracia. Ningún día es igual al otro.

Otro día continuaré. Muchas cosas se me quedan en el tintero, particularmente el de la relación entre la filosofía y las matemáticas. Como para no creerlo, pero entre los filósofos podemos encontrar no pocos insignes matemáticos. Filósofos matemáticos o matemáticos filósofos.