octubre 18, 2024

Reflexiones a 5 años del estallido social

 

 

A 5 años del estallido social es un buen momento para hacer un alto y reflexionar sobre lo que fue, sus causas y sus consecuencias. Para ello me apoyaré en el árbol de problemas, una técnica destinada a describir un problema que se entenderá e identificará como problema central; posteriormente se procederá a identificar los problemas que lo causan que se llamarán problemas causa; y finalmente, identificarán los problemas generados que llamaremos problemas consecuencia. Los primeros conformarán las raíces del árbol en tanto que los segundos se verán como sus ramas, en tanto que el tronco del árbol será el problema central. En este árbol, todo problema representa un estado negativo, no deseado.

La construcción del árbol de problemas normalmente se acompaña de un árbol de objetivos, donde cada objetivo se representa como un estado positivo, un estado deseado. Por tanto, todo objetivo es la contracara del problema.

Asumiremos como problema central el malestar ciudadano expresado en Chile el 18 de octubre del 2019 como estallido social caracterizado por tener dos vertientes: una violenta y otra no violenta, pacífica, además de su masividad y explosividad. Esto último quedó graficado en la expresión “no lo vimos venir”. La derecha ha puesto el acento en la violencia desatada, en tanto que la izquierda pone el énfasis en la violenta represión de las fuerzas policiales y la masividad de las marchas pacíficas que se desencadenaron. La derecha reconoce la necesidad de “perder algunos privilegios”, pero rechaza los saqueos y la destrucción de bienes públicos y privados desencadenados y reprochando a la izquierda su validación de la violencia física.  

Este malestar ciudadano, a 5 años de la explosión social, no muestra visos de haber desaparecido, más bien, muestra signos de acentuarse y con la sensación amarga, de decepción, de que aquí no ha pasado nada, que los problemas persisten, en lugar de ir hacia adelante, hemos ido para atrás.

En efecto, si nos vamos a las causas que condujeron a la explosión social ellas son de largo aliento, entre las cuales podemos destacar el incremento en la desigualdad económico-social imperante, la existencia de una élite endogámica, la segregación, inseguridad, marginalidad y precariedad laboral que impone el modelo neoliberal imperante, las bajas pensiones de la mayoría, y los deficientes servicios públicos educacionales y sanitarios.

Respecto de las consecuencias de la explosión, en una primera instancia, ellas parecen haberse reducido al rechazo de la constitución del 80, lo que explicaría el acuerdo político alcanzado para reformarla. Sin embargo, dos intentos fallidos acentúan la decepción imperante y una suerte de parálisis colectiva de todo orden, política y económica. Desde entonces pareciera que todo se encontrara suspendido, ya sean las inversiones, el crecimiento, las innovaciones, las ideas, como quien no sabe qué hacer.

Por lo señalado, si bien en lo inmediato no se avizora una nueva explosión social, ello no significa que no reaparezca en cualquier momento. Digo esto porque las causas que le dieron origen subsisten, y mientras ellas subsistan, muy probablemente tengamos una nueva explosión con más fuerza, pero bajo el alero de una nueva generación.

De allí la importancia de no obviar las causas, las raíces del problema central, el malestar social. Ello implica un gran acuerdo nacional, que no veo por dónde pueda gestarse, pero que considero imprescindible, destinado a reducir la desigualdad existente, construir una sociedad inclusiva, adoptar severas medidas contra la corrupción, la colusión y los monopolios, eliminar la endogamia en la institucionalidad pública. Mientras no empujemos todos el carro hacia un mismo lado destrabando la actual parálisis, será imposible que salgamos adelante.

Pensar que la explosión social no fue producto de un malestar social extendido, sino de cabezas calientes infiltradas por el marxismoleninismo internacional comunista, creo que es esconder el verdadero problema bajo la alfombra.

A continuación van tanto el árbol de problemas como el árbol de objetivos con que sintetizo, en términos gruesos, mis reflexiones a 5 años del estallido social.

Problemas consecuencia

Objetivos consecuencia

Violencia social

Inseguridad social

Subdesarrollo

Paz social

Seguridad social

Desarrollo

 

Problema central

Objetivo central

Malestar social

Bienestar social

 

Problemas causa

Objetivos causa

Altos niveles de desigualdad

Altos niveles endogámicos institucionales

Segregación

Inestabilidad laboral

Deficientes servicios educacionales

Deficientes servicios de salud

Bajas pensiones

Bajos niveles de desigualdad

Bajos niveles endogámicos institucionales

Integración

Estabilidad laboral

Eficientes servicios educacionales

Eficientes servicios de salud

Altas pensiones


El lector percibirá que mientras no resolvamos los problemas causa, el problema central subsistirá, al igual que los problemas consecuencia. 

Por último, sugiero ver y escuchar acá a Daniel Matamala:
https://vm.tiktok.com/ZMhPna5fH/

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