Hace rato que el gobierno argentino, que acaba de cumplir
un año de vida con Milei a la cabeza, anda buscando llamar la atención y/o
buscando camorra. Todo parece apuntar a
que se trata de un gobierno mesiánico que levanta la bandera de la “Libertad
carajo” bajo una ideología de difícil comprensión, el anarcocapitalismo. Un concepto
que dudo que el mismísimo Milei sepa de qué se trata. Me temo que lo que ha
empezado con el lema de la “Libertad carajo” termino como “Al carajo la libertad”
como sostuviera un gran amigo que vive en el viejo continente.
Digo que pareciera tener la compulsión por llamar la
atención, o levantar polvareda, desde el momento que enarbolaba la motosierra
como herramienta para gobernar, o apresurándose para estar al lado de Trump a
la hora de su triunfo, o para denostar a quienes no piensan como él sin pelos
en la lengua. También se le ve obsesionado por armar camorra, insultando gratuitamente
a quienes ya no ve como adversarios, sino como enemigos.
Todo apunta a que estaría inmerso en una batalla
apocalíptica cultural que busca despertar a desprevenidos, incautos, de modo
que no se compren cualquier cuento. Y Milei estaría encabezando esta cruzada
mesiánica destinada a despertarnos, a ser capaces de ver bajo el agua, a
percatarnos que los chilenos estaríamos siendo gobernados por un comunista escondido
bajo una piel de oveja magallánica. En palabras del ministro de economía argentino,
Luis Caputo, toda su diatriba contra Boric no tendría otro propósito que la de
salvarnos de la peste comunista que nos estaría hundiendo.
Escuchando a Caputo, en orquesta con Milei, todo huele a
soberbia. Con nuestro Axel Kaiser, serían los portaestandartes de la batalla cultural,
convencidos que nuestros problemas tienen origen comunista, como si en los
últimos 30 años tuviésemos viviendo las consecuencias de gobiernos comunistas.
Todo rezuma anticomunismo barato. Se da el lujo de afirmar que “Chile es el
país de Latinoamérica que más gente sacó de la pobreza desde los años
80 hasta el 2010”, cuando todos sabemos que en la década de los 80 la
dictadura del innombrable no redujo la pobreza, sino todo lo contrario.
¿Qué se cree?¿Con qué ropa habla? Todo apunta a que la
soberbia lo está empapando porque está reduciendo la inflación. Logro que está
alcanzando a punta de multiplicar la pobreza y el desempleo. Así no tiene
gracia. La gracia está en disminuirla sin que los platos rotos los paguen los
más pobres y que a éstos los haga más pobres. Ese es el verdadero desafío.
Afortunadamente Boric no cayó en el jueguito de buscar
camorra en que andan Milei y sus boys. Por el contrario, apeló a nuestra
condición de países hermanados por lazos históricos y fronterizos.
No hace mucho, en el Vaticano se conmemoraron los 40 años
del tratado que evitó una guerra que se veía venir por el control del canal
Beagle; una guerra no entre dos pueblos hermanos, sino entre dos dictaduras. Conmemoración
encabezada por el papa Francisco y a la cual acudió nuestro canciller en
representación del gobierno encabezado por Boric; en cambio el gobierno
argentino, por orden de Milei decidió retirar a su canciller, Gerardo Werthein,
de un evento ante el papa Francisco en el Vaticano para conmemorar el tratado
que hace 40 años impidió una guerra entre dictaduras por el control del canal
de Beagle, en Tierra del Fuego.
Lo descrito parece ser señal de que, al menos en su
relación con Chile, Milei anda buscando camorra, preparando el terreno para sacarse
el pillo de problemas internos azuzando conflictos externos. Tal como en su
momento Galtieri, el dictador argentino, buscó sacarse problemas internos
apelando a la reivindicación de Las Malvinas. Al final el tiro le salió por la
culata. Sería bueno que Milei tome nota de esto. Con Chile no se juega.
Excelente análisis de la personalidad retorcida de un narcisista.
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