Embarcamos en el aeropuerto de Brandemburgo, en Berlín, la capital de la Alemania reunificada para emprender vuelo rumbo a Bolonia. Con mi señora, hija, yerno y nieto, habiendo llegado tarde, en coche arrendado decidimos irnos a un pueblo cercano, Sasso Marconi, para alojar en una casona que habíamos reservado con antelación.
Al aterrizar en
Bolonia no pude dejar de recordar el proceso que lleva su nombre iniciado a
fines del siglo pasado que estableció el
Espacio Europeo de Educación Superior marcado por lo que
se ha denominado una educación orientada al desarrollo de competencias para
reforzar la calidad y la pertinencia de la enseñanza y el aprendizaje.
Italia ya nos
mostraba toda su belleza, su verdor, su historia. La casona construida quien
sabe cuándo, si bien estaba reformada, conservaba su espíritu originario en el
que se combinaba con una armonía y un gusto muy italiano, la madera, el ladrillo,
la piedra y el fierro. Todo respira majestuosidad, tiempos pretéritos.
Al otro día
emprendimos viaje a Greve in Chianti. El objetivo de nuestra venida por estos
lares para estar en cuerpo presente en el matrimonio de una sobrina, hija de mi
hermano. Ella decidió casarse en el castillo de Vicchiomaggio, localizado en
las inmediaciones de Greve in Chianti, un pueblo de la región de Toscana que no
tiene más de 15 mil habitantes, pleno de vida. Las vistas son espectaculares,
la región misma está repleta de encantos donde la modernidad, la tecnología
busca complementar, subrayar la historia, la tradición, la identidad, antes que
reemplazarla.
Para qué hablar de la
gastronomía, ámbito donde Italia suele lucirse a punta de pastas y pizzas, en
la región de Toscana esto se ve reforzado por sus vinos, sus verduras asadas,
quesos y jamones.
El Castillo en el que tuvo lugar el matrimonio fue construido en el siglo XV y se encuentra en la cima de una colina rodeado de ordenados jardines y desde el cual se puede observar una espectacular vista al valle del Greve. Valle en el que se producen vinos considerados como uno de los mejores de Italia. Si bien me serví uno de ellos, no me atrevo a emitir opinion alguna por no ser experto en la materia. En todo caso se trata de vinos que han sido premiados en más de una oportunidad a nivel internacional.
El castillo de Vicchiomaggio original ha sido
conservado en toda su expresión merced a una cuidada restauración que le ha
permitido ser reconocido como monumento nacional, y simultáneamente ser un
espacio de alojamiento y realización de eventos tales como el matrimonio al que
tuve el privilegio de asistir.
Se dice que entre sus más connotados huéspedes
del castillo se encuentra Leonardo da Vinci, quien fue, entre otros,
arquitecto, escultor, filósofo, ingeniero.
De película mientras en Chile, Marcela Cubillos y Luis Hermosilla remecen el tablero de la educación superior, del poder judicial, y de la política chilena.
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