Foto de Tutz Dias en Unsplash |
Este domingo tienen lugar las elecciones presidenciales en Brasil cuya disputa está centrada en Lula y Bolsonaro, representando ambos visiones diametralmente opuestas respecto de lo que se entiende por democracia y desarrollo.
La relevancia de estas elecciones se explica por tratarse del
país más grande de América Latina y porque ahora se da la confrontación que no
pudo tener lugar en las elecciones pasadas. A estas últimas no pudo concurrir
Lula por haber sido sacado de la carrera presidencial por iniciativa del propio
Bolsonaro vía judicial a través del entonces fiscal Moro.
Posteriormente, Bolsonaro, una vez entronizado en la
presidencia, se encargó de premiar a Moro designándolo como ministro de
justicia. Cargo al cual tuvo que renunciar poco tiempo después. El proceso
judicial siguió su curso, comprobándose que Lula era inocente de todas las
acusaciones por las cuales se le mantuvo encarcelado por poco menos de 2 años.
Desde que salió de la cárcel, Lula se ha empeñado en
recuperar su imagen pisoteada una y otra vez por Bolsonaro y sus seguidores
inmediatos. Desde entonces inicio la travesía para volver a la presidencia, no
dejándose amilanar por los ataques de que ha sido objeto. Travesía que lo tiene
adportas de alcanzar un triunfo apoyado por los tiempos en los que estuvo en la
presidencia, período en el que redujo significativamente la pobreza y posicionó
a Brasil dentro del concierto de naciones más poderosas del mundo. La duda está
en si logra ganar con mayoría absoluta en primera vuelta.
En términos ideológicos, en los tiempos que corren,
claramente Lula representa a la izquierda, en tanto que Bolsonaro a la ultraderecha.
En tal sentido, dado un contexto de avances de la derecha extrema, particularmente
en Europa, esta elección cobra especial importancia en el concierto
latinoamericano. En efecto, en nuestro
continente la ultraderecha está al acecho, particularmente en Chile, cuyo
último candidato presidencial, José Antonio Kast, no dudó en visitar Brasil para
abrazar la causa bolsonarista y obtener su apoyo.
Un triunfo de Lula en Brasil tendría un efecto tonificador
para una izquierda que se encuentra de capa caída a nivel mundial y un reconocimiento
para quien emergió décadas atrás como un líder de los desposeídos y que ha sido
injustamente perseguido.
Bolsonaro está en las cuerdas y para ello está recurriendo a
golpes bajos, que es el terreno en el que mejor se mueve. Pero todo indica que
esta vez no saldrá con las suyas como ocurrió hace 5 años. Eso al menos espero!
Ojalá!!!
ResponderBorrar