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| Foto de Benjamin R. en Unsplash |
Estando ya en la
recta final de las elecciones presidenciales y parlamentarias, una columna de
Cristián Valenzuela, el Rasputín de José Antonio Kast (JAK), hizo referencia a
los parásitos, en tanto que quien es el generalísimo de la campaña de Evelyn, Diego
Paulsen, calificó de atorrantes a quienes conforman el gobierno de Boric.
Para contextualizar
estas expresiones, cabe recordar que no hace mucho, Beatriz Hevia, en sus
tiempos de presidenta del Consejo Constitucional, hizo referencias a los “verdaderos
chilenos”, caracterizados por ella misma como quienes son honrados, de trabajo
y pacíficos. El resto no lo serían, esto es, serían “falsos chilenos”.
Si nos vamos más
atrás, imposible no recordar a José Toribio Merino, el almirante que puso entre
la espada y la pared al innombrable para que se plegara al golpe del 73. Famosos
son “los martes de Merino”, dado que ese día de la semana, daba rienda suelta a
expresiones que hacían de la delicia de los periodistas. Es así como en una
ocasión afirmó que había dos tipos de seres humanos: unos eran los seres
humanos propiamente tales, y otros eran los humanoides, quienes militaban en el
partido Comunista, esto es, los comunistas. La razón que esgrimía, para esta
diferenciación era muy simple: los comunistas no califican como seres humanos
por no creer en Dios ni en la democracia. Y lo decía sin arrugarse siquiera.
Traigo todo esto a
colación porque tras todo esto hay un hilo conductor: la convicción por parte de
la derecha de que, si no estás con ellos, o eres comunista, o no eres un
verdadero chileno, o eres un atorrante, o eres un parásito. La expresión “o” no
tiene un sentido excluyente puesto que puedes ser todos ellos simultáneamente. No
solo puedes, sino que muy probablemente lo seas. Esto es, que seas un
atorrante, un parásito, un comunista, y un falso chileno, todo al mismo tiempo.
Y si metes todo esto en una juguera y lo pones en acción, a baja o alta velocidad,
te daría como resultado un humanoide.
Lo paradójico está en
que de acuerdo a la definición de chileno que estamos observando para estas elecciones,
es que Jeanette Jara, más chilena que los porotos, no calificaría como chilena.
El contraste se agudiza cuando observamos que el frente opositor conformado por
Matthei, Kast y Kaiser, es una troika con raíces germánicas sin mayores raíces
chilenas.
¿Qué entendemos por
atorrante y por parásito? Si nos ceñimos a la Real Academia Española, atorrante es un vagabundo, un vago, un flojo, una
persona sin domicilio fijo, que vive de pordiosear; y un parásito en el ámbito
biológico se entiende como todo organismo que vive a expensas de otro, del que
obtiene nutrientes y protección, perjudicándolo en el proceso. Podríamos decir
que atorrante y parásito son prácticamente sinónimos, que se refieren a
personas que no trabajan, que viven del trabajo de otros. Sería interesante
hacer el ejercicio de preguntarse quiénes son los candidatos que mejor calzan
con estas definiciones, muy especialmente con Kast y Kaiser.
Resumiendo, esta elección se
pretende presentar como una contienda donde a un lado estarían los humanoides,
los atorrantes, los parásitos, o sea, los “falsos chilenos”, y al otro lado, los
“verdaderos chilenos”, representados por un triunvirato germánico que vendría a
salvarnos, o liberarnos, de los “falsos chilenos”. Para esta tarea de “liberación”
no quiero ni pensar en qué están dispuestos a incurrir.

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