agosto 24, 2023

Chile: un país en pelotas

Foto de Chris Gallagher en Unsplash

Una vez más Chile se ve en la encrucijada de reconstruirse producto de la fuerza avasalladora de las aguas que han inundado pueblos y ciudades, cortado caminos y carreteras, destruido puentes. Chile y su loca geografía está sometido a desafíos mayúsculos de todo orden. La impotencia aflora ante fuerzas que parecieran estar fuera de nuestro control, como si nosotros no tuviésemos responsabilidad alguna en ellas, como si nada pudiésemos hacer para evitar algo que nos sobrepasa.

Sin embargo, muchas consecuencias de lo que estamos viviendo podíamos haberlas evitado, aún más, debíamos haberlas evitado. Nada nos obliga a vivir allí donde no se dan las condiciones de seguridad que merecemos. Tan solo debemos respetar la naturaleza en vez de alterarla. Intervenciones que terminan costándonos caro.

Tenemos una cordillera majestuosa, imponente por cuyas laderas bajan las aguas de nieves cada vez menos eternas. Laderas resecas por la sequía, incapaces de absorber el agua que corre por ellas. En los lechos de nuestros ríos, por donde habitualmente corren hilos de agua, si es que no están secos, extraemos ilegalmente áridos, volcamos en ellos nuestros desechos, y en sus riberas no pocos alzan sus viviendas, algunas precarias, otras no tanto, como una suerte de segunda vivienda en plan campestre. Modificamos cursos de agua como quien se cambia de camisa, creyendo que es llegar y llevar, sin percatarnos que estamos interviniendo el medio ambiente con consecuencias que no evaluamos a pesar de contar con todas las herramientas para hacerlo. Los intereses de corto plazo y el afán de lucro pueden más.

Es nuestro comportamiento el que está perturbándolo todo el que debemos revisar. Sin querer queriendo, posponemos lo preventivo. Solo una vez ocurridos los desastres atinamos a afirmar que ahora sí haremos todo como corresponde, efectuando las inversiones preventivas indispensables para evitar, o al menos amortiguar los efectos de procesos naturales que no controlamos. Sin embargo, a poco andar, una vez pasada la emergencia, una y otra vez, al menos hasta ahora, solemos volver a incurrir en las mismas prácticas que nos están conduciendo al drama que estamos viviendo. Nada garantiza que no volvamos a repetirnos el plato. Esto es, y ha sido así, no solo ahora, por privilegiar lo urgente sobre lo importante, el corto plazo por sobre el largo plazo, las políticas correctivas sobre las preventivas.

Acá fallamos todos, personas, empresas privadas y el Estado. Nadie puede lavarse las manos. Las personas fallamos cuando no tenemos la educación suficiente para discernir respecto de las zonas habitables respecto de las no habitables por ser inundables y confiar en que las empresas constructoras y el Estado hacen lo que deben hacer.

El Estado falla al no estar alineadas sus atribuciones y capacidades con las exigencias que plantea una naturaleza de por sí difícil. Los municipios fallan cuando sus direcciones de obras otorgan autorizaciones que cualquiera con dos dedos de frente sabe que no debieran otorgarse. En estos días estamos viendo ejemplos grotescos. Uno, en varias ciudades y pueblos de nuestra región, donde incluso han sido afectadas familias en viviendas prácticamente nuevas, y otro, en la región de Valparaíso, en la ciudad de Viña del Mar, donde un edificio se tuvo que desalojar por completo por riesgo de derrumbe por un socavón. Edificio construido sobre dunas. Es evidente que se requiere una revisión completa de procesos administrativos, de análisis de localizaciones y de muchas hierbas más.  

Las empresas privadas también tienen una responsabilidad enorme en esto. No puede ser que se saquen el pillo aduciendo que cuentan con los correspondientes permisos y recepciones por parte de las instancias correspondientes, como son las municipalidades y el servicio de vivienda y urbanismo. Vaya a saber uno cómo consiguieron tales permisos, ya sea vía corruptelas o vía una legislación extremadamente laxa para construir allí donde no se debería, o donde las exigencias constructivas deben ser sustancialmente mayores.

