noviembre 29, 2019

Violencia callejera

Ilustrador: Cristóbal Schmal

Qué está pasando en Chile?
Un estallido de larga duración que nadie se imaginó. Mal que mal se le tenía por un país modelo en América Latina que había logrado reducir significativamente sus índices de pobreza. Ya lleva más de 6 semanas y no se vislumbra su fin.

Por qué tanta violencia callejera?
Cuesta explicarla, y como siempre, aparecen explicaciones desde los más diversos ángulos. Ahora está ocurriendo lo mismo. La violencia callejera, expresada en saqueos, vandalismos, incendios, muertos, mutilados, heridos, destrucción de bienes públicos y privados, podemos explicarla por distintos factores.

Porqué ahora bajo el gobierno de Piñera y no antes?
Esta pregunta apunta justamente a uno de los factores, el que tiene que ver con las expectativas, con una suerte de defraudación. Mal que mal Piñera fue elegido bajo el eslogan de “Y arriba los corazones porque vienen tiempos mejores” y lo que la gente ha estado viendo no es eso, sino que todo lo contrario. El gobierno se defiende atribuyendo las dificultades actuales a la herencia recibida y a un contexto internacional marcado por la guerra comercial China-USA. A esto se agrega que se confió en un gobierno cuya publicidad, y accionar, estaba centrado en el crecimiento y la seguridad. La coalición actualmente en el gobierno reprochaba al anterior su baja tasa de crecimiento y la inseguridad imperante. Haber generado altas expectativas le está pasando la cuenta al gobierno, y no solo a él, sino que a todo el país.

Qué otros factores están incidiendo?
Bueno, a la defraudación de las expectativas habría que agregar la acumulación de abusos de toda índole, particularmente de las élites económicas, sin que se les ponga coto. A lo largo de todas estas décadas las colusiones, los fraudes y las evasiones han estado a la orden del día y las penas aplicadas son irrisorias. Pagan fianzas, multas y chau. Incluso hay un sonado caso, el caso PENTA un holding empresarial cuyos más altos propietarios y ejecutivos están vinculados a uno de los partidos de derecha, la Unión Demócrata Independiente (UDI). Sus más altos ejecutivos, Eugenio Délano y Eugenio Lavín fueron “castigados” con clases de ética por su aporte de dineros irregulares a campañas políticas. Por mucho tiempo las élites políticas como las económicas han estado haciendo la vista gorda ante una lista interminable de abusos a lo largo de todos estos años. Tanto va el cántaro al agua, que al final se rompe.

Hay más factores?
Si, el listado no se agota en los mencionados. También inciden la creciente desigualdad, un modelo económico-social que exacerba el individualismo en desmedro de lo colectivo, una disonancia entre el discurso y la realidad. Se habla de igualdad de oportunidades, de meritocracia, pero lo que la gente ve no es precisamente eso, sino que todo lo contrario. Ve a los hijos del presidente viajando con él a China en ruedas de negocios, ve a los parientes de los ministros encaramados en puestos de poder o accediendo a becas destinadas a quienes tienen menos recursos

A ello se agrega el narcotráfico que está siempre está presente. También el eventual interés de otros países por azuzar el conflicto. Pero estos son factores externos que solo entran a tallar si hay tierra abonada, de lo contrario no encuentra eco.

Qué posibilidades hay de normalización?
Si, posibilidades siempre hay. Al final del túnel hay luz. Más temprano que tarde volverá la luz. Cuán largo será este túnel está por verse y dependerá de la capacidad de reacción de los distintos actores involucrados. La violencia que se ha observado, si de algo ha servido, ha sido para percatarnos que no todo lo que brilla es oro.

Habrán reformas?
Tienen que haber. Esto no puede continuar así. No hay país que aguante mucho tiempo en este estado de conmoción sin que termine mal. Ya hay un acuerdo político en torno a un itinerario para una reforma constitucional, la que define las grandes reglas de juego bajo el cual el país decide vivir. Es un gran paso, necesario pero no suficiente. La gente necesita visualizar cambios inmediatos y concretos. El cambio constitucional pertenece al terreno de lo abstracto y no es inmediato.

Cuáles son estas reformas concretas e inmediatas a las que se refiere?
Lo que la gente exige es poner término a los abusos políticos, económicos y sociales de parte de los sectores dominantes, de más altos ingresos. Por tanto, sin perjuicio de otras adicionales, en lo inmediato las reformas que visualizo deben estar orientadas a: a) exigir que los delitos de cuello y corbata sean penalizados severamente e inexcarcelables; b) reducir la brecha de ingresos elevando las tasas impositivas a las familias de mayores ingresos; c) eliminar el impuesto al valor agregado aplicado a los bienes de primera necesidad que pesan fuertemente en las familias de menores ingresos; d) abordar el grave problema de las exiguas pensiones que recibe la mayoría de los jubilados; e) intervenir los intereses usureros que se están aplicando y que agravan el alto nivel de endeudamiento en que está sumida la mayoría de los chilenos.

Cree que estas reformas lograrán reducir la violencia callejera?
Confío que sí, junto con un accionar de las fuerzas policiales menos reprochables que el que han tenido hasta ahora. Los excesos en la actuación policial más que reducir la violencia callejera parecen haberla alentado. Tanto Amnistía Internacional como otras organizaciones internacionales han corroborado en terreno torturas y violaciones que no se condicen con la función policial y los derechos humanos. No puede ser que para resguardar el orden tengan que andar violando los DDHH. En este sentido hay un déficit en la formación preocupante que está dificultando el proceso de pacificación que es necesario emprender a la brevedad.

Todo esto puede terminar mal?
Claro, un escenario posible es que esto termine en una masacre y/o en una dictadura. No pocos ya quieren que las FFAA se hagan cargo de esto para imponer el orden a como dé lugar. Si no lo han hecho es porque están tan desprestigiados como todos los otros poderes. Mal que mal hay generales de ejército y de carabineros procesados judicialmente por millonarios fraudes.  El gobierno se equivoca si cree que sin una potente agenda social y reforzando la represión logrará contener la violencia. Es pan para hoy y hambre para mañana. Confiemos que termine imponiéndose la cordura y el énfasis se ponga donde corresponde: a las causas del estallido.

Uruguay: una elección ejemplar


El reciente balotaje, o segunda vuelta de la elección presidencial uruguaya arrojó un apretado resultado a favor de Luis Lacalle, un joven y experimentado político de derecha, hijo de un expresidente. Venció a duras penas al candidato oficialista de izquierda, Daniel Martínez, luego de 15 años de gobiernos frenteamplistas.

