mayo 30, 2022

Una vez más, campeón europeo

En París, Real Madrid hizo suya la copa Champions que lo consagra como el mejor equipo europeo de futbol. Lo logró en un partido contra Liverpool que fungía como favorito aunque no tanto como para darlo por ganador. Imposible cantar victoria cuando al frente estaba Real Madrid, equipo copero que ya tenía a sus espaldas haber ganado 13 veces la misma copa. No es un equipo como para mirar en menos, aún cuando no esté en sus mejores tiempos.  

Pero Real Madrid no llegó como favorito porque no lucía mayormente, su experiencia en estas lides lo hacían de temer. Y así fue. No fue un gran partido en términos de calidad futbolística, pero sí lo fue en términos de tensión, de incertidumbre, de equilibrio, de intensidad. Quizás Liverpool parecía lucir más, pero no lo suficiente para llevarse la victoria. Liverpool partió atacando, Real Madrid conteniendo, pero cualquiera de los dos podía llevarse el trofeo porque los ataques del Real eran mortíferos. Incluso se le anuló un gol, dudoso a mi juicio. Pero nadie reclamó, se esperó el veredicto del árbitro a partir de lo que los veedores del VAR le informaban. No se validó. Y el juego continuó. Hasta ahora no sé porqué no se validó. ¿Offside? ¿de quién? ¿de Benzema? No lo vi adelantado. Bueno, pero el Real no se amilanó.

Se fueron al descanso con un empate en blanco. ¿Dónde estuvo la diferencia? Estuvo en el arquero del Real, que lo atajó todo, que transmitió seguridad, confianza, la que transmitió a sus compañeros. La diferencia también estuvo en el desplante del Madrid que nunca perdió la compostura y cuyos contraataques eran de miedo. Modric, Benzema y Valverde, aparte del arquero belga, fueron los grandes protagonistas en el Madrid. Modrid, croata; Benzema, francés; Valverde, uruguayo. Uruguayo tenía que ser! Fue el del pase gol, el que a lo largo del partido trabajó como obrero, sin lucirse mayormente, humilde y discreto como pocos. Todo un orgullo para quienes nacimos en nuestro paisito.

Valverde me hizo recordar a otro uruguayo de mediados del siglo pasado en el Real de los tiempos de Di Stefano, Puskas y Gento. Su back central, José Santamaría, la muralla defensiva del Real de entonces. También me hizo rememorar al Peñarol que años después, en 1966, cuando en pleno estado Bernabeu, allá en Madrid, se coronó campeón mundial con el capitán de capitanes a la cabeza, Néstor “Tito” Goncalvez, al ganar por dos a cero luego de haber triunfado en el estadio Centenario con igual marcador. Eran los tiempos gloriosos de Peñarol y que tuve el privilegio de saborear. Tiempos que difícilmente volverán.

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