Mas adelante, siendo yo director del Departamento de Informática,
me vi envuelto en una encrucijada: un profesor renunció intempestivamente,
dejando abandonados varios cursos y la guía de varios proyectos de título que
estaban realizando los alumnos. Tuve que remediar con urgencia el problema
generado. Entonces, Sabino seguía en la dirección de la CTI bajo la
Vicerrectoría de Innovación y Desarrollo que en ese entonces estaba con Narciso
Cerpa a la cabeza. Le pedí ayuda a Sabino para impartir uno de los cursos y
guiar un par de tesis. Su respuesta fue positiva, solo me pidió que pidiera
autorización a su jefe, Narciso. Fui a hablar con él y su respuesta fue
negativa, que no podía autorizar a Sabino porque tenía mucho trabajo. No
obstante ello, Sabino, bajo cuerda, impartió el curso solicitado y guió los
proyectos de tesis. Eso no lo hace cualquiera. Esto fue en la primera década de
este siglo.
En el año 2010, con motivo de la llegada y elección de
rector, Alvaro Rojas, Sabino es destituido de su cargo de director del CTI y
relegado a la Escuela de Ingeniería en Informática (EII) donde yo me
encontraba. Sabino pagó cara su oposición a una petición que le hizo el equipo
de campaña de Álvaro a la rectoría.
Petición que Sabino rechazó por estar reñida con los valores éticos que
sustentaba. Lo recibimos con los brazos abiertos.
A poco de llegar a la EII, en busca de nuevas oportunidades,
el director de entonces, Andrés Ruiz-Tagle, renuncia. La EII queda sin director.
Todos nos mirábamos. Debíamos proponer un nombre y nadie quería ser director. En
medio del silencio y la tensión, Victor Nocetti toma la palabra para proponer a
Sabino. A mí no se me había ocurrido porque daba por sentado que su nombre
sería rechazado en las alturas. Sabino no rechaza la proposición si es que
cuenta con el apoyo de todos. Es así como su nombre sube a las alturas y para
sorpresa del propio Sabino, la propuesta es aceptada y Sabino asume la
dirección de la Escuela. Así como Andrés tuvo la responsabilidad de crear la
carrera en el año 2005; Sabino asumía la responsabilidad de consolidarla. Apenas
asumido tuvo que llevar adelante el primer proceso de acreditación de la
carrera, lográndola por 5 años, todo un éxito dado que se trataba de una
carrera nueva con apenas una generación titulada. Al cabo de los 5 años le tocó
encabezar el segundo proceso de acreditación, alcanzando una acreditación por 6
años. Tuve el privilegio de acompañarlo en ambos procesos no exentos de
dificultades y tropiezos, pero que llevó adelante contra viento y marea siempre
con buen espíritu, con buena cara.
Donde sea que estés, vaya un gran abrazo Sabino de quienes te
recordamos!
Bonita historia de amistad. Saludos profe !
ResponderBorrarMuchas gracias Rodolfo por escribir la trayectoria de mi padre en la universidad, sin duda el cariño que te tenía era enorme.
ResponderBorrarGracias por recordarlo siempre, un abrazo grande!
Sin duda hoy nuestros corazones están tristes para los que admirabamos y queríamos al profe Sabino.. Un gran profesor y sobretodo gran persona.. abrazos para él dónde quiera que se encuentre
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