noviembre 01, 2019

EXPLOSIÓN SOCIAL EN CHILE

Ilustración: Cristóbal Schmal
INTRODUCCIÓN

A menos de 15 días que el presidente Piñera afirmara que Chile es un verdadero oasis en una América Latina convulsionada, la realidad le estalló en la cara como una bomba de tiempo a raíz de un aumento en la tarifa del tren suburbano (Metro). Afirmación efectuada con motivo de la rebelión indígena en Ecuador con motivo del alza en el precio de la gasolina.

Lo que se inició con total inocencia –mal que mal no era primera vez que subía el precio del transporte público- dio origen a una masiva evasión estudiantil que está desembocando en una rebelión que hace recordar a la revolución de la chaucha en tiempos de Gabriel González Videla, alias Gabito, a fines de los 40, hace ya más de medio siglo. Revolución generada también por un alza en la tarifa de la locomoción colectiva. Pero la rebelión ha sorprendido por su masividad, su extensión, su tenor, y su radicalidad.

La nueva tarifa es consecuencia de un sesudo análisis realizado por un panel de expertos encabezado por Juan Enrique Coeymans, quien sorprendido por la reacción que desató una decisión de carácter técnico –y avalada políticamente por el gobierno-, solo atinó a sostener que “cuando sube el pan no hacen ninguna protesta”. Por su parte, la ministra de transportes, Gloria Hutt, complementó con una frase que ilustra la mentalidad imperante en las esferas gubernamentales y de quienes adhieren al modelo político, económico y social imperante: “los estudiantes están alegando y resulta que su tarifa no varió ni un peso”. Y la guinda de la torta la puso el ministro de economía, Andrés Fontaine, al afirmar que “quien madrugue puede ser ayudado a través de una tarifa más baja”. Todas frases para el bronce de parte de quienes no se movilizan en metro ni tienen que salir a tempranas horas de sus hogares para retornar a altas horas de la tarde.

Estas declaraciones, junto con otras, han incendiado la pradera. Hay todo un descriterio, una falta de tacto, de sensibilidad, signo de la mentalidad instalada del nulo valor asignado a la vida de las personas comunes y corrientes. Tecnicismo puro instalado en las más altas esferas políticas bajo el amparo de una ideología neoliberal que busca la individualización de los problemas y sus soluciones. Es lo que está subyacente cuando un ministro a invitar a levantarse más temprano para acogerse a una tarifa más barata. Se evade el cuestionamiento al modelo neoliberal y se responsabiliza a las personas en el manejo de sus gastos y no a la gestión de la desigualdad.

Hasta este minuto el gobierno y el mundo político oficial no logra entender la protesta, ni tienen intención de entenderla, y por lo mismo, la tesis que se ven forzados a manejar es que habría un manejo político interno y externo. En lo interno, esta visión se cae por su propio peso al ver el estado en que está la oposición, en el suelo. Uno de los dramas del gobierno, aparte de su ineptitud, es que no tiene oposición, y en una democracia, para que funcione al cien por ciento, es imprescindible la existencia de un gobierno y de una oposición. Y en lo externo, elucubran infiltraciones y conspiraciones de carácter internacional encabezados por Cuba y Venezuela.

A pesar que se revocó la decisión de subir el precio del Metro, el tsunami generado sigue su curso, ahora con saqueos, violencia y destrucción de bienes públicos y privados que producen escozor y desazón, que no han amainado. Ello no obstante que el gobierno, absolutamente paralogizado y sobrepasado, ha declarado estado de emergencia, delegando en las FFAA el control público. A la luz de lo que está ocurriendo, esta decisión en vez de apaciguar los espíritus, ha reimpulsado la violencia desatada. De la noche a la mañana, el país oasis se transformó, por obra y arte del Espíritu Santo, en palabras del propio presidente Piñera, en un país en guerra.

CAUSAS

Si buscamos las razones de la explosión social que está atravesando Chile, debería sorprendernos que no haya ocurrido antes, puesto que las causas se arrastran desde los tiempos de la dictadura de Pinochet. A continuación, va un posible listado, no exhaustivo, en un intento por comprender lo que hay tras la masiva evasión inicial y lo que está ocurriendo.

