Con más del 75% de las mesas escrutadas, la tendencia parece ser clara. Por la izquierda gana Boric y por la derecha, Sichel. Dos resultados un tanto inesperados. Ambos entraron por los palos destronando a los respectivos favoritos.
Por la izquierda, durante la campaña Boric fue de menos a más,
en tanto que Jadue de más a menos. No se esperaba su derrota. Veían el triunfo
cantado, y cuando sus adherentes observaban que se les iba entre los dedos,
lamentablemente empezaron a entrar en un inesperado y desgraciado juego sucio
que no corresponde entre quienes son compañeros de pacto. A Jadue le pesó un
anticomunismo a la vena inoculado en tiempos del innombrable. También le penó
su propio carácter y comportamiento en la recta final, muy particularmente en
los debates. Consciente de esta debilidad, al final decidió abstenerse de
concurrir a los debates que se le invitaba.
Por la derecha, el carácter independiente de Sichel jugó a su
favor en un contexto de desprestigio del mundo político. Sichel jugó muy bien
sus cartas. Es una dura derrota para los partidos tradicionales, la UDI y RN,
no así para Evópoli que logró posicionar a su candidato, Briones. La UDI jugó
mal sus cartas. Apostó por un caballo desgastado, dejando fuera de carrera a
Matthei, quien seguramente habría tenido un mejor desempeño. La derecha dura,
muy probablemente tomó palco a la espera de lo que salga en estas primarias.
El resultado deja fuera de carrera al candidato del PC e
invita a entrar en carrera al candidato de la extrema derecha, José Antonio
Kast (JAK). La izquierda radical, que pretendía ir por todas, se ha quedado
huérfana porque no tiene candidato alguno para poner sobre la mesa para las
primarias presidenciales. Ya no tiene tiempo para posicionar a figura alguna.
Por su parte, a la derecha dura se le hace difícil no poner a
JAK en la primera vuelta y respaldar una vez más a un candidato que en el
pasado haya sido DC. Ya lo hicieron con Piñera y no pocos están arrepentidos de
ello.
La Unidad Constituyente conformada por la DC, PS, PPD y el
PR, que no participó en estas primarias, la tiene difícil. Tienen 3 candidatos
sobre la mesa, Narváez, Maldonado y Provoste. No hay espacio para que vayan los
3 sin altísimo riesgo de que no lleguen a la segunda vuelta. Quizá tampoco haya
espacio siquiera para uno de ellos. Tampoco hay tiempo para hacer unas
primarias convencionales. Solo cabe un acuerdo cupular amarrado con las elecciones
parlamentarias. Pero es impensable que la Unidad Constituyente no presente
siquiera un(a) candidato (a). La tiene difícil porque quienes ganaron en los
pactos ChileVamos y Apruebo Dignidad no son los candidatos extremos que se
pensaba ganarían, Jadue y Lavín. Por tanto, se le ha achicado el espacio a la
centroizquierda. Difícil, pero no imposible.
Otro dato a considerar es el de la alta convocatoria que tuvieron estas primarias. Votaron sobre los dos millones de personas, ganando por lejos el pacto de izquierda. No deja de ser interesante en un contexto de pandemia, de vacaciones invernales y de desprestigio de la clase política.
Al paso que vamos, todo indica que para la primera vuelta tendremos al menos 4
candidatos: JAK, Sichel, Provoste y Boric. Me cuesta creer que JAK baje sus banderas.
¡Que interesante se esta poniendo la política chilena!
ResponderBorrarBuen análisis Rodolfo; comparto todo lo que dices
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