Las responsabilidades tanto del Estado como de las empresas privadas, son mayores cuando estamos en un país con la desigualdad del nuestro, donde una importante cantidad de familias de bajos recursos económicos debe postular a subsidios para cumplir con el sueño de la vivienda propia. Subsidio que otorga el Estado a empresas privadas para construir viviendas que al final del día terminan inundadas y/o mal construidas. Al final el pobre termina siendo el jamón del sándwich.

Desgraciadamente estamos insertos en un modelo de sociedad, donde se nos educa, consciente o inconscientemente, para que privilegiemos lo urgente posponiendo lo importante, el corto por sobre el largo plazo, lo correctivo en vez de lo preventivo, tanto en el plano individual como colectivo. Una y otra vez, la naturaleza nos invita a cambiar.

agosto 23, 2023

José Gervasio Artigas, prócer uruguayo

Uruguay, país con alrededor de 200 mil hectáreas de superficie, a diferencia de Chile, tiene amplias llanuras cruzadas por sierras de escasa altura, sin la majestuosa cordillera de los Andes. Posee un clima templado, suelos aptos para el pastoreo y la explotación agrícola, gracias a sus habituales y copiosas lluvias, que en los últimos años están empezando a menguar fuertemente.

A la llegada de españoles y portugueses, Uruguay, territorio entonces conocido como la Banda Oriental, estaba habitado por indios cuya estructura social era la tribal, predominando los charrúas. Éstos poblaban la orilla del Río de la Plata, y sus medios de subsistencia eran la caza y la pesca. Guerreros indomables, fueron exterminados por las tropas invasoras, pero no sometidos.

El gaucho surge de una mezcla racial de indígenas, esclavos huidos, españoles y portugueses desertores. Vive de faenar ganado y venderlo a Portugal como reacción a la opresión española. Es su medio de supervivencia. El gaucho se caracteriza por su analfabetismo, su vida bárbara, su aislamiento y su explotación por parte del terrateniente, quien le contrataba para robar el ganado de haciendas más pequeñas. Es el desocupado del campo, donde el ganado “crece solo” en haciendas de miles de hectáreas.

El 19 de junio de 1764 nace en Montevideo, José Gervasio Artigas. Descendiente de nobles españoles venidos a menos, poseía ojos claros, pelo castaño, y una complexión débil. Callado, se compenetra der las costumbres y el pensamiento de peones y esclavos del campo, prefiriendo su compañía que las tertulias montevideanas.

Desde los albores del siglo XIX, Artigas se afianza como General en Jefe de los orientales, enfrentando al ejército español e iniciando un largo proceso independentista. Por esa fecha, Uruguay contaba con 30 mil habitantes, de las cuales 12 mil residían en Montevideo, su capital.

En aquellos años, ya la ganadería ofrecía muchas posibilidades, pero era administrada colonialmente, y al mismo tiempo era saqueada por faeneros portugueses y contrabandistas de cuero.

En 1810, la oleada independentista se apodera de todo el continente y al interior de la Banda Oriental se generan los primeros focos conspirativos. Artigas ya había luchado contra ingleses y portugueses, quienes intentaban apoderarse del norte de la Banda Oriental. Las tropas de Artigas estaban conformadas por gauchos, peones, indios y negros.

En 1811, mediante un “tratado de paz”, el Virreinato de la Plata, con asiento en Buenos Aires, asume el control del territorio oriental. Derrotado, Artigas parte al exilio junto a los suyos, iniciando lo que se llamó “el exilio del pueblo oriental”: 14 mil adherentes le siguen y reconocen como el Caudillo. Diría entonces “No quiero que persona alguna venga forzada, todas voluntariamente deben empeñarse en su libertad: quien no lo quiera, deberá permanecer esclavo”. A caballo y a pie, abandonan su tierra en un episodio de contornos épicos. El pueblo, los desheredados, estaban tras Artigas, su conductor, en favor de una autonomía provincial y un federalismo que liberara a la Banda Oriental del asfixiante centralismo de Buenos Aires.

Artigas y su pueblo retornan en 1812, recuperando Montevideo en 1815, e instalando el primer gobierno patriota con el apoyo de las llamadas provincias “rebeldes”: Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y la Banda Oriental.