1. El reclamo por las pensiones miserables que reciben los adultos mayores, merced a un sistema previsional privado, individualista, no solidario, que cobra comisiones cuando pagas tu cotización y cuando recibes tu pensión. Es como si en el banco te cobraran comisión cuando depositas y cuando sacas dinero de un cajero. A eso agréguese una fórmula de cálculo esotérico para determinar las pensiones asumiendo proyecciones de vida eterna, de más de 100 años.

2. El drama de una provisión de salud dispar según el tamaño del bolsillo. Si no tienes recursos y debes operarte, listas de espera que los gobiernos prometen reducir, pero que siguen siempre presentes. En los consultorios públicos, los pacientes deben hacer colas de madrugada, bajo fríos inclementes, para eventualmente ser atendidos. Uno de los ministros de salud del gobierno, con total desparpajo, llegó a afirmar que las filas de madrugada en los consultorios se hacen para hacer vida social, o sea, de puro gusto por parte de los pacientes.

3. La desigual distribución de la riqueza nacional, donde el grueso de la torta se la comen los peces gordos a pesar de que Chile es uno de los países con mayor número de horas trabajadas por parte de sus trabajadores. El 10% de la población de mayores ingresos recibe casi 40 veces más que el 10% de la población de menores ingresos.

4. La precariedad del empleo va in crescendo con la consolidación de un modelo que rehúye la negociación colectiva e invita a negociar individualmente, que busca debilitar las organizaciones sindicales y/o dificultar su funcionamiento, mientras se fortalecen las organizaciones empresariales. El gobierno parece estar en CasaPiedra, donde se reúnen los grandes grupos empresariales, antes que en el palacio de la Moneda.

5. La percepción de que la educación es de mala calidad, la que está avalada por los resultados en pruebas estandarizadas internacionales, así como las deserciones que se están dando en la educación superior y las dificultades para terminar los planes de estudios superiores en los tiempos estipulados en los respectivos planes de estudio.

6. El alto nivel endeudamiento en el marco de una sociedad que invita al consumismo mediante una agresiva y persistente publicidad que tiende a distorsionar los comportamientos de las familias. El resultado es que un 25% de los chilenos está moroso por un valor promedio de 3,000 dólares cada uno. Tanto el número de personas como el monto han estado aumentando como consecuencia de la precarización del empleo.

7. La tensión laboral generada por la precariedad, bajos sueldos, alto número de horas de transporte, sumada a la tensión familiar en razón del sobreendeudamiento en que se incurre, ha terminado por catapultar la cantidad de licencias médicas motivadas esencialmente por depresiones, las que terminan sufriendo un verdadero vía crucis para que sean aceptadas por la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (COMPIN).

8. Las remuneraciones que reciben las élites políticas, empresariales, militares, judiciales no se condicen con las que recibe el grueso de los mortales. Para estos no resulta fácil entender que el gerente general del METRO haya recibido una remuneración anual sobre los 220 millones de pesos en el 2018 (300 mil dólares), esto es, sobre 15 millones mensuales (más de 20 mil dólares), lo que significa más de 50 veces más que el sueldo mínimo (400 dólares). Cifras similares se manejan a nivel de directores de empresas.

9. Se está ante un gobierno que surgió elegido por la vía de las urnas bajo la promesa de tiempos mejores, asegurando crecimiento y mayor seguridad. A poco menos de dos años de asumido el gobierno, la realidad da cuenta de un crecimiento muy por debajo del esperado y un fracaso total en el combate a la delincuencia, la que en vez de disminuir, se ha visto incrementada significativamente.

10. El distinto trato a los de arriba y a los de abajo. Resulta chocante constatar el acento puesto en el carácter delincuencial de la evasión en el Metro, en contraste con la reacción de los medios de comunicación masivos cuando la evasión implica a quienes concentran la riqueza nacional. A raíz de un financiamiento ilegal, los máximos representantes de la empresa implicada fueron “castigados” con clases de ética. Por otro lado muchos de quienes tienen propiedades, bienes raíces de alto valor, han pagado por años impuestos irrisorios. Entre ellos destaca el propio presidente Piñera elegido con el voto popular. La clase política no está exenta de esta crítica. Los parlamentarios, tienen un ingreso que es de más de 30 veces el ingreso mínimo, muy por sobre el imperante en otros países.

