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Desde el comienzo de este gobierno los conflictos de interés han estado a la orden del día y lo más probable que tales conflictos lo sigan acosando hasta el último día. En esta oportunidad el foco está puesto en el director del Servicio de Impuestos Internos, Julio Pereira.
El tema es el siguiente: Julio Pereira, como ciudadano, arrienda un sitio familiar a la empresa CENCOSUD, del famoso Paulmann, en un valor del orden de los 22 millones de pesos mensuales (unos 45 mil dólares). El valor de arriendo es un valor de mercado, el contrato fue suscrito hace más de 10 años y vence el 2033.
Hasta el momento, no hay pecado alguno. La sospecha empieza a emerger, cuando una de las tantas empresas del holding de CENCOSUD, la empresa Johnson’s se vio beneficiada con una condonación de multas por parte del SII, en lo que se conoció públicamente como el perdonazo tributario a Johnson’s. La defensa de Pereira aduce que la decisión fue adoptada por un tercer organismo autónomo, que el fisco se vio beneficiado porque la condonación se dio una vez pagados los tributos adeudados, y que su actuación se ajusta a la legalidad vigente.
El problema se da no tanto por una suerte de falta de tino o por desprolijidad, o por una oposición política desmedida que ve delitos allí donde no los hay. Nada de eso. Se da esencialmente porque el concepto de ética que tienen quienes tienen responsabilidades de Estado deja mucho que desear. No es primera vez que bajo este gobierno estamos ante una situación de esta naturaleza. Cuando se desempaña un rol público, no basta solo con actuar bajo los marcos legales imperantes, sino que es necesario que la actuación se ajuste a los marcos ético-morales dominantes.
Afortunadamente, al menos en Chile, tales marcos ético-morales constituyen una valla importante que limita nuestro actuar público. Estos marcos, dados por la tradición y la cultura no han podido ser derribados por el exitismo, el individualismo y el neoliberalismo imperantes.
En este plano, la derecha de hoy poco tiene que ver con la derecha de ayer. Jorge Alessandri Rodríguez, el Paleta, el último gobernante de derecha antes de la dictadura, estaría agarrándose la cabeza frente a la ostentación y el desparpajo con que actúa la derecha de hoy.
Hay cosas que cualquier hijo de vecino sabe que no se hacen, no por ser ilegales, sino que por ser impresentable. Y ¿qué es lo que define que algo sea o no presentable? La escala de valores de la sociedad en que estamos. La ética imperante. Así de simple. Por ello cayó en su momento el Ministro de Justicia; por ello, más temprano que tarde, Pereira tendrá que abandonar su cargo. Mientras más tarde caiga, más alto será el precio político que terminará pagando el gobierno.
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