El primer debate presidencial en EEUU de cara a las próximas elecciones dejó al desnudo la decadencia en que está sumido el país. Parece mentira que los estadounidenses sean incapaces de poner en carrera a otros candidatos. La imagen que encabeza esta columna es muy ilustrativa de la coyuntura en que se encuentra no solo EEUU, sino que el mundo. Mal que mal, la influencia de EEUU en el concierto mundial sigue siendo de peso y no nos es indiferente. Un candidato, el republicano ha batido récord de mentiras, en tanto que el candidato demócrata no sé si sabe dónde está parado. Sospecho que tal como están las cosas, salvo que el partido demócrata tenga el valor de poner a otro candidato en la papeleta, Trump ganará por paliza las próximas elecciones.
Mientras tanto, en Bolivia
se vio frustrado lo que parece haber sido un golpe de pacotilla con el
objetivo, tal como explicitó quien fuera el comandante en jefe del Ejército, de
“reforzar la democracia”. Posteriormente, el mismo comandante habría sostenido
que el propio presidente Arce le habría pedido el golpe, lo que implicaría un
autogolpe. Pareciera que las mentiras y los eufemismos andan a lo orden del día.
En Chile, Jadue,
alcalde comunista de Recoleta celebra su cumpleaños en prisión, mientras el
abogado Hermosilla, experto en trabajar tras las bambalinas en las
designaciones de candidatos a cargos en los más diversos ámbitos, continúa
libre de polvo y paja. Ya nadie sabe para quien trabaja.
Como si esto fuera
poco para entretenernos el almanaque, tanto en nuestro continente como en
Europa se desarrollan sendas competencias futbolísticas, la copa América y la
Eurocopa. Chile sufriendo un proceso de transición de una generación dorada que
está viviendo su ocaso para dar paso a otra que aún no se asienta. Si bien
Chile ya no juega arratonado, aguantando el marcador, ha dejado de lado ese
juego intenso, al ataque, que tenía en tiempos del loco Bielsa cualquiera fuera
el resultado y el rival. Característica que tiene hoy el seleccionado de
Uruguay, dirigido por el mismísimo Bielsa.
Son tiempos líquidos, volátiles, inciertos, inseguros,
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