No fue una victoria contundente, sino que por el contrario, a duras penas, a pesar de que todo hacía prever que ganaría con cierta holgura. No obstante que Martínez obtuvo la primera mayoría en la primera vuelta, la coalición que logró armar Lacalle con el respaldo de los candidatos que quedaron en el camino, auguraban un triunfo de Lacalle.

Las razones son las mismas que llevaron a la derrota a la Concertación después de 16 años gobernando: desgaste, cansancio, clientelismo, petrificación, no renovación generacional, de cabezas e ideas. En democracia, la posibilidad de levantar periódicamente tarjeta verde, roja o amarilla por parte de la ciudadanía es una de sus características esenciales. Y Uruguay acaba de hacer honor a ello. La alternancia es una virtud, un signo de vitalidad que limita la perpetuación y posibilita la renovación.

Lo que viene no deja de ser una incógnita. Si bien habrá un giro respecto de lo que fueron los gobiernos frenteamplistas, la duda reside en su intensidad, su tenor, los que vendrán dados por diversos factores que empujarán en una u otra dirección. Entre ellos destaca el contexto. Uruguay, así la gran mayoría de los países, no se manda solo tanto por su tamaño, por estar encajonado entre dos países como Argentina y Brasil, como por las especiales circunstancias que vive nuestro continente y el mundo.

Cabe agregar que el triunfo de Lacalle fue posible gracias al apoyo de Guido Manini Ríos, un excomandante del Ejército quien fuera destituido por el presidente Tabaré Vázquez al efectuar declaraciones en defensa de exmilitares que vulneraban el principio de subordinación al poder político. Formó de inmediato su propio partido, Cabildo Abierto, aglutinando a una derecha dura, la que reivindica la dictadura militar, y que en su primera experiencia electoral logró una no desdeñable votación en torno al 10%. Su irrupción sorprendió al mercado político dado que casi sobrepasa al histórico partido colorado.

La votación fue tan estrecha, que tuvo que hacerse un recuento, dado que la cantidad de votos objetados superaba la diferencia que fue del orden del 1%. En no pocos países, habría ardido Troya con partidarios de uno y otro candidato reivindicando para sí el triunfo con acusaciones de fraude. Ocurrió todo lo contrario, los candidatos y sus partidarios esperaron con calma que la organización responsable del recuento electoral hiciera su tarea. Es así como esta semana Lacalle fue proclamado candidato electo, lo que fue reconocido ipso facto por su contendor.

La estrechez del resultado fuerza al entendimiento si no se quiere caer en la trampa de agudizar las diferencias que solo conducirán a la paralización. Congeniar Estado con Mercado es uno de los grandes desafíos a abordar. A ninguno de los dos se les puede dejar sueltos.

No será fácil su gobierno, pero al menos parte con el pie derecho luego de una contienda limpia. Por su parte, la remontada que tuvo a última hora el Frente Amplio, que casi casi le permite ganar, abre la cancha para un crudo análisis introspectivo y una completa renovación de todo orden. No pocas veces las derrotas sirven más que los triunfos.

noviembre 20, 2019

Desobediencia civil: origen del concepto

A raíz de la explosión social que se vive en Chile desde hace ya más de un mes, han surgido distintas expresiones para caracterizarla. Una de ellas es el de la desobediencia civil, suele asociarse a las acciones o movimientos ciudadanos de protesta social, política y/o económica, así como de desobediencia a las leyes por razones de justicia o convicción.

La primera referencia es atribuida a Henry David Thoreau, al negarse a pagar sus impuestos al gobierno de Estados Unidos en 1846 en oposición a la esclavitud imperante y a la guerra en contra de México. Condenado a prisión por ello, sienta las bases de lo que se entiende por desobediencia civil: el rechazo público, consciente, colectivo y pacífico a acatar leyes o políticas gubernamentales consideradas injustas o inmorales.

El concepto toma cuerpo con Mahatma Gandhi, en la primera mitad del siglo pasado, en oposición al monopolio impuesto por el imperio británico sobre la producción y distribución de sal que antes de la llegada de los ingleses podía realizar cualquier habitante de la India. Además, los ingleses impusieron un impuesto al consumo de sal. Cabe destacar que en esos tiempos la sal era un producto de primera necesidad para la conservación de la carne y otros alimentos.

En contraste a quienes propugnaban la violencia ante una decisión e imposición unilateral, Gandhi propuso el camino de la no violencia, la desobediencia civil. Es así como luego de un recorrido a pie de 300 km, llega a la costa del océano Índico alentando a sus compatriotas a violar las disposiciones vigentes, para tomar agua del mar, dejándola evaporar en un cuenco para sí producir sal. Con ello, tanto Gandhi como sus seguidores, se expusieron a las severas penas impuestas por los británicos a quienes produjeran sal por su cuenta. Gandhi solicitó a sus seguidores que no se resistieran a los violentos arrestos de la policía colonial. Junto con otros 60,000 personas calificadas como ladrones de sal, fue detenido y encarcelado.

Ante la imposibilidad de imponer la ley, sin una violenta represión ante quienes estaban incurriendo en la no violencia para desafiar la ley,el virrey británico termina por derogar la ley reconociendo a los indios el derecho a recolectar por sí mismos la sal.

En consecuencia, la desobediencia civil tiende a definirse como una acción de protesta colectiva, moralmente fundamentada, pública, ilegal, consciente y pacífica que, violando normas jurídicas concretas, busca producir un cambio parcial en las leyes, en las políticas o en las directrices de un gobierno.

En relación a la explosión social que vive el país, los actos de vandalismo, saqueos, destrucción de bienes públicos o privados, se oponen a lo que se entiende por desobediencia civil por su carácter no pacífico, violento, que en vez de atraer adhesión a las causas invocadas, la alejan. Por tanto, es imperioso aislar la violencia que termina por opacar el origen pacífico de una legítima protesta ciudadana contra todo tipo de abusos.

En otra columna espero explayarme más sobre el tema.

Para saber más:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-00632009000100003

noviembre 19, 2019

Uruguay: elecciones presidenciales

Este fin de semana tendrá lugar la segunda vuelta presidencial en Uruguay a la que llegan los candidatos con las dos primeras mayorías en la primera vuelta, Martinez y Lacalle, ambos representantes del Frente Amplio y del Partido Nacional, respectivamente. El Frente Amplio, es una coalición de izquierda, que ha estado gobernando los últimos 15 años, en tanto que el Partido Nacional, es un partido de centro derecha cuya base electoral histórica reside en el campo.

