Foto de National Cancer Institute en Unsplash |
La experiencia vivida por un amigo, Francisco José (en adelante FJ), me invita
a escribir acerca de la importancia de la relación entre el paciente y el
personal que opera en el sector de la salud, particularmente con quienes el
paciente más interactúa. Ellos van desde los médicos, enfermeras, paramédicos,
nutricionistas hasta el personal de servicio de alimentación que le lleva la
comida al enfermo, el personal de servicio de limpieza que efectúa el aseo
donde se encuentra hospitalizado el enfermo, el personal de servicio de
vigilancia que vela por la seguridad del establecimiento donde se encuentra el
enfermo, y el personal administrativo y secretarial.
El paciente que llega a la consulta, clínica, u hospital, por lo general llega
en un estado de fragilidad, debilidad y/o precariedad. Por ello, la relación
que se da entre el paciente y los que lo rodean, en particular con el personal
médico-enfermero-paramédico es profundamente asimétrica. Está quien tiene el
problema de salud, que por lo general no sabe nada respecto de cómo resolver
su problema; y están quienes sí saben qué es lo que hay que hacer, cómo
hacerlo, para finalmente ejecutar los tratamientos y las operaciones.
En todo este entramado orientado a dar salud hay involucrados recursos
humanos, tecnológicos, financieros, pero los más relevantes son los primeros,
por sus conocimientos y sus capacidades para relacionarse entre sí y con los
pacientes, para trabajar en equipo, respetarse mutuamente, pero muy
especialmente por la calidad en el trato con los pacientes.
La bolita parte cuando uno o varios trabajadores del sector salud se vinculan
con un paciente cuyas capacidades física o mentales, en mayor o menor grado,
se encuentran disminuidas. En estos dos últimos años, FJ ha tenido 2
experiencias en este ámbito: una en Santiago, y la última en Talca, de la que
aún no sale.
La que FJ vivió en Santiago, la capital del Reino, se caracterizó por su
impersonalidad, frialdad, largos tiempos de espera, y alto costo, en la
Clínica donde Eduardo Frei Montalva entró vivo y salió cadáver. La vivida en
Talca, por el contrario, se distinguió por su rapidez, calidez, trabajo en
equipo del personal involucrado. La diferencia esencial se centró en la forma,
la actitud con que el personal recibió a FJ, cuya recuperación estaba en sus
manos.
La recuperación de un paciente no solo depende de las capacidades
técnico-profesionales duras, sino que de capacidades para relacionarse con el
paciente: tacto, respeto, apoyo, delicadeza. No da lo mismo un médico que
trabaja con discreción, que se da el tiempo para explicarte el diagnóstico
efectuado y los fundamentos del tratamiento a aplicar, aclarar dudas, que
aquel que no lo hace. Lo mismo vale respecto de los otros profesionales y de
todo el personal implicado.
Las características del sector salud son muy particulares, pero me centraré en
aquellas que más llamaron la atención a FJ de su experiencia en Talca. Estando
postrado vio un trabajo en equipo, tanto en la fase preoperatoria, la
operatoria propiamente tal en pabellón, y la postoperatoria. Un trabajo en
equipo sincronizado donde cada uno de los integrantes del equipo tiene claras
sus responsabilidades y tareas. Los procedimientos están claramente
compartimentados. Por tanto, en todo equipo de trabajo deben estar quienes
definen qué hacer, cómo hacerlo, y quienes deben ejecutar el procedimiento
definido. De otro modo, la recuperación del paciente no será eficaz, ni
eficiente.
Actuando con eficacia implica obtener altas tasas de pacientes con su salud
recuperada; actuando con eficiencia implica ocupar óptimamente, los recursos
materiales, tecnológicos, informáticos de que se disponen.
Para actuar con eficacia, la clave es la forma como el personal de la salud se
relaciona con el paciente. Una sonrisa, una palabra, un cariño, una atención,
puede hacer la diferencia, facilitando la recuperación. Para actuar con
eficiencia, la clave es la ética del personal la que está en juego. Cuidar y
ocupar los recursos estrictamente necesarios, ni más ni menos.
En síntesis, trabajar en salud no es broma, es un apostolado, no es para
cualquiera, sino para quienes tienen vocación de servicio, de sacrificio.
La experiencia de FJ en la capital del Reino le dijo que el modelo del negocio
de la clínica estaba guiado por el lucro, mientras que la experiencia que está
viviendo en Talca –porque aún no termina- le está diciendo que el foco parece
estar más puesto en el paciente.
Eso dice mucho de que por una parte Santiago NO es Chile y además lo que vale cmo tu dices es el sentido de unidad, de equipo, de estar todos orientados a la misma meta son olvidarse que la razón de ser de nuestro trabajo es LA persona y no agrandar una cifra de indicadores que sólo sirven a la burocracia.
ResponderBorrar¡Qué riqueza en tu artículo Rodolfo!!.
ResponderBorrarSe podría usar como material "didáctico" para trabajar con los estudiantes del área de salud, de nuestras Universidades y otras instituciones formadoras: medicina, enfermería, técnicos paramédicos, etc.
Y gracias!, porque somos afortunados en Talca, de tener un "talquino" (Rodolfo) que nos ayuda a estar "en vigilia".
Bernardita
Muy bueno!! Lamentablemente no a todos los profesionales les gusta trabajar en equipo, los egos influyen más, pero quienes lo practicamos a diario, no lo cambiamos, porque el paciente siente la diferencia y los profesionales también. No es sencillo, pero no sólo se ve desde diferentes ángulos al paciente sino que también se tiene una visión de la situación donde aprendemos entre todos y además, nos damos sostén cuando la situación es muy grave y/o angustiante.
ResponderBorrarMuy vigente tu articulo Rodolfo!! Muy de acuerdo, pues personalmente lo hemos experimentado con Eduardo en estos largos meses en que hemos estado en manos de equipos profesiobales que no pierden la calidez humana tan necesaria en la recuperacion del enfermo. Un abrazo
ResponderBorrarCompadre: que profundidad tanto en su escritura como en su contenido humano y social tiene este escrito tuyo. Felicitaciones desde Arica
ResponderBorrar