Por una semana me encuentro en
Ludwigshafen, un pueblo de no más de 5,000 habitantes, lejos del mundanal
ruido, en compañía de la familia, esposa, hijos y nietos, que viven cerca de
estos parajes, empapándome de las travesuras de los nietos cuyas personalidades
empiezan a aflorar en un mundo completamente distinto al que me tocó vivir,
tanto en términos de tiempo, como de lugar. Insertos en un ambiente
desarrollado y altamente tecnologizado, y cuyo máximo representante en la vida diaria
es el celular. Cuesta encontrar a alguien caminando sin el celular en sus
manos.
Por el celular me entero de dónde
estoy parado y de lo que está ocurriendo en el mundo. En Chile, en medio del
sucio debate constitucional en que se está inmerso en que sin querer queriendo
están aflorando intereses de clase de quienes se sienten amenazados. Y como por
obra del Espíritu Santo, aparece un gran y perfecto socavón cilíndrico en
Atacama. Aún se desconoce su origen.
En Estados Unidos de Norteamérica,
Trump ha resuelto volver por sus fueros revolviendo el almanaque luego de meses
de silencio. Sigue levantando las banderas del supremacismo blanco y de que se
le arrebató el triunfo en la última elección a punta de un fraude sin aportar
prueba alguna. La cantidad de armas que posee la población civil y la
polarización que muestra la sociedad norteamericana están abriendo la
posibilidad, aún remota, de una guerra civil.
En Italia cayó el gobierno del
tecnócrata y europeísta Mario Draghi. Si bien no debiera llamar la atención
porque las crisis de los gobiernos es parte del folklore político italiano, lo
concreto es que la convocatoria a elecciones en los próximos meses abre la
posibilidad de un triunfo de la extrema derecha. Triunfo que vendría de la mano
de Giorgio Meloni, admiradora de Mussolini, acompañada de las fuerzas de la
derecha encabezadas por Silvio Berlusconi, el mismísimo, y Matteo Salvini. El
drama que encierra su eventual triunfo radica en sus consecuencias para la
unidad europea porque se trata de fuerzas nacionalistas que se oponen al
europeísmo reinante.
Mientras tanto, en Ucrania la guerra
sigue su curso a vista y paciencia del mundo, pero su popular presidente
Zelenski, ya está empezando a ser cuestionado. A 5 meses del inicio de la
invasión rusa, el desgaste de su figura se está empezando a sentir dados los
avances rusos en territorio ucraniano. El fuerte control existente sobre los
medios de comunicación está imposibilitando conocer en toda su dimensión el
tenor y la magnitud de la oposición imperante. Si bien el tiempo corre en
contra, tanto de Zelenski como de Putin, el jerarca ruso, este último tiene a
su favor los avances alcanzados.
No obstante la oposición china y la
amenaza de represalias, Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes
de USA, visitó Taiwan para testimoniar el apoyo norteamericano al gobierno
taiwanés. Todo está que arde y hay numerosos signos de que estamos retornando a
los tiempos de las guerra fría.
Para rematarla, estando acá en
Ludwigshafen, el gobierno norteamericano informa que dio muerte al líder de Al
Qaeda y sucesor de Bin Laden, Ayman al Zawahiri, en Afganistan, mediante un
dron. Biden afirma que se hizo justicia. Vaya democracia! Por sí y ante sí sin
mediar proceso judicial alguno se lo echaron. Es lo que en la jerga popular
creo que se llama asesinato, el retorno a los tiempos de ojo por ojo, diente
por diente. La tentación de combatir al terrorismo mediante otro terrorismo, el
del Estado.
Buen resumen
ResponderBorrarExcelente Informe. Claro y muy bien redactado.
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