En la primera vuelta quedaron en el camino, entre otros, Talvi, en representación del Partido Colorado, y Manini de Cabildo Abierto. El Partico Colorado, que ha gobernado la mayor parte del tiempo en la historia uruguaya en base a una impronta social marcada por un significativo rol del Estado y cuyo fuerte se concentra en la capital, está viviendo una decadencia que se arrastra por un buen tiempo con significativos desgajamientos, tanto por la izquierda, capitalizados por el Frente Amplio, como más por la derecha, particularmente en las últimas contiendas electorales. Cabildo Abierto, partido de reciente creación por parte de quien fuese el último comandante en jefe del Ejército uruguayo del gobierno de Vázquez, Manini Ríos, obtuvo una votación que da cuenta del fortalecimiento de una derecha dura, sin medias tintas, que pone el acento en una seguridad basada en la necesidad de intensificar la penalización de los delitos, en un ambiente marcado por la inseguridad.

La votación de Manini es la que muy probablemente posibilite el triunfo de Lacalle Pou de este domingo marcando el fin de la hegemonía frenteamplista por más de una década. Este fin se visualiza por un conjunto de factores que también se dieron en Chile con la Concertación por la Democracia luego de 20 años gobernando. Entre estos factores destacan una suerte de cansancio, agotamiento, no renovación de ideas y cabezas en el Frente Amplio, las que terminan desembocando en corruptelas y abusos que producen hastío, sino rechazo en la ciudadanía, en una realidad signada por el nulo o débil crecimiento económico.

En este contexto, los cantos de sirena destinados a retomar la senda del crecimiento y terminar con la inseguridad y la corrupción, suelen encontrar eco en una ciudadanía que siente que se le mueve el piso, sin percatarnos que lo que se está moviendo tiene componentes estructurales dados por un modelo político-económico-social basado en el crecimiento perpetuo que es insostenible en el tiempo.

Prueba lo señalado lo que se está observando a nivel mundial, en diferentes países, sean estos del primer, segundo, tercer o cuarto mundo.

noviembre 15, 2019

¿Un buen o mal acuerdo?

Anoche casi todos los partidos con representación parlamentaria firmaron un histórico acuerdo en favor del cambio de la carta fundamental, la Constitución Política del Estado. A continuación acompaño una entrevista que se me hizo al respecto donde especifico mi posición.

¿Fue un buen o mal acuerdo?
Depende para quienes.

¿Cómo es eso?
Para los que juegan al todo o nada fue un mal acuerdo. Unos porque querían mantener la constitución actual, sin modificación alguna; otros, porque consideran muy alto el quorum para la aprobación de la que salga como fruto de la convención que se constituya. Fue un mal acuerdo para quienes militarizan la política creyendo que toda negociación es entre cuatro paredes, espúrea.

Fue un buen acuerdo para quienes privilegian la solución política por sobre la imposición militar o paramilitar; para quienes ven la política como un espacio de negociación, sin violencia, sin odio, sin pistolas ni billetes sobre ni debajo de la mesa

¿A quiénes se refiere?
Respecto de quienes juegan al todo o nada me refiero tanto a la derecha golpista, la que está parapetada tras Acción Republicana, como a los comunistas, así como algunos otros grupos tanto a la derecha como a la izquierda. Ven toda negociación como acuerdos cocinados tras las bambalinas, con cartas escondidas. Parte de la historia los respalda, pero esta misma historia señala que son los mismos que llegan siempre atrasados. La historia corre por delante de ellos. La desconfianza los absorbe, los anula. En momentos como estos hay que incurrir en actos de confianza, aún a riesgo de ser defraudados. No queda otra, no se puede andar por la vida desconfiando.

Fue un buen acuerdo, para unos más dulce, para otros más amargo, pero un buen acuerdo al fin y al cabo. Se apuesta por un futuro promisorio, por levantar la mirada. El acuerdo es un acto de fe en el porvenir, en que podremos ponernos de acuerdo. Es mejor vivir así que al contrario.

¿Qué ganó la derecha y/o la centroderecha?
Como siempre lo ha hecho, poner la vara alta, resguardarse. Tal como en su momento se resguardó con el sistema binominal, los senadores designados, vitalicios, los quórums calificados. La vara la reduce o elimina, cuando ve que ya no la necesita, cuando le conviene.

Siempre llega atrasada, es el freno de mano. Ahora igual, cuando vio que no tenía como seguir sosteniendo la constitución del 80, se abre. Ganó en el sentido que puso sus condiciones, que la constitución que emerja deberá contar con su visto bueno.

¿Qué ganó la izquierda y/o la centroizquierda?
Como siempre, la izquierda empujando, va más de la mano con los tiempos políticos. Logró ganar el gallito de poner en jaque la actual constitución gracias a las movilizaciones. Sin las movilizaciones pacíficas no habría pasado nada. Los saqueos, los incendios, los actos vandálicos, por el contrario, entorpecieron, pusieron en riesgo el acuerdo.

Ganó el derecho a que sean los ciudadanos los que decidan si quieren o no la constitución que tenemos, si quieren o no una asamblea constituyente, y que sean los mismos ciudadanos quienes se den la carta fundamental que quieren. El quorum exigido para que rija una nueva constitución es alto, dos tercios.

¿Cómo ve Ud. el alto quorum exigido?
Es un problema, pero prefiero verlo como una oportunidad. No sacamos nada con tener una constitución aprobada por el 50% más uno de los ciudadanos. La constitución supone que provee la estructura, el marco, el modelo de sociedad, de país, donde queremos vivir. Y lo ideal es que logre tener la más amplia mayoría, que logre unir a la mayor cantidad de personas. Nos plantea una exigencia no menor, tener un país, no dos países en uno.

Para Ud. ¿fue un buen o un mal acuerdo?
De lo dicho se desprende que respaldo plenamente el acuerdo alcanzado. Que sea bueno o no dependerá de los resultados que se logren, de la constitución que emerja, del clima que se logre generar, de no hacerse expectativas que no corresponden, de que sea acompañado de acciones, medidas que se pueden adoptar desde ya y que urgen.


Qué piensa respecto de quienes no participaron del acuerdo y/o lo rechazan?

No concuerdo con ellos, pero respeto su decisión de marginarse. Los motivos aducidos son diversos. Unos, porque no estiman que no fueron considerados; otros que se trata de un acuerdo cupular en el que no han participado los protagonistas del gran movimiento social que se ha generado; y otros, por desconfianza a la luz de experiencias anteriores. Todos tienen sus fundamentos, más o menos poderosos.


¿Cuáles son sus expectativas?