La ruina, el robo y la ocupación del campo constituían la realidad diaria. Era preciso levantar la economía ganadera y para ello Artigas resuelve exigir a los terratenientes la reorganización de sus propiedades, su poblamiento y la incorporación de trabajo en ellas. En caso contrario se entregarían a “brazos útiles” que con su trabajo fomenten su poblamiento y con ella la prosperidad del país. La concepción de la reforma agraria ya estaba en la mente de Artigas. Esto implicaba desconocer la propiedad privada. Surgen los movimientos para recuperar los campos quitados a los hacendados, entonces llamados “notables”. Es así como se desatan sangrientas luchas entre quienes seguían a Artigas, y quienes procuraban restaurar “el orden”.

En 1816 se inicia la invasión portuguesa bajo el argumento de que la Banda Oriental se encontraba entregada a la anarquía. A pesar de la dura resistencia de los orientales, finalmente, en 1817 el ejército portugués entra a Montevideo con la complicidad de Buenos Aires. El heroísmo desplegado por las tropas artiguistas, no logró superar sus deficiencias organizativas, ni la escasez de armas y recursos con que contaban.

Luego de 4 años de luchas, Artigas obtiene importantes victorias que las traiciones se encargan de convertir en derrotas. Debilitado, en 1820 se interna en Paraguay seguido de quienes serían sus más fieles seguidores: los indios.

Cinco años después, desde Argentina, Juan Antonio Lavalleja, al frente de 33 orientales, cruza el río Uruguay para derrotar y expulsar a los portugueses, para declarar, el 25 de agosto de 1825, la independencia de la República Oriental del Uruguay.

agosto 21, 2023

El fenómeno migratorio

Foto de Chris Briggs en Unsplash

Estamos viviendo tiempos migratorios por las más diversas circunstancias. En general hacemos referencia a migraciones por razones forzadas, en busca de trabajo, por exilio político, religioso o racial, por guerras o ambientes políticos inestables, o para escapar de actividades criminales. Ahora también debiéramos incluir las migraciones por el cambio climático o desastres naturales, como son sequías, inundaciones, terremotos, incendios.

Las migraciones son flujos de personas desde lugares en que se está mal hacia lugares donde se cree que al menos se puede estar mejor. Ningún país tiene la capacidad para recibir un número ilimitado de inmigrantes, lo que explica la necesidad de algún tipo de política al respecto.

Hay países con mayor o menor umbral de tolerancia hacia los inmigrantes, esto es, más abiertos, pero todo tiene un límite. Excedido este límite borroso, variable, la población nativa empieza a sentirse amenazada, ya sea por motivos económicos, políticos, sociales o de otra índole. Motivos que pueden ser fundados o acicateados por medios de comunicación, o por corrientes políticas, con mayor o menor poder que juegan sus cartas.

El tema migratorio no es posible resolverlo individualmente, no se remite a lo que haga un país, concierne a un problema global cuya resolución va más allá del país al que migran las personas: concierne también al país desde el cual se emigra. Por tanto, las políticas en los países que reciben a los inmigrantes deben ser concordadas con políticas en los países desde los cuales provienen. En síntesis, en torno a la migración no basta lo que haga el país de destino, sino que también lo que haga el país de origen.

El mejor ejemplo viene dado al caso de un país que persiga a mafias extranjeras si se limita a expulsarlas para trasladarlas a otro país. Es pasarle la pelota a otro. Estas políticas no pueden ser aisladas, deben ser mancomunadas. Con la política de que cada país se las arregle por su cuenta estamos fraguando un problema mayor.

Estamos viviendo tiempos paradojales porque políticamente los países democráticos están tendiendo a elegir a candidatos cada vez más nacionalistas reacios a adoptar políticas migratorias en conjunto con otros países. El fenómeno migratorio debe mirarse globalmente porque concierne no solo al país de acogida. Por lo mismo el espacio más apropiado para debatirlo debiera ser las Naciones Unidas.

agosto 20, 2023

Las propuestas de Milei

Foto de Benjamin Rascoe en Unsplash

Con motivo del espectacular triunfo de Milei en las recientes primarias argentinas, que ni las encuestas ni nadie se esperaba, parece importante auscultar en torno a su pensamiento que se asume está contenido en lo que está proponiendo a los argentinos si llegara a ser gobierno.

Más allá de la imagen que proyecta, de candidato estrella, rock-star en el firmamento político, de las caras que pone, interesa introducirnos en lo que se esperaría de él y de quienes le acompañan. De partida cabe destacar que es un acérrimo partidario del mercado libre, de un gasto público llevado a la más mínima expresión reducido a proveer la seguridad que garantice los derechos de propiedad privada y la no intervención del Estado en el quehacer económico del país.

Importa recordar que la irrupción de Milei obedece al descrédito entre los argentinos de la que ha llamado “casta política”. Casta responsable de distintos gobiernos, peronistas u no peronistas, cuyas políticas han generado una inflación que han sido incapaces de mantener a raya. En este sentido Milei es consecuencia del cansancio de los argentinos con los políticos tradicionales. Está por verse si Milei es el remedio para la enfermedad inflacionaria sin dar origen a otras enfermedades iguales o peores.

De acceder Milei a la primera magistratura del gobierno argentino, al menos hasta ahora, se ha propuesto un conjunto de medidas de por sí controversiales. Digo hasta ahora, porque de aquí a la primera vuelta, quién sabe cuáles de ellas matizará o agudizará. Y si no gana en primera vuelta, pero pasa a la segunda, lo más probable que las medidas propuestas tengan otra vuelta de tuerca. Bien sabemos que la necesidad tiene cara de hereje. Así como en el hipotético caso que logre hacerse de la presidencia, entra a tallar este otro refrán: otra cosa es con guitarra. Bien lo sabemos en Chilito. A continuación, van algunas de las medidas que se ha propuesto.

Dolarizar la economía y dinamitar el Banco Central: esto implica eliminar el peso argentino, perdiendo con ello eliminando con ello una de las funciones claves del banco central, como es la de emitir moneda nacional.  El peso argentino se reemplazaría por el dólar, divisa norteamericana. Con esta medida, Argentina vería disminuida su autonomía financiera. Se apoya en la experiencia ecuatoriana, la que Milei califica como positiva, afirmación de dudoso gusto a la luz de la actual realidad de Ecuador. Experiencia similar fue la vivida por la propia Argentina en tiempos de Menem cuando fijó la paridad del peso argentino con el dólar, experiencia que terminó mal.

Reducir drásticamente el gasto público: para estos efectos reducirá los actuales 18 ministerios a tan solo 8. Entre ellos, los de educación, de salud, del trabajo, de obras públicas, de la mujer, de ciencia y tecnología. Como él mismo lo ha dicho, tiene in mente un plan “motosierra” de corte extremos del Estado. Entre los ministerios que sobrevivirán, se encuentran los de economía, seguridad, defensa, relaciones exteriores y de justicia. Esta disminución de ministerios sería acompañada de una eliminación o reducción de los subsidios que gozan las empresas proveedoras de servicios básicos, las que se compensarían con una liberación de sus tarifas. De este modo se espera que los precios de los servicios básicos reflejen los costos reales en que incurren las empresas.

Desregular, o lo que es lo mismo, liberalizar la compraventa de armas y de órganos por parte de los argentinos. Lo primero, de modo que puedan encarar por sí mismos el creciente clima de seguridad reinante en gran parte del país; y lo segundo, para abordar el problema de la existencia de miles de personas que están esperando trasplantes de órganos, cuya oferta está muy por debajo de la demanda. La idea es que se puedan comprar y vender órganos como un producto cualquiera, cuyo precio sea fijado libremente por el mercado. Lo que se llama un libremercado sin filtros. Si eres pobre, eres joven y tienes un buen riñón, que otro rico pueda necesitarlo, lo vendes a precio de mercado. Así de simple. 

Por último, Milei ha planteado la necesidad de denunciar a los terroristas que hicieron atentados en los años 70, tomaron el poder, reescribieron la historia y se garantizaron la impunidad. Junto con ello pone en duda que las fuerzas de seguridad de los regímenes militares que gobernaron la Argentina hayan cometido delitos de lesa humanidad –torturas y desapariciones- entre 1976 y 1986. 

agosto 14, 2023

Qué monos pinta Milei

Foto de Fernando Távora en Unsplash

Acaban de tener lugar las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias) en Argentina con resultados que las encuestas no fueron capaces de prever. A todos sorprendió el holgado triunfo del candidato ultraderechista de la lista La Libertad Avanza, Javier Milei, que ni sus adherentes esperaban. Fue el candidato más votado, obteniendo el 30% de los votos.

