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A continuación van mis primeras reflexiones respecto de la elección de concejales constituyentes.
1.
La
ultraderecha agarró vuelo. Algunos dicen que se veía venir, aunque difícilmente
alguien pensó que tomaría tanta fuerza. El fenómeno se inscribe en un contexto
mundial en el que la ultraderecha está en alza.
2.
La complejidad
de los problemas de todo orden no resueltos por la política convencional
alientan la proposición de soluciones simples vía golpes de autoridad.
3.
Tales golpes
de autoridad vienen dados por la imposición de orden y seguridad allí donde la
ciudadanía percibe que reina el desorden y la inseguridad.
4.
Que la
percepción coincida o no con la realidad depende del cristal con que cada uno
mira esta última, la que a su vez está influida por los medios de comunicación,
y la fuerza de esta influencia, para bien o para mal, depende del nivel
educacional-cultural de que disponemos.
5.
La propuesta
triunfante es de una simplicidad aterradora. Asume que el árbol está sano, bien
nutrido, en buena tierra, que a lo más requiere una poda, cuya intensidad
dependerá de cuán apestadas estén sus ramas. La poda se hará tantas veces como
sea necesaria. Ya hubo una que duró casi 17 años ejecutada por la vía de las
FFAA.
6.
A mi modesto
entender el acento hay que ponerlo en las raíces del árbol, no en las ramas.
Hay que ir a las causas de los problemas, no a sus consecuencias. Si no se
abordan las causas tendremos que andar podando toda la vida. Abordando las
causas podemos aspirar a tener un árbol que crezca sano y de buenos frutos.
Abordar las causas es difícil, es más fácil podar, reprimir.
7.
Pareciera
que ahora la ciudadanía quisiera otra poda, pero los tiempos no parecen estar
al lado de los golpes duros propios de la década de los 70 que dominaron la escena
en América Latina. Sí parecen estarlo para los golpes blandos. El discurso del
partido republicano apunta a una nueva poda que permita volver a tener un árbol
sin manzanas podridas, sin hojas apestadas.
8.
El año pasado los republicanos no rechazaron
la propuesta constitucional para reformarla, como postulaba la derecha
tradicional. La rechazaron porque se sienten a gusto con la constitución del 80.
No querían un nuevo proceso constituyente, pero se sumaron a él a regañadientes
para medir fuerzas con la derecha convencional a la que no dudan en calificar
de claudicar de sus principios.
9.
Y ganaron
la disputa por lejos, por paliza, dejando a la derecha en el limbo. En el
consejo constitucional tendrán el doble de consejeros (22). Y al otro lado, la
izquierda salió magullada por la marea ultraconservadora que representa el
partido republicano, así como la centroizquierda salió moribunda, sin representación
alguna en el consejo.
10.
La apuesta de los republicanos de ir solos, le
resultó, dieron con el palo al gato. En cambio, la apuesta de la centroizquierda
de ir en dos listas, fue una apuesta fallida. Se puede especular si yendo en
una única lista, la izquierda habría alcanzado un par de consejeros más. En cualquier
caso insuficientes para detener la marea ultraconservadora se instaló para
hacer lo que quiera con camas y petacas en este consejo constitucional.
11.
En tan solo unos pocos años se dio vuelta la
tortilla. Reflejo de la volatilidad, la liquidez de los tiempos actuales donde
el grueso de los mortales cambia de bandera política como quien se cambia de
camisa. Consecuencia de la mercantilización de la política en tiempos
neoliberales donde priman los intereses individuales por sobre los colectivos.
12.
Se suele imputar la responsabilidad de las
volteretas electorales a terceros. Se insiste en imputar a los fake news, a la
danza de millones implicados en cada elección que juegan a favor de la derecha,
a la penetración del neoliberalismo en nuestra psiquis o al desconocimiento de
las personas de lo que está en juego. Este análisis en el que está la
izquierda, requiere complementarse con una reflexión introspectiva. ¿Cuál es
nuestra responsabilidad para haber llegado a esto? ¿Cuál es nuestra propuesta u
oferta?
13.
Ganó, resucitó el pinochetismo puro y duro,
sin disfraces, tal cual es. Habrá que hacer nuevamente la travesía por el
desierto sin los errores que nos están pasando la cuenta. ¿Cuáles errores? Son los
que tenemos que investigar. Acá no hay atajos.
14.
Lamento profundamente que la centroizquierda
haya quedado reducida a la más mínima expresión. También lamento que la derecha
haya sido arrollada por la ultraderecha. Ambas fuerzas tienen desafíos
mayúsculos para poder salir adelante.
15.
La democracia ha salido fortalecida. Parece una
frase hueca, sin contenido, pero no lo es. No podemos afirmar que el pueblo es
inteligente cuando ganamos y es tonto cuando perdemos. Ahora tocó perder. Las derrotas
enseñan más que los triunfos. Tenemos que saber ganar y perder en las buenas y
en las malas, en las condiciones que sean. De lo contrario corremos un alto
riesgo de ingresar al túnel de la frustración, de la amargura, de la depresión.
Hay que levantar cabeza.
16.
La ciudadanía se ha volcado a una opción proclive
al autoritarismo, al canto a la Patria, la Bandera, la Familia, a Dios. En el pasado los golpes eran duros, vía militar, a punta de
sablazos. Hoy, desde los mismos sectores, los golpes son blandos, a punta de
votos, vía democrática. Parece paradojal que se haya dejado en manos de la
derecha un proceso constitucional que fue impulsado desde la izquierda y las
movilizaciones sociales.
17.
No olvidemos que esto se inscribe dentro de
una oleada. Bien sabemos de esto quienes vivimos en América Latina. Primero, la
oleada de las dictaduras de Perez Jimenez, Rojas Pinilla, Somoza, Trujillo,
Stroessner, Perón, …. luego las democracias que despectivamente llamábamos
burguesas y que fueron desplazadas por dictaduras militares guiadas por la
Escuela de las Américas en Panamá. Y estas reemplazadas por las democracias
actuales que están siendo zarandeadas desde adentro por una marea
ultraderechista.
18.
Confíemos en que, a pesar de todo, saldremos
bien parados de esto. Seguimos!
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