noviembre 23, 2022

A propósito del día de la filosofía (parte 2)

 

Foto de Dan Cristian Pădureț en Unsplash

En mi última columna dejé pendiente la relación existente entre la filosofía y las matemáticas. Como para no creerlo, porque en la actualidad parecieran estar en las antípodas. Sin embargo, en el pasado, entre los filósofos podemos encontrar no pocos insignes matemáticos. Filósofos matemáticos o matemáticos filósofos.

Uno de ellos es Tales de Mileto, a quien identifico no como filósofo, sino como matemático, por el teorema que lleva su nombre y que se relaciona con la proporcionalidad de los segmentos cortados por rectas paralelas. Lo interesante es que nos dejó enseñanzas que van más allá de las matemáticas. Una de ellas, que lo primero que debemos aprender es a conocernos a nosotros mismos. Saber quiénes somos. Ni más ni menos que conocernos. También nos recuerda que si queremos vivir bien, no debemos hacer a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros. Pura filosofía, la que como podemos observar está fuertemente enlazada con la ética.

También tenemos a Pitágoras, conocido en el mundo de las matemáticas por su famoso teorema que nos dice que en todo triángulo con un ángulo recto, la suma de los cuadrados de sus catetos es igual al cuadrado de su hipotenusa. Pitágoras, que fue bastante posterior a Tales de Mileto, fue quien descubrió los números irracionales y temiendo haber descubierto algo que no debía, prohibió su divulgación a los miembros de su academia. Uno de ellos lo habría divulgado pagando con su vida tal osadía.

Pero Pitágoras, a quien se conoce como el primer matemático puro, fue antes que nada un filósofo que influyó fuertemente en quienes llevan la batuta en materia filosófica: Platón y Aristóteles. Fundó la Escuela Pitagórica, donde se abordaban toda clase de temas, entre los cuales destacan los religiosos, medicinales y políticos. En las discusiones que tenían lugar en su seno,  no se esquivaba nada.

En concreto, la geometría y las matemáticas en general le deben mucho a la filosofía, entendida como el arte de pensar. De hecho, en la puerta de entrada de la academia que fundó Platón había un letrero que decía “Aquí no entra nadie que no sepa geometría".

Por todo lo señalado, y lo que me falta por señalar, no puedo sino agarrarme la cabeza que existan quienes piensen que hay que reducir las horas de clase de filosofía en el sistema educativo. No pocos creen que los cursos u horas destinadas a la filosofía estarían destinados a adoctrinar en una línea de pensamiento. Todo lo contrario, deben ser cursos que permitan abrirnos a todas las corrientes del pensamiento, a revisarlas por arriba y por abajo, al revés y al derecho. Para tener lo que los gringos llaman un open mind.

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