Ya lo sostuve más arriba. Confío que haya luz al final del túnel. Aunque nuestras confianzas en el pasado hayan sido defraudadas una y otra vez, no por ello dejaré de confiar. Podemos caernos una y otra vez, y no por ello dejaremos de levantarnos cada vez que nos caigamos. En 1988 se logró derrotar a la dictadura mediante un lápiz y un papel, sin violencia, sin odio, bajo el slogan de La alegría ya viene. Para muchos esa alegría aún no llega. No pocos se han visto defraudados y se sienten traicionados, no sin razones. La explosión social desatada el 18 de octubre, en plena primavera, resuena como un eco de aquel triunfo del NO en el plebiscito del 5 de octubre del 88. 

Ahora con nuevos actores, con los hijos y nietos de los protagonistas de entonces. Ellos han tomado la posta. Confiemos en que sabrán hacerlo mejor que nosotros.
 

noviembre 14, 2019

Explosión social en Chile: la hora de las propuestas

Relevante es el anuncio del diseño de una nueva constitución, así como el de la asamblea constituyente dado que se considera que la actual constitución, fraguada entre cuatro paredes y en plena dictadura, es la responsable de un modelo de sociedad marcado por el abuso, la corrupción y la desigualdad. No obstante ello, el tema constitucional siendo necesario, no es suficiente para aplacar un movimiento social desbordado. Hoy por hoy, el tema crucial, en el corto plazo, es el de la paz basada en un paquete de medidas contra todo tipo de abusos. Son los persistentes abusos a lo largo de los años, los que han desatado la rabia, la cólera social.

A continuación me permito presentar una batería de acciones orientadas a superar la situación actual.

1. En torno a las pensiones
Desdoblar el actual sistema privado obligatorio de pensiones (AFP) en: uno público obligatorio que pague una pensión básica única a todos equivalente al sueldo mínimo, del orden de 500 dólares mensuales; otro privado voluntario equivalente al actual (AFP).
Eliminar las comisiones que las AFP están cobrando cuando el trabajador cotiza y cuando el jubilado recibe su pensión.
Modificar la fórmula de cálculo de las pensiones basada en una vida estimada de 110 años por una estimada de 90 años.

2. En torno a la salud
Recuperar una salud pública de calidad con énfasis en la prevención y cuya atención a los pacientes esté centrada en sus necesidades de salud y no en el tamaño de sus bolsillos.

3. En torno al valor del trabajo
Así como se fija un sueldo mínimo, fijar un sueldo máximo entre 10 a 20 veces el sueldo mínimo. Hoy, con las TICs disponibles es posible controlar las evasiones en estas materias.

4. En torno al empleo
Equilibrar el poder sindical con el poder empresarial eliminando las restricciones imperantes para la formación de sindicatos y negociar colectivamente.

5. En torno a la educación
Recuperar una educación pública de calidad orientada al desarrollo de personas de bien con capacidad de reflexión, proactivos y responsables promotores de la solidaridad, la paz y la armonía con la naturaleza.

6. En torno al endeudamiento
Controlar las tasas de interés vigentes en el mercado fijando un rango de validez, proveyendo mayor educación financiera a la población, facilitando la conformación de agrupaciones de defensa a los consumidores.

7. En torno a la delincuencia
Aplicar penas ejemplificadoras de cárcel a los delincuentes de cuello y corbata que reduzcan significativamente las colusiones, la emisión de boletas falsas, las evasiones de impuestos, los fraudes de cualquier índole, entre otros.

8. En torno a la formación de FFAA y Carabineros
Intervenir los procesos de formación de quienes tienen el monopolio de las armas de forma tal que sus comportamientos ético-morales, protocolos y actuaciones sean un modelo a seguir y se ajusten al pleno respeto a los DDHH.

9. En torno a la tributación
Eximir del impuesto al valor agregado (IVA) todos los bienes de primera necesidad caracterizados por su incidencia en el presupuesto familiar de las familias más pobres.

10. En torno a los políticos
Reducir significativamente el total de ingresos de los parlamentarios, altas autoridades públicas del poder ejecutivo, judicial, de las fuerzas armadas y carabineros y rectores universitarios, de modo que no excedan el tope máximo señalado en el punto 3. Junto a ello reducir o eliminar gastos de representación y/o reservados.

Eludir el abordaje inmediato de un paquete de medidas como el propuesto, y de persistir las condiciones actuales, eleva al máximo la posibilidad de una intervención militar o cívico-militar. Quienes vivimos el período pregolpe del 73, el golpe propiamente tal, y lo que sobrevino después, sabemos que esto no es un juego. Que todo puede ser peor. El país no resiste más privilegios, abusos, actos vandálicos, ni violencia ni saqueos de ningún orden. Tampoco resiste más muertos y mutilados.

noviembre 13, 2019

Explosión social en Chile: la necesidad de un alto en el camino

A raíz de los saqueos, actos vandálicos, destrucción de bienes públicos y privados, que han ido en ascenso, el presidente de la república decidió salir en escena, flanqueado por su flamante ministro del interior y la nueva vocera, para anunciar  la búsqueda inmediata de 3 acuerdos: por la paz, la justicia y una nueva constitución. El anuncio de la cadena nacional generó expectativas a la luz del clima de convulsión social imperante que ha sembrado inquietud y conmocionado a la opinión pública.

Tras las bambalinas las especulaciones en torno a las medidas a adoptar se hicieron sentir y crecieron a medida que a la hora programada el podio presidencial permanecía vacío. En particular la de volver  a imponer el estado de emergencia nacional, lo que implicaría que las FFAA retomarían el control del orden público al verse sobrepasados los carabineros y sus fuerzas especiales como lo muestran los videos caseros y no caseros que han circulado profusamente en las redes sociales. Según el origen de tales videos se muestra que las fuerzas responsables del mantenimiento del orden público –carabineros y fuerzas especiales- o no estaban donde debían estar, o estaban acorralados por turbas sin capacidad de defensa, o estaban incurriendo en manifiestos excesos de acuerdo a las circunstancias en que se encontraban quienes eran perseguidos o aprehendidos. Los muertos y la cantidad de lesionados de distinto orden así lo ilustra.

Finalmente el presidente optó por reforzar carabineros con nuevos contingentes y apelar a la búsqueda de acuerdos conducentes a reducir la tensión social que se está viviendo, y que a no pocos hacen recordar el período pregolpe del 73.

Quedan en el tintero las razones por las que se descartó la opción de reinsertar a las FFAA en la responsabilidad de resguardar el orden público. Unos afirman que Piñera prefirió no inmiscuir nuevamente a las FFAA por el manifiesto rechazo que generó cuando así lo hizo al iniciarse el conflicto y asumir que el país estaba en guerra. Rechazo que se extendió a nivel internacional por sus consecuencias en materia de las violaciones a los derechos humanos desatadas en el período. Otros afirman que las FFAA rechazaron la petición presidencial porque estimaban que no podían hacerlo con “las manos atadas”, esto es, sujeto a las restricciones que impone la legislación en materia de DDHH. O sea, estaban dispuestos en la medida que pudiesen actuar con “las manos libres”, sin  limitaciones.