La lista de la derecha, Juntos por el Cambio, sumando los votos de sus dos candidatos obtuvo el 28%, en tanto que la lista de los candidatos peronistas, Unión por la Patria, alcanzó tan solo el 27% de la votación total, concentrando Sergio Massa, actual ministro de economía, el 21% de los votos. En la lista de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, con un 17% de los votos aventajó con creces a su contrincante, Horacio Rodriguez, que captó tan solo un 11%.

En consecuencia, la elección presidencial que tendrá lugar a fines de octubre, se concentrará en tres candidatos: Milei, Bullrich y Massa.  

Las razones del éxito de Milei, quien obtuvo 10 puntos por encima de los que le vaticinaban las encuestas, se centran esencialmente en el hastío y la desconfianza con que los argentinos miran a quienes la han gobernado en las últimas décadas, a quienes los adherentes de Milei llama la casta política, muy desprestigiada por su incapacidad para resolver los ya endémicos problemas que aquejan a la Argentina, particularmente una inflación que han sido incapaces de reducir significativamente. Una casta política que califica de parasitaria, chorra e inútil que ha hundido a Argentina, un país que teniéndolo todo, se encuentra sumido en un deterioro progresivo económico que nadie ha sido capaz de atajar y revertir.

El triunfo de Milei se inscribe dentro de la oleada, la marea populista y ultraderechista que está afectando a gran parte del mundo, como consecuencia de la incapacidad de las clases políticas convencionales para resolver los múltiples problemas que están aquejando a la población. La propuesta populista-ultraderechista podríamos afirmar que está centrada en la lógica que llamaríamos de “soluciones simples para problemas complejos”.

Ya tendremos oportunidad de escribir más al respecto. Milei obtuvo un triunfo inesperado que debemos ser capaces de leer bien. Por el momento, lo que cabe es no perder los estribos. Si bien ganó inobjetablemente en estas PASO, falta mucho trecho por recorrer. Los mercados financieros no reaccionaron positivamente ante su triunfo, lo que es un índice de que no ve con buenos ojos el ascenso de Milei. Mal que mal pisa muchos callos con su postura de dolarizar la economía argentina y eliminar el banco central.

No se ve posible que obtenga la mayoría necesaria para acceder a la presidencia en primera vuelta, donde debe obtener al menos un 40% o un 45%. Por tanto, lo más probable es que se tenga una segunda vuelta. Lo único que se puede dar por altamente probable, salvo que surja algo inesperado, es que Milei pasaría a una segunda vuelta. La incógnita estará en quien competirá con él: Bullrich o Massa. En cualquier escenario, aún le queda mucho que recorrer a Milei. Por lo mismo, a sus adherentes los invitaría a no cantar victoria. El partido aún no termina.

agosto 09, 2023

Las clases de piano

Foto de Lorenzo Spoleti en Unsplash

Las clases de piano del nieto terminaron abruptamente. Un día el profesor no vino sin siquiera avisar. Después dio una excusa absurda. La semana siguiente avisó que no podía venir. El nieto ya no quería tener clases. Acordamos cerrar el ciclo. 

Quedó en venir a buscar la pianola que había dejado en casa. No venía y lo llamé varias veces sin que me respondiera. Finalmente corté por lo sano, yendo a su casa. No sabía exactamente donde vivía, pero sí cerca, en otro condominio o loteo cercano. Voy para saber de él, estaba intrigado, todo era muy raro. Llego al condominio que tenía un portón. No habían timbres, esperé un rato que llegara o saliera alguien para poder entrar. No entraba ni salía nadie. Había una casa a la vista dentro del condominio. 

Antes de irme con los crespos hechos decidí pegar un grito: ¡Aló, aló! ¿Hay alguien por ahí? No pasó nada. Volví a a gritar. El grito parece haber llegado a destino de algún misterioso menesteroso, porque misteriosamente el portón se empezó a abrir. Me subo rápidamente al coche y entro. Es un condominio no consolidado, con pocas casas. Miraba de lado a lado mientras conducía muy lentamente. No sabía cuál era la casa. Hasta que llego al final del camino donde en la afuera de una casa veo un coche que reconocí: era el del profesor de piano. 

