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A estas alturas, el watergate español ya cobró una
víctima: Pablo Casado, el líder del partido popular (PP), partido opositor de
derecha. Desde hace tiempo que se observaba que Casado y Díaz Ayuso, la
presidenta de la comunidad autónoma de Madrid no hacían buenas migas, a pesar
de pertenecer ambos al mismo partido. Sin embargo nadie imaginó que la pugna
por el poder desembocaría en algo más propio de las mafias. Quienes tan solo
ayer respaldaban y aplaudían a Casado, hoy le dan la espalda mientras él no
entiende nada porque no sabe qué ha hecho de malo como para tener que abandonar
el liderato opositor español.
Todo sería fruto de una soterrada investigación ordenada desde
la dirección del PP al entorno de la Díaz Ayuso en razón de una millonaria
adjudicación de un contrato de compra de mascarillas en que estaría
comprometido un hermano de ella. Lo ocurrido habría sido a espaldas del
mismísimo Casado con miras a perjudicar a Díaz Ayuso. Sin embargo, la paradoja
reside en que Casado sería la primera y, al menos hasta ahora, exclusiva
víctima. Cuesta creer que así sea.
Todo apunta a que se trata de una guerrilla intestina
donde lo que llama la atención es que la víctima termine siendo Casado y no Díaz
Ayuso, cuando quizás debiese ser todo lo contrario: Díaz Ayuso crece y azuza a
sus partidarios para que derroquen a Casado. Éste se resiste, pero los barones
del PP, como se les llama a quienes presiden las comunidades autónomas bajo su
dirección, los mismos que hace no mucho estaban con él, ahora le exigen que de
un paso al costado. Como para agarrarse la cabeza. Y Casado pide tiempo hasta
el próximo congreso para que en este se resuelva. Pero no, le exigen que se
vaya ya, que lo haga por el PP! Lo abandonan sin miramiento alguno. y ya le
tienen sustituto: Núñez Feijóo, presidente de la comunidad autónoma de Galicia,
el mismo que hasta hace poco estaba cuadrado con Casado.
Desafortunadamente el común de los mortales tiene la idea
que así es la política, y por ello muchas personas valiosas guardan distancia y
no se ven atraídas por involucrarse en la política. La política, la verdadera
política no debe entenderse así. La política en su sentido más pleno implica
vocación de servicio, no de servirse de ella, implica posesión de valores superiores
y ponerlos en práctica.
Y lo que estamos observando no es eso, es politiquería
barata, lucha despiadada por el poder sin importar medios ni recursos. Cabe
recordar que no es primera vez que el PP se ve involucrado en un escándalo de
esta naturaleza. La corrupción en todo su esplendor.
No deja de llamar la atención que Casado esté en las
cuerdas y Díaz Ayuso muy bien gracias. Mientras tanto, VOX y el Partido Socialista
Obrero Español (PSOE) toman palco. El primero, sobándose las manos listo para
sacar su tajada confiando en verse beneficiado en las próximas contiendas
electorales. Mal que mal los vasos comunicantes entre el PP y VOX (la
ultraderecha española) son fuertes, tal como en Chile lo son entre la UDI, RN y
los republicanos.
Por su parte, en el PSOE se debe estar viendo con preocupación
este escenario de debilitamiento del PP, por cuanto todo gobierno democrático
requiere imperiosamente de un sólido interlocutor al frente que. La tragedia en
comento no es solo del PP, sino que de la democracia española. La corrupción está
en la raíz de lo que está ocurriendo no solo en España, y de lo que se observa
también en muchos países, incluido Chile. Y en España, desde hace su buen
tiempo, la corrupción tiene su casa matriz en el PP.
Si bien lo ocurrido en España se ha visto opacado en los medios de comunicación por la guerra en Ucrania, es importante seguir con atención lo que estamos viendo en España por los paralelismos políticos con lo que está ocurriendo en Chile.
Mira, en NETFLIX, la película 11M. Muestra aberraciones políticas 🤮🤮🤮🤮
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