octubre 25, 2020

Un triunfo apabullante que nadie imaginó ni en sus mejores o peores sueños

 

Hoy tuvo lugar el plebiscito que se desarrolló normal y ejemplarmente sin problemas hasta este minuto. Incluso se ha salido a celebrar a plaza Italia pasando a llevar las restricciones impuestas por el covid19. El resultado es impresionante por varios factores:


1.      Ganó el apruebo por alrededor de poco menos de un 80%, lo que nadie previó;


2.      Ganó la convención constituyente por similar porcentaje que tampoco nadie predijo;


3.      Una participación nunca antes visto -votaron más de 7 millones y medio de personas- por sobre el 50% del universo electoral, la más alta desde que se implementó el voto voluntario, ilustrativo del interés de la población por incidir en el plebiscito;


4.      La desigualdad se vio reflejada en los resultados: en las 3 comunas más ricas del país ganó el rechazo, en el resto de las comunas ganó el apruebo por paliza, lo que revela la existencia de al menos dos chiles;


5.      Se temía que la pandemia y la violencia registrada en el aniversario del estallido social y la quema de las iglesias impactaría en la participación y los resultados finales;


6.      Se dio a pesar de una campaña del terror, de las noticias falsas y de los bots orquestados por los partidarios del rechazo;


7.      Se dio a pesar de una oposición que ha sido incapaz de unirse en torno a un proyecto de país que permita verla como una alternativa capaz de ofrecer gobernabilidad.

Estos resultados podrían sugerir que quizás deberíamos tener dos constituciones: una para las comunas del rechazo, para que sigan con la constitución actual, y otra para el resto del país. En una de esas nos ponemos de acuerdo para eso.

Existía la impresión que ganaba el apruebo, pero nadie imaginó, ni en sus mejores o peores sueños, un resultado como el que se dio. Como pocas veces se puede afirmar, el pueblo habló, con contundencia, claramente. No hay espacio para dobles lecturas.

Qué nos dijo? Olvidémonos de la constitución actual. Borrón y cuenta nueva. Partamos con una hoja en blanco. En cambio las 3 comunas de mayores ingresos no quieren cambiar la constitución, a lo más unos retoques. Pero casi el 80% dijo lo contrario. Imaginemos el país que queremos, el país que sorprendió con una votación tan contundente como abrumadora. Un país con menos desigualdad, con menos abusos, menos individualista, sin zonas de sacrificio, más respetuoso del medio ambiente, más descentralizado. Un país que no solo consagre derechos, sino que los garantice disponiendo de los recursos financieros correspondientes a través de un sistema tributario progresivo, Un país donde no solo se consagre, garantice y proteja el derecho de propiedad dejando a los demás en el limbo. 

Con estos resultados, lo que viene es la elección en el próximo mes de abril, de los convencionales que tendrán la responsabilidad de elaborar una nueva constitución. Esto implica que nosotros tenemos que ser capaces de elegir a los convencionales más apropiados para el cumplimiento de las tareas asociadas a la elaboración de una nueva carta fundamental y que sean capaces de recoger lo que la gente ha señalado en el plebiscito.

El mandato es claro: una nueva constitución que tenga características opuestas a la actual. Así de simple. Del trabajo de los convencionales no puede salir una constitución similar a la que se está dejando atrás, una simple mano de pintura, de ser así el sentimiento de frustración, desencanto y/o defraudación puede desencadenar consecuencias que nadie desea.

Por todo ello, lo que viene no es broma. Deberemos seguir de cerca lo que viene, seguir participando activamente en el proceso que se ha desencadenado con la decisión plebiscitada. 

3 comentarios:

  1. Se viene duro pero también se viene esperanzador.

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  2. De ahora en adelante con más fuerza y participación, por un chile más justo y digno para todos!! Saludos profesor un abrazo

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  3. El reglamento aun no escrito de la Convención Constituyente será tanto o más impietante que los propios 155 electos, por ello, entiendo que los asesores constitucionslistas de este convención serán determinante factor de construcción del Chile del siglo XXI y como casi siempre en Chile... casi 2 decadas tardíamente..

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