Foto de krakenimages en Unsplash |
En el marco de un encuentro de carácter reservado el presidente de la
República, Gabriel Boric, sostuvo una reunión en el Palacio de Cerro Castillo
de Viña del Mar con los parlamentarios de las regiones –Bío Bío y Araucanía-
donde se han producido acciones terroristas que siembran inseguridad y ponen en
jaque el imperio del estado de derecho.
La reunión tuvo como propósito abordar los problemas que enfrentan las
regiones y eventuales soluciones con sus representantes ante el parlamento. Para
estos efectos el mandatario pidió explícitamente que no se grabara la
conversación, probablemente para que se pudiera conversar distendidamente, sin
tapujos, y que cada uno pudiera expresarse sin pensar en los medios de
comunicación y redes sociales.
Dicho y hecho. La parte final de la conversación fue grabada y difundida
urbi et orbi por las redes sociales y algunos medios de comunicación. Uno de
los contertulios, apenas terminada la reunión no titubeó, cual Judas, en
difundir lo que había grabado.
El escándalo inmediato fue mayúsculo. Todos pusieron el grito en el
cielo sin arrugarse siquiera, incluido el filtrador, quien haciéndose el Larry o
poniendo los ojos en blanco mirando al techo, no dudó en declarar que con
acciones de esta naturaleza se quiebran las confianzas, calificando como
lamentable la filtración del audio. Frase para el bronce.
Moros y cristianos no dudan que se debe investigar a fondo, que lo
ocurrido es inadmisible. Todos concuerdan en que se “minan las confianzas” y en
qué queda para otras reuniones con la autoridad máxima del país.
Viendo que el cerco se estaba estrechando, el anónimo filtrador parece
haberse sentido acorralado y decide cambiar su versión inicial para asumir su
responsabilidad, “auto inculpándose”, esto es, afirmando que “yo fui”. Su excusa
fue que llegó tarde, que no sabía que no se podía grabar.
Es interesante reflexionar sobre esto. Asumamos que vamos invitados a una
reunión, de alto, mediano o bajo nivel. Da igual, si quiero grabar lo que allí
se trate, lo primero que debo hacer, si soy una persona con un mínimo de
decencia, llegando puntualmente o con atraso, es a pedir permiso, a consultar si
puedo grabar. Esta consulta es lo mínimo que podemos hacer, si estamos
asistiendo de buena fe, con independencia del respeto que me merezca quien me
invita, y con independencia de si represento a una o más personas, a mi familia
o a miles o millones de quienes eventualmente puedan estár tras mío. Ese es el
punto neurálgico.
Si represento a mis electores, sean estos miles o millones, y me creo
con derecho a grabar y filtrar conversaciones, hacerlo escondido es de mala
leche. Si quien me invita no quiere que grabe y yo sí quiero grabar, debo dar
la cara diciendo que me retiro por estar en desacuerdo, o bien, en caso
extremo, decir que me van a tener que perdonar, pero me quedo y voy a grabar
porque soy un servidor público que me debo a mis electores. Si no quieren que
grabe, me tendrán que sacar a patadas.
Se podrá discutir si la reunión merecía el carácter de reservado o secreto,
pública o privada, pero de lo que no cabe duda es que la reunión no tenía por
objetivo hablar de las bolitas ni de la rayuela, sino que de la creciente inseguridad
que está afectando a las regiones de la Araucanía y del Bío Bío. No era una
reunión cualquiera para echar la talla.
El responsable de la filtración, finalmente no tuvo más remedio que dar
la cara: Miguel Mellado Suazo, quien en tiempos del primer gobierno de Piñera
fue designado gobernador de la provincia de Cautín entre los años 2010 y 2013. Renuncia
para lanzarse como candidato a consejero regional siendo elegido por voluntad
popular. Desde el año 2018 hasta la fecha es diputado de Renovación Nacional
por el distrito n° 23 de la región de la Araucanía. En calidad de tal participó
en la reunión a la que convocó el presidente Boric.
El “desliz” de Mellado no es el primero dado que ya en 1984 arrastraba
cerca de 15 querellas por giro doloso de cheques, esto es, girar cheques sin
fondos. Para no ir a parar a la cárcel, como prófugo de la justicia no dudó el
salir del país hacia Argentina. Allí esperó que pasaran los años para que sus
delitos prescribieran. Regresa en 1989 y en 1995 vuelve a tener problemas
judiciales que terminan con el remate de uno de sus inmuebles.
Como Gobernador de Cautín adjudicó alrededor de 9 licitaciones al
canal de la Universidad Autónoma, donde su firma aparece en ambos lados, esto
es, en representación de la gobernación y de la universidad.
Su pasado en vez de condenarlo, pareciera que lo premia. Ha ganado todas
las elecciones en las que se ha presentado. Esto, en el país donde se dice que las
instituciones funcionan. La pregunta que cabría hacerse es ¿para quienes?
Para el año 2026 lo más probable es que aspire representar a la región completa postulándose como senador, y como están las cosas, capaz que salga elegido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario