Hoy, en un martes 13 de este mundo, se nos fue Pepe Mujica. Aunque parezca mentira, Pepe fue chacrero, florista, tupamaro, de la izquierda extramuros, la ultraizquierda, la terrorista, participante en asaltos a mano armada en la década de los 60. Por lo mismo, fue torturado y estuvo encarcelado por más de 10 años bajo la dictadura. Fueron sus años jóvenes.
Luego, un tipo con pinta de abuelo, bonachón, socarrón,
tirado a filosofar, a sacar lecciones de la vida.
Cuesta encontrar en la historia política de un ejemplo
similar en algún país del mundo. Y más cuesta encontrar un país en el que la
ciudadanía haya depositado, democráticamente, la confianza para dirigirlo, a un
candidato con sus antecedentes.
Y el pueblo uruguayo apostó por él, quien nos habla en
lenguaje cotidiano, por cuya humanidad ha pasado mucha agua, como por todos
nosotros. Entre sus frases para el bronce se encuentra aquella que dice: “Yo
antes aspiraba a cambiar el mundo. Ahora, me conformo con cambiar la vereda de
mi casa”. Una frase que para muchos refleja evolución, madurez, pragmatismo,
realismo, sensatez, sin por ello, perder la brújula; para otros, revela
traición.
Un presidente que no asumió la presidencia para
confrontar, sino que para conversar. Afirmó que los uruguayos “necesitamos
inversión, porque se necesita más y cada vez mejor trabajo”, y por otra parte
sostuvo que “la riqueza es hija del trabajo y el trabajo necesita inversión”.
Cuando asumió la presidencia, en su primer discurso ante
la asamblea legislativa, da cuenta de la transformación experimentada por un
guerrillero convertido en un hombre de paz. Sostuvo:
Me estoy
imaginando el proceso político que viene, como una serie de encuentros, a los
que unos llevamos tornillos y otros llevan las tuercas. Es decir, encuentros a
los que todos concurrimos con la actitud de quien está incompleto sin la otra
parte. ¿Pero de qué nos sirven los tornillos sueltos, si son incapaces de
encontrar sus piezas complementarias en la sociedad?
Vamos a buscar
así el diálogo, no de buenos, ni de mansos, sino porque creemos que esta idea
de la complementariedad de las piezas sociales, es la que mejor se ajusta a la
realidad.
Nos parece que
el diagnóstico de concertación y convergencia es más correcto que el de
conflicto, y que sólo con el diagnóstico correcto se puede encontrar el
tratamiento correcto.
Esta lectura fue, y sigue siendo refutada, particularmente
por quienes fueron sus compañeros de ruta de los años 60 que se resisten a
“renovarse o reciclarse”, quienes los acusan de renegados que se han pasado a
las fuerzas del capitalismo; de ser neoliberales o socialdemócratas que han
abjurado de la revolución y el socialismo, y que pertenecen a las más diversas
variantes del oportunismo y del travestismo.
En este exguerrillero, y otros que lo secundan, confiaron
en su momento los uruguayos, dentro de la primera década del presente siglo,
los destinos de una nación envejecida, con baja tasa de natalidad y cuyos
mejores hijos tienden a buscar nuevos horizontes más allá de sus fronteras.
Un hombre que nos invitó a vivir con sencillez, a no
dejarnos tentar por el consumismo, a rebelarnos ante la injusticia, a ver la
belleza de lo simple. Gracias Pepe por tu ejemplo, por señalarnos un camino.
Se veía venir, cada vez más cansado e invitando en alguna de sus frases a la muerte, como si fuera una amiga. Con un caminar ya muy pausado, pero siempre con sus convicciones claras e intransables. Un gran tipo que nos deja lecciones, pero en los tiempos que vivimos, muchos más desafíos como humanidad que deberíamos poder alcanzar...
ResponderBorrarViví en Montevideo durante 6 años y conocí de los problemas sociales y políticos de ese querido pais, así como de la calidad humana de los uruguayos en mi época de estudiante en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de la República. Pero Pepe Mujica el más especial de todos en su calidad humana, su sencillez y su extraordinaria consecuencia entre su forma de vivir y su pensamiento contrario a una sociedad consumista y excesivamente materialista. Su autenticidad fué también producto de su proceso de vida en la que compartió también el encarcelamiento y el sufrimiento del que salió un mejor ser humano en su mirada pausada y reflexiva. Donde quieras que estés te deseamos el mejor de los viajes y sin duda te extrañaremos.
ResponderBorrarExcelente!!
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