De ser cierta esta versión, es particularmente grave porque supondría una insubordinación a una orden presidencial, habida cuenta que en toda democracia que se precie de tal, se asume una total subordinación del poder militar al poder político.

Simultáneamente, en Bolivia, país vecino de Chile, su presidente Evo decide renunciar luego de una sugerencia del comandante en jefe de las FFAA, de un levantamiento de las fuerzas policiales y de que los seguidores de Evo, así como autoridades de su gobierno fuesen hostigados físicamente.

Por los más disímiles factores, la convulsión parece instalarse más allá de las fronteras de cada país. Los movimientos que tienen lugar giran en torno al tándem a favor o en contra del modelo económico, político, social neoliberal dominante. En América Latina es difícil encontrar algún país que escape a esta disyuntiva.

Relevante es la construcción de una nueva constitución, así como el de la asamblea constituyente dado que se considera que la actual constitución, fraguada entre cuatro paredes y en plena dictadura, es la responsable de un modelo de sociedad marcado por los privilegios, el abuso, la corrupción y la desigualdad. No obstante ello, el tema constitucional siendo necesario, no es suficiente para aplacar un movimiento social desbordado. Hoy por hoy, el tema crucial, en el corto plazo, para descomprimir el actual estado de cosas, es el de la paz social basada en un paquete de medidas contra todo tipo de abusos, punto en el que es imperativo un acuerdo. Son los persistentes abusos a lo largo de los años, los que han desatado la rabia, la cólera social.

De lo contrario, y de persistir las condiciones actuales, no se puede descartar una intervención militar o cívico-militar, aún más, pasaría a la categoría de inevitable. Quienes vivimos el período pregolpe del 73, el golpe propiamente tal, y lo que sobrevino después, sabemos que esto no es un juego. Que todo puede ser peor, incluso para los de más abajo. El país no resiste más saqueos de ningún orden, ni más actos vandálicos. Tampoco resiste  más muertos ni más mutilados.

noviembre 07, 2019

Explosión social en Chile: choque de trenes

El reventón que está experimentando el país se ha prolongado hasta la fecha, sin visualizarse su fin ni en qué términos. Si bien los escenarios que se abren permanecen en el misterio, a la luz de los comportamientos que han tenido los distintos actores, ya se puede especular en torno a ellos.

Entre los actores podemos distinguir al movimiento social, caracterizado por no tener una única cabeza visible –multifacético- ni una única causa –multicausal-, donde cada protagonista tiene su propia razón para adherir, abarcar a personas de todas las edades –multietáreo-, que incluye desde estudiantes hasta jubilados, y su persistencia en el tiempo –multitemporal-.

Otro actor relevante es el gobierno, responsable de la conducción del país y del orden público, que ha tenido un comportamiento errático, signo de que no se esperaba el reventón. Mal que mal poco antes de iniciarse la rebelión, el propio presidente de la república afirmó que el país era un oasis dentro del contexto latinoamericano, para pocos días después, denunciar que el país estaba en guerra. La reacción del movimiento social no se hizo esperar al afirmar que no estamos en guerra.

Por último, podría mencionarse a la oposición política institucional representada por los partidos políticos en el parlamento, pero su peso ha sido casi nulo en el trance actual, tan sorprendido como el propio gobierno, como por su intrascendencia en la actual coyuntura. Otros actores que están brillando por su ausencia son las iglesias católica y evangélica, que en este minuto no tienen nada que hacer ni decir dadas las crisis existenciales que están viviendo, así como las élites, particularmente la empresarial, que de la noche a la mañana se ha encontrado con un país que desconocía.

Dentro de cada uno de estos actores hay fisuras, distintas reacciones y miradas respecto de lo que está ocurriendo. Unos ponen énfasis en la violencia de los saqueos físicos, la destrucción de bienes públicos y privados; otros ponen el acento en la violencia que encierra el saqueo económico representado por las colusiones de las grandes empresas, los fraudes, los abusos y la corrupción de poderosos grupos de interés.

Estamos ante un choque de trenes, donde están quienes quieren mantener el modelo económico vigente así como el modelo político representado por la actual constitución, y en la otra acera, quienes se oponen. Dos mundos cuyos intentos de acercamiento han sido en vano, al menos hasta la fecha. La rebelión de octubre es la expresión de esta grieta.

Los escenarios que se abren son una incógnita, pero en los extremos se observan dos. Uno, el de que esto termine en una masacre donde que dentro de cada uno de los actores se impongan las cabezas calientes, los partidarios de la solución militar. Dos, el del entendimiento, en el que las partes se sienten a reflexionar, a mirarse a los ojos, a reconocerse para acordar acciones de corto, mediano y largo plazo que aborden las causas, las raíces de los problemas que nos aquejan. Asumo que la inmensa mayoría aspira este último camino, el de la cordura, la no violencia activa. Los cabildos que espontáneamente están teniendo lugar apuntan en esta dirección.

Se desconoce el nuevo Chile que emergerá de la crisis actual, pero de lo que pocos duda es que será otro Chile. Desde esta perspectiva, estamos en una suerte de punto de quiebre, de estar ante un problema de marca mayor que por lo mismo, nos provee de una preciosa oportunidad para dar un gran paso adelante. Cuán pacífico o violento sea dependerá de nuestra capacidad para reconocernos, de nosotros mismos.

noviembre 01, 2019

EXPLOSIÓN SOCIAL EN CHILE

Ilustración: Cristóbal Schmal
INTRODUCCIÓN

A menos de 15 días que el presidente Piñera afirmara que Chile es un verdadero oasis en una América Latina convulsionada, la realidad le estalló en la cara como una bomba de tiempo a raíz de un aumento en la tarifa del tren suburbano (Metro). Afirmación efectuada con motivo de la rebelión indígena en Ecuador con motivo del alza en el precio de la gasolina.

Lo que se inició con total inocencia –mal que mal no era primera vez que subía el precio del transporte público- dio origen a una masiva evasión estudiantil que está desembocando en una rebelión que hace recordar a la revolución de la chaucha en tiempos de Gabriel González Videla, alias Gabito, a fines de los 40, hace ya más de medio siglo. Revolución generada también por un alza en la tarifa de la locomoción colectiva. Pero la rebelión ha sorprendido por su masividad, su extensión, su tenor, y su radicalidad.

La nueva tarifa es consecuencia de un sesudo análisis realizado por un panel de expertos encabezado por Juan Enrique Coeymans, quien sorprendido por la reacción que desató una decisión de carácter técnico –y avalada políticamente por el gobierno-, solo atinó a sostener que “cuando sube el pan no hacen ninguna protesta”. Por su parte, la ministra de transportes, Gloria Hutt, complementó con una frase que ilustra la mentalidad imperante en las esferas gubernamentales y de quienes adhieren al modelo político, económico y social imperante: “los estudiantes están alegando y resulta que su tarifa no varió ni un peso”. Y la guinda de la torta la puso el ministro de economía, Andrés Fontaine, al afirmar que “quien madrugue puede ser ayudado a través de una tarifa más baja”. Todas frases para el bronce de parte de quienes no se movilizan en metro ni tienen que salir a tempranas horas de sus hogares para retornar a altas horas de la tarde.

Estas declaraciones, junto con otras, han incendiado la pradera. Hay todo un descriterio, una falta de tacto, de sensibilidad, signo de la mentalidad instalada del nulo valor asignado a la vida de las personas comunes y corrientes. Tecnicismo puro instalado en las más altas esferas políticas bajo el amparo de una ideología neoliberal que busca la individualización de los problemas y sus soluciones. Es lo que está subyacente cuando un ministro a invitar a levantarse más temprano para acogerse a una tarifa más barata. Se evade el cuestionamiento al modelo neoliberal y se responsabiliza a las personas en el manejo de sus gastos y no a la gestión de la desigualdad.

Hasta este minuto el gobierno y el mundo político oficial no logra entender la protesta, ni tienen intención de entenderla, y por lo mismo, la tesis que se ven forzados a manejar es que habría un manejo político interno y externo. En lo interno, esta visión se cae por su propio peso al ver el estado en que está la oposición, en el suelo. Uno de los dramas del gobierno, aparte de su ineptitud, es que no tiene oposición, y en una democracia, para que funcione al cien por ciento, es imprescindible la existencia de un gobierno y de una oposición. Y en lo externo, elucubran infiltraciones y conspiraciones de carácter internacional encabezados por Cuba y Venezuela.

A pesar que se revocó la decisión de subir el precio del Metro, el tsunami generado sigue su curso, ahora con saqueos, violencia y destrucción de bienes públicos y privados que producen escozor y desazón, que no han amainado. Ello no obstante que el gobierno, absolutamente paralogizado y sobrepasado, ha declarado estado de emergencia, delegando en las FFAA el control público. A la luz de lo que está ocurriendo, esta decisión en vez de apaciguar los espíritus, ha reimpulsado la violencia desatada. De la noche a la mañana, el país oasis se transformó, por obra y arte del Espíritu Santo, en palabras del propio presidente Piñera, en un país en guerra.

CAUSAS

Si buscamos las razones de la explosión social que está atravesando Chile, debería sorprendernos que no haya ocurrido antes, puesto que las causas se arrastran desde los tiempos de la dictadura de Pinochet. A continuación, va un posible listado, no exhaustivo, en un intento por comprender lo que hay tras la masiva evasión inicial y lo que está ocurriendo.

1. El reclamo por las pensiones miserables que reciben los adultos mayores, merced a un sistema previsional privado, individualista, no solidario, que cobra comisiones cuando pagas tu cotización y cuando recibes tu pensión. Es como si en el banco te cobraran comisión cuando depositas y cuando sacas dinero de un cajero. A eso agréguese una fórmula de cálculo esotérico para determinar las pensiones asumiendo proyecciones de vida eterna, de más de 100 años.

2. El drama de una provisión de salud dispar según el tamaño del bolsillo. Si no tienes recursos y debes operarte, listas de espera que los gobiernos prometen reducir, pero que siguen siempre presentes. En los consultorios públicos, los pacientes deben hacer colas de madrugada, bajo fríos inclementes, para eventualmente ser atendidos. Uno de los ministros de salud del gobierno, con total desparpajo, llegó a afirmar que las filas de madrugada en los consultorios se hacen para hacer vida social, o sea, de puro gusto por parte de los pacientes.

3. La desigual distribución de la riqueza nacional, donde el grueso de la torta se la comen los peces gordos a pesar de que Chile es uno de los países con mayor número de horas trabajadas por parte de sus trabajadores. El 10% de la población de mayores ingresos recibe casi 40 veces más que el 10% de la población de menores ingresos.

4. La precariedad del empleo va in crescendo con la consolidación de un modelo que rehúye la negociación colectiva e invita a negociar individualmente, que busca debilitar las organizaciones sindicales y/o dificultar su funcionamiento, mientras se fortalecen las organizaciones empresariales. El gobierno parece estar en CasaPiedra, donde se reúnen los grandes grupos empresariales, antes que en el palacio de la Moneda.

5. La percepción de que la educación es de mala calidad, la que está avalada por los resultados en pruebas estandarizadas internacionales, así como las deserciones que se están dando en la educación superior y las dificultades para terminar los planes de estudios superiores en los tiempos estipulados en los respectivos planes de estudio.

6. El alto nivel endeudamiento en el marco de una sociedad que invita al consumismo mediante una agresiva y persistente publicidad que tiende a distorsionar los comportamientos de las familias. El resultado es que un 25% de los chilenos está moroso por un valor promedio de 3,000 dólares cada uno. Tanto el número de personas como el monto han estado aumentando como consecuencia de la precarización del empleo.

7. La tensión laboral generada por la precariedad, bajos sueldos, alto número de horas de transporte, sumada a la tensión familiar en razón del sobreendeudamiento en que se incurre, ha terminado por catapultar la cantidad de licencias médicas motivadas esencialmente por depresiones, las que terminan sufriendo un verdadero vía crucis para que sean aceptadas por la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (COMPIN).

8. Las remuneraciones que reciben las élites políticas, empresariales, militares, judiciales no se condicen con las que recibe el grueso de los mortales. Para estos no resulta fácil entender que el gerente general del METRO haya recibido una remuneración anual sobre los 220 millones de pesos en el 2018 (300 mil dólares), esto es, sobre 15 millones mensuales (más de 20 mil dólares), lo que significa más de 50 veces más que el sueldo mínimo (400 dólares). Cifras similares se manejan a nivel de directores de empresas.

9. Se está ante un gobierno que surgió elegido por la vía de las urnas bajo la promesa de tiempos mejores, asegurando crecimiento y mayor seguridad. A poco menos de dos años de asumido el gobierno, la realidad da cuenta de un crecimiento muy por debajo del esperado y un fracaso total en el combate a la delincuencia, la que en vez de disminuir, se ha visto incrementada significativamente.

