noviembre 24, 2022

Un mundial a todo dar

Foto de Flavius Torcea en Unsplash

En Qatar ya tuvo lugar el partido entre Uruguay y Corea. Se dio lo que se temía. Un partido apretado que da cuenta de muchos cambios. Cada vez es más difícil encontrar partidos fáciles. Al menos a nivel del campeonato mundial. La desigualdad futbolística entre países se está viendo reducida. La multiracialidad, o interraacialidad está en pleno apogeo, lo que da cuenta del intenso flujo migratorio imperante. Cuando imaginamos que veríamos a jugadores “de color” jugando con los colores de Alemania. Que países sin historia futbolera jugaran de igual a igual a países con historia, y no solo eso, que les ganaran!

Uruguay entró a la cancha premunido del conocimiento de las derrotas infligidas por países sin mayor historia a dos potencias en el ámbito futbolístico, que han sido campeones mundiales: Argentina y Alemania. Este conocimiento por parte de Uruguay debe haber pesado en su planteo, en su entrada a la cancha procurando adoptar todos los resguardos para evitar ser sorprendido. Respetó al rival, como corresponde. Se plantó bien, con solvencia. Vi bien parado al equipo. La velocidad y los cambios de juego de los coreanos no eran broma. Ambos equipos crearojn situaciones de riesgo y tuvieron sus oportunidades de gol.

Creo que el resultado final refleja el equilibrio que existió en el campo de juego. Un cero a cero que no favorece a ninguno de los dos, quizás menos a Uruguay que aspira a pasar a la ronda siguiente. Lo ideal habría sido llegar al segundo partido con una victoria en el bolsillo. No se pudo, pero al menos no se fue con una derrota. De ahora en adelante todo se pone cuesta arriba. Habrá que ganar a Ghana, a Portugal. Uruguay tiene equipo para ganar a cualquiera. Y también para perder. Pero si se planta bien, con los dientes apretados, aperrando, mojando la camiseta, todo puede ser, no hay nada imposible.

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