marzo 06, 2014

Cambio de mando

El cambio de mando estará marcado por ciertos hechos de corto y largo alcance. El gobierno que se va poco menos que está tirando la casa por la ventana como si después viniera el diluvio. Entiendo que Piñera celebrará la misma noche con sus colaboradores más cercanos en su casa. No tengo claro qué celebrará, porque hasta donde yo sé, la candidata de sus adherentes, fue derrotada estrepitosamente, y el resultado de las elecciones parlamentarias ha provocado que la UDI disminuyera significativamente su representación en el congreso nacional, y en el otro, RN, el choclo se ha ido desgranando.

No recuerdo que Michelle, al término de su anterior gobierno, haya celebrado con bombos y platillos como Sebastián, que no haya podido entregar la presidencia del país a un candidato de su coalición. Quizá lo que esté celebrando Sebastián sea que no le haya tocado un 27F, aunque en estos últimos días la tierra no ha dejado de sacudirse y recordarnos que en cualquier momento puede saltar la liebre.

El cambio de mando, en todo país democrático, se asume que es un hito significativo en la historia política de un país. No cabe duda que habrá momentos de especial simbolismo, destacándose la entrega de la banda presidencial a Michelle por parte de una de las hijas de Salvador Allende.

Otro hito estará constituido porque el primer gobierno de derecha después de la dictadura, haya sido capaz de gobernar bajo las reglas de la democracia y no de las bayonetas, respetando todas las formalidades inherentes a toda democracia. No les debe haber sido fácil, aunque está claro que no están los tiempos para andar pateando el tablero por más ganas que haya tenido algunos de sus partidarios.

Otro hito que marcará a este cambio de mando ha sido la dificultad para constituir e instalar los nuevos equipos gubernamentales. La nominación de nuevos ministros, subsecretarios e intendentes no ha estado exenta de errores. De hecho más de uno ha debido dar una nominación se ha caído, y eso que falta que se caigan otras que políticamente se harán insostenibles en el tiempo, como es el caso de Carolina Echeverría., quien al resistirse a dar un paso al costado le hace un flaco favor al nuevo gobierno.

Si hay algo positivo que podamos rescatar de estas últimas semanas, es que ya no están los tiempos para pasar gatos por liebres, que se ha avanzado en materia de transparencia, que se hace cada vez más difícil ocultar hechos y/o decisiones que nos pesen. Esto, a pesar del control que grupos empresariales ejerce sobre los medios de comunicación tradicionales que a la fecha no han logrado bloquear la información que circula por las redes sociales.

Gobernar a espaldas de la gente se hace cada vez más difícil, por lo que lo más recomendable es hacerlo a cara descubierta, con las manos limpias, con la verdad, sin letras chicas. El país demanda un gobierno con valores. Quizá ese sea su principal desafío.

1 comentario:

  1. Estimado don Rodolfo

    A continuación de leer su columna sobre el cambio de mando, no puedo dejar de comentar que me parace de un resentimiento muy grande hacer la observación de la celebración que hará nuestro presidente a continuación del traspaso se mando

    Despues de terminar este gobierno, tal vez el mejor de las últimas décadas, bien merecido tiene él junto a sus leales colaboradores celebrar como estimen conveniente semejante logro

    Tal vez todos los presidentes de centro.izquierda lo han hecho de esa manera pero a usted no lo han invitado...

    Tambien merece reparos su idea sobre la forma de gobernar de acuerdo a la constitución y no en base a las bayonetas

    Pues le recuerdo que se gobernó de acuerdo a esa modalidad única y exclusivamente porque al famoso gobierno del doctor Allende le falló la operación de dejarnos cual Cuba de Castro o Venezuela de Chávez hoy en día

    Comprenderá usted que los gobiernos de centro.derecha se han apegado a la constitución
    Gabriel González Videla, Jorge Alessandri Rodríguez y Sebastián Piñera Echenique han dado cuenta de un apego completo a la constitución

    Atentamente lo saluda


    Manuel Puente

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