Photo by Heidi Walley on Unsplash |
A ello debemos agregar la existencia de caballos en el juego y que dan cuenta de la existencia de un maltrato animal, dado que se le fuerza a realizar movimientos rígidos, siempre en forma de la letra L, sin posibilidad alguna de realizar otro tipo de movimientos.
A lo expuesto se suma la existencia de un sistema monárquico basado en un rey, forzando a la reina a pasar a un segundo plano, pero defendiendo al rey. Esto ultimo, y la imposibilidad de que la reina pueda reemplazar al rey en caso de fallecimiento de éste, sería una señal de machismo y del patriarcado dominante que los tiempos actuales no están en condiciones de aceptar ni tolerar.
En razón de lo señalado, las más altas autoridades mundiales estarían estudiando un juego más inclusivo, que supere las debilidades del ajedrez. ¿Lo encontrarán? ¿No estarán pasándose de revoluciones quienes pregonan la inclusión? Sin embargo creo legítimo pensar que tras el ajedrez hay varios mensajes subliminales que no podemos ignorar.
Basta con preguntarnos ¿por qué siempre deben partir las blancas? Como Cassius Clay en su tiempo se preguntaba ¿ por qué los ángeles que van al cielo son siempre blancos? Cassius, ni nosotros nunca hemos visto ángeles negros. ¿ por qué para dar por perdida una partida debe caer siempre el rey y no la reina? En fin, son muchas las interrogantes que abre el ajedrez en los tiempos que corren.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario