Siguiendo con la serie en torno a
los inicios de la carrera, en la primera década de este siglo, haré alusión a
asignaturas y/o profesores específicos, que en cierta forma marcaron a no pocos
de los alumnos de las primeras generaciones.
Una de las asignaturas, que en
principio no tenía que ver con el núcleo de la carrera, fue un dolor de cabeza
para no pocos: Administración. Asignatura impartida en esos tiempos por Víctor
Nocetti, cuyo nivel de exigencia parecía escapar a la norma imperante. Su tasa
de reprobación era alta, mayor que en la asignatura de similar nombre impartida
por otros profesores en la carrera de Ingeniería Comercial. Su tasa de
reprobación competía con la de la asignatura de Modelos de Datos y que me
tocaba impartir.
Víctor era un profesor sui
generis, que planteaba fuertes desafíos a alumnos que recién se integraban a la
universidad, conminándolos a aplicar los aprendizajes alcanzados por la vía introducirse
en una micro o pequeña empresa local con el fin de elaborar un diagnóstico en
el que se identificara la realidad de sus funciones administrativas, el que
debía presentarse en el auditorio de la Facultad en presencia de los
dueños/representantes de la empresa involucrada. Presentación que debía incluir
recomendaciones de acciones a seguir por parte de la empresa. Se buscaba
vincular la teoría y la práctica administrativa, y la inmersión de los alumnos en
el mundo real de las empresas desde el inicio de la carrera. En general, los
alumnos valoraron muy positivamente esta experiencia por lo que significó la
necesidad de sortear las dificultades encontradas.
Otra asignatura, cuya impronta se
la dio un profesor en específico, Jorge Zamora, fue la de Estadística y Marketing,
una asignatura anual que en principio, no tendría que ver con el leitmotiv de
la carrera, pero que terminó siendo una de gran relevancia para desarrollar la
capacidad de trabajar en equipo. La asignatura nació con el objetivo de que los
alumnos aprendieran estadísticas para aplicarla
en el desarrollo de un proyecto de marketing para una empresa en
particular que el profesor había identificado y acordado. Al inicio de cada período
académico, bajo la guía de Jorge, se estructuraban distintos grupos de alumnos
para llevar a cabo los correspondientes componentes del proyecto. Si el
proyecto tenía 6 componentes, debían conformarse 6 grupos de trabajo.
Uno de los primeros proyectos fue
realizado en la empresa ORIENCOOP con miras a evaluar su reputación. Esto implicó
que los estudiantes realizaran 1000 estadísticas en las ciudades de Talca,
Curicó, Linares y Constitución, cuyos resultados fueron presentados por los
estudiantes al directorio de la empresa. Como consecuencia de los hallazgos de
este estudio, el directorio decidió modificar sustancialmente su estrategia de
difusión, dejando de publicitar en los medios escritos de la región, para enfocarse
en las radios locales. Al año siguiente realizaron un estudio sobre las
necesidades de productos financieros de las dueñas de casa de la región.
Como se puede observar, el éxito
del proyecto era altamente dependiente de la responsabilidad y trabajo de cada
uno de los grupos. Si algún grupo fallaba, fallaba el proyecto. El desafío de
Jorge era que nadie fallara, lo que logró en todas las oportunidades que me
tocó conocer. Se trataba de una enriquecedora experiencia que marcó a las
generaciones que tuvieron a Jorge como profesor.
Desde el inicio de la carrera, se
quiso que una de sus características centrales fuera su internacionalización,
tanto en términos de sus profesores como de sus alumnos. A éstos últimos se les
alentaba a postular a pasantías por medio año a alguna universidad extranjera
con el propósito de abrirse al mundo por la vía de conocer otras realidades,
otras culturas.
Respecto de los profesores, la
primera generación tuvo una asignatura relacionada con el análisis y la
programación orientada a objetos que fue impartida por Per Bro, académico
holandés que residía en Romeral y que se desempeñaba en la Facultad de
Ingeniería de la Universidad de Talca.
También se hizo un gran esfuerzo
por traer profesores de otros países. El primero de ellos fue Kambiz
Gindesgaard, de nacionalidad danesa era Bachiller en Ciencias Aplicadas de la
Universidad de Cambridge, y Master en Aplicaciones Computacionales de la
Universidad de Aalborg. De gran experiencia práctica, ejerció la docencia en
los cursos de Sistemas Operativos y Gestión de Proyectos. Desafortunadamente
estuvo poco tiempo con nosotros. Razones familiares forzaron su partida.
No obstante este traspié, la
dirección de la carrera quiso perseverar en este esfuerzo por incorporar
profesores del exterior, razón por la cual se hizo un nuevo llamado a nivel
internacional, seleccionándose a Trung Pham, de nacionalidad estadounidense,
originario de Vietnam. Trung, de reconocida calidad académica tenía estudios de
pre y posgrado en la Rice University (Houston, USA) y parte de su experiencia
profesional tuvo lugar en la NASA. Dejó huella, tanto por sus conocimientos, su
capacidad de trabajo y su voluntad de adaptación, pasando a ser uno de los
profesores más queridos por los alumnos de la escuela. Tuve el privilegio de
conocer su historia familiar. Él se hizo cargo de varios cursos, destacándose
particularmente el de Gestión de Proyectos, los que desarrollaba en inglés, cuyas
exposiciones eran en inglés, complementadas en español por un estudiante de la
carrera con dominio del inglés. Para cada asignatura que impartía, al final entregaba
a la dirección de la Escuela un libro con su contenido tanto en inglés como en
español.
También incursionó en el ámbito
de la investigación desarrollando varios proyectos, destacándose entre ellos
uno asociado a la gestión de incendios. Dirigió múltiples proyectos de título
desarrollados por los estudiantes bajo su guía, muchos de los cuales fueron
presentados en distintos congresos de escuelas de ingeniería que se realizaban
anualmente en el país.
Lo descrito, desde el minuto
cero, fue siempre apoyado, impulsado desde la dirección de la escuela comandada
entonces por Andrés Ruiz-Tagle quien no escatimó esfuerzo alguno por dar origen
a una ingeniería en informática empresarial cuyos egresados tuvieran una marca
que los distinguiera.
Las Novatadas en Nuestra Carrera: Un Comienzo Diferente
ResponderBorrarRodolfo, desde el inicio, nuestra carrera implementó una innovadora tradición de novatadas. Al ser un programa nuevo, buscamos marcar la diferencia dando la bienvenida a los nuevos estudiantes de una manera memorable y significativa. A diferencia de las novatadas tradicionales, las nuestras se centraban en actividades que fomentaran la camaradería y ayudaran a la comunidad, sin humillar a nadie.
Actividades que Dejaron Huella
Una de las primeras iniciativas fue una jornada de limpieza en el Río Claro, culminando con un asado de camaradería en la cancha Calama. Otra actividad destacada fue la visita a un jardín infantil de bajos recursos, donde pintamos las salas mientras los niños disfrutaban de los parques de la universidad. La alegría en los rostros de los niños al regresar a sus aulas recién pintadas con colores vivos y alegres fue una recompensa inolvidable.
Reconocimiento y Celebración
Estas novatadas tan especiales nos permitieron ganar un concurso organizado por el INJUV. Como premio, el conjunto SINERGIA se presentó en la Universidad de Talca, ofreciendo un concierto para todos los estudiantes. Fue una celebración que reflejó el espíritu solidario y alegre que siempre ha caracterizado a nuestra carrera.
Solo agregar que Nocetti era un conchadesumadre en toda expresión de la palabra.
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