Disculpa que me haya
demorado en responderte, pero he estado muy ocupado. Recién ahora puedo hacerlo.
Lamento tener que decirte que estamos mal, que tu comportamiento no se condice
con la de un presidente del país más poderoso del planeta, ni con lo que
entendemos por un gobernante democrático. En estos pocos meses en los que has
estado gobernando, tus actuaciones más parecen las de un clásico matón de
barrio, o las de un niño mimado que siempre ha hecho lo que ha querido.
Quien podría creer que
los estadounidenses te hayan votado para que los presidas. Y más encima, has
escogido como vicepresidente a Vance, otro personaje siniestro que ha estado
viajando a Gröenlandia con su señora para clavar su bandera, a la UE para
decirles lo que deben hacer, y ver al Papa en domingo de resurrección. Tanto
tú, como Vance, como Musk, y quienes te rodean están convencidos que todo lo
pueden comprar porque hasta ahora así ha sido.
Estás cruzando todos
los límites imaginables. Has amenazado con cortarle la cabeza al presidente de
la Reserva Federal porque no hace lo que tú quieres; estás recortando los
presupuestos de las universidades porque no están haciendo lo que tú quieres. Solo falta que te creas ser el próximo Papa.
Era inevitable que en
algún momento surgieran quienes te pararan el carro, que activaran el freno de
mano, porque de lo contrario no pararías hasta no destruirlo todo. En vez de
hacer “nuevamente grande a América” (Make Amerika Great Again -MAGA-), lo que
estás haciendo es todo lo contrario. Se veía venir que esto no va a parar hasta
que surgieran quienes te pararan los carros, te dijeran “basta, hasta acá
llegamos, de acá no pasas”.
Colmaste la paciencia
y te estabas aprovechando de la ausencia de liderazgo a nivel mundial, pero
subestimaste la capacidad de reacción. No todos han entregado su oreja. China ,
sin decir agua va, silenciosamente está respondiendo al alza arancelaria con
otra alza; Canadá, la UE y muchos otros países están tomando nota de la
naturaleza maquiavélica del “aliado estadounidense” que tienen.
Se te nota mucho que
quieres y crees que puedes hacer lo que quieras. Estás poniendo a prueba la
institucionalidad democrática de EEUU. Crees que porque fuiste elegido puedes
hacer lo que se te antoje. Ser elegido es una condición necesaria, pero no
suficiente para ser un presidente democrático. Para serlo, además hay que
gobernar democráticamente, no pasar a llevar a nadie, respetar la
institucionalidad imperante, no andar esparciendo fake news ni mandando a sus
adherentes a asaltar el capitolio porque los resultados no son los que uno
cree.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario