A esta última escuela
se adscribieron los académicos que estaban en el departamento de informática
(Alejandro Flores, Martin Schaffernicht y Rodolfo Schmal), más 3 académicos provenientes
de los otros departamentos (Jorge Zamora, Víctor Nocetti y Rodrigo Saens). Todos ellos bajo el
liderazgo y la conducción de Andrés Ruiz-Tagle, en su calidad de Director de
Escuela, quien volcó toda su capacidad y energía en darle un particular sello a
la nueva carrera.
En la búsqueda de un
slogan se llegó al que perdura hasta el día de hoy: FORMANDO PARA INNOVAR. Espíritu
que debía impregnar a toda la carrera de forma tal que sus egresados salieran
al mercado laboral con la mente, el espíritu, las ganas y las capacidades para
innovar en la gestión empresarial de las organizaciones por la vía de las
nuevas tecnologías de información y comunicación existentes. Para dar forma a
la carrera, desde sus primeros años se desarrollaron jornadas de reflexión y
talleres (DACUM) donde surgieron las definiciones estratégicas que definirían sus
características centrales.
El reducido cuerpo
académico jornada completa con el que se inició la carrera, se complementó con
múltiples académicos y profesionales con amplia experiencia, ya sea para
impartir las asignaturas del plan de estudios, como para dar cuenta de la
complejidad que encierra el mundo real. En paralelo, el director de la Escuela,
con quienes lo acompañábamos, nos abocamos a múltiples encuentros-almuerzos de
vinculación con empresarios locales, regionales y nacionales para dar a conocer
las características centrales de esta nueva carrera, y retroalimentarnos
respecto de sus requerimientos. En estas reuniones-almuerzo se puso especial
énfasis en que se aspiraba:
- Desarrollar una modalidad de enseñanza basada en la educación dual de forma tal que al menos una asignatura por semestre semestral incluyera el desarrollo de proyectos en empresas reales;
- Poner en acción el aprendizaje de inglés obtenido en los primeros años de la carrera, con profesores capaces de impartir las asignaturas del último año en inglés;
- Fomentar la internacionalización del alumnado por la vía de pasantías semestrales para que los estudiantes conocieran nuevos mundos, nuevas culturas, nuevas formas de vivir y trabajar;
- Formar estudiantes que egresaran con experiencia laboral mediante la implementación de proyectos de consultoría en reemplazo de las prácticas convencionales;
- Disponer de un cuerpo docente jornada completa muy comprometido con la carrera, complementado con docentes desempeñándose en empresas del mundo de las tecnologías de información y comunicación.
Como se puede observar, considerábamos muy relevante la interacción con las empresas por parte de los estudiantes, no solo para la puesta en práctica de conocimientos específicos, sino para que desarrollaran las habilidades sociales que el mundo de hoy exige.
Así como otras carreras tienen laboratorios específicos y
especializados, el laboratorio de IIE debía ser la empresa. Y todo proyecto
real desarrollado por el estudiante, debía tener un jefe y un guía: el jefe debía
ser el asignado por la empresa en el que se llevaba a cabo el proyecto, en
tanto que el profesor de la asignatura pertinente debía ser su guía. Al final
del año, o del semestre, los resultados de los proyectos debían ser aprobados
por los jefes asignados por las empresas y los profesores en su rol de guías.
Una vez que partió la carrera, en 2005, durante sus primeros años, en las reuniones-almuerzo con los empresarios donde los alumnos llevaban a cabo sus proyectos, nos retroalimentábamos con sus observaciones y alcances con el objeto de ir haciendo las mejoras correspondientes.
La experiencia con las primeras
generaciones fue extraordinaria: tuvimos el privilegio de contar con
estudiantes que apostaron por una carrera que en su momento era una incógnita,
dado que su título era único y desconocido. Fueron generaciones combativas, que
así como exigieron lo mejor de la universidad y de nosotros, dieron lo mejor de
sí mismos. Hoy los vemos desempeñándose en los más diversos puestos y cargos en
empresas del más diverso tenor para los cuales fueron formados, con singular
éxito. Y han abierto todo un sendero para las siguientes generaciones que se valora y agradece.
No sé qué escribiré en una próxima columna, pero muy probablemente gire en torno a los ciclos que ha tenido la carrera, que a mi entender han sido tres.
A quienes me leen, aprovecho de pedirles que lo que quieran agregar u objetar de lo escrito, me lo hagan saber para incluirlo. Particularmente me interesa conocer la opinión de quienes ya han egresado, así como de excolegas y/o personal de apoyo como las secretarias que hemos tenido, reinas de la carrera y que le han dado un toque mágico.
Gracias por contar la historia de IIE que con el tiempo y la natural renovación de actores docentes y estudiantes se va olvidando. Tus blogs ayudarán a los que estamos presentes en la FEN a mantener el espíritu IIE de los iniciadores como tú.
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