10. El distinto trato a los de arriba y a los de abajo. Resulta chocante constatar el acento puesto en el carácter delincuencial de la evasión en el Metro, en contraste con la reacción de los medios de comunicación masivos cuando la evasión implica a quienes concentran la riqueza nacional. A raíz de un financiamiento ilegal, los máximos representantes de la empresa implicada fueron “castigados” con clases de ética. Por otro lado muchos de quienes tienen propiedades, bienes raíces de alto valor, han pagado por años impuestos irrisorios. Entre ellos destaca el propio presidente Piñera elegido con el voto popular. La clase política no está exenta de esta crítica. Los parlamentarios, tienen un ingreso que es de más de 30 veces el ingreso mínimo, muy por sobre el imperante en otros países.

11. La meritocracia de la que tanto se alardea, no sería más que una palabra vacía, sin contenido. El parentesco es el ticket de entrada para acceder a privilegios. Entre otros casos, el hijo del ministro de economía se adjudicó una beca para seguir estudios de magister en el extranjero destinada a los estudiantes de menos recursos. Y recientemente uno de los sobrinos del ministro del interior perdió un concurso para un cargo en la CORFO, pero hicieron otro para que lo ganara. Para rematarla, los hijos del propio presidente se dieron el lujo de acompañarlo en su gira a China para participar en las reuniones de negocio.

12. En Carabineros se conoció el caso llamado Pacogate donde por medio de maniobras fraudulentas se malversaron sobre los 20 mil millones de pesos (del orden de 30 millones de dólares) por concepto de sobrefacturaciones, boletas falsas y otros, con la participación de altos oficiales.

13. En el ámbito militar, bajo el nombre de milicogate, millones de dólares desaparecieron mediante fraudes y desviaciones de fondos públicos de la ley reservada del cobre, en el que participaron altos miembros de las FFAA. A ello se agrega que actualmente se encuentran procesados por actos de corrupción quienes fueron comandantes en jefe del ejército, Humberto Oviedo y Juan Miguel Fuente-Alba, este último conocido como el señor de los anillos por su refinado gusto por los automóviles de lujo. Se duda que tales procesos culminen en condenas efectivas.
ALGUNAS REFLEXIONES

Lo que se inició como un simple ejercicio de evasión en el pago de la movilización en el tren suburbano, ha desembocado inesperadamente en un movimiento social de envergadura que no ha estado exento de una violencia inédita que tiene al país sumido en la inquietud. Todo ello bajo un gobierno paralogizado, y sobrepasado, que solo ha atinado invocar a las FFAA para controlar el orden público, declarando zona de emergencia y estado de sitio en varias regiones del país. Es así como las FFAA han vuelto a asumir el protagonismo como en los mejores tiempos del régimen de Pinochet. No deja de sorprender que estando el país bajo el control de las FFAA y Carabineros, la población sea testigo de saqueos e incendios a vista y paciencia de ellos, abriendo serias dudas respecto de su origen. Las acusaciones a uno y otro lado se suceden, y multiplican, vía medios de comunicación y redes sociales, con participación no menor de noticias falsas, las famosas fake news.

El gobierno ya echó pie atrás en el alza de las tarifas, pero la crisis no amainó. Después incorporó medidas destinadas a aplacar las movilizaciones al ser vistas como meras aspirinas. Posteriormente, para encarar el desafío planteado por un movimiento multifacético, sin rostros visibles ni banderas partidistas, procedió a cambiar parte de su gabinete, en particular al responsable político de la seguridad y del orden público, el ministro del interior, Andrés Chadwick, primo del presidente. Emerge un nuevo gabinete caracterizado por un rostro más amable y juvenil, pero que en lo sustantivo mantiene su impronta político-económica neoliberal.

El problema que vive Chile es profundo. El reventón que se encuentra en curso y que no amaina, no pocos lo veían venir, otros miraban al techo o lo negaban firmemente en base a la fiebre consumista que nos consume: aeropuertos a tope, restaurantes llenos los fines de semana, carreteras congestionadas en días festivos.

Nos hacíamos los locos y capaz que siga existiendo margen para seguir haciéndonos los locos, sobre todo quienes han navegado con viento a favor, no más del 5 a 10% de la población. Mal que mal, estábamos convencidos que el país completo se había comprado el cuento de la igualdad de oportunidades y de la meritocracia. En su tiempo, Lagos en su campaña para acceder a la presidencia, tuvo como slogan "crecimiento con equidad". Terminó siendo puro humo, a punto tal que los empresarios terminaron amándolo. La derecha hizo su trabajo de hormiga. La inequidad ha crecido y eso ha terminado por empelotar, así de simple.

No cabe duda que la responsabilidad trasciende a Piñera envolviendo a los anteriores. Es un tema complejo y por eso el problema es profundo. Los mortales desconocemos los acuerdos tejidos bajo cuerda desde que se ganó el plebiscito de octubre del 88 hasta la elección de Aylwin en el 89 y su asunción en 1990. Hasta el día de hoy se desconoce qué hubo ahí, y eso nos está pasando la cuenta. Me temo que quienes votamos NO, respaldamos la Concertación y su política de búsqueda de la paz social, del entendimiento, lo hicimos sin percatarnos que estábamos siendo atrapados por una telaraña muy bien tejida desde la derecha.

Cuando ganó el NO entiendo que todos queríamos terminar con el modelo económico. político social y cultural imperante. Nos conformamos con que los militares volvieran a los cuarteles y mantuvimos incólume el modelo económico para no mover demasiado el piso. Mal que mal los empresarios estaban con Pinochet y había que tranquilizarlos. Para eso estaba el sistema binominal y los senadores designados. En ese contexto se gobernó, en la medida de lo posible, el miedo persistía, y nosotros, piano piano, para que no se nos desordenara el naipe. La población aguantó, entendió, aceptó, confió en nosotros.

