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La reciente resolución del tribunal constitucional (en adelante TC) en torno al tercer retiro del 10% de los fondos de pensiones ha sido un duro golpe al gobierno que apostó a la inconstitucionalidad del proyecto aprobado por el congreso nacional, tanto en la cámara de diputados como en el senado. Aprobación que incluyó a representantes adherentes del gobierno.
La decisión adoptada por el TC –también llamada la tercera
cámara- da cuenta de que no existe una única verdad jurídica, de que todo puede
interpretarse de una u otra manera. Interpretación que depende de los vientos
que estén soplando, particularmente cuando estos vientos son muy fuertes,
levantan polvaredas, amenazan temporales o tempestades. El lector se preguntará
¿de qué vientos estamos hablando? De los vientos políticos. No del clima en
términos meteorológicos, sino que del clima político.
El TC, constituida por supuestos dioses nominados por las élites
a propuesta de las distintas corrientes políticas dominantes, es un organismo
supuestamente autónomo cuyos integrantes serían ilustres personajes. Éstos, estarían
suficientemente iluminados como para no pertenecer a este mundo terrenal, estar
por sobre el bien y el mal, sin ideología alguna, a pesar de que si les hacemos
una radiografía, observaríamos que cada uno tiene su corazón inclinado hacia
uno u otro lado.
Con su decisión, el TC ha demostrado la relevancia que tiene
el factor político, que intervino no solo en esta ocasión, sino que está
presente en todo momento. Confirmó que se trata de un órgano político más, incapaz
de sustraerse al vaivén político imperante como aspiran los poderes fácticos.
Existe un cierto sector político, en particular la derecha y
la centroderecha, que quiere hacernos creer que existen decisiones,
particularmente las de orden económico, que deben adoptarse con independencia
del factor político. Una y otra vez insisten en que todo lo que tiene que ver
con la economía no debe verse contaminada por la política, o por factores
políticos. Asumen que toda incursión de la política en la economía la contamina
negativamente. Olvidan que la economía es política desde el minuto que
productores y consumidores son personas con sus preferencias que naturalmente
buscan incidir y dominar en los mercados, los que deben regularse de alguna
manera. Las características de estas regulaciones, inevitablemente vendrán
dadas por factores políticos, por quienes están en posesión del poder
económico, social y/o cultural, ya sea a la vista o por debajo de la mesa. En este
último caso se suele hablar de los poderes fácticos, los que actúan en las
sombras.
A modo de ejemplo, recuerdo que el permiso posnatal fue
negado una y otra vez por parte de la derecha cuando era oposición, porque
desincentivaba la contratación de mujeres, y por tanto una medida que
aparentemente las beneficiaba, terminaría perjudicándola. El argumento era
esencialmente económico puro, ortodoxo, matemático, apolítico, como si
estuviéramos operando sobre objetos inertes. Con el tiempo, de la noche a la mañana, modificaron su
postura por razones meramente políticas. Tomaron la temperatura del ambiente y
vieron que el horno no estaba para bollos.
Otro ejemplo viene dado al crearse las AFP, un vulgo sistema de capitalización privado obligatorio individual, basado en el aporte de los trabajadores, sin
ningún aporte estatal ni empresarial, impuesto e implementado tan solo para el
mundo civil. No incluyó al mundo de las FFAA y Carabineros, a quienes se les
mantuvo un sistema de reparto. El fundamento básico de ello radicó en que las
FFAA y Carabineros eran el soporte político del régimen del innombrable, que el
mundo civil no tenía representación política alguna, salvo el mundo empresarial
que se veía beneficiado al no aportar a los fondos de pensiones, y sí beneficiarse
de ellos al posibilitar acceder a dichos fondos.
En síntesis, no nos engañemos, el factor político ha estado,
está y estará siempre presente, a la vista o escondido. Inevitablemente, en cada fallo del TC, implícitamente el factor político entra a tallar. Nos guste o no.
Muy buena conclusión sobre el factor político...espero que se encuentre bien profe.
ResponderBorrarSaludos.