11. La meritocracia de la que tanto se alardea, no sería más que una palabra vacía, sin contenido. El parentesco es el ticket de entrada para acceder a privilegios. Entre otros casos, el hijo del ministro de economía se adjudicó una beca para seguir estudios de magister en el extranjero destinada a los estudiantes de menos recursos. Y recientemente uno de los sobrinos del ministro del interior perdió un concurso para un cargo en la CORFO, pero hicieron otro para que lo ganara. Para rematarla, los hijos del propio presidente se dieron el lujo de acompañarlo en su gira a China para participar en las reuniones de negocio.

12. En Carabineros se conoció el caso llamado Pacogate donde por medio de maniobras fraudulentas se malversaron sobre los 20 mil millones de pesos (del orden de 30 millones de dólares) por concepto de sobrefacturaciones, boletas falsas y otros, con la participación de altos oficiales.

13. En el ámbito militar, bajo el nombre de milicogate, millones de dólares desaparecieron mediante fraudes y desviaciones de fondos públicos de la ley reservada del cobre, en el que participaron altos miembros de las FFAA. A ello se agrega que actualmente se encuentran procesados por actos de corrupción quienes fueron comandantes en jefe del ejército, Humberto Oviedo y Juan Miguel Fuente-Alba, este último conocido como el señor de los anillos por su refinado gusto por los automóviles de lujo. Se duda que tales procesos culminen en condenas efectivas.
ALGUNAS REFLEXIONES

Lo que se inició como un simple ejercicio de evasión en el pago de la movilización en el tren suburbano, ha desembocado inesperadamente en un movimiento social de envergadura que no ha estado exento de una violencia inédita que tiene al país sumido en la inquietud. Todo ello bajo un gobierno paralogizado, y sobrepasado, que solo ha atinado invocar a las FFAA para controlar el orden público, declarando zona de emergencia y estado de sitio en varias regiones del país. Es así como las FFAA han vuelto a asumir el protagonismo como en los mejores tiempos del régimen de Pinochet. No deja de sorprender que estando el país bajo el control de las FFAA y Carabineros, la población sea testigo de saqueos e incendios a vista y paciencia de ellos, abriendo serias dudas respecto de su origen. Las acusaciones a uno y otro lado se suceden, y multiplican, vía medios de comunicación y redes sociales, con participación no menor de noticias falsas, las famosas fake news.

El gobierno ya echó pie atrás en el alza de las tarifas, pero la crisis no amainó. Después incorporó medidas destinadas a aplacar las movilizaciones al ser vistas como meras aspirinas. Posteriormente, para encarar el desafío planteado por un movimiento multifacético, sin rostros visibles ni banderas partidistas, procedió a cambiar parte de su gabinete, en particular al responsable político de la seguridad y del orden público, el ministro del interior, Andrés Chadwick, primo del presidente. Emerge un nuevo gabinete caracterizado por un rostro más amable y juvenil, pero que en lo sustantivo mantiene su impronta político-económica neoliberal.

El problema que vive Chile es profundo. El reventón que se encuentra en curso y que no amaina, no pocos lo veían venir, otros miraban al techo o lo negaban firmemente en base a la fiebre consumista que nos consume: aeropuertos a tope, restaurantes llenos los fines de semana, carreteras congestionadas en días festivos.

Nos hacíamos los locos y capaz que siga existiendo margen para seguir haciéndonos los locos, sobre todo quienes han navegado con viento a favor, no más del 5 a 10% de la población. Mal que mal, estábamos convencidos que el país completo se había comprado el cuento de la igualdad de oportunidades y de la meritocracia. En su tiempo, Lagos en su campaña para acceder a la presidencia, tuvo como slogan "crecimiento con equidad". Terminó siendo puro humo, a punto tal que los empresarios terminaron amándolo. La derecha hizo su trabajo de hormiga. La inequidad ha crecido y eso ha terminado por empelotar, así de simple.

