octubre 25, 2025

IIE la rompe …. (parte 10)

En esta ocasión haré memoria de los paseos anuales que la carrera ha implementado desde sus inicios. En particular, haré referencia a uno de ellos, el que hiciéramos a Constitución en tren, en el único ramal que subsiste en el país. Tren cuyo trayecto bordea el río Maule, en su tiempo caudaloso y navegable, y que se caracteriza por ser el único medio de transporte para quienes viven en los poblados que sobreviven en el trayecto.

Pocos días antes se había declarado un temporal que dejó huella en la vía férrea, pero a pesar de ello, el tren salió con todos los estudiantes de la carrera vivamente entusiasmados. A lo largo del trayecto la naturaleza nos regalaba paisajes preciosos. No pocos era primera vez que hacían un recorrido en ese tren que constaba de dos carros tipo buscarril. Entiendo que recientemente este buscarril ha sido reemplazado por un moderno tren eléctrico.

La dirección de la carrera había reservado un lugar campestre en Constitución donde llegar y hacer el asado programado. Pero el día indicado no estaba para hacer nada al aire libre. Las lluvias y la humedad se confabularon para estropear todo, pero el entusiasmo era tal que el humor campeó contra viento y marea. Las canciones y las bromas al por mayor se encargaban de amenizar el ambiente. El viaje de ida normal estaba programado para 3 horas, pero este duró el doble tanto porque el tren tenía que ir a la vuelta de la rueda por las malas condiciones del terreno, como porque en la estación Gonzalez Bastías tuvimos que hacer un alto dado que no se podía continuar. El tren paraba en todas las estaciones y en ellas no faltaban quienes nos ofrecían sus exquisitos panes amasados.

La vía férrea estaba cortada y había patrullas de operarios intentando reparar/reforzar partes de la vía cuyos suelos habían cedido como consecuencia de las lluvias, y en otras partes árboles caídos sobre la vía férrea que debían despejarse. Ya temíamos que todo se frustraría y que debíamos regresar. Pero el ánimo no amainó, sino todo lo contrario, se sentía todo como una aventura. El ambiente, el lugar, el tiempo y las circunstancias se prestaban para ello.

Para sobrellevar el contratiempo, sobre la marcha se buscó otro lugar donde arribar en Constitución dado que el tiempo no estaba para hacer nada al aire libre. Si no me equivoco, y la memoria no me engaña, creo que uno de los estudiantes se contactó con el municipio de Constitución para conseguir salir del paso. Contacto que dio positivos resultados al obtenerse la cesión de un gimnasio cerrado donde pudiésemos llegar. No recuerdo quién era este estudiante, pero sospecho que era de Constitución.

El centro de alumnos, con apoyo de la dirección de la carrera, se había hecho cargo del financiamiento del paseo. Y dentro de sus responsabilidades estaba el de asegurar la alimentación de los estudiantes participantes en el paseo, y quien estaba a cargo de las finanzas del centro de alumnos, imbuida de la necesidad de optimizar los escasos recursos disponibles no encontró nada mejor que pedirle a su madre la producción de tortillas gigantes y huevos duros para un total del orden de 100 a 110 personas. En materia de huevos, se dice que se produjeron 200 huevos duros, seguramente para asegurar que nadie se quedara sin su huevito. No cabe duda que ya había tenido un buen curso de economía. Lo concreto es que no faltaron ni tortillas ni huevos duros, los que se degustaron con especial fruición durante el viaje.

Finalmente, llegamos a Constitución, al gimnasio conseguido a última hora, los grupos encargados de la alimentación y del asado se pusieron manos a la obra. Todo salió a pedir de boca. Ni el cambio de lugar ni de las características del espacio lograron menguar el entusiasmo, el humor, la camaradería y la alegría reinante. El regreso fue en bus, con todos muertos de cansados. Me dicen que tuvimos tiempo para caminar por la costa. Deben haber anécdotas al por mayor que ignoro, pero quienes participaron seguramente recordarán.

Estos paseos fueron un fiel reflejo del espíritu de la carrera, de la camaradería reinante, del carácter de sus estudiantes y profesores, del corazón que todos le poníamos. Tengo la certeza que quienes participaron en este evento, hoy se desempeñan como profesionales con ese mismo espíritu.

Si alguien tiene fotos de este inolvidable paseo, ojalá me lo haga llegar para incluirlas en esta columna. Abrazo a quienes tienen la paciencia de leerme! 

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