Foto de Fernando Távora en Unsplash |
Acaban de tener lugar las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias) en Argentina con resultados que las encuestas no fueron capaces de prever. A todos sorprendió el holgado triunfo del candidato ultraderechista de la lista La Libertad Avanza, Javier Milei, que ni sus adherentes esperaban. Fue el candidato más votado, obteniendo el 30% de los votos.
La lista de la derecha, Juntos por el Cambio, sumando los votos de sus
dos candidatos obtuvo el 28%, en tanto que la lista de los candidatos peronistas,
Unión por la Patria, alcanzó tan solo el 27% de la votación total, concentrando
Sergio Massa, actual ministro de economía, el 21% de los votos. En la lista de Juntos
por el Cambio, Patricia Bullrich, con un 17% de los votos aventajó con creces a
su contrincante, Horacio Rodriguez, que captó tan solo un 11%.
En consecuencia, la elección presidencial que tendrá lugar a fines de octubre,
se concentrará en tres candidatos: Milei, Bullrich y Massa.
Las razones del éxito de Milei, quien obtuvo 10 puntos por encima de los
que le vaticinaban las encuestas, se centran esencialmente en el hastío y la
desconfianza con que los argentinos miran a quienes la han gobernado en las últimas
décadas, a quienes los adherentes de Milei llama la casta política, muy
desprestigiada por su incapacidad para resolver los ya endémicos problemas que
aquejan a la Argentina, particularmente una inflación que han sido incapaces de
reducir significativamente. Una casta política que califica de parasitaria, chorra
e inútil que ha hundido a Argentina, un país que teniéndolo todo, se encuentra
sumido en un deterioro progresivo económico que nadie ha sido capaz de atajar y
revertir.
El triunfo de Milei se inscribe dentro de la oleada, la marea populista
y ultraderechista que está afectando a gran parte del mundo, como consecuencia
de la incapacidad de las clases políticas convencionales para resolver los
múltiples problemas que están aquejando a la población. La propuesta
populista-ultraderechista podríamos afirmar que está centrada en la lógica que
llamaríamos de “soluciones simples para problemas complejos”.
Ya tendremos oportunidad de escribir más al respecto. Milei obtuvo un
triunfo inesperado que debemos ser capaces de leer bien. Por el momento, lo que
cabe es no perder los estribos. Si bien ganó inobjetablemente en estas PASO,
falta mucho trecho por recorrer. Los mercados financieros no reaccionaron
positivamente ante su triunfo, lo que es un índice de que no ve con buenos ojos
el ascenso de Milei. Mal que mal pisa muchos callos con su postura de dolarizar
la economía argentina y eliminar el banco central.
No se ve posible que obtenga la mayoría necesaria para acceder a la presidencia
en primera vuelta, donde debe obtener al menos un 40% o un 45%. Por tanto, lo
más probable es que se tenga una segunda vuelta. Lo único que se puede dar por altamente
probable, salvo que surja algo inesperado, es que Milei pasaría a una segunda
vuelta. La incógnita estará en quien competirá con él: Bullrich o Massa. En cualquier
escenario, aún le queda mucho que recorrer a Milei. Por lo mismo, a sus
adherentes los invitaría a no cantar victoria. El partido aún no termina.
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