No cabe duda que la responsabilidad trasciende a Piñera envolviendo a los anteriores. Es un tema complejo y por eso el problema es profundo. Los mortales desconocemos los acuerdos tejidos bajo cuerda desde que se ganó el plebiscito de octubre del 88 hasta la elección de Aylwin en el 89 y su asunción en 1990. Hasta el día de hoy se desconoce qué hubo ahí, y eso nos está pasando la cuenta. Me temo que quienes votamos NO, respaldamos la Concertación y su política de búsqueda de la paz social, del entendimiento, lo hicimos sin percatarnos que estábamos siendo atrapados por una telaraña muy bien tejida desde la derecha.

Cuando ganó el NO entiendo que todos queríamos terminar con el modelo económico. político social y cultural imperante. Nos conformamos con que los militares volvieran a los cuarteles y mantuvimos incólume el modelo económico para no mover demasiado el piso. Mal que mal los empresarios estaban con Pinochet y había que tranquilizarlos. Para eso estaba el sistema binominal y los senadores designados. En ese contexto se gobernó, en la medida de lo posible, el miedo persistía, y nosotros, piano piano, para que no se nos desordenara el naipe. La población aguantó, entendió, aceptó, confió en nosotros.

Todo sea por la democracia, por la libertad obtenida, y las tasas de crecimiento acompañaban, gracias a la apertura al mundo, la vitalización del comercio exterior, el dinamismo de la economía interna. Nos estábamos “portando bien”. La derecha nos premió dejándonos gobernar pero bajo la vigilancia de Pinochet como comandante en jefe y luego como senador vitalicio. Luego, esa misma derecha, cuando vio que ya se podía parar por sí misma, aceptó terminar con el sistema binominal y los senadores designados. A todo esto ya había logrado envolvernos con el modelito, cooptando a buena parte de los profesionales y políticos de la concertación. Las AFP siguieron en gloria y majestad, los establecimientos educacionales subvencionados igual, los créditos subían como la espuma ocultando la baja capacidad de compra al contado de la población con intereses usureros mientras una publicidad a la vena nos inoculaba la necesidad de bienes y servicios como imprescindibles que hasta entonces no lo eran. Los créditos con aval del estado (CAE) para estudiantes universitarios hicieron lo suyo. Mientras tanto hacíamos gárgaras con la meritocracia y la igualdad de oportunidades. Un cuento que ya la gente no se compra cuando ve que los hijos del presidente, de los ministros, de diputados y senadores, de empresarios tienen todas las de ganar, mientras que quienes usan el metro y transantiago tienen todas las de perder.

Todo esto reventó en el 2006 con la revolución pingüina que partió con la tarjeta escolar y que terminó con el acuerdo político de las manitos alzadas. Luego vino el reventón del 2011 de mayor envergadura. Ahora tenemos este, que pilla a una clase política totalmente desacreditada y por tanto sin interlocutores válidos. Con quien negociar? Quienes negocian? Para remate este reventón se da con Piñera, paradigma del modelo, sostén del modelo, en tanto que al frente el movimiento quiere echar abajo el modelo.

Para encarar la crisis, Piñera afirma que el país está en guerra, saca a los militares, a la calle, y lanza unas aspirinas. No entiende lo que está pasando, pocos lo entienden. Los saqueos le vienen bien al gobierno, pero las marchas pacíficas le vienen mal por su carácter masivo, festivo, familiar. Da cuenta de algo más profundo. Cambia el gabinete para descomprimir. Cambia las caras, más jóvenes, con más calle, con menos élites, pone hasta un pingüino! Pone como vocera a la Rubilar, puro pueblo, y como ministro de interior a Blumel, buena onda. Un gabinete más empático, pero la gente parece querer otra cosa, cambiar las entrañas del modelo, algo que no se ve viable bajo este gobierno, y menos con este nuevo gabinete, más neoliberal que el anterior. Su misión es aguantar el chaparrón, consolidar el modelo, desgastar el movimiento, dejar que pase el tiempo, que la gente se canse, hacerle ajustes al modelo, pero para consolidarlo, amarrarlo contra viento y marea.

Los saqueos actuales solo sirven para afirmar al gobierno, llevar agua a su molino, por más que hayan sido precedidos por los saqueos que desde tiempos de Pinochet se suceden sin parar por parte de los grupos empresariales que hoy nos gobiernan.

