A raíz del cambio de alcalde en la comuna de Maipú, se dio a luz un especial regalo que habría recibido Cathy Barriga, quien fuera alcaldesa hasta ser destronada en la última elección alcaldicia: una yegua.
Cathy insiste en que es de su propiedad, no del municipio,
por lo que le asiste todo el derecho a llevársela para su casa. Se trata de una
yegua, que obedece al nombre de Julieta, de origen chileno y que en la
actualidad tendría unos 3 años. Al querer llevársela a su casa se encontró con
la oposición de quienes tuvieron la responsabilidad de alimentarla en la granja
municipal.
Cathy ha sido categórica al afirmar que “La yegua es mía, yo la puse a
disposición de la granja para hipoterapia, es un proyecto hermoso en que
apoyamos a niños con alergia alimentaria y a niños y niñas con autismo”. Para confirmar
lo señalado agregó: “tengo todos los papeles notariales, así como también la
alimentación, que fue financiada por mí. Si el alcalde quiere
expropiarla, es otra cosa”. Con ello reafirma que está dispuesta
a defender su derecho de propiedad sobre la yegua ante todas las instancias que
correspondan.
Como puede verse, se trata de un tema trascendente, que
concierne a dos personajes: Cathy, que se ha caracterizado por estar a cargo de
una alcaldía en una populosa comuna, que ha logrado llamar la atención gracias
a una gestión sui generis. Y por quien le habría regalado la yegua, Artemio
Torres, funcionario del mismo municipio, con un contrato a honorarios por la
mismísima Cathy. Su función, de acuerdo al portal de transparencia, sería la de
colaboración
territorial a los vecinos y organizaciones comunitarias que requieran acceder a
cualquiera de los programas y beneficios que preste la Municipalidad de Maipú a
través de los distintos programas sociales de la Dirección. Sin embargo, su
función real no sería esa, sino otra: la de estafeta de las organizaciones
comunitarias, función que estaría cumpliendo hasta el día de hoy.
Imposible soslayar la anomalía que encierra el que un subalterno regale a un superior suyo una yegua. Tanto era el cariño por la Cathy que Artemio no halló nada mejor que regalarle una yegua cuyo valor de mercado según los entendidos sería del orden de los 500 mil pesos chilenos. No pocos se preguntarán si es legal y/o inmoral.
Esta exalcaldesa de Maipú, no conforme con su derrota electoral
que le impidió perpetuarse, se dio el lujo de mandar colocar 11 placas asociadas
a otras tantas obras realizadas en su
período. Como para dejar constancia de su legado, dentro del cual se incluye un
déficit de entre los 30 y 40 mil millones de pesos. Linda herencia la que
recibe su sucesor, Tomás Vodanovic. Otras de sus herencias fue haber dejado una bodega llena de peluches y no haberse hecho
presente en el cambio de mando, gesto
que la retrata de cuerpo entero.
Cathy es conocida no solo por haber sido alcaldesa de Maipú, sino
porque en su momento amenazó con tener pretensiones presidenciales, por ser una
exchica Mekano, y estar casada con Joaquín Lavin Jr. Éste es otro personaje,
pero de él hay tema como para otra columna. Así que mejor quedemos hasta acá.
Anécdotas
que ocurren en este lindo paisito con vista al mar en que vivimos.
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