octubre 09, 2009

La agonía de Honduras

Micheletti lleva ya más de 3 meses como presidente de facto desafiando a la comunidad internacional, resistiéndose a abandonar el poder en el que lo colocaron los militares en un golpe de Estado incruento.

Los motivos son los que siempre se invocan para estos casos: que el presidente constitucional, Manuel Zelaya, intentó burlar la ley convocando a un referendum o plebiscito para posibilitar su reelección. Cometieron el error de sacarlo en pijama, subirlo a un avión y mandarlo para afuera. Si hubiese sido Pinochet, habría mandado hacer caer el avión “accidentalmente”.

Luego Micheletti ha sostenido que si ingresa al país será juzgado por los tribunales por delitos de lesa patria. O sea, lo envía para afuera, y luego lo amenaza con enjuiciarlo si regresa. La gran interrogante que flota es ¿por qué no se ordenó su procesamiento si efectivamente había violado alguna ley? Era más cómodo saltarse toda la constitucionalidad y ponerlo patitas afuera.

Ahora Micheletti considera que fue un error mandarlo para al exterior para que cacaree y mas encima se introduzca al país a sus espaldas, burlándose de todos los controles, para asentarse en la embajada brasileña.

La OEA, con Inzulza a la cabeza, ha interpuesto sus buenos oficios para restaurar el orden constitucional, el que necesariamente pasa por la restitución de Zelaya en la presidencia. El tiempo pasa, las negociaciones se entrampan, y todo juega a favor y en contra de ambos, pero de lo que no cabe duda, es que juega en contra de Honduras., de su población, la gran damnificada. Micheletti ha sostenido que está disponible para dar un paso al costado si Zelaya hace lo mismo.

La oferta es absurda porque él es el usurpador. Lo más grave es que mientras se estaba poniendo el foco en una eventual infiltración de milicias venezolanas, Micheletti sin el más mínimo decoro habría estado reclutando a paramilitares colombianos en apoyo al golpe. Un cara de palo más en este mundo tan particular.

2 comentarios:

  1. y qué hace mientras tanto nuestro nobel de la paz. La sansión ha sido debilucha por decir lo menos

    ResponderBorrar
  2. A pesar que la lectura que hacemos de los hechos no son del todo coincidentes, es muy cierto que la forma en que se procedió (deportación) resulta a todas luces impresentable. Si Zelaya se salió de los marcos legales,debiera haber sido procesado en la forma que la ley hondureña lo establece.

    ResponderBorrar