Ayer ganó Milei. Nunca imaginé que podría ganar. Siempre pensé que Massa le ganaría, no porque Massa fuese un buen candidato, ni tuviese gente buena tras él, ni porque fuese peronista, sino a pesar de ser peronista porque el candidato que tenía al frente era un loco: a un extremista, un visceral, un histriónico, cuyo lema no era otro que una motosierra, símbolo de que arrasaría con todo, que acabaría con la decadencia y que en 35 años volvería a poner a Argentina en el sitial que le corresponde en el concierto mundial.
Era una contienda peleada, que se pensó se definiría por milímetros. Una
mayoría de las encuestas lo daban por ganador, pero por poco, así como también había
otras que lo daban por perdedor. Había incertidumbre. para unos la contienda
era entre el miedo y la rabia: el miedo a Milei, un outsider de la política, y
la rabia contra el peronismo representado por Massa, la rabia contra la
inflación desbocada y los niveles de pobreza que vive Argentina, que nadie
sospechó pudiera alcanzar; o la esperanza simbolizada por Milei de que
Argentina pudiese volver a ponerse de pie contra la rabia por la captura del
Estado por parte del peronismo.
Por mi parte estaba convencido que al final primaría el miedo sobre la
rabia. Mas encima Massa y el peronismo quemaron sus últimos cartuchos en el
tramo final de la carrera hacia el balotaje con bonos y subsidios al por mayor
para asegurarse el triunfo. Al final les salió el tiro por la culata. Pudo más
la rabia, o la esperanza. La oligarquía argentina puede respirar tranquila,
puede volver a ponerse de pie, pero no le será fácil la tarea.
Milei ganó en buena lid por una diferencia significativa, no dando pie a
discusión alguna. Habrá que ver qué es lo que viene. Si con motosierra en mano
será capaz de hacer todo aquello que pregonó, la reducción del Estado a un
mínimo, reservándose para sí nada menos, y nada más, que el ámbito de la seguridad,
para que los mercados se desplieguen en todo su esplendor, donde cada uno de rienda
suelta a sus capacidades. Prometió eliminar ministerios, eliminar al Banco
Central, dolarizar la economía. Vamos a ver cómo le irá.
Procurará hacer todo aquello que ya en tiempos dictatoriales intentaron
Videla y sus secuaces de la mano de Martínez de Hoz, uno de los primeros
discípulos de la Escuela de Austria en el plano económico. La resistencia que
encontró fue tal que no pudo llevar a término su faena. Posteriormente, en
plena democracia, con Menem a la cabeza, volvió a arremeter contra el Estado
por la vía de las privatizaciones, con magros resultados. Curiosamente Menem
fungía de peronista, y como tal accedió a la presidencia, lo que da cuenta de lo
que es el peronismo: un monstruo de mil cabezas capaz de albergar en su seno a
la ultraizquierda (los montoneros en su tiempo) y a la ultraderecha (la triple
A de López Rega), con una capacidad de adaptación que se quisiera cualquiera, capacidad
que pareciera estar explotando por los aires con la emergencia del libertario
Milei.
Lo que la dictadura en Chile fue capaz de imponer, un neoliberalismo a
ultranza, las sucesivas dictaduras de Argentina fueron incapaces de implementar
por la resistencia encontrada, particularmente en los sindicatos que se
mantuvieron con fuerza resistiendo los embates de las FFAA. Habrá que ver si el
peso actual del sindicalismo argentino es capaz de enfrentar lo que se le viene
con Milei.
Milei, ganó llevando como vicepresidenta a Verónica Villarruel, hija de
un oficial militar que participó activamente en el terrorismo de Estado implementado
en los años 70 y 80. Lo señalado me lleva a pensar que veo difícil que Milei pueda terminar
su gobierno y/o pueda implementar su programa de gobierno sin involucrar a las
FFAA, sin coartar las libertades individuales. La paradoja reside en que su
lema es La Libertad Avanza. No sé por qué no puedo dejar de recordar la frase ¡Oh, Libertad, cuántos crímenes se
cometen en tu nombre! Frase de Marie-Jeanne Roland, mientras era
golpeada e insultada, cuando iba camino a la muerte en la guillotina, en 1793,
en el marco de la Revolución Francesa.
Vamos a ver cómo sale de esto Argentina. Espero que no haya salido del
fuego para caer en las brasas.
Así es Rodolfo y puedo vaticinar que antes de un año un gobierno dirigido por un loco, generará un estallido social de magnitud y/o una acusación constitucional por incapacidad mental, y mucho antes de terminar su periodo.
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