Si un extraterrestre asomara su nariz por estos confines, y viera nuestro comportamiento, se agarraría la cabeza al observar un mundo donde seres vivos que se creen racionales se caracterizan por una irracionalidad extrema. Todo esto, no en tiempos pretéritos, sino que en pleno siglo XXI cuando nos vanagloriamos de la entrada en escena de la inteligencia artificia, en tiempos de un progreso científico-tecnológico sin precedentes. A continuación, algunos botones de muestra.
La guerra en Ucrania no alcanza a terminar, y como si no fuera suficiente, se desata otra en el Medio Oriente a partir del ataque a Israel por parte de una organización terrorista palestina, Hamas, que dejó cientos de muertos y heridos. Ataque ejecutado justo en momentos que el gobierno de ultranacionalista religioso de Netanyahu estaba en las cuerdas acusado por corrupción. Un ataque que le vino anillo al dedo para aplicar la ley del talión, del ojo por ojo, dando origen a una represalia que está deviniendo en una masacre. Represalia que va más allá de Hamas, que afecta al pueblo palestino, a quienes viven en la franja de Gaza. Para remate, Hamas es un engendro creado por el propio Netanyahu. Cría cuervos y te sacarán los ojos.
Los llamados a la paz, a la detención de la guerra son desoídos. Los
fabricantes de armas se frotan las manos y los halcones celebran. Las palomas
viven sus peores horas preguntándose ¿en qué mundo estamos? ¿qué está pasando?
Mientras tanto en España, Sánchez es investido con votos de los
nacionalistas vascos y catalanes, echando por tierra las pretensiones de
Feijóo, el candidato de la derecha quien muerde el polvo de la derrota. Y en
Argentina este domingo se llevará a cabo la segunda vuelta donde ambos
candidatos, Massa y Milei, la tienen difícil. Massa, por ser ministro de
economía de un país con una inflación que supera el 100%. El segundo, Milei, la
tiene difícil por su personalidad, su histrionismo y su propuesta, la de la
motosierra, que abre más interrogantes que las que cierra.
Y en nuestro Chile los medios de comunicación llenan sus titulares con que
no podemos estar peor, de que ya no se puede vivir, dando cuenta de los trenes de
Aragua, los cogoteos, los portonazos, la ausencia de crecimiento. Entremedio,
los abogados de los motochorros de las élites económicas se frotan las manos
poniendo toda la plata que sea necesaria para eludir el pago de impuestos y pasar
por blancas palomas. Entre los abogados se cuenta quien en sus tiempos mozos
perteneciera a las juventudes comunistas (JJCC) y que, porque con plata se
compran huevos, termina asumiendo causas en defensa de prohombres de derecha. Entre
ellas destacan las que implicaban a Andrés Chadwick, en sus tiempos de ministro
del interior de Piñera, y a la familia de Jaime Guzmán. Se trata de un cuento
en desarrollo, pero muy ilustrativo de que todo está patas arriba.
Por suerte tuvimos unos juegos panamericanos donde el gobierno sacó
premio con una organización que se quisieran otros países, cuando los
opositores apostaban a que sería un soberano fracaso. Para rematarla Chile
obtuvo más medallas que nunca cuando teóricamente estamos peor que nunca.
La guinda de la torta es el proceso constitucional en el que ya estamos
en su tramo final. La paradoja reside en que quienes no querían este proceso,
quienes se agarraban con uñas y dientes a la constitución del 80 se apropiaron
del proceso llevándose la pelota para la casa. Aprovechando que han logrado
presentarnos una constitución a su pinta, que consolida el modelo de sociedad
que tenemos, ahora nos piden que votemos a favor de una nueva constitución. Y quienes
promovieron todo esto, pensando en una constitución que abriera paso a otro
modelo de país, sin imaginar nunca que saldría una propuesta constitucional peor
a la que ya tenemos, nos piden que votemos en contra para seguir con la que
tenemos.
Todo patas arriba. A seguir remando contracorriente.
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