septiembre 01, 2023

La cueca y el rodeo en la Constitución


En una de sus enmiendas, en el marco del proceso constituyente, la derecha procura incluir en la constitución la declaración del rodeo y la cueca como emblemas nacionales. En la comisión correspondiente ya logró superar la primera valla con una mayoría de votos, en tanto que una minoría tan solo osó abstenerse.

La derecha hizo pesar su aplanadora, su mayoría sin asco alguno, tal como en el proceso constituyente anterior, lo hizo la izquierda. Le asiste todo el derecho dado que cuenta con la mayoría para hacer lo que se le antoje.

Hay una diferencia, ahora se sabe en qué terminó el proceso constituyente anterior, en un contundente rechazo a la propuesta constitucional elaborada por la convención. Los sectores ultra desde la izquierda quisieron darse un gustito que terminó costando caro. Existe una experiencia: si se desestima lo ocurrido, corremos el riesgo de que este proceso termine igual, en un rotundo fracaso.

La derecha debe saber que en ninguna constitución del mundo se incluyen su deporte nacional ni su baile nacional. Si es por eso también debiésemos incluir nuestra gastronomía nacional, nuestra empanada de pino, nuestro pastel de choclo, nuestra cazuela. Absurdo.

La pregunta que podríamos hacernos es ¿por qué la derecha está incluyendo esta enmienda? ¿Por qué la chilenidad está en riesgo? ¿para reforzar la identidad nacional? ¿para negociar otras enmiendas? ¿para que lo que salga de este consejo constituyente sea rechazado en el plebiscito de salida y quedarnos con la que más les gusta, la constitución del 80?

Creo que la derecha está incluyendo esta enmienda como moneda de cambio para negociar otras enmiendas de mayor relevancia para sus intereses.

A estas alturas del partido, teniendo la manija del consejo constituyente, particularmente al partido republicano, le debe interesar que el texto que salga sea aprobado para atribuirse la aprobación alcanzada como prueba de su capacidad para asumir responsabilidades de Estado.

Algunos piensan que a la izquierda le interesará que lo que salga sea rechazado, ya sea para insistir con otro proceso constituyente, ya sea para impedir que la derecha salga con la suya. El punto no es tan claro porque bien sabemos que después no habrá otro proceso hasta quien sabe cuándo. A ello cabe agregar que seguiríamos con una constitución, la del 80, que de tiempo en tiempo seguiría estando en la picota, lo que nos haría perpetuar una inestabilidad política, económica y social en la que nadie gana.

Del consejo de expertos emergió una propuesta constituyente a la cual se le están incorporando enmiendas.  Cabe recordar que la propuesta que se está debatiendo en el consejo logró el milagro de respetar los bordes definidos por un congreso nacional en el que las fuerzas gubernamentales y opositaras están más o menos equiparadas. En consecuencia, lo que se está debatiendo en el consejo es una propuesta constitucional minimalista que incluye aquello en que prácticamente todos los sectores políticos estuvieron de acuerdo.

Por lo expuesto, tengo la sensación de que la introducción de enmiendas no haría sino echarle pelos a la sopa. Quizás cabría atender una que otra enmienda, pero con mucho cuidado para no estropear el pastel.

Por mi parte confieso que me inclino por aprobar lo que salió del consejo de expertos, pero si le echan muchos pelos a la sopa, terminaré por rechazarla, dependiendo sí de las enmiendas que le introduzcan.

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