Y las FFAA, como siempre, será el brazo armado de la élite. Si habrá que masacrar para que el pueblo entienda quienes mandan, se masacrará. La historia chilena es elocuente al respecto. Los anarquistas creen estar en su salsa sin saber lo que les espera. La actuación de las FFAA y Carabineros en la contingencia actual para reprimir las movilizaciones diarias, demuestra que los casi 30 años transcurridos desde su alejamiento de las tareas de gobierno, no le han hecho mella. Las fotos y videos obtenidas desde los celulares (móviles) testimonian una conducta asociada a violaciones de derechos humanos que están siendo denunciadas internacionalmente.

Los jóvenes que salen a la calle me temo que no saben a quién tienen al frente; nosotros sí lo sabemos. Me agarraba la cabeza viendo cómo los jóvenes desafiaban el toque de queda. Los agarran, y chau, para dentro. Después los desaparecen, torturan o aplican leyes de fuga. Y como Ministro de Justicia está Herman Larrain!!! Uno de los benefactores de Colonia Dignidad, lugar que se constituyó como uno de los campos de concentración bajo la dictadura!

PALABRAS FINALES

Cómo terminará esto? Difícil saberlo. El gobierno parece haber perdido el control de la situación, sin atinar a qué hacer. La oposición brilla por su ausencia. No existen interlocutores válidos, no se sabe con quién tratar. El gobierno busca retomar las riendas convocando a las más altas autoridades de los distintos poderes (legislativo y judicial) e invitando a conversar y llegar a acuerdos. Sin embargo el nivel de credibilidad en torno a ellos es casi nulo. Cualquier acuerdo haría recordar a aquel de las manitos alzadas, en el año 2006, con ocasión de la revolución de los pingüinos y que quedó con sabor a nada.

No obstante lo señalado, lo más probable es que termine habiendo un acuerdo para la galería, como señal de que se sorteó la situación, tal como la vez anterior. Se hará la parodia de cambios para que nada cambie, y así hasta el próximo reventón. Lo que sí es claro, que cada nuevo reventón viene cada vez más fuerte. Desde el término de la dictadura, en Chile ya hemos tenido 3, el primero del 2006, luego el del 2011, y ahora en el 2019.

Para el abordaje del tema a fondo, hay al menos dos puntos a resolver que no visualizo. Uno, identificar con claridad con quien negociar, quiénes son los interlocutores válidos, quienes son los representantes de la rebelión. No logro identificarlos en la oposición. Dos, determinar qué se va a negociar. Ambos puntos son neurálgicos y francamente los veo como insolubles.

Por el lado de los sublevados, a la luz de las razones esbozadas, lo que se desea es cambiar el modelo político-económico-social imperante. No parece viable, menos ante un gobierno que es el que sustenta el modelo. Si no se modificó con quienes derrotaron a la dictadura bajo la premisa de que era un modelo injusto, cuesta imaginar que se modificará bajo el gobierno actual. No imagino al gobierno eliminando el actual sistema previsional de pensiones ni de salud. A lo más, algunos retoques para su consolidación. Mal que mal, quienes están en el gobierno son los dueños de las empresas y del país.

En síntesis, de esto se sale con una masacre o con un entendimiento. En efecto, harían bien quienes participan del movimiento, que tengan presente las palabras del presidente Allende en su último discurso: “El pueblo debe estar alerta y vigilante, pero no debe dejarse provocar, ni debe dejarse masacrar, pero también debe defender sus conquistas”.

En cuanto al entendimiento, exige disposición, voluntad, aislar al extremismo, coraje y racionalidad de todo el espectro político, social, económico y cultural, muy especialmente de quienes están en el gobierno, responsable máximo de encauzar positivamente los anhelos de todo un país. Un entendimiento conducente a: 1) la construcción de una nueva constitución política del Estado que defina la sociedad en la que los chilenos quieren vivir; y 2) la implementación de un conjunto de medidas de corto plazo que lleven alivio a la pesada carga que afecta a la mayoría del país. No pocos empresarios han dado señales de estar disponibles para perder algunos de los privilegios de que gozan. Habrá que ver si se concreta esta disposición.

Por todo lo expuesto, mi pronóstico es reservado.

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