Todo sea por la democracia, por la libertad obtenida, y las tasas de crecimiento acompañaban, gracias a la apertura al mundo, la vitalización del comercio exterior, el dinamismo de la economía interna. Nos estábamos “portando bien”. La derecha nos premió dejándonos gobernar pero bajo la vigilancia de Pinochet como comandante en jefe y luego como senador vitalicio. Luego, esa misma derecha, cuando vio que ya se podía parar por sí misma, aceptó terminar con el sistema binominal y los senadores designados. A todo esto ya había logrado envolvernos con el modelito, cooptando a buena parte de los profesionales y políticos de la concertación. Las AFP siguieron en gloria y majestad, los establecimientos educacionales subvencionados igual, los créditos subían como la espuma ocultando la baja capacidad de compra al contado de la población con intereses usureros mientras una publicidad a la vena nos inoculaba la necesidad de bienes y servicios como imprescindibles que hasta entonces no lo eran. Los créditos con aval del estado (CAE) para estudiantes universitarios hicieron lo suyo. Mientras tanto hacíamos gárgaras con la meritocracia y la igualdad de oportunidades. Un cuento que ya la gente no se compra cuando ve que los hijos del presidente, de los ministros, de diputados y senadores, de empresarios tienen todas las de ganar, mientras que quienes usan el metro y transantiago tienen todas las de perder.

Todo esto reventó en el 2006 con la revolución pingüina que partió con la tarjeta escolar y que terminó con el acuerdo político de las manitos alzadas. Luego vino el reventón del 2011 de mayor envergadura. Ahora tenemos este, que pilla a una clase política totalmente desacreditada y por tanto sin interlocutores válidos. Con quien negociar? Quienes negocian? Para remate este reventón se da con Piñera, paradigma del modelo, sostén del modelo, en tanto que al frente el movimiento quiere echar abajo el modelo.

Para encarar la crisis, Piñera afirma que el país está en guerra, saca a los militares, a la calle, y lanza unas aspirinas. No entiende lo que está pasando, pocos lo entienden. Los saqueos le vienen bien al gobierno, pero las marchas pacíficas le vienen mal por su carácter masivo, festivo, familiar. Da cuenta de algo más profundo. Cambia el gabinete para descomprimir. Cambia las caras, más jóvenes, con más calle, con menos élites, pone hasta un pingüino! Pone como vocera a la Rubilar, puro pueblo, y como ministro de interior a Blumel, buena onda. Un gabinete más empático, pero la gente parece querer otra cosa, cambiar las entrañas del modelo, algo que no se ve viable bajo este gobierno, y menos con este nuevo gabinete, más neoliberal que el anterior. Su misión es aguantar el chaparrón, consolidar el modelo, desgastar el movimiento, dejar que pase el tiempo, que la gente se canse, hacerle ajustes al modelo, pero para consolidarlo, amarrarlo contra viento y marea.

Los saqueos actuales solo sirven para afirmar al gobierno, llevar agua a su molino, por más que hayan sido precedidos por los saqueos que desde tiempos de Pinochet se suceden sin parar por parte de los grupos empresariales que hoy nos gobiernan.

Y las FFAA, como siempre, será el brazo armado de la élite. Si habrá que masacrar para que el pueblo entienda quienes mandan, se masacrará. La historia chilena es elocuente al respecto. Los anarquistas creen estar en su salsa sin saber lo que les espera. La actuación de las FFAA y Carabineros en la contingencia actual para reprimir las movilizaciones diarias, demuestra que los casi 30 años transcurridos desde su alejamiento de las tareas de gobierno, no le han hecho mella. Las fotos y videos obtenidas desde los celulares (móviles) testimonian una conducta asociada a violaciones de derechos humanos que están siendo denunciadas internacionalmente.

Los jóvenes que salen a la calle me temo que no saben a quién tienen al frente; nosotros sí lo sabemos. Me agarraba la cabeza viendo cómo los jóvenes desafiaban el toque de queda. Los agarran, y chau, para dentro. Después los desaparecen, torturan o aplican leyes de fuga. Y como Ministro de Justicia está Herman Larrain!!! Uno de los benefactores de Colonia Dignidad, lugar que se constituyó como uno de los campos de concentración bajo la dictadura!

PALABRAS FINALES

Cómo terminará esto? Difícil saberlo. El gobierno parece haber perdido el control de la situación, sin atinar a qué hacer. La oposición brilla por su ausencia. No existen interlocutores válidos, no se sabe con quién tratar. El gobierno busca retomar las riendas convocando a las más altas autoridades de los distintos poderes (legislativo y judicial) e invitando a conversar y llegar a acuerdos. Sin embargo el nivel de credibilidad en torno a ellos es casi nulo. Cualquier acuerdo haría recordar a aquel de las manitos alzadas, en el año 2006, con ocasión de la revolución de los pingüinos y que quedó con sabor a nada.

No obstante lo señalado, lo más probable es que termine habiendo un acuerdo para la galería, como señal de que se sorteó la situación, tal como la vez anterior. Se hará la parodia de cambios para que nada cambie, y así hasta el próximo reventón. Lo que sí es claro, que cada nuevo reventón viene cada vez más fuerte. Desde el término de la dictadura, en Chile ya hemos tenido 3, el primero del 2006, luego el del 2011, y ahora en el 2019.

Para el abordaje del tema a fondo, hay al menos dos puntos a resolver que no visualizo. Uno, identificar con claridad con quien negociar, quiénes son los interlocutores válidos, quienes son los representantes de la rebelión. No logro identificarlos en la oposición. Dos, determinar qué se va a negociar. Ambos puntos son neurálgicos y francamente los veo como insolubles.

Por el lado de los sublevados, a la luz de las razones esbozadas, lo que se desea es cambiar el modelo político-económico-social imperante. No parece viable, menos ante un gobierno que es el que sustenta el modelo. Si no se modificó con quienes derrotaron a la dictadura bajo la premisa de que era un modelo injusto, cuesta imaginar que se modificará bajo el gobierno actual. No imagino al gobierno eliminando el actual sistema previsional de pensiones ni de salud. A lo más, algunos retoques para su consolidación. Mal que mal, quienes están en el gobierno son los dueños de las empresas y del país.

En síntesis, de esto se sale con una masacre o con un entendimiento. En efecto, harían bien quienes participan del movimiento, que tengan presente las palabras del presidente Allende en su último discurso: “El pueblo debe estar alerta y vigilante, pero no debe dejarse provocar, ni debe dejarse masacrar, pero también debe defender sus conquistas”.

En cuanto al entendimiento, exige disposición, voluntad, aislar al extremismo, coraje y racionalidad de todo el espectro político, social, económico y cultural, muy especialmente de quienes están en el gobierno, responsable máximo de encauzar positivamente los anhelos de todo un país. Un entendimiento conducente a: 1) la construcción de una nueva constitución política del Estado que defina la sociedad en la que los chilenos quieren vivir; y 2) la implementación de un conjunto de medidas de corto plazo que lleven alivio a la pesada carga que afecta a la mayoría del país. No pocos empresarios han dado señales de estar disponibles para perder algunos de los privilegios de que gozan. Habrá que ver si se concreta esta disposición.

Por todo lo expuesto, mi pronóstico es reservado.