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| Foto de Benjamin R. en Unsplash |
Milei obtuvo un
triunfo inesperado en las elecciones legislativas que tuvieron lugar en 13
provincias argentinas este domingo 26 de octubre. Inesperado porque no hace
poco había experimentado una derrota en el gran Buenos Aires y los pronósticos
no le eran para nada favorables. Su fuerza política, La Libertad Avanza, obtuvo
un 40% de los votos, unos 10 puntos porcentuales por sobre el peronismo.
La pregunta del
millón es ¿por qué? ¿qué pasó? Difícil dar una respuesta tajante. Todo en
Argentina es un misterio. En estos últimos dos meses, Milei, urgido de dinero,
fue a Washington a pedirle un préstamo a Trump. La respuesta fue lapidaria: si
ganas, encantado. Regresó con las manos vacías, pero con la carta bajo la
manga: para tener guita, tenemos que ganar. Y ganó. Ahora, tanto Milei como
Trump se están sobando las manos. La votación alcanzada permitiría ser
interpretada algo así como que el pueblo argentino le dijera a Milei “soy todo
tuyo”, lo que Milei podría trasladar a Trump: “Argentina es toda tuya”.
Cuesta entender el
resultado. Un resultado, a primera vista, irracional, al menos aparentemente, que
podríamos interpretar como sigue: los argentinos optaron por un gobierno que no
duda en rendir cuentas ante Trump, para poder seguir aplastándolos. O en buen
castellano, cagándolos. Al menos hasta ahora, la realidad argentina continúa
siendo tanto o más angustiante que cuando asumió Milei.
Si bien se puede
matizar con que la ocurrencia a las urnas ha sido muy baja, de todas formas,
ella no alcanza a explicar nada. Lo expuesto invita a reflexionar. Mal que mal
Argentina es un país con notables recursos de toda índole, no solo físicos, sino
humanos. Fue potencia mundial hace un siglo atrás. ¿Qué fue lo que jodió a la
Argentina? No lo sé. Unos dicen que una oligarquía rapaz, otros inculpan al
peronismo, otros a las dictaduras militares, y por último están quienes inculpan
a los propios argentinos. Lo concreto es que un sentimiento de frustración, de
defraudación, parece estar conduciendo su comportamiento. Se trata de un
fenómeno que no es exclusivo de ellos, que se está reproduciendo en varios
países.
Sentimiento de frustración asumo que es aquel que se produce cuando el futuro en el que pensabas o soñabas no se da; y sentimiento de defraudación es aquel que experimentas cuando te sientes engañado, que te han estado pistoleando, engañando. Cuando te inunda la sensación de que los políticos te están defraudando.
Y bueno, la reacción es patear el tablero, lo que hay, y desde las sombras no faltan quienes no encuentran nada mejor que disparar contra “la casta”, “las élites políticas”, responsabilizándolas de todos los males habidos y por haber.
Y no es para menos. Pero
de allí a apostar, poner todas las fichas en personajes de la catadura de
Milei, me cuesta entenderlo. Desde mi lógica, estos personajes no harán sino
incrementar la sensación de frustración y defraudación más arriba mencionados.
Sin embargo, es lo
que estamos viendo en los tiempos que corren. Me cuesta pensar que no hay
alternativa. Todo esto amerita que nos preguntemos ¿En qué estamos fallando para llegar a esto?

No hay consenso ni de partido ni de grupo organizado, los votantes votan por interés personal y esa es la sorpresa , que es incomprensible. Los votantes pierden la visión también debido a la fragmentación de las visiones en línea que incluyen manipulación . Pareciera que la democracia no existe ni se manifiesta en las urnas. Muere antes.
ResponderBorrarQuedé tan sorprendida como tú con los resultados en Argentina....
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