Escribo estas líneas estando en Tres Cantos, a unos 20
kilómetros al norte de Madrid, un municipio creado en 1991 como ciudad
dormitorio de la capital y donde se han asentado no pocas empresas industriales.
Las buenas y malas lenguas dicen que fue planificada en tiempos de Franco. Desde
su creación ha estado creciendo sin parar. Ahora ya tiene alrededor de 50 mil
habitantes y viendo los terrenos sobre los cuales se están construyendo casas y
edificios, todo indica que su crecimiento sigue su curso.
Caminar por la sombra de las calles de Tres Cantos es un
deleite. La gente se saluda, unos con niños, otros acompañados de perros
domésticos de todos los pelajes. Me ha tocado ver tantos perros domésticos como
callejeros hay en Chile. Los perros domésticos están asegurados, esto es, sus
dueños les contratan seguros por los más diversos conceptos. Sus excrementos
son recogidos religiosamente por los dueños de los perroa cuando los sacan a pasear. Así como
existen parques infantiles, también los hay para perros. Me tocó ir a uno de
estos parques. Allí los perros platican, se huelen, coquetean, se muestran los
dientes y también se pelean. Cosas de perros.
Escucho hablar de la España vacía, o vaciada, en referencia a
los múltiples pueblos que se están despoblando y cuyas gentes buscan un mejor
destino. Ni el corona virus, ni el desarrollo tecnológico digital, han logrado
alterar, al menos hasta este momento, esta tendencia. Pero es claro que en
algún minuto, más temprano, o más tarde, esta tendencia deberá revertirse de la
mano del “trabajo en casa”, de la vida simple, del retorno a la madre tierra.
Desde Tres Cantos, bien acompañado por mi primo menor,
Carlos, con su señora Conny, y la mía, nos fuimos a pasar unos días a una urbanización,
La Fontanilla, que está camino a Ávila, y que destaca por su vegetación en
medio de campos que por esta época toma tintes amarillentos, secos. Sus embalses,
que acá llaman pantanos, asombran por su extensión y bajo nivel de sus aguas. Estando
en La Fontanilla, para hacer unas compras pasamos a Puenteviejo, donde
aprovechamos de tomarnos un exquisito tinto de verano que nos recomendaron con
entusiasmo. Allí, sentados en la terraza de un bar conversamos de lo divino y
lo humano. A Conny le faltan un par de años para jubilar. Tanto en Tres Cantos
como en Fontanilla, en horas de trabajo, escrupulosamente, se instala en su PC
para trabajar sin pérdida de tiempo. mientras tanto, mi primo Carlos aprovecha
de reparar lo que haga falta, o de cocinar o de conversar. Para la cocina, un
as. Estudió y trabajó en eso, sabe de qué se trata. Verlo cocinando es todo un
espectáculo. Su hijo sigue sus pasos en un hotel de Mallorca. Imposible olvidar
sus omelletes de champiñones y gambas, así como sus ensaladas bien aderezadas y
una parrillada de entrañas con su hija Cristina, su pareja y sus adorables
hijas.
También alcanzamos a ver a Susan Fenollera y su familia, a quien no veía desde que era una lola veintiañera. Íbamos a casa de sus padres, Jose e Isabel, en Navalperal de Pinares, donde siempre me recibían con los brazos abiertos. Ambos españoles, ambos con cigarro en mano, ella con su sonrisa contagiosa y él con ceño adusto a medio sonreir. Ambos fallecidos hace poco. Susan nos alegró el almanaque con su alegría desbordante y una familia sin igual. Motera (motoquera), ha recorrido con su marido, Europa entera. Para ella, andar en moto, sentir el viento, la brisa, la velocidad, y pasar de pueblo en pueblo en caravana de motos, no tiene precio. Tanto Pedro y Cristina, como Susan y su familia nos recibieron con sendas mesas bien servidas de tortillas de patatas y entremeses varios. Hospitalidad desbordante.
Cuando me preguntaron por cómo están las cosas en Chile, dije
que no tan distintas a acá. Hay inquietudes similares: una coalición en dificultades, el preocupante brote
inflacionario y un covid-19 que se resiste a salir de escena. La diferencia
quizás resida en que en Europa se están preparando para la escalada de la
guerra en Ucrania y en el desafío de un invierno sin provisión de gas ruso, o con
menos gas ruso en el mejor de los casos. En cambio, en Chile la atención está centrada
en la entrega al país de un documento conteniendo una propuesta constitucional que
será plebiscitada el próximo 4 de septiembre en medio de una compleja andadura
gubernamental.
Respecto de esto último, la campaña está desatada. Si bien los extremos ya han clavado sus estacas desde el minuto cero fijando sus posiciones, como siempre, poco a poco están sacando la palabra los sectores más moderados de uno u otro lado en medio de visiones apocalípticas, fake news y medias verdades que están intentando emborracharnos la perdiz.
D. Rodolfo me gusto el comentario un muy buen texto, estaran muy contentos de volver a ver a los amigos, un abeazo grsnde y extenso para ambos
ResponderBorrar