octubre 01, 2025

¿Chile se está cayendo a pedazos?

 

Foto de CHUTTERSNAP en Unsplash

El mensaje, de cara a las elecciones de fin de año, es clarísimo: Chile se está cayendo a pedazos. Basta leer los titulares de los medios de comunicación convencionales. Dale que dale. Y el candidato presidencial de la ultraderecha, que puntea en su sector, Kast, no tiene empacho en sostener que encabezará un gobierno de emergencia nacional, y que por lo mismo, tiene bajo el brazo un programa de emergencia, que de no contar con la mayoría parlamentaria, lo forzará a actuar por la vía de los decretos.

Es hora de poner la pelota al piso y dejarse de bravuconadas. Basta con asomarse a mirar como están otros países, y tener al menos dos dedos de frente, para percatarnos que el país no se está cayendo a pedazos ni mucho menos. A pesar de la incertidumbre a nivel mundial, a pesar de los agoreros, de la partida en falso del gobierno y de la inexperiencia de la coalición gobernante inicial, el país no se está cayendo a pedazos como desde la oposición quieren verlo.

Olvidan que el país es una pequeña embarcación que se encuentra en alta mar, en medio de un temporal, que se mantiene a flote entre agitadas aguas -narcotráfico, migraciones, corrupciones- donde otras embarcaciones se encuentran zozobrando -Perú, Bolivia, Ecuador, Cuba, Venezuela, Argentina, entre otros-. Un temporal que nadie sabe cuándo terminará, y que por lo visto, tiene para rato.

Un temporal que nos pilla con una economía abierta, esto es, con las ventanas abiertas de par en par, por donde puede entrar el agua del oleaje que nos salpica. Y ojo, mientras EEUU cierra sus ventanas, alzando los aranceles a los productos que importa de la mano de Trump, para hacer su sueño de reverdecer laureles vía MAGA (Make America Great Again), sus admiradores nacionales solo atinan a machacar una y otra vez que el país se está cayendo a pedazos.

Desembozadamente, mienten una y otra vez, vía redes sociales y medios de comunicación escritos y no escritos. Por esta vía, de lograr vencer electoralmente, será una victoria pírrica, como lo son todas aquellas victorias basadas en la mentira. Quienes la propalan, lo saben.

Sí se caerá a pedazos el día que ignore la lacerante desigualdad imperante, no solo en términos de los recursos económicos disponibles por parte de las familias, sino que muy especialmente la desigualdad en el acceso a la educación y a la salud. Es insostenible que quienes necesiten una educación de calidad, no la tengan; es insostenible que la provisión de salud esté condicionada por los recursos económicos con que cuente una familia; es insostenible que el individualismo, el egoísmo, le gane a la solidaridad, a la cooperación sin que pase nada.

Un país se cae a pedazos cuando cada uno vela por su propio interés sin importarle los demás. Ese día nos iremos al carajo, no antes. Espero que no estemos ni lleguemos a ese día.

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