Por suerte había un timbre. Lo toco, por mi sordera no sabía si sonaba o no. Soy sordo, pero no mudo. Por si acaso pego un grito: aló, aló. En la ventana de lo que parecía ser la cocina diviso una persona, me percato que me ve y con un ademán me dice que espere, que ya viene. Al rato veo venir a una persona, era el mismísimo profesor de piano, un tanto demacrado, con mala cara. 

Le dije que lo había llamado sin respuesta. Me responde que cambió de n° de celular. Andaba agripado. Le dije que estaba preocupado por su desaparición. Me confiesa que está con licencia médica por depresión, que está en tratamiento, medicado. Ahí recién me cayó la teja de todas las irregularidades. Le pregunté si quería qie le llevara la pianola. Me dijo que no me preocupara, que cuando se recuperara la buscaría. Insistí sin éxito. Finalmente me retiré deseándole una pronta recuperación. Toda una odisea. 

En concreto, la pianola sigue acá. No veo para cuando venga a retirarla. Por suerte no molesta, está durmiendo en el living.

agosto 04, 2023

En estado de ebullición ética

Así como a nivel mundial estamos pasando a un estado de ebullición climática, en Chile al igual que en un buen número de países, pareciera que estaríamos ingresando a una suerte de estado de ebullición ética.  Ahora nos estaríamos dando cuenta, pero todo apunta a que estuvo precedido por un estado de cambio ético que se ha venido arrastrando por décadas sin que nos diéramos cuenta, o si nos dábamos cuenta, nos hacíamos los locos.

Salvo excepciones, atrás parecen haber quedado los tiempos de trabajos voluntarios, colaborativos, sin esperar nada a cambio, por la mera satisfacción de hacer aquello en lo que uno cree, o en procurar el bien. Difícil señalar en qué momento se inicia el estado de cambio ético y cuándo termina para dar comienzo al estado de ebullición ética en el que nos encontramos.

Aventuro que la fase de cambio ético se inicia con la instalación del modelo neoliberal en tiempos del innombrable. Modelo que exacerba el individualismo en desmedro del bien común, cuando se impone la lógica de que cada uno se las arregle por su cuenta. Lógica que tiene su sustento en la famosa “libertad de elegir” proclamada urbi et orbi por Milton Friedmann, omitiendo que esta libertad depende de los ingresos que se tienen. Ingresos que se asumen directamente proporcionales a la cantidad y calidad del trabajo que se está desempeñando.

Todo esto, de la boca para afuera, porque en la práctica vemos lo contrario. En tiempos del innombrable, tiempos de censuras, de oscurantismos, las ventas de empresas públicas fueron a precios viles a próceres del propio régimen, de funcionarios públicos reconvertidos en empresarios. Entre éstos destaca con letras de oro, quien fuera yerno del innombrable, hoy rey del salitre y mañana quizás rey del litio.

Como broche de oro, el innombrable, no encuentra nada mejor que tener sus platas afuera, en bancos foráneos, como prueba indesmentible de su patriotismo sin fronteras. Todo un símbolo de período de cambio ético, donde la ausencia de libertad política hizo posible que quienes lo detentaran hicieran zamba canuta con los recursos públicos.

El cambio ético tiene que ver también con que desaparecían personas y los medios de comunicación informaban de “presuntos” detenidos desaparecidos. Cuando se torturaba y nosotros debíamos seguir viviendo como si nada pasara, porque de lo contrario tendrías que atenerte a las consecuencias.

Con el arribo de la democracia, o de la transición democrática, pero siempre con el innombrable tras las bambalinas, los ecos del cambio ético, persistieron. Pero ahora los desaguisados empezaron a ser de dominio público. Así fue como se conoció el escándalo de lo que se llamó el desmalezado en la refinería de ENAP en Concón, en 1993. Con el tiempo fueron conociéndose otros escándalos gracias a la incipiente democracia que se estaba viviendo, pero que persistían porque la tentación era más fuerte.

Tentación que alcanzó su máximo esplendor con el caso MOP-Gate que dio origen a un acuerdo político transversal destinado a evitar la existencia de “sobres con dinero” que se distribuían bajo cuerda en compensación por los bajo sueldos en la contraparte pública. Pero seguíamos bajo un modelo económico donde lo que manda es “Don Dinero”.

Mientras tanto veíamos como florecían Iquique y La Serena sin saber de dónde provenían los recursos. Lo mismo ocurría con cadenas hoteleras y restaurantes. Algo olía mal, pero hacíamos la vista gorda. Lo importante era que el país estaba creciendo. El lavado de dinero hacía lo suyo a vista y paciencia de impuestos internos y de las autoridades económicas, sin imaginar en qué terminaría esto.

Y llegamos al caso Caval en 2015, escándalo político-judicial por influencias indebidas, que involucró al hijo de Michelle Bachelet en su primer año de gobierno. Las consecuencias de este caso no se hicieron esperar, dejando su huella. La colusión de los mundos público y privado, así como de los mundos político y económico-financiero, estaban en su máximo esplendor sin que se les pusiera coto.

Al mismo tiempo, procesos judiciales abiertos contra altos oficiales de las FFAA y Carabineros por fraudes de marca mayor daban cuenta de que la corrupción también estaba asentada en ellas. Por obra y gracia de quien sabe quién, en los depósitos de armas, muchas de ellas desaparecían mientras aparecían en manos de bandas de narcotraficantes. Y ahora último se viene a descubrir que éstas eran abastecidas por quien es, o era, el presidente de la asociación de comerciantes de armas y que ahora está siendo sometido a proceso.

El duopolio político estaba entrando en crisis de la mano de la corrupción. Mientras tanto, el modelo de país se mantenía incólume al amparo de una constitución que consagraba al Estado con un rol marginal en el ámbito productivo y como rol central el de cautelar la seguridad y protección de los derechos de propiedad antes que de las personas.

Surgen nuevas fuerzas políticas alternativas, tanto a la derecha -el partido republicano- como a la izquierda -el frente amplio (FA)- que empiezan a tener un rápido protagonismo bajo la bandera de la necesidad de combatir la corrupción. En la última contienda electoral presidencial, sus candidaturas presidenciales fueron las más votadas, razón por la que llegaron a la segunda vuelta.

Así se llega a la presidencia actual de Boric con el apoyo del FA y del partido comunista (PC) con un discurso centrado en la superioridad moral de una nueva generación que dejara atrás las peores prácticas políticas y la necesidad de efectuar importantes transformaciones en los más diversos ámbitos.

Hoy tenemos al gobierno en las cuerdas, pasando de una crisis a otra sin descanso como consecuencia de múltiples factores, entre los cuales destaca su inexperiencia fruto de la juventud que los caracteriza. Pero la guinda de la torta ha sido el discurso de superioridad moral que se les vino al suelo al descubrirse que los actos de corrupción también se están dando en el seno de su militancia. Esto ha quedado al desnudo merced a convenios establecidos por organismos públicos con fundaciones privadas para proyectos que se asumen destinados a mejorar la vida de los más pobres. Al final del día todo apunta a que no son sino mecanismos para esquilmar recursos públicos con destino a sus respectivos molinos. Incurrir en aquello que tanto se objetaba, criticaba y con mucha razón, es lo que hace de todo esto algo imperdonable.

Se ha estado defraudando la fe pública por parte de quienes llegaron para hacer todo lo contrario. Eso es lo más penoso y que explica la desconfianza imperante. De allí que sostenga que estamos en un estado de ebullición ética.

Si hay algo rescatable de todo lo que está ocurriendo, es que esté saliendo a la luz pública sin filtros. Podremos reclamar que unos ponen el acento en hecho reprobables de unos y no de otros, eso es parte del juego, pero lo importante es que esté saliendo a luz, aunque duela. Porque solo así podremos pensar en implementar los correctivos que correspondan. En tal sentido todo lo que está ocurriendo es una ventana de oportunidad para enfrentar la realidad.  

No será fácil salir de este estado de ebullición porque mientras no se cambie el modelo económico vigente, la tentación de corromper y corromperse seguirá vivita y coleando. Para amortiguar esta tentación a quien se descubra partícipe de ellos, no pocos creen que las penas a aplicar deben ser severas e inexcarcelables. Ayudará, pero no será suficiente bajo el modelo en que estamos. En China el maridaje político-económico lo mantienen a raya a punta de penas de muerte. No es nuestro caso y se pasa por alto el mar de fondo.